miércoles, 21 de septiembre de 2011

ORIGINARIOS MOQOIT: COMUNIDAD COM CAIA RECIBIO 327 HECTAREAS PARA PRODUCCION

La Comunidad Mocoví COM Caía recibió hoy de parte del gobierno santafesino la escritura correspondiente a la posesión definitiva de 327 hectáreas del lote fiscal San José, ubicado en la ciudad de Recreo, que les fue
adjudicado en el año 2008.
 
La iniciativa se enmarca en el Programa de Restitución de Tierras a los Pueblos Originarios de Santa Fe, establecido por la ley provincial Nº 12.086, que autoriza la restitución de tierras e islas fiscales a las comunidades.
 
El acto de entrega se hizo en el salón Blanco de Casa de Gobierno en Santa Fe y fue presidido por el gobernador Hermes Binner, quien estuvo acompañado por los ministros de Gobierno y Reforma del Estado, Antonio Bonfatti, y de Desarrollo Social, Pablo Farías.
 
También se hicieron presentes el presidente del Instituto Provincial de Aborígenes Santafesinos (Ipas), Rufino Vázquez, y los coordinadores del Ipas, Carlos Mansilla, Lorena Lerati, Juan Calisaya y Darío Pereira.
 
El director provincial de Pueblos Originarios y Equidad, Raúl Britos, manifestó estar “muy contentos por este paso, pero falta un montón, este es un antecedente importante, que se pueda escriturar a nombre de las comunidades, es todo un acontecimiento”.
 
Agregó que "esta escritura comunitaria beneficia a las 220 familias que allí residen, por lo que esa parcela no puede ser vendida, arrendada, dada en alquiler o hipotecada, y están exentas de impuestos y son para el desarrollo de la comunidad”.(Télam) 

RABINO DANY GOLDMAN: El antihéroe y la casualidad

Por Daniel Goldman *

“No creo que seamos un naufragio tan radical de Dios; simplemente, uno de sus malos humores, un mal día.” Así se expresaba Kafka, en una conversación mantenida con Max Brod, la tarde gris del 28 de noviembre de 1920. Kafka, el más emblemático de todos los antihéroes, quien abrazaba a veces un pensamiento cuasi-nihilista, resultó ser el escritor que con mayor convencimiento pudo relatar a través de sus cuentos y novelas el devenir histórico de una humanidad que, a la deriva, todavía no recobró la sensatez desde que fue expulsada de un simbólico paraíso, por allá en la antigua Biblia. Fueron él y Agnón los dos profetas malditos quienes previeron la oscuridad que sobrevenía sobre Europa, no la de ahora sino la de antes. Interesantemente, si uno recorre la historia de Praga y los regímenes de los últimos 60 años, va a descubrir que dependiendo de los humores o las relaciones de la realpolitik, este personaje flaco y desgarbado podía por momentos llegar a ser héroe nacional, siendo, como parte del protocolo, su casa-museo un lugar de visita obligado para los invitados oficiales del extranjero, o podía ser absolutamente ignorado y hasta prohibido. Un verdadero antihéroe, si es que la verdad no miente. Y la verdad no miente. Mienten las interpretaciones coyunturales de los regímenes. En cuanto a la humanidad, si hubiese comprendido mejor qué noble enseñanza le había sido brindada a través de los antihéroes como Kafka, hubiese entendido con mayor eficacia su esencia. Sólo se trataba de leer sus cuentos, y tal vez se hubiese evitado alguna que otra guerra. De esas que dejaron millones de muertos.

Me gustan los antihéroes. Me someten a mí mismo a las pruebas más intensas. Me agotan. ¡Vivan los antihéroes!, gritaré a viva voz durante el próximo Mayo Francés, si París me albergase en el devenir de mi existencia. Porque al del pasado, como a muchos otros, ya llegué tarde. Por edad y geografía sólo pasé cerca del Cordobazo. Y antihéroes por estas latitudes no faltaron.

Transitando por las letras, acabo de descubrir a otro antihéroe. Como el checo, también critica a Dios y tiene con qué. Es uno de los grandes. Inclusive mayor que Kafka. Se llama Marek Edelman. Fue el segundo comandante del levantamiento del Gueto de Varsovia. Breve historia: los nazis, con el fin de aniquilar finalmente a los judíos de Varsovia, crearon el gueto en 1940, cercando seis kilómetros y medio mediante un alto muro protegido por alambradas de púas. El comandante de la SS relató que sus tropas estuvieron envueltas en batallas campales contra la resistencia judía durante días y noches con grupos de entre 20 y 30 personas. Un puñado de jóvenes contra todo un ejército. La última batalla se libró el 8 de mayo del ’43, cuando unos 80 combatientes liderados por Mordejai Anielewicz lucharon, prefiriendo algunos la propia inmolación antes de caer en manos de los nazis. La autodefensa en el gueto fue un hecho. “Esa fue –ésa es– la victoria”, dijo Mordejai en una carta a Marek, su lugarteniente.

Después de la guerra, todos los años se realizan actos conmemorativos en Polonia. Pero este lugarteniente-sobreviviente fue tan antihéroe que evitó participar de dichos eventos, propios de la agenda varsoviana. Porque el antihéroe reconoce que luchó como luchó y se salvó gracias a una ecuación laberínticamente sofisticada llamada “casualidad” y por eso no le agradan los reconocimientos. “Hagan un homenaje a la casualidad, no a mí”, imagino que diría un personaje como Edelman. Fue médico en Varsovia, y aprendió el arte de la medicina después de la guerra desarrollando una gran carrera profesional. Muy pocos fueron mejores que él, cuentan algunos y otros. Porque en la guerra se instruyó del arte de hacer sobrevivir, que resulta diferente a hacerse sobrevivir a sí mismo. Este hombre, como cada sobreviviente, sin duda alguna vio más cadáveres que cualquier practicante y que muchos sepultureros. Lo digo yo que me crié entre ellos.

Edelman abusa del silencio, que resulta ser una de las mayores marcas que puede dejar impregnada la inteligencia. Abusar del silencio significa decir demasiado, porque implica hacerse cargo de su vida. Para ser no hay que contar tanto, ni que te feliciten o te tengan lástima. Sólo habla en demasía el héroe prefabricado. Y por lo general habla desde la nostalgia –que es la forma extrema de nuestra incapacidad para enfrentarnos con la memoria–, como dice Manuel Cruz –porque la nostalgia con su justificada mala fama glorifica un momento imaginario, aceptando que lo más significativo de la propia existencia ya ha sucedido–. En cambio el antihéroe tiene en claro que no hay actos épicos. O que tal vez, y de manera mucho más profunda, la épica consiste simplemente en salvarse y no en disparar con un rifle. Y de nostalgia eso no tiene ni una bala.

