lunes, 30 de abril de 2012

EDUARDO ALIVERTI: El Piso y el techo

Por Eduardo Aliverti

Venimos de la semana en que se reveló como cierto lo falso de todas las predicciones apocalípticas, por parte de la militancia periodística ultraopositora. Sin embargo, hace falta insistir con el tema (porque no son varios: es uno solo). La expropiación de Repsol es un punto de inflexión. El choque con los medios se repotenciará y es por ahí donde pasa –otra vez o como siempre, desde hace alrededor de cuatro años– el centro de la cuestión, al menos en lo que hace al modo de construir sentido político.

La inminencia de todas las plagas del mundo precipitándose sobre estas pampas se convirtió, de la noche a la mañana, en un hecho literalmente desaparecido. Desde mediados de semana, las portadas de Clarín y La Nación ya no destinaron ni apenas un recuadro a lo que uno de sus columnistas calificó, el domingo anterior, como la crisis internacional más grave sufrida por Argentina desde la guerra con la OTAN y el “campante” default. Las tremendas amenazas europeas mudaron a un análisis de la Organización Mundial de Comercio por las trabas a las importaciones, lo cual no guarda relación alguna con lo decidido sobre YPF. Y el resto de los colegas con mayor renombre que vaticinaron calamidades bíblicas hablan abruptamente de que el mundo ladró, pero no mordió. Las plagas se transformaron en el apartamiento del juez Rafecas de la causa que afectaría a Boudou; una táctica virtualmente infantil, para reinstalar un asunto conflictivo siendo que la fiera planetaria era un caniche toy. También adquirieron la forma de un Moyano ya no tan amenazante, en un acto muy pobre –de acuerdo con las expectativas generadas cuando era presentado como un comedor de chicos crudos– y que desnudó su soledad. O la de la compra de Radio 10, C5N y otras emisoras de Hadad por un empresario kirchnerista: una movida en verdad indefendible según el espíritu de la ley de medios, al margen de lo que también diga su letra. En ésas y otras cuitas se tornaron los desastres que habrían de lanzarse sobre el país por haber expropiado Repsol. ¿Cuándo mintieron? ¿Unos días antes o estos días después? Respuesta obvia. Tan obvia como la recurrencia de citar la afectación de “las instituciones”. Sería propicio reparar, más detenida o frecuentemente que lo habitual, en a qué se refiere la derecha cuando menta eso. ¿Las “instituciones” son definibles en seco? ¿O se trata de que la afectación se rige por la vara de quiénes son los afectados? ¿Pusieron el grito en el cielo cuando privatizaron Gas del Estado gracias a un diputrucho? ¿Lo hicieron ante cada fallo de la Corte Suprema de menemistas que convalidaba la subasta nacional? Hoy se dan el lujo (?) de hablar de “confiscación” de YPF, cuando votó y votará a favor una suma parlamentaria abrumadora en la que se incluye prácticamente toda la oposición. ¿Cuáles instituciones afectadas son ésas en las que se pone de acuerdo más del 80 por ciento del voto popular? ¿Qué dicen estos tipos?

Según los apuntes y opiniones antedichos, da la impresión de que bastaría con apreciar quiénes están de un lado, y quiénes del otro, para determinar dónde hay que pararse. Uno mismo recurrió, más de una vez, a esa ecuación, que es válida en ciertas circunstancias. En otras, deducciones de ese tipo son muy simplotas. O incompletas. Tener conciencia de quiénes protagonizan el centro de la reacción antipopular no significa, necesariamente, que habrá de acertarse en el mejor rumbo para las necesidades de las mayorías. Esa conciencia puede ser pasajera, además. Las reacciones de las masas son volubles. Dependen, en mucho, de que se sea muy claro en la comunicación de cuáles costos se requieren para alcanzar un futuro eventualmente mejor. Y de que quienes lo comunican sean confiables, gracias a sus antecedentes de acción concreta. Señalar que la historia nunca va en línea recta, como lo hizo el viernes la Presidenta en uno de los pasajes más significativos de su discurso, es un argumento de enorme peso político y filosófico. Empero, es débil para la lucha cotidiana en el barro. Al oficialismo no le conviene defenderse tan a rajatabla de las metidas de pata personales obrantes hace tiempo. Deberían aceptarse con mayor comodidad algunas críticas, porque se dejaría sin argumentos a los contendores baratos. No reditúa protegerse de todo lo que se le endilga al matrimonio por actitudes de hace veinte años, porque el kirchnerismo no es lo mismo que cada cosa que hicieron los Kirchner en su momento, individualmente considerados. El “ismo” representa a una corriente novedosa del hacer política, en beneficio de los postergados, que desde 2003 no tuvo mayores quiebres en ninguno de los trazos gruesos de su camino. Es una “anomalía”, por usar la definición de Ricardo Forster, que alude a una experiencia de tono desconocido desde el recupero democrático. El apellido, en cambio, es políticamente sometible a contradicciones que tienen y tuvieron, y bien que peores, los que ahora se plantan como si partieran de un honestismo virginal. La chicana con que arrecia la derecha mediática, a falta de opositores de gran volumen, se asienta en facturar el pasado. En efecto, a los K les juega discursivamente en contra haber apoyado la privatización de YPF en los ’90. Pero a favor, que es meritorio corregir los errores y mucho más si ya se lleva largo rato de actitud coherente. Asimismo, no deja de causar gracia, antes que asombro, enrostrar los elogios del oficialismo a la multinacional en el período previo a la resolución tomada. ¿A quién se le ocurre que una medida de esta naturaleza debe ser anticipada? ¿Qué pretendían? ¿Que les mandaran un telegrama de preaviso? Haber expropiado a Repsol está en línea con una secuencia que, a grandes rasgos, confluye en la Asignación Universal por Hijo, la estatización de las AFJP, la ley de medios audiovisuales, la conformación de una Corte Suprema de la que poder sentirse orgullosos, la reinstalación del juzgamiento a los genocidas. Por esto último pasa la proporción decisiva de cualquier análisis. Por la observación de que lo complejo de un proceso político consiste en establecer su promedio de coherencia, al servicio de cuáles intereses. Lo que sí certifica, o debería asegurar el tener en cuenta quiénes dicen qué, es cómo eso enseña la ruta para equivocarse seguro. Pasado en limpio, es un asco que venga a dar lecciones morales, y de ubicuidad institucional, esa gente que apoyó el remate del país, concluido en la catástrofe del 2001. Machacan, incluso, con asimilar la reconquista de YPF a la demagogia del galtierismo malvinero y, más aún, con la euforia parlamentaria que aplaudió el default. Lo primero es sencillamente repugnante, porque compara a una dictadura bestial, de la que fueron cómplices, con un gobierno democrático que procede a derecho. La demagogia puede ser propiedad indistinta de tiranos o de gestiones avaladas por el voto popular, es cierto; pero asemejar a unos y otros es de mal nacidos. Y lo segundo es técnicamente un ejemplo lamentable, porque al fin y al cabo resultó que el default y la devaluación salvaron a la Argentina de lo que hoy no se sabe si se salvará buena parte de Europa.

De todas formas, los más asquerosos no son ésos. Esos trabajan ideológicamente como toda su vida, y quien no lo entienda vive tan en un frasco como los suscriptores de la existencia del periodismo independiente. Los más asquerosos son los que se vendieron. Los de la izquierda inconstante de que se vale la derecha permanente. Sirve como ejemplo de que esa derecha está en problemas. Debe recurrir a otrora externos que se cansaron de denostarla, apreciados en el presente como sus nuevos ídolos.

Reiterémoslo: no sirve para el techo, pero sí para detectar de cuál piso no hay que caerse.

Fuente: Pagina12

VIDELA: "La desaparición era un figura cómoda"

El dictador debió declarar en una causa que busca saber dónde están los restos del ex jefe del ERP Roberto Santucho. Dijo que no había una lista de los desaparecidos, pero que cada jefe de área llevaba la suya.

