lunes, 7 de enero de 2013

CRISTINA KIRCHNER LE RESPONDE A RICARDO DARIN

El Calafate, 5 de enero de 2013

Estimado Ricardo Darín

De mi consideración,

Quiero en primer término felicitarlo una vez más por su trayectoria artística y por haber dado al cine argentino memorables actuaciones. Entre otras, El Secreto de sus Ojos y un Cuento Chino me parecen interpretaciones, sobre todo esta última, que no sólo evidencian su enorme talento sino que han logrado premios y reconocimiento internacional a nuestro cine.

¿No sé si sabe que soy una cinéfila total?

Pero bueno, como usted imaginará no le envío la presente sólo para comentarle la cartelera cinematográfica. Si. Acertó. He querido escribirle luego de leer en varios periódicos del día de hoy sus inquietudes e interrogantes: “Declaraciones sobre política del protagonista de la Luz de tus Ojos. Darín: Que alguien me explique el crecimiento patrimonial de los Kirchner”, titula hoy Clarín en página 24. Se ve que quien escribe la columna, que por otra parte no tiene firma, no ha visto sus películas, no por lo menos la que yo considero una de las más lindas, porque confunde el título. Vio. Nada que ver.

No quiero apartarme de una de las cuestiones centrales de sus preocupaciones: “Que alguien me explique el crecimiento patrimonial de los Kirchner”.

Es obvio que, por razones de público, notorio y doloroso conocimiento, - esto último por lo menos para algunos argentinos -, la única que le puede responder soy yo, Cristina. Y es precisamente una de las razones que más me movilizaron y decidieron a hacerlo. Es tan difícil que alguien que no está pueda defenderse que usted entenderá los motivos por los que le escribo.

Ricardo, permítame llamarlo por su nombre de pila como usted lo hace conmigo en su entrevista en la revista Brando, porque es más amigable y aleja toda posibilidad de pelea y confrontación que tanto parecen afectarlo. No quiero imaginar cómo se sentiría usted si alguien llevara carteles escritos por la calle insultándolo, deseando su muerte o festejando la de su compañero de toda la vida como me ocurre a mi en algunas manifestaciones opositoras. ¿Nunca vio alguna? Seguro que sus múltiples ocupaciones y compromisos propios de un artista exitoso le restan tiempo para una observación más completa de la realidad, pero no se preocupe, tampoco es culpa suya, seguramente los medios que usted lee no publican esa información.

Pero sigamos con el tema del crecimiento patrimonial. Quiero decirle que no ha habido funcionarios públicos, sean políticos, gobernadores, legisladores, intendentes, jueces o jefes de gobierno más denunciados penalmente e investigados por la justicia argentina en materia de enriquecimiento, que quien fuera mi esposo y compañero de toda la vida, y quien le escribe. No sólo se investigó a fondo sino que también se designó al cuerpo de peritos de la Corte Suprema de la Nación para que realizara pericias contables, que duraron meses, y concluyeron que no se había cometido ningún acto ilícito, lo que obligó al juez a desestimar las denuncias.

Nunca en toda la historia política de la Argentina se ha podido acceder a las Declaraciones Juradas de un funcionario público con mayor facilidad, frecuencia y publicidad que a las de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

Ríos de tinta, fotografías, y todo lo que uno pueda imaginar en torno a una Declaración Jurada. Lo desafío a que intente encontrar lo mismo de algún funcionario público opositor ma non troppo, juez, gobernador, legislador o intendente.

Mire Ricardo, sin ir más lejos hoy otro diario, La Nación, propietario de la revista Brando donde usted formuló las declaraciones que llamaron mi atención, publica en su página 16 un reportaje al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. No sólo me enteré de que mantiene sus ahorros en dólares (está en todo su derecho a hacerlo) sino que cuando el periodista le preguntó por el monto de sus divisas, se rehusó a contestar y declaró que el monto figura en su Declaración Jurada, que es pública. En un apartado de la nota los periodistas se se muestran luego sorprendidos porque además, cuando pretendieron acceder a la información, no se les permitió hacerlo.