En Ganarle a Dios –título del libro en el que la reconocida periodista polaca Hanna Krall entrevista al antihéroe–, Edelman relata la conversación que tuvo con uno de esos “héroes” estadounidenses que desembarcaron en Normandía, esos que como en las películas de Spielberg corren bajo las ráfagas del fuego unos quinientos metros. Esas ráfagas que los hacen de manera soberbia transformarse en los propietarios de lecciones de aquello que se debe hacer y de lo que no. “Uno debe correr” o “uno debe disparar”. Y la arrogancia que produce la heroicidad hasta le permite vituperar un “ustedes iban como corderos al matadero”. No existe mayor modo despectivo que demuestre insolvencia emocional que la capacidad de decir “ustedes iban como corderos al matadero”. Frase demoledora que demuestra que los efectos de la irresponsabilidad verbal resultan ilimitados y que corroboran que la vida da oportunidades para quedarse callado y parecer inteligente. Es ahí donde el antihéroe interviene como contrapunto, cuando le responde al héroe (que tiene alguna que otra cicatriz, y una condecoración abrochada en su pecho), que la muerte en una cámara de gas no es peor que la muerte en combate y que una muerte sólo es indigna si uno trató de sobrevivir a costa de alguien. Sólo esa frase suena como un cachetazo proferido por un padre curtido de historias inenarrables a flor de piel. Como la historia que cuenta Edelman, sobre la madre que tapa la boca de su hijo recién nacido que lloraba, hasta darse cuenta de que el llanto cesó por el ahogo del niño. Todo esto para que no delate al grupo que ella integra, y que estaba escondido debajo de alguna alcantarilla de la calle Mila, ahí en la Varsovia hecha escombros. Esta misma historia la había escuchado de pibe una noche de la Pascua Judía de boca de mi viejo, partisano, sobreviviente de la guerra. Sólo que no la creí. Ahora la corroboro. Disculpá, viejo. Porque para mí sólo existían los héroes y no los anti. Y disculpá también porque poco importa que las cosas ocurrieran como se las cuentan. Si fueron parecidas, ya son lo suficientemente terribles.

Bajo el sol del mediodía, hace pocas semanas visité la tumba de Edelman en el cementerio judío de Varsovia. Pronto se cumplen dos años de su fallecimiento. El cementerio es del único lugar de donde nadie se escapa. Fue en ese descuido, en el de la muerte, que los que lo admiramos lo agarramos de improviso y aprovechamos para homenajearlo.
* Rabino de la Comunidad Bet El.

martes, 20 de septiembre de 2011

PASTOR CHILENO DEFIENDE AZOTE A NIÑOS COMO MEDIDA DE DISCIPLINA

El presidente de la Unión de Pastores Evangélicos de Iquique, Rubén Sepúlveda, defendió durante el Te Deum local, propinar azotes a los niños como una medida disciplinaria.
 
Sepúlveda dijo que "no sé si aparecerá en la prensa como que estoy promoviendo el maltrato infantil, pero debo decir por experiencia propia que recibí azotes cuando niño y que no tengo ningún trauma".
 
El pastor añadió, de acuerdo a lo señalado por la agencia Ansa, que "agradece a su padre que usó en algunas oportunidades este maltrato".
 
Las palabras del pastor provocaron un aplauso generalizado entre la concurrencia a la ceremonia por las fiestas patrias realizada en el Colegio Inglés de Iquique, a 1800 kilómetros al norte de Santiago.
 
Además, Sepúlveda rechazó el accionar de encapuchados y criticó al movimiento estudiantil que realizó medidas de fuerza, al insistir que "temen disciplinar a sus hijos por miedo a ser acusados de maltrato".
 
Las palabras de Sepúlveda fueron cuestionadas por el senador socialista, Fulvio Rossi, quien sostuvo que "la intolerancia, el maltrato infantil no lo vinculo al amor que deben fomentar las religiones"
 
"Categóricamente me quedo con UNICEF (Fondo de naciones Unidas para la Infancia) que afirma que disciplinar a los niños, se hace con educación, cariño, con amor, infundiendo respeto y no con
violencia", puntualizó.
 
Los datos de UNICEF indican que en Chile tres de cada cuatro niños sufre violencia física o psicológica.(Télam).- 

lunes, 19 de septiembre de 2011

CHACO: INTENDENTE INDIGENA ELECTO

Ricardo Sandoval. Qom.
Un integrante de la comunidad Qom (toba) será el primer intendente aborigen electo de la Argentina, al triunfar en las elecciones realizadas ayer en la localidad chaqueña de El Espinillo, el municipio más nuevo de la provincia.
 
Ricardo Sandoval, candidato del Frente Movimiento para la Victoria, aliado al oficialismo provincial, logró su elección frente a otros ocho candidatos que se presentaron en los comicios para determinar, por primera vez, intendente y 3 concejales en la comuna.
 
El Espinillo, ubicada a 353 kilómetros al noroeste de Resistencia, entre los ríos Teuco y Bermejito, en el Impenetrable chaqueño, tiene 6 kilómetros cuadrados, y se convirtió en el municipio al separarse de la localidad de Villa Río Bermejito, de la cual dependía.
 
Sandoval obtuvo 439 sufragios, el 27,37 por ciento de los 1.604 votos emitidos durante la jornada, seguido del Frente Chaco Merece Mas, con 373 votos, el 23,25 por ciento; el Partido Nacionalista Constitucional, con 237 votos y el 14,78 por ciento, y la Alianza Frente de todos, liderada por la UCR, en cuarto lugar
con 189 votos, que representan el 11,78 por ciento de los sufragios.
 
Si bien el padrón local habilitaba a 2.877 personas para sufragar, la concurrencia de los habitantes de zonas rurales cercanas para votar se vio obstaculizada por un fuerte temporal de viento y lluvia.
 
Sandoval es recordado en esta provincia por la activa participación que tuvo en una histórica huelga de hambre que la comunidad indígena chaqueña realizó en el año 2006 frente a la Casa de Gobierno durante la gestión del gobernador radical Roy Nikisch.
 
La Cámara de Diputados del Chaco sancionó en marzo de de este año la ley 6.751 por la cual se creó en el departamento General Güemes, el de mayor extensión en la provincia el municipio de El Espinillo, de tercera categoría.
 
Según esta norma, los pueblos originarios tienen representación proporcional en los cargos a crearse en el
municipio, así como en el Concejo, tomando como base los datos del Censo 2010.
 
El ministro de Gobierno del Chaco, Juan Manuel Pedrini, comentó a Télam que "es el primer municipio del país con discriminación positiva, esto es, si el porcentaje de la población indígena es del 52 por ciento, significa que esa misma proporción de los cargos en El Espinillo tiene que ser para indígenas respetando el porcentaje de habitantes". (Télam).- 

DICTADURA: La violencia sexual de la represión

A partir de la proyección en la ex ESMA del documental Lesa Humanidad, investigadoras y víctimas del terrorismo de Estado analizaron las particularidades de los delitos sexuales y su silenciamiento durante años.

