No tengo cuerpo, soy un valor, un sentimiento y también un compromiso. Hago mi casa en el corazón de muchas personas que desinteresadamente ven y escuchan a sus hermanos en la obstinada intención de construir una Patria de iguales.
Estuve presente en estas tierras desde 1810 por lo menos, en ese sentimiento de Patria, que es un primo muy querido, que llevó a hombres y mujeres a independizarse del yugo español. También estuve en las familias que todo lo dieron por un sueño de liberación en esas luchas por la independencia. Una independencia que después no robó un enemigo muy oscuro: el egoísmo.
Les cuento que hace muchos años, un médico prestigioso, que había nacido en 1895, viajando en mi amigo el tren, llegó a un pueblo chiquito en el monte formoseño: Estanislao del Campo. En ese pueblo convivían olvidados campesinos y comunidades mas olvidadas aún del pueblo originario Pilagá. El tren se detuvo y el doctorcito Laureano Maradona tuvo que atender un parto difícil de una mujer. Cuando el tren debía reiniciar su marcha, el doctorcito reparó en la cantidad de desheredados de la tierra que había en ese lugar. Allí aparecí yo… la solidaridad. Y mi hermana la Justicia. El médico se quedó a vivir en Campo, llamado entonces Guaycurri. Desde ese día recorrí con el los montes del impenetrable llevando consuelo y salud a todos los afligidos. En los 50 años que allí vivió Don Laureano trabajó desinteresadamente en el progreso social, sanitario, económico de las comunidades originarias.
Laureano Maradona vivió hasta los 91 años en ese pueblo. Quedó en la memoria colectiva como “el médico de los pobres”. Su casa, una casa muy humilde fue durante muchos años el refugio de los desconsolados. Aún pueden verse allí los frasquitos con remedios.
Laureano no profería grandes discursos, ni hablaba difícil. Pero era el testimonio vivo de lo que puede la fe, la esperanza y el deseo de un mundo mejor. Todo el era un ejemplo de vida. El decía: “Que sólo los demás tengan derecho sobre mí”.
Laureano murió en la década del 90. Cuando los argentinos recuerdan el “DIA DEL MEDICO RURAL” , todos los 4 de Julio (día de su nacimiento allá por 1895), lo recuerdan en honor a el, que con compromiso con los pobres construyó ese pedacito de Patria.
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