Nadie parece preocuparse por ninguna otra Declaración Jurada que no sea la de “Los Kirchner” (sic). Sólo se conocen fotos de las casas en que vivíamos nosotros, y ahora habito solamente con mi hija. ¿Se publican fotos de las casas de gobernadores, jueces, altos magistrados, intendentes, concejales, legisladores actuales o de mandato cumplido? Sin embargo todo el país conoce mi casa, la de Rio Gallegos, y a pesar de que a pocas cuadras y en el mismo barrio viven dos legisladores de la oposición en casas mucho más importantes que la mía, nunca se vio una foto. ¿No le parece raro, Ricardo? Ni hablar de mi casa de El Calafate. Vio que los medios nunca van al Delta, Punta del Este, Miami. ¿Es extraño verdad?

Siempre me pregunto por qué siguen también la vida de mis hijos, dónde van, con quién, y nadie parece preocuparse de la vida rumbosa que esposas, hijos, hijas y otras yerbas de otros políticos llevan adelante en fiestas y viajes permanentes que parecen no tener fin. ¿No le llama la atención? Me parece que las personas con tantas inquietudes e interrogantes deberían observar estas cosas. Pero sabe qué, después de todo, el haber sido y seguir siendo los únicos funcionarios públicos observados y fotografiados con tanta tenacidad, nos ha permitido demostrar que vivir en un país donde el único político investigado es el Presidente (o la Presidenta, como me gusta decir a mi), significa que vivimos con la más absoluta libertad. Eso sí, con la información más retaceada sobre otros funcionarios.

Sería bueno, sano y transparente para el sistema democrático si todas las Declaraciones Juradas de gobernadores, intendentes, jueces, magistrados, ministros de la corte, estuvieran a disposición de toda la sociedad, publicadas, analizadas y publicitadas como siempre lo son las de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

Usted quería que alguien le explicara. Ya se lo hemos explicado a la Justicia y a peritos de la Corte. Descarto, Ricardo, que usted confía en la Justicia. Usted mismo fue acusado y detenido por un juez en marzo de 1991, por el delito de contrabando de una camioneta que ingresó al país con una franquicia especial para discapacitados. Perdón, no le deseo el mal a nadie, pero menos mal que no estábamos “Los Kirchner” en el gobierno, o hubiera sido considerado una persecución política. ¿Lo recuerda? La verdad yo lo había olvidado, con tantas cosas en la cabeza, pero hoy entré a clarín.com y leí la nota “Un fallo benefició a Darín”, algunos de cuyos párrafos le transcribo:

Los jueces de la Sala A de la Cámara, Nicanor Repetto y Edmundo Gendler, consideraron que por el paso del tiempo la acusación contra el actor está prescripta. Pero se preocuparon por aclarar que el actor sabía que estaba comprando la camioneta en forma irregular.
"Debe descartarse bajo todo punto de vista la buena fe de la compra", apuntaron los jueces. Y advirtieron que el actor "tuvo una actitud claramente responsable".

Lo que leí y me llamó la atención en la entrevista de Brando, es su convocatoria a una reconciliación. Y disculpe si le digo que soy yo la que me gustaría que explicara que significa para usted “reconciliación” (no se sienta presionado o intimidado, si prefiere no hacerlo está en todo su derecho). Porque no vivimos en un país niño, como ha dicho usted y es el título de la nota de la revista Brando, sino en un país democrático donde cada uno es libre de decir lo que se le de la gana, y le aclaro que me encanta vivir así y no como lo hicimos durante los años de la dictadura. Por eso, ¿Cómo llamaría usted a un país donde nadie hablaba excepto las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo? Si este es un país niño, ¿aquel qué sería, un país in vitro?

Sigamos con el tema de la reconciliación. Me interesa saber a que qué se refiere. ¿A los juicios de lesa humanidad? Porque ha habido alguna jerarquía eclesiástica que se ha referido a terminar con los juicios por la memoria, verdad y justicia utilizando justamente el término “reconciliación”. O tal vez usted se refiera a que me reconcilie con quienes me desean la muerte, festejan la de Néstor o les gustaría destituirme. ¿No sería mejor pedir que cesen los insultos, las agresiones, los golpes a periodistas o la falta de respeto a la voluntad popular?