Por Alejandra Dandan

¿Cómo operaron las relaciones de poder desde la perspectiva de género entre los genocidas? ¿Por qué no se habló de la violencia sexual en los casos tomados por el Nunca Más y durante el Juicio a las Juntas? ¿Por qué la Justicia no lo tomó como delito específico? Algunas de esas preguntas integraron el debate que abrió la proyección del documental Lesa Humanidad, presentado por un grupo de mujeres cordobesas, militantes de los ’70, que exige que la violencia sexual del terrorismo de Estado sea considerada una violación a los derechos humanos. La proyección realizada en la ex Escuela Mecánica de la Armada condensó en pocas horas una discusión que atraviesa a quienes estuvieron dentro y fuera de los centros clandestinos, un debate que intenta buscar diferencias ante una dictadura que homogeneizó a las víctimas.

El documental producido por un colectivo de mujeres cordobesas entre septiembre de 2009 y marzo de 2011 está estructurado en bloques articulados por la voz de Liliana Herrero: cuatro mujeres subrayan en sus relatos formas y efectos específicos de la violencia sexual durante el terrorismo de Estado. Violaciones. Abusos. Con todas las palabras, hasta alcanzar lo insoportable. Intentan dar cuenta de lo que no se dijo. Pero ese camino está antecedido por los relatos de sus historias desde una perspectiva novedosa porque ya no sólo son ellas las que se pronuncian como militantes, sino que releen en clave de trayectorias políticas las vidas de sus padres, del país, de la familia que intentaron construir.

Violencia en debate

“El documental fue abordado como una herramienta de reflexión militante a partir de un nuevo marco de escucha en esta nueva etapa”, indicó Dinora Gebennini, coordinadora del Programa Violencia de Género en Contextos Represivos. “Pero cuando intentamos abordar esto –aclaró– nos preguntaron si no estábamos revictimizando, nos decían que no hay que volver a poner a las víctimas en ese lugar, que es un momento traumático, nos preguntaron si teníamos psicólogos y montones de cosas que tendieron a quitarnos la posibilidad de hacerlo.”

Las discusiones sobre la violencia sexual bajo la represión aparecen hace tiempo. En las salas de audiencias de los juicios orales de lesa humanidad los organismos de derechos humanos y sobrevivientes que declaran en todo el país reclaman en muchos casos que la Justicia la considere como delito autónomo y de lesa humanidad. Hasta ahora la batalla jurídica obtuvo resultados importantes, pero aislados. Un fallo en Mar del Plata y otro en Tucumán. Semanas atrás, el juez Sergio Torres a cargo de la causa ESMA abrió por primera vez una causa con el acuerdo de las querellas a nombre de las víctimas, sobrevivientes y desaparecidas. Las diferencias aparecen no sólo en la Justicia, sino entre académicos e incluso las y los sobrevivientes.

Delia Galara, una de las protagonistas del documental, ex militante de Montoneros, explica los años de silencio. “Cada vez que intentaba hablar con el psiquiatra me preguntaba: ‘¿Qué hacés con tus hormonas?’. Y yo le contestaba que era un pelotudo. Yo le estaba contando una experiencia terrible y él me preguntaba qué hacía con mis hormonas: ¿qué carajo le importa qué hago con mis hormonas?” Son esos tiempos de oídos sordos los que ellas dicen que cambiaron.

María Sondereguer, que es investigadora de la Universidad de Quilmes, se preguntó por qué el silencio duró tantos años. Por las perspectivas de género y poder en la dictadura, por su propio olvido de los testimonios del Nunca Más. “La violencia sexual –dijo Sondereguer–, en los casos de los varones, los destituye de su masculinidad, es una forma de feminizarlos. En el caso de las mujeres, comienza antes del campo, porque es un tema que está en la ciudad y está condensada en los campos y perduró luego por fuera del terrorismo de Estado, por eso tal vez permaneció invisibilizado.” Hasta 1999, dijo, la violencia sexual estuvo tipificada como delito contra la honestidad y después contra la integridad: “No es un delito de acción pública, sino de acción privada, es decir: el comienzo de la investigación o la denuncia debe ser impulsado por la persona agredida, se deposita en la voluntad de la víctima el reconocimiento del crimen y pone en el ámbito privado algo que debería ser de lo público”. Entonces, siguió: “¿Por qué se privatiza la violencia sexual? ¿Es posible diseñar un protocolo de indagación específica para que las víctimas reconozcan eso que sufrieron como violencia? ¿Se puede repensar la reparación? ¿Qué es en este caso lo reparable?”.

Las preguntas sirvieron para alimentar un debate que incluye preguntas sobre roles: quedó claro que la violencia sexual no sólo se ejerció sobre mujeres, sino también sobre varones, un dato que intenta ser mirado en el interior de los juicios orales a partir de los aún escasos datos que aparecen.

Miriam Lewin, sobreviviente de la ESMA, escuchó en el documental los relatos pronunciados “como quien toma un remedio amargo”. “Lo que conspiró al silencio fuimos las víctimas, me culpabilizo como víctima por no haber reconocido los delitos sexuales contra mí y mis compañeras y reconozco que muchos años tuvimos una venda sobre los ojos.”

¿Fue así? ¿Por qué culpabilizarse otra vez como si no hubiese ya suficientes culpas? ¿No será que se privilegiaron otras búsquedas? O que, como dijo otra de las sobrevivientes, en aquellos años había que salir a probar primero hasta la existencia de los desaparecidos y los centros de exterminio.

Miriam Lewin explicó cómo en algún momento, adentro de la ESMA, una de sus compañeras le habló de una violación, y ella le respondió con una pregunta sobre otra cosa, como sucedió años después con el testimonio de Elena Alfaro ante la Conadep. “La concepción era que eso era la mínima parte de lo que nos pasaba –dijo–; como era obsceno pensar en reclamar por los bienes materiales cuando nos habían arrebatado la vida.” Como buenas mujeres, dijo, educadas en el sometimiento, “los delitos sexuales eran menores; si nos sacaban la vida, a nuestros hijos, ¿cómo nos íbamos a atrever a denunciar una tocadita, una violación?”. A eso la dictadura agregó otro estigma con el que las mujeres vienen trabajando. “Las mujeres tenían el doble castigo –dijo Miriam–: terminan siendo las víctimas y cargando con la culpa de haber provocado una situación que deja marcas de por vida.”