Por Alejandra Dandan

El dictador Jorge Rafael Videla declaró el viernes pasado como testigo ante la Justicia y reconoció que el método de las desapariciones les resultó una figura “cómoda”, que “no provocaba el impacto de un fusilamiento público porque la sociedad no lo iba a tolerar”. Mientras le allanaban su casa con motivo de otra causa, Videla fue convocado por la jueza Martina Forns en el marco de un expediente en el que se busca saber dónde están los restos del ex jefe político del ERP, Mario Roberto Santucho. En ese juzgado, Videla declaró tres horas seguidas. Habló de las listas, dijo que cada uno de los jefes de áreas y de zonas tenían las suyas y explicó que nunca se publicaron porque no hubo acuerdo entre las Fuerzas. En uno de los párrafos más sabresalientes, se explayó sobre los “vuelos de la muerte”, una “cosa” que le atribuyó “específicamente a la marina”, pero en la que aceptó tener entendido que allí viajaban los que iban a ser “ejecutadas o sufrir una condena”, en una obvia referencia a los asesinatos. Videla fue convocado a pedido de la querella representada por Pablo Llonto. A 14 años de su primera declaración, en la que dijo no saber nada sobre Santucho, ahora aceptó haber decidido a hablar “tal como lo viene haciendo en sus (recientes) declaraciones”: reconoció haber ordenado el secreto con el que se decidió esconder el cuerpo de Santucho para evitar homenajes. Y el dato informativo más importante es que señaló al ex general Santiago Riveros como quien sabría dónde está su cuerpo.

“Era difícil pensar que tantas personas podían ser juzgadas y la Justicia estaba asustada por la persecución que habían sufrido los jueces de la Cámara Federal en ese momento”, indicó sobre los desaparecidos, según la copia de su testimonio brindado el viernes pasado en la sede del Juzgado Civil en lo Contencioso Administrativo Federal Número 2 de San Martín. La idea de los desaparecidos, dijo, “salió así, espontáneamente. La figura del desaparecido era la que se tenía que usar, era una figura ‘cómoda’, entre comillas, porque no impactaba en la sociedad”. En ese sentido, poco más tarde agregó: “Se puede discutir el procedimiento aplicado en ese momento a personas desaparecidas, que no era el impacto de un fusilamiento público porque la sociedad no lo iba a tolerar”. También dijo que todo esto ahora lo dice “debido a que las circunstancias cambiaron y que hace 14 años él no hubiera manifestado esto”.

Videla fue convocado al juzgado de San Martín en el marco de una causa civil, no penal, abierta en los años ’90 para investigar el destino de los cuerpos de Santucho y de Benito Urteaga. Llonto representa a Blanca Santucho, la hermana de Roby Santucho, que hoy tiene 82 años y está buscando saber dónde pusieron el cuerpo. Videla fue convocado como “testigo” y no imputado porque el expediente funciona en ese sentido como un juicio por la verdad: no busca responsables penales sino saber qué pasó con el cuerpo (ver aparte). Luego de la difusión del libro de Ceferino Reato con veinte horas de entrevista al ex dictador, en el que habla específicamente sobre el caso Santucho, la querella le pidió al juzgado que convocaran a Reato. Reato declaró cuatro días antes de Videla y eso abrió las chances de esta declaración. Quienes estuvieron presentes se quedaron completamente sorprendidos por lo que entendieron como una predisposición de Videla a declarar: habló sin parar durante tres horas y aunque, tal como viene sucediendo, en ningún momento hizo una autocrítica a lo que sigue definiendo como una guerra contra la subversión, expresó su voluntad de “querer colaborar” y señaló creer que “hay que abrir un poco más la información para blanquear la situación” y “así lo he demostrado con las declaraciones”.

Pese cierto tono reflexivo en algunos pasajes, cuando habló de cuestiones como los listados de los desaparecidos, reclamados desde hace años por los organismos de derechos humanos, asumía la descripción con una postura de tipo administrativo con la lógica que pueden imprimirles a los relatos los burócratas.


Las listas



El juzgado de todos modos preguntó por las listas de los desaparecidos: “Usted dijo en la entrevista (con Reato) que en un momento tuvo en su poder unas carpetas que le entregaron y además unas cartas sobre el tema de desaparecidos”. Dijo que el tema era la gran inquietud que tenían los familiares y que “sí conoció carpetas”. Y sobre qué se hizo con esas listas, explicó que no se difundieron por dos razones: por una cuestión de desorden en los datos y porque no hubo acuerdo entre las Fuerzas. En sus palabras: “Hubo un intento de ser publicadas, pero era una lista muy defectuosa porque los datos que daba el Ministerio del Interior eran globales. Estaban los desaparecidos producto de la acción militar y una persona que fallecía en la calle, como por ejemplo un borracho que se moría en la vía pública”. Las “listas se presentaron ante la Junta y se rechazaron y luego, como síntesis, no se publicaron porque hubo un desacuerdo entre las Fuerzas y además porque no era conveniente publicar las listas con errores porque generaba mayor desconcierto”. Y dijo: “Se sabía que las personas que estaban desaparecidas después de dos años era obvio que estaban muertas, pero no (se sabía) el destino de sus restos”.

Cuando el juzgado preguntó si las listas que contenían datos ciertos tenían el destino de los muertos, respondió claramente, pero pareció decir que no. “En las listas de desaparecidos nunca se hablaba del destino, eso es lo que nunca se ha dado a conocer. No es fácil cumplir con esa obligación moral por la forma tabicada en que se procedía y en algunos casos no hay rastros de eso y no puede publicarse a medias.” Dijo que “una lista que mereciera fe por equilibrada es hoy muy difícil (de reconstruir)”.

Pablo Llonto, que estuvo en la declaración, agrega algunos comentarios sobre ese mismo pasaje. Explica que Videla subrayó que en su momento no se difundieron las listas por dos razones: por desorden en los nombres, que podían tener datos de quienes no habían sido asesinados por el accionar militar, como él lo dijo. Y porque no hubo acuerdo entre la Armada, la Fuerza Aérea y el Ejército. Sobre el eje del “desorden”, hay alguna otra precisión que dio el dictador y hoy es importante: Videla dijo claramente que “no había un lugar que centralizara las listas porque cada responsable de cada cuerpo y de cada zona tenía autonomía para dirigir la lucha contra la subversión, entonces había que recopilar la información de cada uno de esos lugares”. Y eso no se habría hecho. Un dato que dejaría en claro que nunca hubo una lista única con todos los nombres.

“Sobre ese famoso sueño de que haya una lista donde estén todos los nombres, creo que nos va quedando claro hace tiempo que no existió nunca –-dice Llonto–. Cada aparato de represión, como Bahía Blanca, Tucumán, Córdoba y demás, por todo lo que va apareciendo, parece indicar que cada uno concentró su propia información, que no hubo nunca una única lista.”


Los vuelos



Videla llegó al juzgado, esposado, desde la guarnición militar de Campo de Mayo. Estaba vestido de traje y corbata. Llegó con una carpeta azul en la mano, que no abrió. Varias veces repitió ese gesto que se observa todavía en las imágenes que lo muestran describiendo la figura de los desaparecidos: las manos moviéndose en el aire. Cuando lo hacía, les decía a los que estaban presentes que no lo malinterpretaran: dice que en esa imagen él no niega al desaparecido.

En un momento, sobre ese tema intenta discutir los números que le dio a Reato. Y la definición que él dio sobre los 7 u 8 mil desaparecidos de los que habló. “El saldo de la guerra no estaba calculado y los 7 u 8 mil desaparecidos no era la gente que había que matar, como menciona el periodista, sino que fue una consecuencia de la guerra”, dice la declaración, como si fueran dos cosas distintas.

El juzgado le preguntó también por los vuelos de la muerte. Si había escuchado hablar de ellos. Aquí es donde mostró una de sus descripciones más crudas: lo que para él son “condenados” son los militantes asesinados. “Personalmente no los ordenó (a los vuelos) –dijo–. Ni los dirigió y le llegaron (los datos) porque se los habían contado. Era una cosa más de la Armada. Supone que en los vuelos iban la tripulación y las personas que iban a ser ejecutadas o a cumplir una condena, no pudiendo asegurar –dijo– si el Ejército en algún momento utilizó sus elementos aéreos para este tipo de procedimientos.”

También explicó que intentó escribir un libro con su biografía. Entre los asuntos sobre los que trabajó mencionó el caso Beagle, un dato que permite entender ahora que parte de los objetos encontrados en el allanamiento a su casa podrían tener que ver con eso. También dijo que había recibido dos tipos de respuestas entre sus camaradas de armas sobre las declaraciones que está dando. Unos que lo criticaron por haber hablado, otros que no. Una de las expectativas más importantes que generan las declaraciones de Videla entre los querellantes son los efectos que podría tener su decisión entre los oficiales de rango inferior para que se abra de esa manera un camino para que hablen.

Fuente: Pagina12

domingo, 29 de abril de 2012

EDUARDO BLAUSTEIN: Reato - De los dos demonios hacia Videla

Por Eduardo Blaustein
eblaustein@miradasalsur.com


Antes de las valiosas entrevistas al dictador, dos libros de Reato pretendieron develar problemas del pasado que sus mismos protagonistas franquearon con dolor. El derecho del periodista y el espacio desde el que habla.

