viernes, 6 de julio de 2012

MAXIMO KIRCHNER "DROGADICTO": Un macrista capaz de decir cualquier barbaridad

Si alguna vez Mauricio Macri llamó a “tirar por la ventana a Kirchner porque no lo aguantamos más”, por qué Pablo Tonelli –uno de sus fieles escuderos PRO– se iba a privar de decir que el hijo del ex presidente es “un drogadicto, medio tonto”. Eso fue lo que dijo el diputado macrista sobre Máximo durante una charla en un local del partido del jefe de Gobierno porteño, y aunque después trató de negar que había hecho semejante afirmación, cuando sus palabras salieron a la luz pública no le quedó otra alternativa que pedir disculpas. “Claramente los opositores vienen en una escalada contra la investidura presidencial”, reaccionaron en la Casa Rosada y advirtieron que “pretenden instalar la violencia en la discusión política”.

“Pido disculpas por mi exabrupto respecto de Máximo durante una charla en un local partidario”, escribió ayer Tonelli a modo de descargo en Twitter tras la difusión de sus expresiones. El diputado PRO dijo lo que dijo de Máximo Kirchner en una exposición ante militantes macristas en Quilmes, donde se quejó del estilo de gestión de Cristina Fernández.

“Este es un gobierno, como lo fue el de Néstor Kirchner, ultra, ultra presidencialista, en el cual todas las decisiones de mediana importancia para arriba son tomadas exclusivamente por la Presidenta”, expuso Tonelli y luego sorprendió al auditorio: “Supuestamente una de las pocas personas con las que habla es el hijo, Máximo, que es un drogadicto, medio tonto, que no abre la boca más que para festejar un gol en la PlayStation”.

Además de disculparse por Twitter, Tonelli habló con Radio Mitre. En esa emisora afirmó estar “muy mal con esto que ha pasado” y “arrepentido”, aunque también explicó: “Estábamos en una conversación informal entre partidarios, en la exaltación de un rol opositor dije una cosa que era un disparate, lo único que puedo decir es que esta conversación se dio en un ámbito privado y no estaba destinada a ser difundida”.

La inauguración del local de Quilmes no fue tan informal. Allí concurrieron más de doscientas personas y un grupo de periodistas que registraron lo dicho por Tonelli.

“Nunca vamos a responder en los términos en que ellos nos atacan”, se diferenciaron en la Rosada y señalaron que “los opositores están cada día más exaltados”, a quienes definieron como “difamadores seriales”. También manifestaron que “lo que necesitamos es discusión política, no ataques personales” y marcaron la contradicción “de que los que atacan son los mismos que piden diálogo”. Tampoco dejaron de remarcar un hecho revelado en su momento por Página/12: que mientras Tonelli estuvo a cargo de la Procuración General porteña allí fue asesor el capitán de navío retirado Pedro Florido, un oficial de inteligencia y abogado que fue alma mater del “grupo de contención” de la Armada que asesoraba a los represores de la Marina, acusados por crímenes de lesa humanidad.

Fuente: Pagina12

jueves, 5 de julio de 2012

JUEZ LORENZETI: Ganancias: “Por qué sacarles sólo a los jueces”

05/07/2012


Por David Cufré


El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, justificó ayer la negativa de la corporación judicial a perder el beneficio de la exención al pago del Impuesto a las Ganancias. “Quieren sacar las exenciones de los jueces que son insignificantes en términos económicos y mantienen otras muchísimo más relevantes. Esto genera un poco de reacción dentro del Poder Judicial”, describió, sin ponderar el efecto que produce el privilegio que se arrogan los magistrados –no pagan Ganancias por una acordada de la Corte Suprema durante el menemismo– sobre el resto de los sectores que sí tributan.