El afuera

¿Qué es lo que se habilita a partir de que pueda pensarse la violencia sexual en estos términos? ¿Los juicios? ¿Solamente? El documental pareció dar cuenta de esas preguntas. En la primera parte de la película, las cuatro mujeres subrayan el deslumbramiento con la vida de las militancias en clave de rescate político de sus organizaciones de pertenencia. Pero reconstruyen también las trayectorias familiares de padres y madres en un mundo atravesado por la vida cotidiana de una militancia que generaba problemas, pero también portaba valores.

Soledad Edelveis García Quiroga es una de las protagonistas. Se presenta como parte de una familia entrerriana de Villaguay, mudada a Córdoba cuando empezó la facultad. “Mi infancia siempre estuvo muy atravesada por un padre peronista, en la resistencia, luchó siempre, vivía mucho en cana después del ’55 y mi madre, más bien, era no peronista por decirlo sutilmente.” Y agrega: “Pero no nos educó nunca para casarnos, ser mujeres que se aplicaran a la casa, a la cocina, a estas cuestiones. Lo que yo más amo de mis padres es el tremendo sentido de la libertad: mi vida estuvo muy marcada por no apegarme a ningún mandato masculino, no fue fácil pero fue parte de un tránsito personal y político complejo, pero siempre lo personal estuvo muy unido a lo político”.

Gloria di Renzo muestra sus fotos de familia. Se presenta como militante del PRT-ERP, trabajadora de comercio, estudiante de historia y de música. “Hasta 1973, cuando vinieron las elecciones, mi familia nunca fue peronista, así que yo tampoco, era bastante gorila, pero dije: ‘Mirá vos, si todos votan acá, capaz por algo debe ser’”. Nilda Jelenic es otra de las protagonistas: “Mi papá en una época fue socialista, después se hizo radical, estaba bien informado en política, viví a través de mi hermana todo lo que fue la lucha de laicos y libres. Por eso digo que las historias no son contradictorias, no son lineales”.

Para Dinora Gebennini cada cosa parece una clave. Las mujeres subrayan parentescos. Trayectorias políticas de familia. Padres. Hermanas. Madres. La idea de los mandatos. Y Gebennini habla de esa determinada condición femenina que persiguió particularmente la dictadura: “Porque ellas generaron rupturas con los estereotipos del género, mantenían otro tipo de relación, no la de la familia nuclear, sino la de la familia militante donde los hijos también eran puestos en función de un proyecto de desarrollo colectivo de libertad, de justicia, de transformación cultural, que era lo que nos movía”.

Meses atrás, en una audiencia por el plan sistemático de apropiación de bebés, Victoria Montenegro planteaba esa misma dualidad con medias palabras. Robada por un coronel del Ejército, en la audiencia recordó lo que él le decía de las Abuelas de Plaza de Mayo, los desaparecidos y la dictadura: decía que las Abuelas con las “mentiras de los desaparecidos” intentaban “destruir a las familias que eran la salud de la sociedad”. Una idea que se replicaba en las propagandas políticas y en las formas en las que intentaron extender un consenso frente al cual aún hoy esas mujeres que se presentan como militantes de los ’70 sienten que deben dar una batalla de sentido todavía pendiente.

Fuente: Pagina12

EDUARDO ALIVERTI: Las últimas monedas

Por Eduardo Aliverti

Una jefatura implica tener decisión, asumir responsabilidades y permanecer en rol activo. De acuerdo con esos parámetros, afirmar que Sergio Schoklender es el nuevo jefe de la oposición puede zumbar exagerado. En cambio, no lo es si se asevera que es su nueva cabeza, porque entonces el punto consiste en alrededor de qué es montada una construcción de sentido.
Por dos razones, el hecho carece de novedades mayúsculas, pero eso no significa que deje de abordárselo. El sujeto ya había ejercido cuando estalló el escándalo aunque, es cierto, en carácter solamente temático. Y tampoco es novedoso porque el núcleo de lo que se opone al oficialismo, hace rato muy largo, pasa en exclusividad por el bullicio denuncista. Ni aun durante el período electoral previo a las primarias fue posible encontrar una idea disruptiva, seria, en el arco contrincante. Idea, entiéndase bien. No un proyecto explicitado. Apenas una idea. Ahora mismo estamos al borde de comicios máximos, pero el clima popular no lo refleja. El mediático tampoco. Faltan cinco semanas para elegir presidente y es como si fuéramos Suecia, No-ruega, Finlandia. No pasa nada, dicho en términos de profundidad de debate o apasionamiento, por fuera de la nerviosidad periodística opositora ya mutada a desconsuelo. Con capacidad de convicción, no tienen de qué agarrarse. Si la mirada es de cabotaje y ajena a la actividad política explícita, no hay más que la clase de suite parisina donde se alojó la jefa de Estado; la medición de responsabilidad por una línea ferroviaria que nunca terminan de soterrar; y la sugerencia de que la rata fue absuelta, por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, debido a que al kirchnerismo le convendría al ser un geronte adicto. Acerca de esto último, cabe destacar un segundo milagro de Jorge Altamira: Clarín, el miércoles, en un resaltado de página 11, cita declaraciones del comandante del Partido Obrero, entre medio de Adrián Pérez y Margarita Stolbizer. Altamira en un destacado de Clarín. Cosas veredes. En cuanto a la lid electoral propiamente dicha, como todas las semanas, se renovó el programón de los sketches. El hijo de Alfonsín debe postularse con la plataforma de Roberto Lavagna, de hace cuatro años, porque los radicales no tienen Convención para ratificar la fórmula actual con González Fraga (lo cual, aclárese, denuncian los propios radicales ofuscados porque Ricardito es el candidato). El Alberto dice que entre Duhalde y Cristina no dudaría en votar por la Presidenta. Una cabeza de página del principal medio periodístico de la oposición, a cuatro columnas, señala que el Padrino y Das Neves ya “casi no se hablan”. Solanas llama a cortar boleta contra Binner. El mandatario santafesino insiste con que octubre ya está definido. Y el candidato radical a gobernador de Santa Cruz articula con Duhalde para que Ricardito diga que no está seguro de que eso sea cierto, para que el postulante de marras no diga ni mu y para que en el mejor de los casos a nadie le importe un pito. Carácter transitivo: comanda Schoklender. Graciela Camaño le pone el auto para allegarlo hasta el Congreso Nacional. El tipo arriba orondo al Parlamento. Si el verbo suena excesivo, digamos que llega a salvo de un acoso movilero que no quiso o no pudo usufructuar tras que no quería periodistas, que sí quería periodistas, que los diputados convocantes de la oposición no los querían porque esto no podía parecerse así nomás al circo que necesitan. Proverbial título central de portada de Página/12, el viernes: “Showklender”. El tipo dice en el Congreso lo mismo que dijo en su recorrida frenética con/por los colegas de la oposición, según lo que dejaron trascender los diputados que se habían comprometido a que no trascendiera nada. Y los medios opositores hacen como que nada de eso importa: el título es su denuncia de que quieren callarlo.