Videla le dijo a Reato una cantidad de cosas importantes. Que si el problema era la guerrilla, el golpe de Estado de 1976 era innecesario y equivocado. Ya fuera porque las Fuerzas Armadas ya contaban con las herramientas legales para “aniquilar a la subversión”, o porque la guerrilla había sido diezmada. Videla le dijo al periodista Ceferino Reato que uno de los sentidos estratégicos del golpe fue disciplinar la sociedad argentina, cortar de raíz identidades y tendencias demagógicas, populistas, el problema del peronismo. Dijo que eligieron desaparecer porque fusilar era riesgoso. Que mataron entre siete y ocho mil personas. Dijo que la Iglesia se portó de maravillas con los militares. Y que los empresarios le dijeron qué pena que no fueron diez mil desaparecidos más. Videla habló de las esencias liberales del proyecto económico dictatorial.

Todo eso le dijo Videla a Reato, que es bastante y que es nuevo en el sentido de que hay un salto de sinceridad brutal entre los sucesivos relatos brindados por el genocida. No es que asombre, porque lo sabíamos todo. Sorprende porque lo transparenta Videla. Pero más sorprende que Videla reproduce, desde su justificación monstruosa, ideas acerca de las esencias siniestras de la dictadura que son las que vienen sosteniendo sus víctimas desde hace (cansadas) décadas.

Hay comunicadores kirchneristas que dan a entender que la revelación final de las claves profundas del horror emergido desde 1976 sólo se inició en 2003. Del mismo modo, a partir de sus libros anteriores, Operación Traviata y Operación Primicia, Reato da a entender que devela algo nuevo e inquietante en torno de los desgarramientos trágicos que se produjeron entre 1973 y el golpe al interior del peronismo. Ni el kichnerismo fundó la revelación final de lo que fue la dictadura ni Reato tiene mucho de nuevo por decir sobre los enfrentamientos entre espacios peronistas en los ’70 o los errores funestos de Montoneros. Lo (relativamente) nuevo que propuso es entrarle otra vez al tema, sólo que por derecha (a lo Tata Yofre), con una mirada conservadora, de pequeño periodismo, de suspicacias maliciosas. Suspicacia maliciosa es ocuparse, por ejemplo, de trazar una confrontación entre “las millonarias indemnizaciones pagadas a los parientes de los guerrilleros caídos en Formosa y su asimetría con relación a la mísera pensión mensual que reciben los padres de los conscriptos muertos”. Y eso que Reato se presenta como alguien que impugna las lógicas binarias del kirchnerismo, “un estilo político basado en la lógica amigo-enemigo, que era la lógica también de Montoneros”. Los entrecomillados pertenecen a un artículo publicado por Reato en la revista Contraeditorial, en diciembre de 2010, ejerciendo su derecho a réplica a un texto anterior de Miguel Russo.Contraeditorial, fenecida revista filokirchnerista, no entró en la lógica amigo-enemigo y publicó esa respuesta.

El libro de Reato sobre Videla es más interesante que el modo sibilino con que lo promociona en los medios del establishment, rutinizando críticas contra los 70, los organismos de Derechos Humanos y el kirchnerismo. Aunque fuera el Gran Satán, lo que Reato consiguió de Videla es un relato válido y valioso para reconstruir (¿de rebote?) memoria, verdad y una cierta pedagogía social. En una curiosísima inversión, además, Videla no le da la razón a Reato, cuya tesis de libro anterior hacía eje en la responsabilidad de Montoneros en el golpe, algo parcialmente cierto pero enormemente reductor. Por eso decíamos: eones antes del kichnerismo, desde el exilio, desde la esforzada resistencia sindical o cultural que pudiera darse en el país, desde las cárceles, desde los organismos de derechos humanos, desde el peronismo que no se degradó para siempre, desde lo mejor del radicalismo, desde el Partido Intransigente o Humanismo y Liberación, desde la izquierda, todos decían con sus matices lo que Videla le da a entender a Reato, que la dictadura había venido a arrasar, a desaparecer, a disciplinar, a desindustrializar. Coño: si ya Walsh en la Carta hablaba de la doble faz represiva y económica de la dictadura.

Reato apuntó, en sus dos libros anteriores, a resatanizar a Montoneros (por el asesinato de Rucci y el asalto a un cuartel en Formosa durante el mandato constitucional de Isabel) y a través de ellos al kichnerismo. Ambas acciones fueron nefastas, es lo que hoy opina quien escribe. Desde sus libros, Reato sintonizó con astucia, con despojos de peronismo derechoso que se presenta como peronismo verdadero y excluyente, con derecha a secas y con el discurso autoritario de los medios que, macarteando bonito, gustan desperonizar al kichnerismo para reducirlo a una fantasmagoría de arcaicos fanatismos. Es una operación transitiva –Montoneros, kirchnerismo– más bien ramplona. Desde ese lugar puede que haya entrevistado a Videla. Pero aún así la entrevista nos hace debatir.

Lo que Reato reconstruye como novedoso sobre los macanazos cometidos por (parte de) la generación del ’70, no sólo que es de una superficialidad y distorsión importante, sino que salta por arriba de lo muchísimo que se escribió, debatió y produjo durante y después de la dictadura sobre el tema. El exilio mexicano vivió con desgarro, con dolor, con broncas, esas discusiones. Los sobrevivientes de la Lealtad Peronista y los de la revista Envido ya habían hecho sus críticas al montonerismo en vivo y en directo. Aún en dictadura (1981) se publicó un buen libro sobre la implosión peronista, Retorno y derrumbe. El último gobierno peronista, de Liliana de Riz. Otro libro de entonces, De Cámpora a Videla, una recopilación de artículos magníficos publicados por Rodolfo Terragno en la revista Cuestionariohasta poco después del golpe, también revisaba lo sucedido con el peronismo.

Destrozada como organización, Montoneros se fue descomponiendo entre su aniquilamiento, acciones imbéciles, rupturas periódicas y durísimas críticas y autocríticas de cada grupo desgajado. Hasta el impresentable Rodolfo Galimberti habló de la última conducción de Montoneros, en junio de 1979, como “un puñado ensangrentado de burócratas blindados”. Quien firma esta nota citó esa frase, con alguna imprudencia, en una vieja edición de El Porteño, en mayo de 1984, a poco de inaugurada la democracia. En esa misma nota, sorpresa, aparecía un recuadro con este título: “Nilda Garré: ‘El montonerismo, hoy, es un delirio político’”. En mayo de 1984, desdeLa Nación a editorial Perfil (la empresa donde trabaja hoy Reato y que negó la existencia de la Esma como campo de concentración) empleaban todavía el vocablo subversión. La referencia excluyente sobre el montonerismo por entonces era Mario Firmenich, ya muy solo y soberbio. Hasta hoy Firmenich es el muñeco ideal para pegarle con gusto a la experiencia histórica de las organizaciones armadas, pero no puede ser tomado como exclusivo sujeto de interlocución de un todo desgarrado y desgarrador, ni como el segundo demonio de Videla.

Y ya que usamos el adjetivo soberbio y siendo que estamos hablando de lo mucho que se escribió sobre los ’70, recordemos el libro de Pablo Giussani, el de Gillespie, el de Juan Gasparini. Más adelante, desde la revista Unidos, donde brillaban las prosas de Chacho Álvarez, Mario Wainfeld o Hugo Chumbita, hubo una edición especial dedicada al trabajo sobre la masacre de Ezeiza escrito por Horacio Verbitsky, con críticas muy duras sobre el encuadre de ese mismo libro. Promediado los ’90, vino La Voluntad o el documentalCazadores de utopías y luego un torrente de nuevos materiales. Lo que intentamos decir es que mucho antes del kichnerismo, Reato, el setentismo discutió y se peleó y revisó y franqueó muchísimo sobre los problemas del pasado. Ni qué decir sobre la carta escrita por Oscar del Barco en torno del No Matarás, afrontando el dilema del crimen político.

Todo esto para sugerir que Reato vende un poco de humo. Para decir que se necesita más densidad para debatir lealmente la historia. También para dejar en claro que, aún discutiendo con el lugar desde el que escribe Reato, no se puede impugnar su derecho a escribir, investigar y expresarse, ni quitar valor a la entrevista a Videla, a quien en algún momento presentó como un anciano de 86 años. Tuvo razón Reato cuando le respondió a Osvaldo Quiroga que no se trataba de trompear al viejo Videla. Eso es lo que hizo la periodista Renée Sallas, estrella de la revista Gente en dictadura: irse hasta la casa del flamante Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, para cagarlo a insultos y publicar de qué extraordinaria manera lo maltrató. Una escuela de la que bebió la editorial Perfil.