La palabra “reconciliación” goza de múltiples acepciones. ¿Con quiénes deberíamos reconciliarnos? Porque créame, no estoy peleada con nadie, aunque sí es público y claro que existen diferencias de pensamiento con respecto a nuestro proyecto de país, políticas públicas, la memoria, verdad y justicia... y eso es vivir en un país democrático. No ponerse de acuerdo también es un derecho, como lo es resolver de acuerdo a la voluntad y responsabilidad que el voto popular le ha asignado a cada uno, sin la menor soberbia, simplemente con la responsabilidad que me otorga la Constitución Nacional.

Usted define que el problema de nuestro país es la falta de “tolerancia”. Hubo un tiempo en que yo usaba esa palabra, sin embargo me di cuenta de que la significación de tolerar, era algo así como que te aguanto porque no me queda otro remedio, entonces decidí cambiarla por “aceptación”. Aceptar al otro, al diferente, al que piensa y actúa diferente. Piénselo, es más positivo que tolerar.

¿Recuerda usted algún otro momento del país con tanta libertad, libertad de palabra, de pensamiento y de acción?¿Recuerda usted que se haya tratado a un Presidente de la Nación como se me trata a mi desde medios, dirigencia opositora, etc.? No crea que me molesta, yo he vivido cuando era joven otro país que era el que cantaba Charly cuando decía “Los que están en los diarios pueden desaparecer, los que están en la radio pueden desaparecer, los amigos del barrio pueden desaparecer, pero los dinosaurios van a desaparecer”. Afortunadamente ya no estamos en esa etapa del país, aunque algunos dinosaurios resisten, atacan, impiden y algunas cosas peores. Estoy segura de que a usted los dinosaurios tampoco le gustan.

No lo distraigo más. Usted se preguntará y esta mujer, con todo lo que tiene que hacer, se ocupa de escribirme... Y debo reconocer que soy un poco cholula y usted es uno de mis actores preferidos. Hoy es sábado 5 de enero, víspera de Reyes, estoy en El Calafate, leí los diarios y me pregunté, por qué no explicarle a Ricardo Darín, algo que lo tiene tan preocupado.

Con todo mi respeto y admiración.

Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta de la Nación Argentina

P.D.: Podría haberle contado también como se encontraba nuestro país en mayo de 2003 cuando Néstor Kirchner asumió con apenas el 22% de los votos, pero como nunca lo había escuchado hacer declaraciones políticas antes, en su extensa y exitosa trayectoria, supongo que debía estar más de acuerdo con el otro país que con este. No lo tome como reproche, está en todo su derecho. Ah! Me dijeron que su nueva película, un thriller (le aclaro que me encantan), es muy buena y desde ya me atrevo a recomendarla. Atentamente y con la misma consideración de siempre.

Fuente: Perfil de Facebook de Cristina Fernandez de Kirchner

DANIEL GOLDMAN: La ex ESMA y los vegetarianos

Por Daniel Goldman *

No recuerdo quién me dijo en alguna oportunidad que el mapa de la Argentina se asemeja a un bife de chorizo. Más allá de la comparación, el modo idiosincrático de esta zona del mundo para apaciguar diferendos se resuelve siempre con un asado. Sólo Claude Lévi-Strauss, con sus investigaciones antropológicas sobre la evolución a través del valor de la carne cocida, podía decirlo más claro.

En una oportunidad, y a raíz de los cíclicos conflictos en Medio Oriente, la tensión entre las comunidades árabe y judía locales había derivado en una discusión pública, que llevó a que un ex ministro al que aprecio me llame para sugerirme que esto únicamente se disiparía si él invitaba a su casa a dirigentes de sendas colectividades a comer un rico trozo de carne a la parrilla y conversar en un clima de camaradería. Fuera de cualquier resultado, y al margen de lo que digan o dejen de decir, en nuestro país, el gesto de comer un choripán con otro, de dorapa en la cancha o sentado en un carrito frente al río, resulta de un valor que simboliza el tono de la amistad, la calidad del compartir y el acento de la celebración. Nadie podría poner en duda de que ésa fue la intención del brindis en la ex Esma, lo cual provocó que los neovegetarianos, algunos de los cuales recuerdo que reivindican no menos que la “teoría de los dos demonios”, hoy levantasen temperatura viendo en ese acontecimiento un acto trágico provocativo e instigador de violencia, a tal punto que conlleve la desproporcionada exigencia de la renuncia del ministro de Justicia.

