Mirtha Legrand se presenta como una moderada y dialoguista, pero cuando la contradicen le salta la cadena. En su permanente relato autorreferencial, se quejó de la no invitación oficial a la cena en la Casa de Gobierno, sin hacer la mas mínima autocrítica por las permanentes descalificaciones hacia los funcionarios nacionales y a sus propios invitados que no están de acuerdo con sus pretendidas verdades.
Por suerte el pueblo no come vidrio porque hace mal.
Valiente actitud de Osvaldo Quiroga frente a los cultores del discurso único y de manipulación de la verdad.
Eduardo, donde quiera que estés (2)
Hace 1 año
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