Hay cinco elementos subrayables de este marco oprobioso, que en orden de semántica creciente son los que siguen. (A) La maniobra berreta pero única de un Schoklender desesperado, cuya última defensa es el aviso de que, si se lo llevan puesto, arrastrará a unos cuantos. (B) La obviedad, más pornográfica todavía, de pretender(se) que él no fue partícipe de todo lo que se le ocurre denunciar de la noche a la mañana. (C) La persistencia en tratar, como sea, de ensuciar a las Madres de Plaza de Mayo bajo el apotegma de que al fin y al cabo somos todos la misma mierda. (D) Lo impresionante de que un inculpado ostentoso se convierta alegremente en un denunciador confiable; siendo, encima, que el periodismo amplificador de su exuberante riqueza, presuntamente ilícita, fue el motor del escándalo. (E) Lo más sencillo de todo: Schoklender como palo para aferrarse a ¿lo último? que queda para promover destrucción.

Se podía suponer que la irrelevancia total de este caso en la decisión de voto, revelada el 14 de agosto, debió haber servido de prueba para comprobar lo ineficaz de la insistencia catastrofista. Es seguro que tomaron nota de eso; pero, suponiendo que desearan poner marcha atrás, no encuentran la manera de hacerlo porque adelante no hay nada. Es decir: nada que pueda ser tomado como la mostranza de otra forma para confrontar propósitos, simplemente porque la oferta electoral está atravesada por dos categorías que no pertenecen al mismo sentido. Como se expresa ya hasta el cansancio, pero sin que haya argumentos para rebatirlo, el oficialismo cumple ocho años en la administración del país: cualquiera sea el juicio que merezca, la tarea tiene comprobación empírica y acaba de recibir un formidable espaldarazo de las urnas. Nadie podría decir, con honestidad, que su propuesta no está clara ni que se desconoce a dónde apunta para seguir. Y nadie tampoco podría negar que su contienda no es versus una opción de gobierno, sino contra una máquina de denuncias, acusaciones y frases altisonantes. De las dos primeras puede haber algunas, y hasta muchas, que merezcan ser estimadas. Pero eso no es una alternativa de gestión. Por lo tanto estamos hablando de componentes distintos; no de opciones diferentes que se expresan en potencias antagónicas porque, además, el contendor denunciativo no es una fuerza electoral. Y si proyectivamente la hubiera, no va en perjuicio de que en el presente es un conjunto de pedazos desperdigados que como si fuera poco rivalizan entre sí.

Con este panorama irreversible si la mira llega hasta octubre, más que conveniente asoma elemental y necesario pensar en el después. De hecho, esa problemática única ya se refleja en dos aspectos. La oposición llama a recluirse en la conquista de bancas parlamentarias, intendencias o concejalías. Y las columnas políticas y económicas de los medios opositores se centran en temas tales como el futuro gabinete de Cristina; el esquema de subsidios estatales a partir de diciembre si una crisis internacional golpea el ingreso de divisas; el modo en que el kirchnerismo será capaz o no para evitar el desgaste de tantos años de gobierno. Las portadas de diarios y revistas y los títulos de radio y televisión continúan en la militancia tremendista, alarmadora, deprimente, pero adentro, en la cocina del análisis, están en otra cosa. Por supuesto, cuestionan cada paso, medida o intención oficial. Sin embargo, es con un baño de realismo ante la seguridad de que lo que vaya a ser lo será con lo que hay y no con lo que querían. Ese después, que es ya, también se impone visto desde la otra vereda. La inserción de Argentina en el mundo a partir de cuál paradigma productivo; la deuda con la pobreza; el problema de la vivienda; la política impositiva; un sistema de transporte público con deficiencias graves y progresivos, son desafíos muy exigentes. Y se le facturarán sólo al Gobierno.

Hay que meterse únicamente con ese tipo de grandes retos, o seguir haciéndolo, porque “lo demás”, por ahora, se terminó. Lo ratifica, entre el cúmulo de datos y percepciones, que Schoklender sea la nueva cabeza opositora.

Fuente: Pagina12

domingo, 18 de septiembre de 2011

HORACIO VERBITSKY: El oro y el barro

Tal vez sea exagerado decir, como hizo La Nación, que Schoklender es el nuevo jefe de la oposición, pero los acuerdos que el hombre de negro reveló en el Congreso son significativos. La extorsión no funciona con CFK, que le negó la plata dulce que exigía, pero contamina a una oposición que sigue sin reponerse del baño de realidad de agosto. Con quiénes andan los jueces que absolvieron a Menem. La polémica con Lanata sobre la antipolítica y los poderes fácticos.

Por Horacio Verbitsky
 
Decir que la oposición ha elegido como jefe a Sergio Schoklender es una demasía del columnista principal de La Nación, que tal vez se cree a salvo de la catástrofe. Pero por crítica que sea la columna de Carlos Pagni, su diario le ha dedicado la tapa en seis días de la semana del 9 al 16 de setiembre. Aventajó incluso a Clarín, que le reservó cinco. El viernes 16, la coincidencia abarcó incluso el título, acerca de las presuntas presiones por parte del gobierno que habría sufrido el desquiciado, de las cuales la única prueba que aportó es que conocía a un funcionario de la Secretaría de Inteligencia. Es difícil expresar con mayor crudeza que Pagni el acuerdo entre Schoklender y la oposición: “Frustrados con sus denuncias de fraude, radicales y duhaldistas dieron otro manotazo de ahogado ofreciendo al operador de Bonafini el escenario del Congreso para que politice su chantaje. Schoklender, para quien el abuso de confianza no tiene secretos, aceptó la invitación y, subido a la tribuna, advirtió: ‘Se necesita equilibrio en el Congreso para evitar una monarquía’. Le faltaba la toga. ¿Qué menos podía hacer que retribuir las atenciones pidiendo el voto para quienes lo estaban convocando?”.

