jueves, 31 de octubre de 2013

LESA HUMANIDAD: El servicio militar, una muerte impune y la amnesia colectiva.

31/10/2013

Teotista Genes, a sus 69 años, se sentó frente al Tribunal Oral de Formosa a declarar como testigo en la causa “Camicha”, donde se juzgan delitos de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de estado en Formosa.


Desde hace 37 años busca junto a su familia justicia por el asesinato de su hermano Carlos Rolando Genes. “Caito”, como lo llamaban sus familiares y amigos fue asesinado en una celda del Regimiento 29 de Infantería de Monte de Formosa el 19 de septiembre de 1976, luego de un mes de torturas en manos de la patota asesina.


Había sido detenido el 20 de agosto de ese año. Caito concurría a la Escuela de Comercio de Formosa, de la cual era escolta de la bandera. Militares de uniforme lo sacaron de su aula y se lo llevaron. Luego se supo que la causa fue por una foto en una fiesta donde bailó aparentemente con Mirta Insfran, una militante detenida-desaparecida.

Teotista contó que ella trabajaba como administrativa en la Casa de Gobierno. Al ser avisada de la detención habló con su jefe, el hoy tte. Cnel. Pedranzini, quien se encuentra procesado por apropiación de bebes en esa época, recibiendo por única respuesta “se está investigando. Luego de unos días fue recibida en el regimiento por los represores Spada, Camicha, Alturria y Plechot, quienes le entregaron ropa del soldado que estaba ensangrentada. La comida que le llevó simplemente la tiraron delante de ella.

El 19 de septiembre, caen a la casa de Caito militares en un Unimog y la llevan con malos modos al regimiento, donde le notifican que se había suicidado, ahorcándose con una camisa a los barrotes de una ventana cuya altura “no daba”. Luego comenzó el peregrinaje por el regimiento para que le entreguen el cuerpo de su hermano alli y en el hospital. Cuando se lo entregaron constató que tenía rota la cara, hematomas en todo el cuerpo y una herida enorme infectada en la espalda. Comenzaron entonces los seguimientos a la familia e inclusive el allanamiento a la Parroquia San Luis Rey donde ella y su familia concurrían.

Luego, en 1982, otro hermano, Ramón Gumersindo Acosta, tìo de Caito quien era suboficial de la Gendarmería Nacional fue enviado a Malvinas. Allí cayó combatiendo. Hoy, lo recuerda una calle y una plaza de la ciudad de Formosa. Por el soldado del “escuadrón perdido”, Carlos Rolando Genes, la familia nunca recibió un resarcimiento y mucho menos un pedido de perdón del Ejercito Argentino por la muerte de un ciudadano bajo bandera que ellos tenían la obligación de cuidar.

Teostista contó que Caito escribió en su celda, en la pared “te quiero mamá”, al igual que en su pantalón con birome. En esa época los conocidos de la ciudad de Formosa se cruzaban de vereda para no saludarla. Su padre murió en 1983. Su madre hace tres años, con la tristeza de la falta de justicia.


Carlos Rolando Genes, el soldado del "Escuadron" Perdido que denunció el Capitan D' andrea Mohr en su libro con el mismo nombre.

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