Fuente: Miradas al Sur.



HORACIO VERBITSKY: YPF: Lo imposible se hace obvio

Como desde 2003, el kirchnerismo volvió a tornar obvio lo que parecía imposible. Esto reordenó el tablero político y permitió aprobar la nueva ley petrolera con el 90 por ciento de los votos del Senado. La promoción de cuadros jóvenes, el legado de Cristina y el aislamiento de Moyano. El desafío de una YPF profesional que desmienta los interesados vaticinios. Una decisión de fondo, en el momento oportuno. La propuesta indecente del señor Brufau, las cajas del señor Gomis y la ética de Repsol.

Por Horacio Verbitsky

El 90 por ciento de los setenta senadores presentes declararon en la madrugada del jueves de interés público y objetivo prioritario el autoabastecimiento, explotación, industrialización, transporte y comercialización de hidrocarburos y, para lograrlo, la expropiación del 51 por ciento del patrimonio de YPF. El 5,7 por ciento se abstuvo y apenas el 4,3 votó en contra. Horas después, la Cámara de Diputados aprobó en plenario de comisiones el dictamen favorable con el 86 por ciento de los votos, la oposición del 12 por ciento y 2 por ciento de abstenciones. Como si esta cuestión no constituyera la noticia económica y política más importante en muchos años, el matutino La Nación informó en el principal título de su portada del jueves que “Estados Unidos considera difícil la relación con la Argentina”. Al día siguiente repuso como título principal de su portada la decisión de la Cámara Federal de apartar al juez Daniel Rafecas de la causa que según el diario “involucra a Boudou”. Lo mismo hizo Clarín, que se refirió al “caso Boudou-Ciccone”, y sostuvo en una columna que el vicepresidente estaba imputado, deseo que no consta en el expediente. No dedicaron ni un título secundario en su tapa del viernes al dictamen de comisiones sobre hidrocarburos. Pero ambos destacaron como segundos temas del día la venta de las radios y la señal de cable que administraba Daniel Hadad al empresario petrolero y del juego Cristóbal López, que adscriben a lo que califican como “medios oficialistas”, y el acto político de Hugo Moyano en Parque Roca. El duopolio (entre ambos venden seis de cada diez ejemplares de los principales diarios del país) despotrica contra la UCR y el FAP por acompañar el proyecto oficial. Esto define el antagonismo entre el sistema representativo y la oposición, que no está en el Congreso ni en los partidos políticos, sino en las grandes empresas, las potencias internacionales y sus voceros. Todo fue distinto cuando el menemismo privatizó YPF. Las negociaciones insumieron seis meses, costó varias semanas conseguir quórum, hubo milmillonarias transferencias a las provincias por regalías mal liquidadas y nunca terminó de esclarecerse la denuncia del diputado Luis Saadi en el recinto, de que los legisladores cobraron ocho millones de dólares por la aprobación del proyecto. En 1999, cuando el Estado cedió su control a los pequeños refinadores y estacioneros españoles de Repsol, María Eugenia Estenssoro escribió con el corazón y la mente que fue “un negocio cocinado” entre “el rey Juan Carlos de España y el presidente Menem”, con motivaciones mezquinas, de corto plazo y “de bolsillo”.

La significación autoevidente

Pocas cosas son más representativas del genio político que el planteo de asuntos inimaginables que luego se incorporan con naturalidad al sentido común. Este ha sido un rasgo distintivo del kirchnerismo. La política de derechos humanos, la renegociación de la deuda pública, la ruptura con el ALCA, la recuperación del sistema previsional de manos de los bancos, la ley de servicios de comunicación audiovisual, el Fondo de Desendeudamiento con reservas del Banco Central y la reforma de su carta orgánica no produjeron menos estupor que la decisión presidencial de recuperar el control de la principal empresa del país. Cuando lo imposible se transforma en obvio el tablero político se reordena con facilidad. Hechos tan diversos como la actualización jubilatoria semestral, los festejos del Bicentenario, la Asignación Universal por Hijo, el reclamo de negociación por las Malvinas y ahora la recuperación de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales ejemplifican la capacidad de Cristina de concentrarse en proyectos de impacto masivo y significación autoevidente. En el corto plazo, la trabajosa búsqueda mediática de cualquier tema capaz de menguar la simpatía por el gobierno puede dar placer a ciertos sectores ya predispuestos. Pero este regodeo en asuntos de importancia social menor es de una irremediable esterilidad. A la identificación certera de cuestiones que inciden en la vida cotidiana de la mayoría y deciden su voto, Cristina suma una vocación didáctica infrecuente, al menos desde la muerte de Juan D. Perón. Los discursos recientes en los que se refirió al caso de YPF no fueron anecdóticos ni formales sino ceñidos a las cuestiones de fondo. El déficit en las inversiones de Repsol se tradujo el año pasado en una factura de importación de petróleo y derivados por casi 10 mil millones de dólares, equivalente al superávit comercial argentino, dijo. Su cáustica referencia a la curva de caída de la producción y las reservas de petróleo de YPF como “la trompa del elefante” fue un dardo a la Caza Real de la España del 25 por ciento de desempleo. También explicó que pese a esta declinación, YPF no tuvo pérdidas sino ganancias extraordinarias, al duplicar sus precios en dólares, refinar sólo para “el público que paga la nafta más cara, los productos premium”, mientras “nosotros tenemos que importar el gasoil y el fuel oil para mantener la producción agrícola ganadera y de energía eléctrica”. Esta “política de vaciamiento” tornaría a la Argentina en “un país inviable”, y no por falta de recursos, ya que luego de China y Estados Unidos “somos el tercer país en el mundo en tener gas shale de reciente descubrimiento”, agregó. (Su descubrimiento se debe a geólogos argentinos, que utilizaron modernas técnicas de 3D sobre la base de la información sísmica disponible para determinar con exactitud dónde perforar. Pero de inmediato fueron apartados de esa tarea, porque Repsol sólo quería difundir el hallazgo para mejorar su capitalización de mercado mientras buscaba inversores internacionales.) Su estrategia consistió en transferir utilidades a la casa matriz, que con ellas ha expandido sus inversiones para perforar en Trinidad y Tobago, Perú, Venezuela, Bolivia, Colombia, Ecuador, Argelia, Libia, Estados Unidos, Brasil, Angola, Rusia, Irlanda, Irak, Túnez y Portugal, lo que Repsol llamó en su página web “diversificción del riesgo argentino”.

¡Generoso ofrecimiento!

En una carta enviada a Cristina, el banquero catalán Antoni Brufau, presidente de Repsol, elevó un plan de negocios con las inversiones y el aumento de la producción que no hizo en la década previa. Confesó que pensaba ceder parte de sus concesiones en la Argentina a otras empresas e inversores, decidiendo en cada caso “quién será el operador”. También invitaría a participar “a las provincias y el Estado Nacional”. El mensaje de elevación del proyecto de expropiación ironiza sobre este “¡Generoso ofrecimiento!” del causante de la situación actual, que ahora se presenta como “salvador capaz de revertir la grave situación” que produjo. La propuesta no contempla aportar siquiera parte del capital y la capacidad operativa propios. Sólo “consiste en ‘subconcesionar’ las áreas a otras empresas o al propio Estado, que desarrollarían este Plan de Negocios”. El papel que se reserva Repsol “como compañía de prestigio y solvencia internacional” es el de garantizar “la atracción de enormes inversiones a la Argentina”. Brufau admitió que YPF ya las estaba negociando con grandes compañías internacionales. Es decir, “pretenden actuar como agentes intermediarios, arrogándose además el derecho de otorgar concesiones sobre los campos que ellos mismos tienen otorgados pero que no pueden explotar por falta de capital o de capacidad operativa”. El mensaje presidencial al Congreso califica este ofrecimiento “a otras empresas de lo que no les pertenece” como una “desvergonzada propuesta”. Esa carta recuerda el escándalo producido por Repsol en Bolivia cuando inscribió como propias reservas que no le pertenecían.