Callejón sin salida

Sólo el aturdimiento ante los resultados electorales del 14 de agosto explica la celada que la oposición se tendió a sí misma, siempre fiel a la línea fijada por su conducción estratégica. Que se hayan encerrado solos en tan sórdido callejón sin salida es una nueva constatación de que siguen sin entender cómo fue posible que más de la mitad del padrón votara por Cristina. Los candidatos del oficialismo que recorren el país con actos de campaña se asombran de no cruzarse nunca con sus adversarios. Repiten así las conductas que los llevaron a donde están, supliendo con escándalos y anécdotas y su repercusión en los medios con cabecera en la Capital la falta de militancia y de propuestas que permitan debatir los temas centrales de la producción, el trabajo, la seguridad o las relaciones internacionales. La escala legislativa en el raid mediático del hombre de negro exacerbó las recriminaciones entre las distintas piezas del fragmentado mosaico opositor. El Frente Antiinflacionario Progresista comunicó que no asistiría, pero se rectificó ante el batifondo de radicales y peornistas federales que lo acusaron de ser “funcional al gobierno”. Guiado por la pica con Hermes Binner, Ricardo Alfonsín dijo que participaría de la audiencia pese a que SS le parecía una fuente poco confiable. Concluido el trámite, el duhaldista remilgado Eduardo Amadeo dijo que SS le daba asco. Pero uno por uno cumplieron la insólita tarea de asociar su imagen con la de su huésped, por temor a que otro se apoderara del mapa y llegara primero al tesoro. Ver al juez del proceso a las juntas militares Ricardo Gil Lavedra convertido en vocero e intérprete de Schoklender es una experiencia fuerte, tanto como lo fue la extraña pareja que el hombre que mató a los padres formó con la madre a la que le desaparecieron los hijos. Los diputados oficialistas se negaron a asistir aduciendo que se intentaba montar un “circo mediático”, con lo cual le crearon otro dilema a la oposición. Para dañar al gobierno era necesaria la transmisión por la cadena de medios privados. Pero el gobierno les inoculó el virus de la duda: ¿no estarían por dar otro paso contraproducente, como al apoderarse de los cargos en las comisiones legislativas o al dar refugio al guardián de las reservas, Martín Redrado? Tanto dudaron entre las dos puertas, que terminaron por chocar con la pared: lo invitaron, pero sin presencia de cámaras ni periodistas. El pretexto inverosímil de que el juez Norberto Oyarbide había decretado el secreto del sumario les permitió erigirse en intérpretes y evaluadores de los dichos de quien ni siquiera ocultó su intención de extorsionar a Bonafini y el gobierno. Así cometieron el delito que presuntamente querían evitar. La confusión entre un imputado y un testigo, nada menos que en la Comisión de Asuntos Constitucionales, que preside la boxeadora Graciela Camaño de Barrionuevo, califica la intensidad de la crisis en que está sumida la oposición. Si algún valor pudiera tener el relato de un actor de los hechos investigados, sería su conocimiento directo. Pero Schoklender dijo que a él nunca se animaron a pedirle peaje. Supone que porque le tenían miedo...

El comienzo del fin

Otro elemento llamativo es la tranquilidad con que el gobierno vivió el episodio. La crisis de la Fundación Sueños Compartidos estalló cuando la presidente CFK se negó a concederle un crédito a tasa subsidiada de la línea del Bicentenario, que Schoklender le había pedido a Débora Giorgi, porque no estaba contemplado su otorgamiento a organizaciones sin fines de lucro. SS pidió entonces que los fondos se entregaran a la empresa Meldorek, pero nunca presentó las garantías que le reclamaron. Entre sus presiones a distintos funcionarios amenazó, incluso, con que “Hebe va a hablar con Cristina”. La única vez que Bonafini rozó la cuestión, la presidente le dijo afectuosamente que no se ocupara de ese tema. Como Schoklender seguía exigiendo dinero fresco estatal, Bonafini lo apartó, según creía, en buenos términos, hasta que un embrujo lo convirtió en víbora. Tanto el gobierno como la Fundación sostienen que las viviendas construidas son mejores que las de otros programas sociales, que se entregan con terminación de calidad, amobladas y hasta con cortinas, y que los pagos sólo se hacían contra verificación del avance de las obras por las jurisdicciones provinciales y municipales. Agregan que si en algunos casos se contrataron sin concurso ni licitación fue porque se construyeron en barrios bravos en los que ninguna empresa quería entrar, con trabajadores del lugar, a los que no se les pedían antecedentes penales, la mitad mujeres, que además recibieron capacitación y contaban con guardería, escuela, centro de salud y áreas de deportes y esparcimiento. Lo mismo sucede en algunas obras de la organización Túpac Amaru. De acuerdo con esta versión, el gran número de empleados estables, con salarios de convenio y registro regular, implicaba altos costos fijos que requerían la constante iniciación de nuevas obras en cada jurisdicción, con cuyos anticipos se cubrían los déficit acumulados, ya sea por ese descalce entre costos y precios o por la derivación de fondos hacia otros fines que se imputa al apoderado. Por eso, Schoklender exigía a funcionarios nacionales, provinciales y municipales que le concedieran más obras, incluso en otros países de la Unasur, y créditos para instalar fábricas que produjeran a menor costo los paneles que usaba en sus construcciones. Cuando sus urgencias dejaron de coincidir con el ritmo de los trámites y los controles que se aplican a los dineros públicos, se despeñó desde la cima de una pirámide de Ponzi, como la que construyó en Estados Unidos el financista Bernard Madoff.

Plata dulce

Si en el camino, además, se cometieron otros delitos en perjuicio de la organización para la que trabajaba Schoklender, o del Estado, y/o con participación de algún funcionario, se determinará en la causa judicial, en la que además del poco estimado juez Oyarbide también actúa una Cámara de Apelaciones con mejores credenciales. Las afirmaciones de que Sueños Compartidos era una caja política que pagaba sobresueldos a funcionarios y que su imprenta realizó sin cargo carteles para las campañas porteñas de Amado Boudou y Abel Fatala requieren de más pruebas que esta extemporánea denuncia. Por lo pronto, el dictamen del fiscal Jorge Di Lello afirma que esos presuntos aportes no están probados en la documentación que SS entregó a la Justicia. Así como Cristina rechazó las presiones de Shoklender y le negó la plata dulce que exigía, bajo su gobierno ningún procesado siguió en su cargo. Pero para que se llegue a ese punto hará falta algo más que el relato vengativo de un oscuro personaje que debe ser tomado “con pinzas” porque su motivación es “no caer solo”, como dijo el más íntimo colaborador de Francisco De Narváez, Gustavo Ferrari. También habrá que cuidar que el merecido castigo a cualquier deshonestidad no implique el abandono de formas de organización social distintas a las del mercado, que además de solucionar un problema habitacional tienden a la integración de sectores marginados. Sería más fácil si Bonafini ahorrara al Congreso los insultos que primero usó contra los asesinos de la dictadura y luego para dirimir diferencias políticas o ideológicas con sus compañeros de lucha del movimiento de derechos humanos y con aquellas Madres de Plaza de Mayo que no creían en el dogma de su infalibilidad.

