domingo, 3 de abril de 2011

MENTIME QUE ME GUSTA

Por Juan Eduardo Lenscak

Las tapas en blanco de Clarín durante estos días de plena democracia comparadas con las publicadas durante la dictadura son un cabal ejemplo de un mecanismo de defensa corporativo, que en lenguaje psicoanalítico podría ser equivalente al denominado racionalización. Mecanismo por el cual cuando no se asume la tensión que provoca una determinada realidad,  se inventa un motivo para justificarse socialmente. Asì, según Esopo en su inmortal fábula, el zorro que quería comer unas apetitosas uvas, y saltaba para lograrlo, al desistir del intento porque no las alcanzaba, se justificó a sì mismo y ante los demás, diciendo  que “estaban verdes”.Parece que al oligopolio mediático socio del último genocidio le resultó muy difícil reconocer el conflicto laboral que originó las medidas de fuerza de sus trabajadores. No hizo mención de ello. Acusó al gobierno que respeta los intereses de los trabajadores, como responsable de una medida contra la libertad de expresión. El zorro volvió a encontrar un justificativo a una realidad que le es adversa. Si bien el mecanismo no es nuevo; lo que llama la atención, es la vigencia que tiene, debido a que muchos televidentes, del mismo grupo Clarín, salieron a repetir esa verdad a medias, o mentira disfrazada, con la misma convicción que el zorro cuando desistió del intento con las uvas.Pero no fue el  único caso en estos dìas. 

DAS NEVES En Chubut se adelantaron las elecciones convencidos que el modelo de transparencia en la gestión provincial demostraría la endeblez del modelo nacional, y capultaría a Das Neves a la mejor postulación dentro del peronismo federal. La realidad fue casi escandalosa por su abierta contradicción con los enunciados políticos que la precedían desde el gobierno chubutense. El modelo de transparencia en la gestión con el que se presentaba el gobierno de Chubut, se hizo astillas con las reiteradas denuncias de irregularidades en el escrutinio. Es más, Das Neves afirmó que si no triunfaba su candidato, se retiraría de la política. "Si no se da el resultado, es lo que corresponde. No se puede aportar o ser parte de un proyecto a futuro si evidentemente uno no está legitimado por la gente".  Dejando asentado el criterio que solamente la victoria legitima un proyecto, y no el proyecto en sí (como contrariamente quedó  demostrado por el propio Néstor Kirchner quien retomó la política con mayor entusiasmo, precisamente después de una derrota electoral).En este caso, el mecanismo de racionalización, es aún más complejo, dado que relativiza un proyecto de provincia y de país, a las contingencias de una elección parcial, y a los resultados de un determinado candidato. En este caso, como el zorro de Esopo, Das Neves, no reconoció la derrota del  proyecto político de un “arco opositor” conducido estratégicamente por los grupos concentrados del poder económico, al que es funcional, sino que se bajò a su postulación como candidato presidenciable antes de conocer los resultados finales del escrutinio. El gesto, aparenta toda una justificación de una responsabilidad y compromiso público no satisfecho, pero sigue sin reconocer el entramado último del proyecto de país al que fue funcional con el adelantamiento de las elecciones provinciales y los mecanismos non sanctos preparados para garantizar diferencias a su favor. 

SANZ. “Estàn verdes” parece haber dicho el senador radical que se había postulado a la precandidatura presidencial en una interna no vinculante inventada por el centenario partido. Sanz se bajò de aquella prepostulaciòn, contradiciendo a todo el radicalismo –menos el cobismo- que pretendía evadir la coyuntura electoral propiciada por el oficialismo y aprobada por el Congreso, de modificar el régimen electoral con las internas abiertas, obligatorias y simultáneas.   

BURYAILE. El mismo mecanismo de racionalización utilizó el precandidato Ricardo Buryaile cuando afirmó ante càmaras que sòlo le interesa el futuro, secundarizando los datos del “espejito retrovisor” que le puede aportar la historia reciente de complicidad del radicalismo con la dictadura del ex general Colombo en la provincia. Soportar la carga de una corresponsabilidad con las prescindibilidades, con las topadoras del coronel Lopez, con las desapariciones, con las toruturas, para nada lucen en quien se presenta como adalid de la institucionalidad, de la trasparencia, de la eficiencia productiva y de la democracia.

 ONTIVEROS TODONE. El caso de la familia Ontiveros-Todone, en estos días, conmocionó el microclima político formoseño. Que un ex procurador del poder judicial salga a defender a su hija, (y sobrina del secretario del STJ) a la sazón fiscal de primera instancia, quien se negó a cumplimentar un control caminero de alcoholemia cuando, según los informes policiales, conducía en estado de ebriedad, aduciendo jurídicamente la improcedencia de la institución policial para este tipo de controles, demuestra la vigencia de este mecanismo de defensa, hasta por el absurdo. El ex procurador Ontiveros no es un improvisado en el poder judicial, ni en la política formoseña. Actuó en casos resonantes como la represión de ex trabajadores de aguas de Formosa en la cruz del acceso sur, en la requisa masiva al barrio Namqom, por solo nombrar algunos. Fue el que sostuvo ante la prensa (09/12/2001), cuando se reprimìa a los trabajadores que “es justamente la policía quien debe ejercer la fuerza para hacer cumplir la ley”. Estas declaraciones del pasado no se compadecen para nada con la actitud presente de su hija al rebelarse frente a los controles camineros de rutina amparándose en supuestos fueros de una investidura judicial. Por eso mismo el ex procurador  llegó hasta contradecir su discurso.  Pero para repetir lo que parece ser una una constante en su trayectoria,  justificar lo injustificable. 

TAFETANI. La desgracia tampoco es digerible, y menos para quien la provoca o se encuentra involucrado directa o indirectamente, buscándose todo tipo de justificaciones para su encapsulado. Sobre todo para eludir las responsabilidades que lleva aparejada. Los primeros rumores en el accidente automovilístico que costara la vida de dos criaturas sobre la avenida Néstor Kirchner, daban cuenta de que en el vehículo junto al “Hache” Alonso estaba el hijo de un reconocido hombre fuerte de la actual gestión provincial, Daniel Tafetani. Los días fueron develando, con el desarrollo procesal de la causa judicial, que Martìn Tafetani, el hijo de Daniel,  deberá  ahora comparecer como imputado en los delitos de doble homicidio culposo calificado en concurso ideal con lesiones culposas.Si bien la imputación no significa condena, el cambio de situación procesal del amigo personal del principal imputado, no deja de significar un principio de desmoronamiento de la justificación inicial.El mecanismo de defensa corporativo existe, tanto a nivel nacional como en el provincial. Lo grave no es eso, sino su aceptación más o menos generalizada como una suerte de fatalismo político, aceptado casi a libro cerrado por mucha gente. Lo cual viene a corroborar aquel  viejo refrán popular ya inmortalizado por su uso que expresa esa profunda pulsión de aceptar  vivir engañado para no aceptar la realidad:  “mentime que me gusta”.

Fuente: Agencia Padre Santiago Renevot - Formosa

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