La rama juvenil

Otro rasgo llamativo de la conducción de Cristina es el rol preponderante que ha reservado para cuadros jóvenes, a los que se refirió con insistencia en el acto del viernes, como custodios del legado de quienes “no somos eternos”. Mencionó a aquellos que militan en las escuelas, las universidades y los barrios, pero no a quienes trabajan en fábricas y oficinas, un lamentable olvido discursivo en su propuesta de unidad y organización. En verdad, a sus 40 años Axel Kicillof es un veterano, comparado con los 30 que tenía Antonio Cafiero cuando Perón lo designó ministro de Comercio Exterior. Su defensa del proyecto en el Senado tuvo algo de la intensidad y la persuasión de las clases semanales de Perón en la CGT. Kicillof se expresó con notoria facilidad y sin nervios porque hasta que no recibió un mensaje de texto de su esposa no supo que la sesión se estaba transmitiendo en directo por varias señales de cable. Su impacto fue tan grande que hizo incurrir a un servicial veterano como Roberto García en el exceso de postularlo como eventual sucesor de Cristina, desde su columna en el bisemanario Perfil. No fue necesario que Kicillof se golpeara el pecho y repitiera tres veces mea culpa para que quedara claro que el gobierno rectificaba el rumbo que fijaron los dos funcionarios que lo acompañaban, el ministro polirubro Julio De Vido y el secretario de Energía Daniel Cameron. Acuciados por la prioridad de asegurar energía barata y sin cortes, orientaron cuantiosas inversiones estatales para garantizar el crecimiento de la industria y el empleo, y resistieron hasta cierto punto lo que Kicillof llamó en el Senado el chantaje del señor Brufau, de bajar la producción para conseguir aumento de precios, misión imposible para YPF sin la cartelización con las restantes empresas del sector.

La dureza del obstáculo

La historia no se construye como uno quiere, sino como puede, por un sendero sinuoso, con altibajos y claroscuros, marchas y contramarchas y, sobre todo, “según el grado y la dureza del obstáculo”, sinceró la presidente en Tecnópolis. El momento llegó por la desafortunada confluencia de dos procesos independientes: el alza del precio internacional del barril de petróleo, que en pocos años se duplicó, y la caída en la producción local. El primer factor seguirá su evolución al margen de cualquier opinión argentina. El barril ronda los 120 dólares y según el economista estrella Nuriel Roubini (Scary Oil, http://www.projectsyndicate.org/

commentary/scary-oil) podría seguir su ascenso si en el invierno argentino Barack Obama sumara a su campaña electoral la confrontación con Irán que propicia Israel, desatando una recesión global. No hace falta explicar la diferencia entre quienes puedan aprovisionarse de su propio petróleo y aquellos forzados a importarlo. El segundo elemento, en cambio, sí está en la propia órbita. La existencia de los yacimientos es una ventaja competitiva de la Argentina. Se trata de administrar este recurso que tanto Estados Unidos como Europa definen como estratégico en función del interés social y no con la lógica de la máxima rentabilidad empresarial. Ese interés está descrito en la política hidrocarburífera que expone el mensaje del Poder Ejecutivo al Congreso: promover el desarrollo y el aumento de la competitividad de los diversos sectores económicos y de las provincias y regiones; restituir las reservas dilapidadas en la última década; realizar alianzas estratégicas con capitales públicos y privados, nacionales e internacionales, para explorar y explotar hidrocarburos convencionales y no convencionales y proteger a los consumidores en el precio, calidad y disponibilidad de los combustibles. Mientras los medios locales amplifican los vaticinios españoles sobre el aislamiento de la Argentina, donde nadie querría invertir, los capitales acostumbrados a la seguridad jurídica del centro de Asia están haciendo cola ante los despachos de Kicillof y De Vido, ávidos por los yacimientos no convencionales. Lo que resta por discutir es la estrategia a seguir. La ley plantea acudir a fuentes de financiamiento externas e internas y concertar asociaciones estratégicas y todo tipo de acuerdos con otras empresas públicas, privadas o mixtas, nacionales o extranjeras. Las opciones pasan por incrementar en forma rápida la producción y exploración en los ya maduros yacimientos convencionales que Repsol había dejado caer o acelerar los mismos procesos en los apetecidos yacimientos no convencionales; en cerrar trato con las mayores compañías petroleras o recurrir al financiamiento bancario para realzar el rol del Estado, y en qué proporciones y plazos cada alternativa.

La gestión profesional

Los sucesivos discursos presidenciales y el proyecto de ley insisten en la gestión profesional de la nueva YPF. Esto no es fácil de conseguir, sobre todo cuando los actuales precios del barril incrementan la competencia por los recursos humanos más capacitados. Se parte además de un punto muy bajo, porque los doce años de gestión de Repsol dejaron una YPF de singular atraso tecnológico, sólo volcada a perforar a ciegas en los yacimientos preexistentes, reventando los pozos para monetizar lo antes posible las reservas remanentes, con criterio financiero. La legitimidad de la decisión oficial dependerá de los resultados a mediano y largo plazo. En una despectiva declaración contra el peronismo, Mario Vargas Llosa encomió desde Madrid como un “augurio muy exacto” la frase del alcalde porteño Maurizio Macrì, en un año estaremos peor que hoy”. Y su hijo Alvaro, residente en Wa-shington, añadió que “si el argumento para nacionalizar o expropiar es el del aumento de la producción, lo único que hay que hacer es ver lo que ha pasado en Venezuela y México para darse cuenta de lo que va a ocurrir”. El razonamiento es ahistórico, puro ideologismo abstracto, ya que en la Argentina el dramático declive se inició con la privatización y la desregulación. Para que no se cumpla la interesada profecía de ambos políticos de origen peruano, es imprescindible una conducción profesional, sobre todo en el área crítica de Exploración y Producción, la única que Repsol nunca resignó. La gestión profesional de YPF es uno de los tres principios a los que deberán sujetarse el Estado nacional y las provincias, tal como los definió el mensaje de elevación de la ley. Los restantes son el cumplimiento de “los objetivos de la presente ley” y la administración de YPF Sociedad Anónima “conforme a las mejores prácticas de la industria y del gobierno corporativo, preservando los intereses de sus accionistas y generando valor para ellos”. El tiempo dirá si no son contradictorios.

Fuente: Pagina12


MADRES DE LA PLAZA: En la misma plaza como hace 35 años

Las de Línea Fundadora marcharán alrededor de la Pirámide a las 15 y después se reunirán en el Monumento a Belgrano, donde se juntaron por primera vez aquella tarde de 1977. Las encabezadas por Hebe de Bonafini convocaron para las 17.

“¿A vos te pasa lo mismo que a mí?” Ese interrogante unió en la Plaza de Mayo a las primeras “Madres” detrás de un mismo objetivo: conocer el paradero de sus hijos, a quienes les habían perdido el rastro. Mañana se cumplen 35 años de aquella tarde fundacional de 1977 en la que nació uno de los más fuertes organismos de derechos humanos argentinos. “Llegamos a los 35, las Madres, sin bajar los brazos, sin claudicar, con la misma convicción de aquel día. Pero el camino es largo aún, porque no queremos que quede una sola pizca de impunidad en el país”, balanceó Nora Cortiñas, referente de Línea Fundadora, uno de los dos rumbos que tomó el organismo. Esta tarde compartirán la plaza junto con Asociación Madres de Plaza de Mayo –liderado por Hebe de Bonafini–, aunque no se cruzarán.

Las integrantes de Línea Fundadora realizarán una caminata desde las 15 alrededor de la Pirámide de Mayo y concentrarán luego en el Monumento a Manuel Belgrano, “donde nos juntamos las primeras veces”, recordó Cortiñas. Allí, luego, algunos artistas (Leonor Manso, Alejandra Rabinovich, Manuel Callau) leerán poesías y además bailará una murga. A las 18, HIJOS homenajeará a las Madres en un evento en el Teatro del Sindicato de las Telecomunicaciones (Foetra).

Bajo la consigna “35 años de vida, pasión y lucha de las Madres de Plaza de Mayo”, la entidad conducida por Hebe de Bonafini celebrará en la misma plaza a partir de las 17. Allí se presentarán varios artistas, como los jujeños Humahuaca Trío, el cantautor Guillermo Martínez y el dúo humorístico cordobés Thelma y Nancy. El acto culminará con las palabras de Bonafini, que reconocerá en nombre de la asociación al vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto “por su lucha en pos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la Educación”, comentaron desde la institución. Los festejos de Asociación Madres de Plaza de Mayo en el ECuNHi comenzaron hace una semana, con diferentes espectáculos y homenajes de artistas miembro del espacio e invitados. La señal de radio La Voz de las Madres (AM 530) inició ayer a las 11 un maratón de 35 horas de transmisión con público presente. La actividad, denominada “35 x 35” en homenaje a la historia de lucha de los pañuelos blancos, se realizará en el auditorio Juana Azurduy, en Hipólito Yrigoyen 1584.