En declaraciones radiales, Lorenzetti aclaró que su posición personal es favorable a que los jueces paguen Ganancias, pero al mismo tiempo se hizo eco de las inquietudes de muchos de sus pares: “¿Por qué quieren sacar (las exenciones) de los jueces y no sacan las otras, de la actividad económica, que son más importantes?”, preguntó. Esa postura es la que viene sosteniendo el Poder Judicial en su conjunto, que por distintos canales hace saber a legisladores y al Gobierno su resistencia a perder el beneficio.

Los jueces se ahorrarán de tributar este año 350 millones de pesos, según la estimación del Presupuesto 2012. En 1996 el Congreso eliminó por ley la exención al pago de Ganancias para los magistrados, pero una acordada de la Corte Suprema resolvió que esa norma no era aplicable porque las remuneraciones de los jueces no se pueden disminuir mientras están en funciones. Así, consagraron un privilegio que defienden hasta hoy, como reconoció Lorenzetti. Si bien el presidente del máximo tribunal no se refirió a otro beneficio de los magistrados, Página/12 pudo saber que también están ejerciendo una fuerte presión para no perder las jubilaciones de privilegio, en respuesta a un proyecto del Gobierno que pretendía ponerles tope.

Fuente: Pagina12

miércoles, 4 de julio de 2012

HORACIO GONZALEZ: Corporaciones

Por Horacio González *

En los últimos tiempos, ha resurgido en el vocabulario político argentino una palabra: corporaciones. Nunca dejó de flamear en el subconsciente de la historia nacional. Alfonsín la empleó en su momento como una de las claves críticas de su relación con el sindicalismo. La Presidenta volvió a recordarla a propósito de las conflictivas relaciones con el gremio de camioneros. Y ciertamente, en la álgida cuestión de los medios de la comunicación, la expresión “la corpo” se constituyó en una abreviatura humorística, plena de intencionadas alusiones.

No es inadecuado llamar corporaciones a los grandes medios de difusión y comunicación. Más allá de sus fuertes lazos con la vida empresarial, ellos mismos son empresas cuya materia prima es el lenguaje, la subjetividad, la sensualidad de las imágenes y la retórica general humana. En ese sentido, son grandes corporaciones que logran asombrosos resultados en la creación de identidades, que aun difusas, tienden a aglomerar la conciencia colectiva. No parece tampoco

inopinado decir corporaciones en el caso de la mayoría de las prácticas gremiales, así como es obligatorio en estos casos ampliar la lista a las grandes entidades financieras, empresariales o tecnológicas, que entrelazadas o no, succionan las dispersas energías sociales en lógicas unificadoras compulsivas.

No es menos una corporación Clarín que Monsanto; no lo es menos Google que General Food; no lo es menos British Petroleum que Barrick. Es el capitalismo mismo que consiste en un metaagregado de corporaciones que compiten, se alían o anarquizan entre sí. No obstante, no son iguales todas las corporaciones, pues combinan con distintos grados formas de feudalización de la organización del trabajo, las audiencias y el deseo colectivo. El sindicalismo de masas de cuño corporativo es una realidad diferente, si se quiere una réplica defensiva y defectuosa a la historia corporativa de las empresas y grandes compañías mundializadas. Si por un lado se parece demasiado a las corporaciones con las que trata, por otro lado no debe perder de vista la vida popular y los derechos consagrados del trabajo, por más que no los trate como una hipótesis genérica emanada del proletariado universal, sino como un hecho que debe medirse en relación con las crudas realidades del Estado, de las empresas y del cuadro económico general dominante.