Quién es quién

En cambio hubo que esperar a que terminara el gobierno de Carlos Menem para que avanzaran las causas que lo involucraban a él y a sus colaboradores. Por eso, la absolución del ex presidente por el contrabando de armas a Ecuador y Croacia produjo decepción en sectores de la sociedad. El resultado era previsible, desde que la mayoría automática de la Corte menemista dijera en 2001 que no estaba probada la asociación ilícita ni la falsedad ideológica de los decretos firmados para vender a Panamá y Venezuela los fusiles que en realidad fueron a los Balcanes y el Pacífico. Desde entonces la causa remanente se tramitó en el fuero penal económico (penal cómico, lo llaman en Tribunales), que desde su creación, en 1959, ha ido perdiendo competencias. Nunca prosperaron los proyectos de disolverlo porque se perderían buenos negocios que importan a media docena de grandes estudios jurídicos. Sólo son respetados los camaristas Edmundo Hendler y Nicanor Repetto y la fiscal María Luz Rivas Diez. En la actualidad, se ocupa apenas de contrabando. Sus turnos y sorteos permiten digitar en qué juzgado se inicia cada causa. Es el único fuero que carece de un sistema informático que permita detectar si existen más causas con los mismos imputados, ni en qué sala está cada una. Debido al contrabando de sustancias psicotrópicas de consumo prohibido, es uno de los fueros más penetrados por la DEA estadounidense, que organiza tours para jueces y fiscales. En varios artículos periodísticos se implicó que los jueces Artabe e Imas, que firmaron la absolución de Menem, habían sido designados por Cristina y que el fallo absolutorio era el pago por las abstenciones que le impidieron al Grupo Ahhh... lograr el control del Senado. Los mismos medios insisten en que la candidatura de Menem para renovar su banca en el Senado se presenta en alianza con el FpV. Esta versión se ha repetido una y otra vez, aun luego de la desmentida categórica de los secretarios electorales de las Cámaras nacional y de La Rioja, Nicolás Deane y Lía María de la Colina de Ibarlín: no se ha presentado tal alianza antes de que vencieran los plazos ni hay boleta pegada. En cuanto a los jueces, Horacio Artabe ingresó en la justicia como secretario de primera instancia en mayo de 1978, cuando gobernaba el entonces general Jorge Videla, y en 1994 Menem lo designó juez de Instrucción en este fuero. Su patrocinador fue el entonces abogado de Daniel Hadad, Daniel Open. En 2005 el creador de la Policía de Seguridad Aeronáutica, Marcelo Saín, lo denunció por conducta sospechosa. En 2006, el Consejo de la Magistratura lo designó juez subrogante en el Tribunal Oral en lo Penal Económico N 3. En el mismo año ocupó su cargo como subrogante en ese tribunal Luis Imas, quien hasta entonces ejercía como abogado particular. Es decir que ya estaban allí cuando Cristina fue electa presidente. Luego de concursar ante el Consejo de la Magistratura, los dos fueron designados, esta vez sí por CFK, como titulares en el mismo tribunal, Artabe el año pasado e Imas éste. Como tantos miembros de la gran familia penal cómica, Artabe e Imas son íntimos amigos. Artabe está vinculado también con los generales Mario Dotto y Victor Hugo Figueroa. Dotto lo invitó a participar en el viaje del rompehielos Almirante Irizar de 2006, que, con el pretexto de conocer la Antártida, la Armada utilizaba para hacer lobby entre personalidades, funcionarios y diplomáticos. El juez ya había participado del viaje de 2005 y quiso repetirlo. Dentro del sistema de castas en que estaba organizado el buque hasta su incendio, en abril de 2007, los jueces y los militares tenían acceso al comedor del quinto piso, con buffet y barra libres, al que no podían ingresar los demás pasajeros. Esa discriminación fue suprimida por la ministra Nilda Garré, quien advirtió que “no quiero el hotel flotante de Massera”. Un contertulio de Altabe a Imas cuenta haberlos oído despotricar contra Néstor y Cristina y comprometerse a darle “una mano a Menem”. En noviembre, cuando se den a conocer los fundamentos de este llamativo fallo, tal vez se entienda por qué, luego de escuchar la absolución, Menem se abrazó y besó con su abogado, Máximo Rosconi.

Fuente: Pagina12

sábado, 17 de septiembre de 2011

Acto de Duhalde suspendido por escrache

A la derecha Auyero a instantes de morir.
El candidato presidencial de Unión Popular, Eduardo Duhalde, suspendió ayer un acto de campaña que iba a realizar en Avellaneda, por el anuncio de un “escrache” de familiares y amigos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, los militantes asesinados por policías bonaerenses en 2002. 

“Estaremos en Avellaneda –territorio que Duhalde no debería volver a pisar nunca más– los familiares de Darío Santillán encabezados por Alberto, su padre y principal querellante, y los compañeros y compañeras de Darío y Maxi para denunciarlo y escracharlo por su responsabilidad en la represión”, había anunciado el Frente Popular Darío Santillán. 

A pesar de que al principio dijeron que lo habían suspendido por la tormenta, más tarde los duhaldistas le echaron la culpa al Gobierno. “El acto se suspendió porque nos avisaron que la manifestación iba a ser muy numerosa y que podía terminar todo en un desastre, esto es kirchnerismo puro, es la forma que tienen de hacer política”, se quejó el postulante a gobernador Eduardo Amadeo.

Eduardo Amadeo, anda sacado parece. Todavía está fresco el debate en el Programa de Mariano Grondona con Carlos Auyero, con motivo de los primeros piquetes durante el menemismo. Aguerrido defensor de las políticas de Menem, acusó al entonces Frepaso de "tener el muerto que andaba buscando".

Carlos Auyero le contestó que esos grupos que cortaban la ruta  no pretendían cambiar el mundo, sino simplemente que los dejen volver a entrar en el, ante la exclusión del modelo neoliberal del cual Amadeo fue y es un soldado de primera línea.

Auyero trató de "canalla" a Amadeo por su afirmación. En el intercambio de opinión, Carlos Auyero sufrió un paro cardíaco y falleció en el estudio televisivo. 

Hoy la esposa  del seguidor de Duahlde es funcionaria de Marucio Macri en la Ciudad de Buenos Aires.

ESTUDIANTES SECUNDARIOS DESAPARECIDOS: Ayer a la mañana

Por Hugo Soriani

Ayer, a las once de la mañana, la calle Marcelo T. de Alvear estaba cortada al tránsito entre Callao y Riobamba. Un gran cartel del centro de estudiantes de la escuela Carlos Pellegrini era la barrera que anunciaba el acto frente a la puerta del colegio. A treinta y cinco años de La Noche de los Lápices los estudiantes del colegio, junto a sus familias y sus profesores, rendían homenaje a los desaparecidos que pasaron por sus aulas.

Treinta y siete nombres: treinta y cinco alumnos y dos docentes.

Treinta y siete.

Abrió el acto Ana Minujín, presidenta del centro de estudiantes, autor de la iniciativa junto a la agrupación Barrios por la Memoria y Justicia. Ana tiene la espontaneidad, la garra y la frescura de sus 18 años y una sonrisa que le ilumina la cara. Tiene la experiencia de lucha que le da su militancia secundaria, y no disimula la alegría y el orgullo que siente por ella.

