martes, 31 de mayo de 2011

Un abogado ultracatólico se sumó a la ofensiva política contra las Madres

En los últimos días, una vez más, ciertos medios, periodistas, algún abogado ultramontano y un puñado de políticos con brújula prestada que se amontonan en ese espacio difuso llamado oposición, aspiran a instalar su nuevo banquete mediático, atravesando un límite que hasta el momento no se habían atrevido a traspasar: el pañuelo blanco. Quieren, sin medir las consecuencias, o tal vez, con plena conciencia, convertir a los pañuelos y su historia en mantel de obscena bacanal. Arrastrar al barro un símbolo de lucha, resistencia, coherencia y, también, de apuesta por el futuro, como son y han sido las Madres de Plaza de Mayo desde hace 35 años –cuando muchos de los balbuceantes de hoy estaban escondidos o, peor, haciendo oficialismo del terror de Estado–, es un síntoma peligroso.

La controvertida salida de Sergio Schoklender de la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo, y en particular del proyecto Misión Sueños Compartidos, el emprendimiento de construcción de viviendas sociales que llevan adelante Hebe Bonafini y sus compañeras de vida y de lucha, –una labor de hondo compromiso con el más amplio sentido de lo que significan los Derechos Humanos–, fue la frutilla mediática que necesitaban los operadores habituales de las habituales corporaciones. 

Tras las denuncias públicas en su contra, Schoklender fue a la redacción de Clarín a dar sus explicaciones, lo que el diario de Noble y Magnetto transformó en un título dominical con el que no dudó, claro, en apuntar sobre las Madres. Ayer Schoklender mantuvo su gira por algunos medios, entre ellos C5N con Eduardo Feinmann. Durante la entrevista, de casi una hora, recordó, por ejemplo, que las Madres nunca cobraron un peso del Estado en concepto de reparación histórica por la desaparición de sus hijos.

Pero la discusión hoy es otra. Porque descontextualizar la ofensiva contra las Madres que se montó en la última semana es, como mínimo, dar una interpretación sesgada de lo que se está contando. Algo a lo que nos han acostumbrado.

En simultáneo a conocerse la partida de Schoklender, Eduardo Duhalde, en un acto de campaña en Tucumán, el pasado 26 de mayo arremetió contra Hebe con descalificaciones dignas de un cromañón político. El mismo Duhalde que el año pasado, durante una entrevista radial que le realizó Magdalena Ruiz Guiñazú, afirmó que “hay que parir en 2011 un gobierno para todos los argentinos: para los comunistas, socialistas, para el que quiere a Videla y para el que no lo quiera”, ese Duhalde que calificó a la “maldita Bonaerense” formada en las mazmorras del genocida Camps como “la mejor Policía del mundo”, el mismo que en su flamígero discurso tucumano buscó contraponer a las Madres Línea Fundadora –a quienes elogió– con Hebe. Pero fueron Tati Almeyda, Nora Cortiñas y las demás Madres que dejaron la Asociación que preside Bonafini en 1986 quienes volvieron las cosas a su lugar: “Él es antagónico con todos los organismos. Duhalde no tiene autoridad alguna en el campo de los Derechos Humanos. Se trata de un reivindicador y propiciador público de la impunidad de la dictadura cívico-militar que ejecutó el terrorismo de Estado en nuestro país y cuyos delitos contra la humanidad están siendo juzgados en la actualidad por la justicia argentina. Por lo tanto, carece de todo valor moral y ético para formular cualquier tipo de opiniones que, de hecho, resultan perversas.”

El contexto actual, preelectoral y mezquino, permite entender la voracidad. En ese marco aparece el abogado ultracatólico Jorge Luis Vitale, que cortó y pegó lo publicado en la prensa sobre el apartamiento del ex administrador de la Fundación de las Madres y partió raudo a los tribunales para denunciar a Schoklender por el presunto manejo irregular de fondos. También apuntaron contra Bonafini el ministro Julio de Vido y el jefe de Gabinete Aníbal Fernández. El expediente 6204/11 quedó radicado en el Juzgado Federal Nº 8, a cargo del juez Marcelo Martínez de Giorgi. Allí denuncia entre otros supuestos delitos la “violación a los deberes de funcionario público, malversación de caudales públicos, defraudación a la administración pública y abuso de autoridad”, y que las viviendas construidas por la Fundación Madres de Plaza de Mayo tuvieron un costo, para 43 metros cuadrados, de 250 mil pesos, “cuando el costo real no superaría los 50 mil”. 

¿Quién es Vitale? Fue funcionario menemista entre 1989 y 1993. Durante la gestión de Carlos Grosso en la Ciudad de Buenos Aires fue secretario de la Comisión de Obras Públicas de la Legislatura porteña, y luego secretario legislativo del Bloque Lealtad Peronista, para regresar como secretario de la Comisión de Vivienda entre 1995 y 1996, y más tarde como secretario de la Comisión de Planeamiento Urbano y Vivienda. Su irrupción pública más recordada fue en mayo de 2006, cuando luego de estrenarse la película El Código Da Vinci, Vitale se presentó ante la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal como “católico apostólico romano, afectado por la película”, ya que era “una agresión y un insulto a la creencia de la mayoría”. Le reclamó a la justicia que la distribuidora aclarase que se trataba de una ficción. Volvió a la notoriedad como uno de los más fervientes detractores de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario, y hasta se presentó en el Registro Civil de la Avenida Coronel Díaz, 24 horas antes de la ceremonia entre Alex Freyre y José María Di Bello, para dejar asentada su oposición al enlace. En un inclaudicable derrotero tribunalicio, las últimas denuncias que radicó Vitale son:

–14 de abril: contra el titular de la Unidad de Investigación Financiera, UIF, José Sbatella, y su vicepresidente Gabriel Cuomo, por presunta “violación de los deberes de funcionario público”, basado sobre la difusión de cables de WikiLeaks.

–13 de enero: contra Cristina Fernández; Aníbal Fernández y Julio De Vido, por el otorgamiento discrecional y sin control de subsidios estatales.

–5 de enero: contra la presidenta por el presunto delito de “violación a los deberes de funcionario público” por la prórroga del Presupuesto 2010.

–3 de setiembre de 2010: contra Cristina, Néstor Kirchner y el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno por “extorsión”.

–22 de julio de 2010: contra el ministro de Salud, Juan Manzur, por “apología del delito, violación de los deberes de funcionario público e instigación a cometer delitos”, por la difusión de la “Guía Técnica para la Atención Integral de los abortos no punibles”.

–22 de febrero de 2010: contra la presidenta del BCRA Mercedes Marcó del Pont, por violación de los deberes de funcionario público, en medio de la polémica por el uso de reservas.
Hebe, en tanto, sigue viviendo en su casa de siempre en La Plata. Allí pasó el fin de semana sin ceder ante las guardias periodísticas que le montaron, manteniendo, por el momento, silencio público y contándole a sus íntimos que nada tiene ella que explicar. Las obras están a la vista. Su historia, también. 

Fuente: Tiempo Argentino

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