sábado, 22 de mayo de 2010

MEMORIAS DEL FERROCARRIL

Los saludo yo soy el tren. Uno la ciudad de Formosa con Embarcación en Salta. Me llamaban Ramal C25.

A los costados de mis rieles florecieron pueblos en una inmensa línea recta que atraviesa el costado norte de la Argentina.

Cuando construyeron mis rieles, trabajaron en ello muchísimos amigos mios. Los wichí, los pilagá, los tobas. Ellos, con muchos sufrimientos sabían en esos dias de calores que cuando yo llegara, mejorarían su vida y su acceso a servicios de salud. Y que ya no sería tan difícil visitar las comunidades de nuestros parientes en la época de lluvias. Cuando llegué hubo fiestas en todos los pueblos. En Pirané, Palo Santo, Ibarreta, Estanislao del Campo, Las Lomitas, Laguna Yema, Ingeniero Juárez entre otros. Durante décadas uní no solo ciudades y localidades. Uní culturas y parajes olvidados de la Argentina profunda.


Recuerdo que cuando empecé a rodar mis rieles, la gente subía con sus bebés, bolsas, el mate y tereré siempre en la mano para convidar al pasajero de al lado. En las horas de viaje se conocian historias familiares y mi gente se despedía siempre con un abrazo. Viajar en mis formaciones era tan barato que los pueblos originarios me amaban. Los viajes desde Formosa y Embarcación eran un viaje de ida al Impenetrable. No había tormenta que me detenga. Los campesinos enviaban en mis vagones de carga la producción de su familia. Incluso en una época, a mi costado, surgió uno de los lugares de venta de hacienda mas importante del país. Pozo del Tigre.


Recuerdo que un día llegó a Las Lomitas un ex gobernador de una provincia, "riojano". Los militares lo tenían retenido en ese pueblo. Por esos días, a fines de la década de 1970, ya no había alegría en los viajes. las familias viajaban en silencio, desconfiándose unos de otros.


Ese ex gobernador un día fue Presidente de la Argentina. Y como no me podía regalar a los poderosos, porque yo no era "viable", ¡me cerró!. Las familias ya no podían viajar a ver a sus parientes, y los productores no podían vender su trabajo. Una larga sombra se extendió por los pueblos que yo visitaba.


En el momento en que no me dejaron correr mas por los rieles, la ruta que corre a mi costado, la Ruta Nacional 81, no estaba asfaltada. En Octubre, cuando empezaban las lluvias, mas de media provincia de Formosa quedaba aislada por el barro. Y como yo no podía circular, hasta ni se podía trasladar los enfermos a los hospitales.


El riojano en nombre de la modernidad hizo atrasar la zona 100 años al cerrarme. Los pueblos decayeron pero no perdieron nunca la alegría.

En 2003 oltro presidente que venía de lejos, desde la Patagonia, asfaltó completa la ruta 81. Ahora se llega bien hasta Chile. Y su esposa, tambien llegada de lejos, acaba de firmar un acuerdo con la provincia PARA REABRIRME. Para que con mi !quetrenquetren" pueda volver a unir familias, pueblos, parajes y fundamentalmente CULTURAS.

Tengo MEMORIA, porque es un buen ejercicio para pensar en el futuro. Y tanto quiero ese futuro que ya estoy calentando mis máquinas y vagones.

Les mando un abrazo.

Yo, el FERROCARRIL. El que tiene memoria.



Las Lomitas, Formosa. Los wichí viajando en mi tren, el ramal C-25 antes de que Menem, ¿cuando no? lo levantara e incomunicara localidades y pueblos. Está un poco borroneada. Pero todavía la tengo fresquita en la MEMORIA.

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