Anita, como la conocen sus compañeros, es una excelente oradora, dirige asambleas y organiza tomas de colegio. Sus palabras suenan diáfanas en una mañana gris. Recuerda y reivindica la lucha de los militantes setentistas, “compañeros que no quisieron mirar para otro lado, en la búsqueda de un mundo mejor”. Pero esta vez a Anita no le alcanza su experiencia porque hay demasiada muerte de por medio. Ana Minujín se tropieza con las palabras y no puede terminar su discurso. Ana deja el micrófono y llora. Todos lloran.

Luego habla el rector del Pelle, Marcelo Roitbarg, que tal vez por la misma razón no quiere improvisar y prefiere la seguridad que da la lectura.

En la Argentina de la dictadura los rectores denunciaban a la policía a los miembros de los centros de estudiantes de sus colegios.

El rector lee y en la cuadra de Marcelo T. de Alvear hay un silencio profundo. Hay chicos y chicas que se toman por los hombros, hay padres y madres que quizás fueron compañeros de los homenajeados y hoy continúan ligados al colegio porque a él van sus hijos. El rector Roitbarg habla de la calidad humana de aquellos militantes, que aun con errores sacrificaron su comodidad personal en la búsqueda de un futuro digno en un país más justo.

Hay aplausos sostenidos para el rector, que con su presencia le da el marco institucional al acto. Fanny Seldes, de Barrios por la Memoria, sigue como oradora y explica el trabajo que su agrupación realiza para rendir homenaje a los desaparecidos a través de las baldosas con sus nombres, fabricadas artesanalmente por sus integrantes en una vieja casona de la calle Humahuaca y luego colocadas en las veredas de los barrios que acunaron los sueños de los militantes secuestrados.

Luego se ofrece el micrófono para los que deseen decir algo. Lo toma una mamá que es también hija de desaparecidos. La mamá dice que ella vivió su adolescencia con pánico. Que nunca pudo militar en nada porque el miedo la paralizaba. Pero ya no tiene miedo. Y tampoco lo tiene su hija, alumna del colegio y militante convencida. “Perdimos el miedo –dice la mamá–, perdimos el miedo. Pudimos ganarles.”

El acto termina con la lectura de los nombres de los treinta y siete homenajeados. Ante cada nombre la calle se estremece con aplausos y los “Presente” son gritados con dolor y con orgullo.

Los chicos se toman de las manos y sus padres se abrigan entre ellos.

Ayer a la mañana, en la puerta del Pelle, chicos de pelo largo, jeans gastados, zapatillas, minifaldas y alguna que otra guitarra al hombro rindieron homenaje a sus compañeros secuestrados en La Noche de los Lápices y a los estudiantes del colegio que ya no están y que alguna vez se sentaron en los mismos pupitres que ellos ocupan ahora.

Ayer a la mañana, en la puerta del Pelle, hablaron la presidenta del centro de estudiantes y el rector del colegio. Hablaron los dos en el mismo acto y a los dos se les quebró la voz en el recuerdo.

Ayer a la mañana, cuatro baldosas de colores vivos, hechas por manos amorosas, fueron colocadas para recordar el genocidio. Cuatro baldosas y treinta siete nombres por la memoria, la verdad y la justicia. Ayer a la mañana, en la puerta del Pelle.

Fuente: Pagina12

viernes, 16 de septiembre de 2011

NORBERTO GALASSO Y LA NOCHE DE LOS LAPICES

Hoy se cumplen 35 años del secuestro de un grupo de estudiantes secundarios en la ciudad de La Plata, arrancados de sus casas en un operativo militar conocido como “La Noche de los Lápices”, y cuyos responsables son juzgados desde el lunes por crímenes de lesa humanidad.
 
Aunque la persecución, el secuestro y la desaparición de estudiantes no tuvo sus primeras víctimas ese día, entre la noche del 15 y el 16 de setiembre de 1976 se produce el secuestro de la mayor cantidad de jóvenes, por lo que se estableció la fecha para recordar los hechos.
 
Esa madrugada diez alumnos de la Escuela Normal Nº3 de La Plata, que tenían entre 14 y 18 años y militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios, fueron secuestrados de sus domicilios por un grupo de tareas del Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y de la Polícia de la provincia de Buenos Aires.
 
Los jóvenes militaban en defensa de los derechos estudiantiles y habían participado de una protesta para reestablecer el boleto estudiantil, suspendido en 1975.
 
Para justificar el operativo, el titular de la bonaerense, Ramón Camps, adujo que se realizaba “por el accionar subversivo en las escuelas”.
 
Daniel Alberto Racero, Horacio Angel Ungaro,  Francisco López Muntaner , María Claudia Falcone, Claudio De Acha y María Clara Ciocchini continúan hoy desaparecidos.
 
De los cuatro que sobrevieron a las torturas y vejaciones -Emilce Moler, Pablo Díaz, Gustavo Calotti y Patricia Miranda-,  tres pudieron dar testimonio del horror ante la justicia.
 
Ellos reconocieron que estuvieron en los centros clandestinos de detención de Arana, Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5a., 8a., y 9a. de La Plata y 3a. de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires.
 
"La Noche de los Lápices" será uno de los hechos que se juzgan en el juicio que comenzó el pasado lunes en La Plata y que sienta en el banquillo de los acusados a 26 imputados por delitos de lesa humanidad en perjuicio de 360 víctimas en el denominado "Circuito Camps", que era el conjunto de centros clandestinos de detención que estaban bajo las órdenes del general Ramón Camps.
 
Según el historiador Norberto Galasso, la apreciación sobre los hechos conocidos como "La Noche de los lápices", “con el tiempo fue corrigiéndose y dejó de interpretarse como el producto de chicos inocentes que reclamaban un boleto”.
 
“En algunos familiares se empezó a señalar que formaban parte de un movimiento revolucionario y que esa lucha estaba integrada a una concepción de cuestionamiento al orden de la dependencia que había instalado la dictadura militar”, dijo en diálogo con Télam.
 
Para Galasso, “es difícil cuál de las dos versiones es más correcta”, y se permitió dudar porque en la fecha en que se produjo “no parece que correspondiese a algo estratégicamente planeado por una dirección política”.
 
En el análisis de la realidad de la época, el historiador consideró que los estudiantes “eran un grupo de jóvenes rebeldes e idealistas que querían cambiar las cosas y que no estaban muy sujetos a una dirección estratégica política”, aunque “estaban perfectamente catalogados por los servicios de inteligencia” de la dictadura militar.
 
Después de 35 años, "La noche de los lápices" fue escribiendo nuevas páginas en la historia, y según Galasso, se debe, entre otras razones, a que en la ciudad de La Plata “las figuras de la represión fueron tan siniestras que pasaron a ser símbolos de la represión, como Camps y (elex comisario, Miguel) Etchecolatz”.
(Télam) 

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