La estancia se llama Los Algodonales. Tiene 33 mil hectáreas y queda en el norte santafesino, en la localidad Gregoria Pérez de Denis. Allí, tierra árida, sin agua y sin luz, casi sin nada, cerca del Chaco y Santiago del Estero, se dirime un conflicto político, económico y social. Que tiene como protagonistas a un grupo empresario italiano con buena capacidad de lobby, al gobierno de Hermes Binner y a 80 familias de productores con economía de subsistencia, que fueron desalojados en 1978, soportaron otro embate en 2007 y esta semana recibieron la visita, por orden judicial, de la guardia rural Los Pumas, de la policía de Santa Fe.
Un año atrás, el escenario era algo distinto. El Senado de la provincia de Santa Fe aprobaba por unanimidad una ley para expropiar la estancia, una norma que implicaba, a su vez, un proyecto de colonización, como los que ayudaron a poblar de chacareros la provincia durante la gobernación de Carlos Sylvestre Begnis.
La norma, basada en que las tierras no pueden ser improductivas según la Constitución de la provincia y que los campesinos están instalados allí hace más de tres generaciones, había sido pergeñada por un legislador peronista, Hugo Terré. Y apoyada por el gobierno del Frente Progresista Cívico y Social.
Sin embargo, algo hizo que el apoyo del socialismo se modificara. En un año, sus diputados, que tienen mayoría en esa cámara, no trataron el proyecto. De hecho, el 1 de mayo de este año, el día de la apertura de las sesiones Legislativas, los pequeños productores, acompañados por la Federación Agraria Argentina (FAA), se convocaron frente a la legislatura para protestar por esa inmovilidad. Entre la espada y la pared, el gobierno provincial convocó a una mesa de diálogo. Que ahora corre riesgo de derrumbarse.
“Este es un caso de extranjerización de tierras, son de una empresa italiana: Beltrame”, indicó Gilda Román, una docente que vive en el pueblo conocido como El Nochero, lindante con la estancia Los Algodonales, quien fue testigo de los dos desalojos que sufrieron sus vecinos, que vio cómo algunos terminaron en barrios marginales de Buenos Aires, que se tomó el problema como uno propio.
“El senador socialista y provincial Juan Carlos Zabalza habló muchísimas veces con nosotros y tenemos una nota de cuando el ministro de la producción Juan José Bertero apoyaba el proyecto. Esos campos siempre estuvieron improductivos. Los compararon durante la dictadura. Ahora, el gobierno dice que no puede afrontar económicamente la expropiación. Pero los productores no quieren un regalo, quieren que les den un crédito. Ellos con sus vaquitas podrían pagarlo”, señaló Román.
El senador Zabalza, uno de los hombres de extrema confianza del gobernador, admitió las reuniones con los pequeños productores de Los Algodonales. “Estamos buscando una alternativa que signifique resolver el problema sin llegar al tema de la expropiación”, apuntó. “Queremos resolver efectivamente el problem, y no generar uno nuevo”, agregó.
–¿Pero ustedes no apoyaban la expropiación?
–Esto no se resuelve con una expropiación.
–¿Por qué no?
–Porque se cayó el muro de Berlín, no sé si te lo digo claro.
–¿Recibieron presiones del Grupo Beltrame?
–No hubo presiones de la empresa, no que yo sepa. Este es un problema histórico. Tiene que saber que a esta gente nunca nadie los atendió.
El Grupo Beltrame es italiano. Es la quinta acería más importante de Europa, donde tiene apostadas nueve plantas, produce cerca de 3 millones de toneladas anuales y emplea a más de 2600 trabajadores.
En 2008 se instalaron en Villa Constitución. Construyeron, financiados por el Banco Nación, una planta con capacidad para producir 250 mil toneladas anuales. En agosto del año pasado, la compañía anunció una nueva inversión de 120 millones de dólares para ampliar su capacidad a 800 mil toneladas: 300 mil de laminados y 500 mil de palanquillas.
Los productores denuncian que el grupo tiene en Santa Fe, en la actualidad, unas 240 mil hectáreas. Es al fin, el fruto de una vieja sociedad, ahora rota, con otro italiano, Domingo Iannozzi, quien en los años noventa llegó a concentrar más de 600 mil hectáreas entre Santa Fe, Buenos Aires y el sur del país. Un buen amigo del ex gobernador Carlos Reutemann.
“Lo de Los Algodonales no se resolvió porque la empresa apretó al gobierno con no hacer ciertas inversiones. Ellos nunca usaron las tierras. Las usan como capital, para sacar créditos”, aseveró Omar Príncipe, secretario gremial de Federación Agraria, que desde hace un tiempo acompaña en el reclamo a las 80 familias.
Príncipe anticipó además que por estas horas elabora una carta dirigida al ministro de Producción de la provincia para advertirle que si los policías rurales de Los Pumas siguen molestando a las 80 familias se van a levantar de la Mesa de Diálogo.
La visita de Los Pumas, con sus uniformes oliva, con sus camiones un poco turquesas otro poco camuflados, trae muy malos recuerdos entre los pobladores de Los Algodonales. No hay quien no tenga presente que en 2007, a esas mismas preguntas de los efectivos acerca de sus rodeos, las vacunas y sus marcas, le siguió una orden de desalojo, el desarraigo, un éxodo que en el departamento de 9 de Julio, según los últimos dos censos, se llevó al 35% de la población.
Fuente: Tiempo Argentino
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