Consciente de que la ex Esma representa físicamente un espacio y un núcleo dramático, hacer de un brindis (o sea de una celebración por un nuevo año) un escándalo que escape a cualquier contorno, es un gesto que denota poca picardía política y ninguna elaboración intelectual, demostrando una incapacidad de abstracción ante la resignificación de ese lugar, hoy convertido en algo diferente de lo que era. Y sea con lo que se brinde, hacer de ese convite un acto de galimatías, revela el querer instalar en todo sentido la “mala leche” en oposición a la crudeza de una carne asada. Pero por otro lado, y allende cualquier divagación culinaria, lo que sí debemos descubrir es otro núcleo de la cuestión y al que considero lo importante: la extraordinaria oportunidad de que esta demanda, sin duda superficial, cristaliza el profundo logro de una política cultural, que obviamente fue y es acompañada por el gran avance en los juicios y los castigos a los criminales.

A base de militancia inclaudicable, se instaló una conciencia cultural protagonizada por los organismos de DD.HH., Hijos y Nietos, y acompañada por actores, cineastas, pintores, escultores, escritores, periodistas, e impulsada por el Estado. Una conquista cultural de la cual ya no se retorna. En tiempos no tan distantes, como sociedad, todos éramos testigos de que la discusión era el derecho de quitarles o no a los milicos el lugar. Y hoy, aunque parezca trivial lo del brindis, la calidad de la polémica alrededor de la memoria ya es otra. Sin bajar la guardia, por suerte es otra. Y reitero: a lo otro ya no se vuelve. En hebreo, cuando levantamos una copa para brindar decimos “Lejaim-por la vida”. Eso es lo que debemos afirmar. Esa es la disputa ya ganada que debemos celebrar. Por lo demás, el contenido del sandwich es de una nimiedad absolutamente pueril.

* Rabino.

Fuente: Pagina12

miércoles, 2 de enero de 2013

ECHAN A UN CURA POR CUESTIONAR A OBISPO DEL "OPUS DEI".


“Está de acuerdo con Videla”

Eduardo de la Serna, del Secretariado de Curas en la Opción por los Pobres, cuestionó al obispo de Santiago del Estero. El prelado es del Opus Dei y echó a Murall por rechazar el documento episcopal que prometía revisar la actuación de la Iglesia durante la dictadura.

Polti Santillan, el Obispo del Opus Dei infiltrado
entre los pobres.
Por Washington Uranga

Nuevas derivaciones ha tenido el episodio de la expulsión del sacerdote Roberto Murall de la diócesis de Santiago del Estero, decidida por el obispo Francisco Polti Santillán, del Opus Dei, en represalia porque el cura firmó, junto a otros 200 sacerdotes de todo el país, una carta en la que rechazaron el documento de los obispos católicos argentinos del pasado 9 de noviembre (Página/12, 10 de noviembre) en el que nuevamente el Episcopado prometía revisar la actuación de la institución eclesiástica durante el tiempo de la dictadura, pero sin asumir ninguna iniciativa concreta en ese sentido. Eduardo de la Serna, del Secretariado de Curas en la Opción por los Pobres, al que también pertenece el sacerdote expulsado, aseguró que Polti echó a Murall “porque está de acuerdo con el gobierno genocida del asesino Videla” y porque “aplaude el accionar de (Victorio) Bonamín, (Adolfo) Tortolo y (Antonio) Plaza y demás cómplices de aquellos tiempos”, haciendo referencia a tres de los obispos a quienes se considera más ligados a la dictadura militar.

Sostiene De la Serna en una carta dirigida al obispo Polti que “hacernos creer que Roberto terminó ‘su contrato’ nos hace recordarle que lo terminó ¡14 veces! (porque se le renovaba año a año) y cada año, los obispos anteriores a Ud. (o mejor dicho, los obispos, antes que se posesionara Ud. como señor feudal) y que ‘curiosamente’ (es una ironía, por si no se da cuenta) usted lo da unilateralmente por finalizado después que Roberto y otros 199 curas firmáramos un texto que a usted le molestó”.