Era el 30 de abril de 1977. La dictadura atravesaba su etapa más sangrienta. A pesar de que Azucena Villaflor, María Eugenia de Bianco y Esther de Careaga, tres de las primeras “Madres” que hicieron público su reclamo y visibilizaron una realidad que arrasaba, entonces, en todo el país, habían corrido la misma suerte que sus hijos, el miedo no caló en el hueso de aquellas mujeres que cubrieron desde ese día y para siempre sus cabezas con pañuelos blancos. Los encuentros no cesaron. “Muchos años fuimos invisibles en la Plaza. Pasaba la gente y no nos veía porque el terror se los impedía. Nos llamaron locas. Sin embargo, sostuvimos la lucha y soportamos todas las inclemencias”, rememoró Cortiñas.

Por inclemencias no se refirió sólo a las del tiempo. “Con los Juicios a las Juntas (tras el regreso de la democracia) creímos que las puertas de la Justicia..., pero el gobierno (del ex presidente Raúl Alfonsín) claudicó también, y la impunidad nos silenció nuevamente”, remarcó la referente. Resistieron, defendieron sus diferencias internas, sostuvieron su lucha fronteras adentro y afuera de Argentina, y continúan su camino, a 35 años de su nacimiento, con varias batallas ganadas. “Nunca nos imaginamos que íbamos a poder tocar nuevamente la justicia, la verdad. Desde 2003 que logramos muchos avances en nuestra lucha. Valoramos tanto que (el ex presidente Néstor) Kirchner haya bajado el cuadro del máximo genocida (Jorge Rafael Videla), valoramos tanto estos juicios”, mencionó.

Fuente: Pagina12

sábado, 28 de abril de 2012

JOSE SCHULMAN: Entre el espanto y la ternura

Nace la Marcha Patriótica del pueblo Colombiano, una gran victoria sobre la muerte y el horror, un salto cultural de la izquierda latinoamericana.


Bogotá es una ciudad hermosa pero desarticulada totalmente por las torpezas interesadas (un gran negociado que terminó con la gobernación del Polo Democrático y un grupo de funcionarios presos por corrupción) de quienes debían reparar avenidas y plazas.

Cuesta moverse de un lado para otro y no es fácil cruzarla al medio día. 


Y además es una ciudad ocupada militarmente. Así como lo digo: policías armados con fusiles de grueso calibre, armas de asalto y uniformes de esos que uno veía en las Tortugas Ninjas y que también usan las tropas especiales de Santiago de Chile, de Buenos Aires o Asunción, que en eso no hay muchas diferencias. Pero aquí son todos, y están ocupando todos los espacios con la convicción de quien se siente dueño de la democracia, del gobierno, de la situación.

Es que cincuenta años de conflicto social y armado no dejan de modelar casi cada uno de los aspectos de la vida humana de este gran país. De pronto uno comprende que Gabriel García Márquez y Botero no hicieron más que recrear artísticamente una realidad desconcertante, desmesurada, agobiante a veces, loca de la mejor locura –esa que animó al Che o a Ho Chi Minh- otras. 


En los últimos años, la derecha colombiana, el stablishment, el bloque de poder tan articulado económica, cultural, política y militarmente con los yankees (acaba de entrar en vigencia el TLC que prepararon por años y que legitima la subordinación colonial del país hacia el Imperio) no dejo de lograr victorias: golpeó una y otra vez los intentos de establecer una negociación política con la insurgencia, frustró varias veces liberaciones unilaterales de las FARC y asesinó a una serie de Comandantes históricos de esa fuerza, Alfonso Cano, Raúl Reyes, el Mono Jojoy, creando una imagen triunfalista que se completó con el cambio de presidente: Santos, el político liberal dueño de grandes medios de comunicación y de un apellido ilustre reemplazando al impresentable Uribe, paramilitar y narcotraficante. Santos hablando de derechos humanos, promoviendo leyes de reparación y de devolución de tierras (hay cinco millones de campesinos desplazados por el conflicto al que le arrebataron las tierras), sumándose al Unasur y mostrándose amigo de los gobiernos progresistas de la región que le regalaron la secretaría del espacio de articulación regional más potente.

Para los observadores “objetivos” de derecha y de izquierda, para los analistas de los servicios de inteligencia y de las Cancillerías no había dudas: las Farc estaban desarticuladas y en proceso de extinción y la sociedad civil colombiana había entrado en un dialogo virtuoso con Santos del que iría conformándose la sociedad post conflicto que daría patente de democrático al gobierno colombiano. 


Y de repente, cuando nadie de estos sectores lo esperaba, pero organizado pacientemente por años, nacida de cada gota de sangre derramada y de cada metro de tierra arrebatada, surge un movimiento de confluencia de procesos de resistencia múltiples: del movimiento estudiantil que frenó la reforma educativa y se unió por encima de sectarismos y divisiones históricas; del movimiento campesino que resurge y resiste a pesar de los millones de desplazados y de los miles de desaparecidos y asesinados (al comenzar el congreso de Marcha Patriótica se denunció la desaparición forzada de Hernán Díaz, dirigente campesino del Putumayo, abocado a organizar la delegación), del espacio de la cultura y el arte que se niega a corromper por la moda dominante, de los barrios y territorios y de la izquierda orgánica que estaba en el Polo y otros que hasta ahora se negaban a toda forma de lucha política abierta; y todo estos sectores mostrando un cambio cultural colosal (al que habrá que volver en otras notas) donde el posibilismo, el vanguardismo, la construcción desde los referentes y el espacio estatal, están seriamente dañados y dan lugar a nuevos valores culturales más cercanos a la unidad de las izquierdas, la pluralidad entendida como fortaleza, el antiimperialismo como ideología del cambio y una mirada atenta a la correlación de fuerzas nacional y regional.

Y de pronto, cuando nadie lo esperaba, ochenta mil compañeros invaden Bogotá pacíficamente y caminan por las calles, pasan por medio de los miles de policías militarizados, desoyen las provocaciones que todo el día afirma por la tele y la radio que el Comandante Iván Márquez, del secretariado de las Farc, viene marchando con los campesinos, no se dejan arredrar por las descalificaciones de la presidenta del Polo que los ningunea, no se dejan afectar por las diferencias que tienen entre sí y caminan. Bajan de la montaña y suben por los ríos, cruzan Colombia de norte a sur y de oeste a este, y llegan a la hora señalada al punto exacto: a las dos de la tarde a la Plaza Bolívar, frente a la casa de Gobierno para encontrarse y abrazarse, para levantar los puños y volver a decir que ni un minuto de silencio por los compañeros muertos por el enemigo y toda una vida de lucha para vengarlos y para sentarse a comer el platillo de comida y de pronto saltar de alegría porque está hablando una mujer, una negra, una como ellos que les habla en el mismo idioma de ellos que les dice que ya está, que ya llegaron y que nada va a ser igual en Colombia. Y les creen porque a Piedad Córdoba hay que creerle. Basta mirarle a los ojos para creerle. Basta ver sus ojos flameando de ardor cuando denuncia un asesinato para creerle. Basta verle en medio de la selva, rodeada de militares y gringos, liberando retenidos para creerle. Basta verle hablar con cada militante de igual a igual para creerle. 


Ese mismo día, de tardecita, Santos cambió el ministro de Interior. Puede ser que sea casualidad. O puede que no.

Al otro día, la Junta Patriótica de la Marcha, empezó a trabajar para seguir construyendo la gran fuerza que imponga la paz y abra las puertas de una historia que ha estado cerrada más de cincuenta años. Demasiado tiempo, demasiado, hasta para un país donde la soledad dura cien años y las guerrillas cuarenta. 


Es el tiempo de la paz y el cambio revolucionario.

Cierto que faltará tiempo para eso, pero la Marcha Patriótica ha puesto al pueblo Colombiano en marcha y nadie lo va a detener. 


Ya no.

Ya no. 


Ya no.


ARTEMIO LOPEZ: Audiencias redundantes

Por Artemio López *


Transitamos un período donde periódicamente consultoras opositoras insisten en la caída de la imagen presidencial y de gestión, apoyadas en acontecimientos editorializados por los medios que adversan al oficialismo, a los que adjudican capacidad de interpelar inmediatamente a la “opinión pública” nacional.

Sucede que, una vez creado el microclima por los medios opositores, resulta sorpresivo, por citar un caso contundente, los casi 12 millones de votos obtenidos por el oficialismo en octubre de 2011, en el mismo momento en el que estaba siendo sometido a duras críticas a través de los medios opositores.

Desarrollamos el concepto de “audiencias redundantes” para describir a modo de discusión preliminar el fenómeno configurado por el impacto de la notable actividad política opositora desplegada por los medios de difusión de alcance metropolitano.

El fenómeno en cuestión reside no en negar influencia de los aparatos de medios opositores sino en señalar su actual incapacidad de ampliar audiencias, quedando su efecto de aversión encapsulado sobre los segmentos que ya resultaban opositores al oficialismo y circunscriptos geográficamente a la zona metropolitana, donde prácticamente agotan toda su influencia.

La zona metropolitana, debe recordarse, representa no la totalidad, ni la mayoría, sino el 33 por ciento del padrón nacional de electores, aunque si consideramos la CABA y el cordón 1 del conurbano bonaerense, donde efectivamente el corredor de medios opositores es fluido, la representación baja al 20 por ciento del total de electores nacionales.

La redundancia y el acotamiento geográfico explican el impacto escaso de los temas que se han generado desde los aparatos mediáticos opositores en el último tiempo, desde el caso Schoklender hasta la ley antiterrorista, la megaminería, el proyecto X y el más reciente affaire Ciccone.

Ciertamente los primeros han generado algún ruido entre los adherentes y electores progresistas no peronistas del kirchnerismo, que representan el 8 por ciento del total del universo kirchnerista en general, pero ni en ese universo ni en el general de votantes oficialistas se observan cambios estadísticamente significativos en la arquitectura de preferencias nacionales.

El impacto metropolitano de los medios opositores, que son los que llevan la delantera en la instalación de estos temas –aunque sin mayores réplicas nacionales importantes en los medios, incluso los opositores, del resto del país–, no parece alterar en nada la arquitectura de audiencias de octubre y lo que logran es redundar sobre aquellos que ya estaban convencidos. Algo así como cazar en el zoológico.

Una especie de fenómeno de audiencias 6, 7, 8 en sentido contrario. No logran incorporar nada nuevo y sólo impactan en parte de las audiencias ya establecidas, reproduciendo tanto las adhesiones como las aversiones de estos grupos.

Tal vez lo más efectivo hoy de las alternativas de medios oficialistas es ya no tanto la generación de contenidos, ni la ampliación de audiencias, sino el efecto arrastre sobre los medios opositores que responden contraeditorializando el discurso de medios oficialista.

En general, entonces, la de los medios opositores resulta hoy una práctica de audiencias redundantes, con impacto en la zona metropolitana, bastante poco productiva al momento de inducir cambios en el estado de opinión pública, que sigue teniendo al oficialismo como mayoría nacional sólida de preferencias y a la gestión del gobierno nacional en general, y la coyuntura socioeconómica favorable en particular, como el eje de esta mayoría electoral.

Finalmente cabe señalar que la fortaleza relativa del oficialismo es también el resultado de la estructura fragmentada de la oposición, que no logra resolver su formato de archipiélago patentizado en las elecciones de octubre de 2011 y se mantiene sin cambios significativos en la actualidad, donde ningún liderazgo opositor compite con alguna chance con el de Cristina Kirchner a nivel nacional.

Q Director de la Consultora Equis.

Fuente: Pagina12

FORMOSA: SUPERIOR TRIBUNAL DE JUSTICIA HOMENAJEA A DESAPARECIDOS

La Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Filial Formosa, destacó la firma de la Resolución 79/12 del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Formosa, que ordena la reposición de la placa conmemorativa de los trabajadores judiciales formoseños detenidos desaparecidos en la dictadura militar que fuera realizada por los empleados del Poder Judicial provincial. Con motivo de la inauguración del nuevo edificio “Tribunales”, la placa había sido removida de su anterior sitio en el viejo edificio y dada en custodia a la Secretaría de Gobierno del alto tribunal. Ahora se ordena su instalación en un sitio y con un dispositivo que permita su inmediata visualización por parte de quienes allí trabajan, por los abogados del foro y por el público en general. 



También dispuso el Superior Tribunal que se solicite al ex empleado judicial y detenido en la dictadura militar Adriano Acosta,  la recopilación, restauración y enmarcado de fotografías de aquellos empleados judiciales que permanecen en condición de desaparecidos, para su oportuna colocación en el edificio “Tribunales”, asumiendo el Poder Judicial los costos que correspondan. 

2010 - Reunión de organismos de DDHH
y querellantes con el STJ.
A principios del año 2010, una comisión de organismos de derechos humanos formoseños se reunió con los miembros del Superior Tribunal a efectos de peticionar que desde ese poder del estado provincial se rinda homenaje a aquellos a quienes la dictadura les arrancó la vida por su compromiso con una sociedad justa. Participaron en ese entonces el ex Secretario General de la Asociación de Trabajadores del Estado Roberto Antenor Gauna "ñaño", la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y abogados querellantes en los juicios por delitos de lesa humanidad en la Provincia de Formosa. 

Uno de los sectores mas castigados por la represión de la dictadura fue la Asociación Judicial Formosa, cuyos dirigentes fueran masivamente detenidos y torturados, como el caso de Adriano Acosta. Se mantienen en condición de desaparecidos entre otros Pedro Crisólogo Morel, Sara Fulvia Ayala, Ricardo Borgner y Mirta Insfran. 

El Superior Tribunal de Justicia, se convierte así en el primer poder del estado formoseño que rinde homenaje a estos queridos compañeros luego de tres décadas de restauración democrática.

martes, 24 de abril de 2012

FORMOSA - REPRESOR DETENIDO:

Trascendió que el tenebroso represor con actuación en Formosa durante mla dictadura, Comandante de Gendarmería Horacio Rafael Domato, fue detenido en la provincia de Córdoba al salir de un departamento.

El represor se encontraba prófugo desde hace años, y el Ministerio de Justicia de la Nación lo había incluido entre aquellos represores prófugos por los cuales se ofrecía recompensa.

Domato fue quien actuó como jefe de los secuestradores y torturadores en el Regimiento 29 de Infantería de Monte de Formosa, y responsable de desapariciones, asesinatos, torturas y violaciones en la dictadura, entre ellos los secuestros de Pancho Bogarin, Cantalicio Mazacote, Mirta Insfran, Ricardo Borgne, Monchi Diaz y Fausto Carrillo.

De acuerdo a informaciones de las querellas, el represor se había radicado en el Paraguay dedicándose a la compraventa de cueros, e ingresaba a la Argentina por el paso de Clorinda, Formosa.

El represor deberá ser trasladado a Formosa parea su elevación a juicio oral.

lunes, 23 de abril de 2012

FORMOSA: TESTIGO AMENAZADO RELATA MASACRE DE MOJON DE FIERRO EN LA DICTADURA

Entrevista completa de Canal 10 - Cooperativa de Servicios Públicos de Clorinda


El testigo Jorge Juan Carlos Ayala, ex conscripto del Regimiento 29 de Infantería de Monte quien es testigo en los juicios por delitos de lesa humanidad en Formosa, relató al Canal 10 de Clorinda, de la Cooperativa de Servicios Públicos, el fusilamiento de prisioneros durante la dictadura militar en la localidad de Mojón de Fierro, Formosa, por parte de personal del ejército, acompañados por el Padre Lima, capellan del RIM 29. Los detenidos se encontraban atados y vendados y unidos entre si por una soga. Entre los fusilados se encontraban los detenidos desaparecidos Francisco "Pancho" Bogarin y Cantalicio Mazacote.


Luego de esta entrevista, Ayala declaró ante el Juzgado Federal Nº 2 de Formosa.

Ayala teme por la seguridad de su familia. Relató que su hija al levantarse junto a su marido se disponían a tomar mate y en el portón alcanzaron a ver un sobre, pensando que era una boleta de servicio la fueron a buscar y al abrirla se encontraron con la amenaza de muerte, “ESTA ES LA SEGUNDA, LA TERCERA NO LA CONTÁS”  esto decía la nota hecha con recortes de diario que le dejaron dentro de un sobre en el portón de la casa. Ya habia sido amenazado personalmente dias antes.

La noche anterior, su hija vio a un automóvil estacionado en inmediaciones a su domicilio en una zona sin iluminación. El sobre lo encontraron en la mañana del miércoles, y agregó que esta preocupado por su familia, no por él. Denunció el hecho en el Escuadrón 16 Clorinda de Gendarmería.


Entrevista completa de Canal 10.