Y agrega el cura: “Y dígalo: le molestó porque usted está de acuerdo con la dictadura militar. Dígalo: usted quiere deshacer todo lo que los obispos (Gerardo) Sueldo y (Juan Carlos) Maccarone iniciaron en la diócesis”. En otro párrafo de su carta de respuesta al obispo Polti, el cura de la Serna le dice que “si tuviera usted dignidad renunciaría ya mismo a la diócesis de la que se manifiesta claramente incapaz de conducir y apacentar”.

Formalmente, Polti le comunicó el 28 de diciembre a Murall que el último día del año que finalizó “vencía su contrato temporal de servicio en esta diócesis”, en la que el cura cumplía tareas desde hace 14 años encuadrado dentro de una perspectiva de opción por los pobres. El propio Murall, en diálogo radial con Víctor Hugo Morales, aseguró que “me echaron de la diócesis” y sostuvo también que acatará la decisión eclesiástica y que ha recibido innumerables muestras de apoyo de sus feligreses y de varios obispos, incluido el obispo de San Isidro, Oscar Ojea (su superior natural), quienes están dispuestos a recibirlo en sus respectivas diócesis.

De hecho, Polti, que pertenece al Opus Dei, hizo uso de un recurso legal dentro del derecho eclesiástico. Los sacerdotes pertenecen formalmente (“incardinados” en la jerga eclesiástica) a una diócesis. Murall, nacido en San Isidro, es formalmente cura de esa diócesis, pero en el marco de su Opción por los Pobres hace 14 años que está “prestado” (de ahí la figura del “contrato de servicios”) en la diócesis de Santiago del Estero, donde cumplió funciones en distintas parroquias y desde hace dos años en Pozo Hondo, todos lugares de suma pobreza.

Murall se desempeñó primero bajo la autoridad del obispo Gerardo Sueldo (fallecido en 1998 en un accidente automovilístico) y luego de Juan Carlos Maccarone, que renunció a su cargo en agosto del 2005. Polti, que estuvo antes en Santo Tomé y cuya ordenación episcopal fue realizada por el fallecido cardenal Antonio Quarracino en 1994, está al frente de la diócesis de Santiago del Estero desde el 17 de mayo del 2006. Desde entonces el nombramiento de Polti fue leído como un nuevo avance del Opus Dei dentro del Episcopado argentino y como una decisión del Vaticano de dar un giro en la orientación de una diócesis que tuvo perspectivas progresistas tanto con Sueldo como con Maccarone.

El sacerdote Roberto Murall se considera él mismo inscripto en una línea evangélica de opción por los pobres, que quiere dar continuidad en la Argentina a los testimonios brindados por los mártires Enrique Angelelli y Carlos Mujica, entre otros.

Después de conocida la expulsión de Murall de la diócesis de Santiago del Estero, el Secretariado del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres emitió un comunicado en el que dicen “expresamos nuestra profunda y fraterna solidaridad con Roberto (Murall), de quien nos consta el cariño y dedicación a los pobres en el monte santiagueño. El vive la Iglesia que queremos construir y en la que nos sentimos felices de compartir la fe de igual a igual”. Y agregan que “la sanción a Roberto es también una sanción a tantos curas, religiosos/as y laicos que pensamos y creemos que el accionar episcopal en tiempos de la dictadura genocida distó no sólo de ser cristiana, sino también humana”.

Dice de la Serna en su carta a Polti que “algunos entienden la Iglesia como un cuartel: autoridad vertical, obediencia debida, silencio de la propia opinión. Pero eso no es la Iglesia. (...) El obispo Polti parece no entender que la Iglesia es otra cosa distinta a la que él parece pensar. La Iglesia no es un cuadro fascista (o franquista, para que se entienda mejor). Es una comunidad que da cabida a la diferencia porque está constituida a la manera de la Trinidad, que es diferencia. Su autoritarismo –le dice al obispo– nos afecta a todos nosotros y afecta a la Iglesia misma”, porque “la Iglesia –insiste– es comunión, y por tanto, diversidad en la unidad”.

Fuente: Pagina12

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