EDUARDO ALIVERTI: Y péguele fuerte

23/04/2012


Por Eduardo Aliverti


No hay nada más imperioso, en momentos como éstos, que desmalezar la información circulante. Algunos colegas, sobre todo de este diario, vienen haciéndolo con rigor. Es tal el tráfico de intereses –y en consecuencia la cantidad de falsedades– que cabe insistir. El orden siguiente es aleatorio, tanto como el modo en que los sectores de derecha más concentrados revelan su desconsuelo. Para peor de esos grupos, el conjunto de la oposición apoya la medida. Hasta Macri tuvo que pegarle una vuelta a su virulenta crítica inicial desde la cuna de Antonia. Según les pinte, los medios militantes del antioficialismo ubican a uno u otro ítem como la amenaza grandilocuente. Suben y bajan. Parecen ascensor.

- España hará tronar el escarmiento. El disparate más grande de todos. Las exportaciones españolas a la Argentina están en alrededor de mil millones de euros, pero las importaciones desde aquí son por el doble. Hay más de una docena de grandes empresas españolas que operan en la Argentina en rubros como banca, construcción, energía, hotelería, comunicación. Según el Ibex 35, índice de la Bolsa de Madrid, las compañías de la península se llevan más de 26 mil millones de dólares por ingresos generados en la Argentina. Solamente Telefónica obtuvo el año pasado un volumen de negocios superior a los cuatro mil millones de dólares. Santander Río, BBVA Banco Francés, Mapfre, DHL, Endesa, Cirsa, Santillana, NH Hoteles, Codorniú, Prosegur, y una lista que se completa con más de 400 empresas ibéricas operantes en la Argentina, dan cuenta de que España es hoy el primer inversor extranjero en nuestro país. A esa España que en cierto pero no menor sentido se cae a pedazos o, si se prefiere, al gobierno que la administra con el ajuste más salvaje de –por lo menos– su decurso post-franquista, no le dan los números siquiera para alzar la voz. Lo dijo, entre otros muchos ignorados por los medios españoles y sus aliados criollos, el cooperativista español Gabriel Trenzado: España tiene mucho más para perder que para ganar en un enfrentamiento con la Argentina.

- También Europa podría vengarse. Es un aspecto que, si acaso pudiera ser posible, supera a la tontería del revanchismo meramente español. Así como, después de Brasil, Europa es el segundo destino de las exportaciones argentinas, la Unión Europea es el segundo inversor en la Argentina. Justo cuando la crisis de los europeos y sus empresas les hacen mirar con mayor cariño que nunca lo que puedan exprimir aquí y en el resto de América, para conformar a sus accionistas mientras descargan en las clases populares el costo del ajuste, Europa estaría en condiciones de demostrar lo larga que es su capacidad de intimidar. Muy gracioso.

- La presión de Repsol por el monto indemnizatorio hará que acuda a todos los juzgados internacionales y la Argentina agregará porotos a su aislamiento del mundo. Reíte de Janeiro. La petrolera estatal venezolana y la Exxon estadounidense ya llevan cuatro años negociando el precio por las expropiaciones de Hugo Chávez. El dato es público. Tiene el plus de haber sido destacado, a entrada de columna a página 9, el jueves pasado, por uno de los periodistas serios que le quedan a Clarín, Daniel Fernández Canedo. Siempre se escapa algo.

- Cuidado con el Ciadi, a donde podría recurrir el Estado español. El Ciadi es el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones. Una entidad y sigla más adecuadas a alguna ocurrencia de Groucho Marx que a un organismo altamente influyente. Depende del Banco Mundial, otro invento de los países ricos para distribuir migajas a cambio de planes de ajuste. De manera que su sentido es proteger a los grandes emporios radicados en las naciones en vías de desarrollo. Brasil no entró a ese engendro, como elemento informativo considerable si se estimara menor que huyeron de él Bolivia, Ecuador y Venezuela. Y si tampoco alcanzase eso para mensurar su nula o escasa influencia, tómese nota de que ninguno de sus temibles dictámenes perjudicó a país alguno. Si a Repsol se le ocurriese ir al Ciadi y de acuerdo con los antecedentes comprobados, se calcula que, entre el tiempo que llevará pasar por los tribunales argentinos y las apelaciones españolas, andaríamos más o menos por 2020.

- Se afecta la seguridad jurídica de una empresa española, con todo lo que ello podría significar no sólo en términos de intercambio comercial sino también de relaciones institucionales, perjuicio para los españoles de a pie y, ergo, para la amistad entre los pueblos.Repsol es una multinacional, no una empresa española. Y respecto de las necesidades de la inmensa mayoría de los ibéricos, la voracidad y ganancias de la empresa tienen que ver con el pueblo español lo mismo que el culo con la llovizna. Leamos lo escrito por el colega Oriol Malló Vilaplana, en el sitio Público.es: “La llamada reconquista económica española de América latina, iniciada en 1991 con la privatización de grandes empresas públicas argentinas, supuso la irrupción de un nuevo grupo de poder en dicho territorio. Gracias a la cooptación, la corrupción y la seducción, el cartel español ha monopolizado mercados de obras públicas, agua, energía, turismo, medios y telecomunicaciones. La nueva elite neoliberal, formada al calor de Salinas de Gortari, Menem o Fujimori, tomó como bandera la democracia oligárquica española y su milagro económico, hoy en ruinas, mientras Felipe González piloteaba este proyecto de desembarco imperial bajo cobertura política y financiera de los Estados Unidos. Así emergieron, en los ’90, las poderosas redes de la hispanidad que son, hoy, el principal ariete contra el cambio y la soberanía de las Américas (...) El apoyo larvado al golpe de Estado empresarial contra Hugo Chávez en 2002, o la intervención directa en las elecciones mexicanas de 2006 para evitar el triunfo del candidato de centroizquierda Manuel López Obrador (demuestran que) el cartel español construye y reconstruye la historia jamás contada de los nuevos conquistadores, sus aliados locales y los verdaderos amos de la pinza Madrid-Miami”. En el mismo sitio, bajo título de “Por qué España agachará la cabeza con YPF”, David Bollero explica que “España por sí sola no podrá hacer nada. No tiene el peso internacional para hacer ello. Estamos hartos de comprobarlo y esta cuestión no será distinta. Por eso el gobierno busca desesperadamente apoyos externos, habiendo encontrado únicamente el de México. El resto son ambigüedades, puesto que la misma Unión Europea ya habla de conflicto bilateral y la Comisión Europea ha reconocido que ‘la UE no tiene actualmente ningún instrumento legal que invocar a este respecto frente a la Argentina’. Tan sólo podría ejercer presión, pero al borde del colapso del euro. ¿Le conviene? O, sencillamente, ¿se atreverá?”. Y termina: “Tras la actitud de gallito peleón, España terminará por agachar la cabeza en el asunto de YPF. Y, siendo honestos, es lo que nos toca. Queríamos capitalismo y nos han dado dos tazas. Nadie es rico si no es a costa de otro. Es una máxima que igual sirve para el ámbito doméstico como empresarial, o de relaciones internacionales. Y cuando las tornas se dan vuelta, escuece; pero hay que apechugar porque es el estadio original que nos corresponde. Todo lo demás, artificio”.

A esta altura de la nota, viene quedando afuera –sólo por ejemplo– observar o refutar que los Kirchner fueron noventísticamente decisivos para aprobar la privatización de YPF, o bien que se engulleron remarcar a su tiempo lo que ahora denuncian. ¿Es que siempre es tarde para hacer las cosas? ¿Es que siempre importa más de dónde se viene que hacia dónde se va, o que si es por eso jamás sería posible acometer una acción de gobierno sin que sea condenada? También queda afuera un Axel Kicillof que según los medios de la ultraoposición pareció estar más en una asamblea universitaria que frente a una comisión senatorial, como si nos hubiera ido mejor con los modositos que a lo largo de la historia respetaron la oratoria circunspecta. Y como si, al margen de apreciaciones retóricas, no hubiera tenido un desempeño que dejó sin argumentos a los interpelantes. Más todavía: queda afuera si se podrá demostrar que, además del acto épico de haber recuperado la más estratégica de las empresas, además de haberse animado a lo que ya no se soñaba ni con largas líneas de fiebre, sabrán sacar el petróleo y alterar el paradigma energético. Queda afuera de dónde saldrá la plata y qué intereses afectarán para que salga.

Puede, en principio, quedar afuera el desarrollo de todo eso; o remitirlo a algunas pocas oraciones como las precedentes. Pero ocurre que primero es imprescindible desmontar las pelotudeces, tilingas o corporativas, de que se vale el enemigo para asustar a la gente.

Fuente: Pagina12

domingo, 22 de abril de 2012

Las provincias y los pozos de YPF

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