En el caso del sindicalismo de los camioneros, no es fácil un juicio sobre el tipo de corporación que constituye. Tiene en la esfera de su gestión una poderosa obra social, empresas subsidiarias que son proveedoras de esa misma obra social, iniciativas económicas de mercado, compra de predios y clubes donde lo que luce es un tipo de capitalismo sindical-empresarial que mantiene distintos contactos con la vida popular y reivindicativa. Como toda corporación, subsume a todos sus miembros en una fuerte identificación profesional, existencial y simbólica, al punto de quedar en segundo plano el ser genérico de las prácticas laborales. Basta ver al Patón Basile, el camionero boxeador, con todo su cuerpo tatuado a la manera de un tótem orgánico, que está tomado íntegramente por la corporación y al mismo tiempo no deja de ser la forma viva de una cultura ornamental burlesca, excesiva y teatralizadamente popular. ¿Cuál es la mediación cuya espesura torna esta figura de lo popular, o de la clase obrera, en un arquetipo funambulesco? Una corporación, finalmente, es un extremo de mediación que opaca no solo al individuo, sino a cualquier forma de ciudadanía social o de universalismo social-ciudadano. ¿Es solo esto lo que significa realmente?

La teoría corporativa de la sociedad tiene antiguos antecedentes que prácticamente envuelven toda la historia del pensamiento social. Si una corporación es una institución que se convierte en una mediadora absorbente que toma a su cargo todas las relaciones de cada individuo con la sociedad, entonces flaquea la institución. Una institución, entonces, es lo contrario de una corporación. Aglutina a sus miembros lo necesario como para no diluirse su identificación, objetivos y signos adecuados de pertenencia, pero no los esfuma en su excedente universal. Una institución lo es cuando fuera de sus límites e intereses particulares, sus miembros se despliegan en diversas formas de ciudadanía, recogiendo en sus prácticas otros múltiples intereses. En una corporación, los signos identificatorios, en cambio, abarcan explícita o implícitamente variadas zonas de la vida privada post-laboral o las secuencias vitales de índole familiar proyectadas en el tiempo.

Pero el drama de las corporaciones es que surgen del privilegio de la seguridad, no de la libertad. La Iglesia lo representa mucho mejor que los grandes sindicatos verticales, sin que éstos dejen de hacerlo también. En su extremo, el corporativismo no piensa que es la autonomía de conciencia la que producirá el orden social, sino que es la seguridad lo que permitirá la vida en común. Por lo que todos deberían privilegiar la sumisión para obtener el pan, todo coronado por el amor a los Príncipes. Sin embargo, los sindicatos modernos descienden de las corporaciones de oficio de lejanas edades, donde las luchas profesionales de la humanidad mucho tenían que ver con el elevado establecimiento de saberes y su proyección alquímica, y desde luego filosófica. En el gran ciclo histórico de la modernidad, fueron en gran parte los sindicatos los que contribuyeron a no poner la seguridad por encima de la lucha por el pan.

En muchos sentidos, la vocación de autodefensa profesional con el agregado que le dieron las filosofías sociales volcó a las corporaciones sindicales hacia la generalización de la idea de trabajo como canon definitorio del conjunto de las prácticas sociales. Ya se trate del homo laborans con su establecido ideal de bienestar como fundamento general de la vida social, tal como lo expresaron las socialdemocracias. Ya se trate del sujeto social de la gran crítica a la explotación por la vía del “excedente del tiempo laboral no remunerado”, considerado la forma moderna de la esclavitud en los escritos originales de Marx.

Estos modelos sindicales no eran aun las grandes uniones gremiales que provienen del reflejo del Estado de Bienestar, que en todos los países del mundo se fueron tornando más corporativas. No tanto en términos del resguardo de la fragilidad humana que encarnaban los proletarios, sino como un nuevo estilo de fortaleza negociadora con el Estado, donde podían presentarse muy variadas situaciones. Por un lado, la razón socialdemócrata, donde los sindicatos mantenían un difícil equilibrio con el Partido, típico de la época de Bebel, Kautsky, Bernstein. Estos eran jefes socialistas generalmente de origen obrero que realizaban innumerables peripecias para conciliar el ámbito partidario con el sindical. El peronismo, que muchas veces fue equivocadamente tachado de filofascista, hereda en verdad esta dificultad socialdemócrata. Recuérdese el trocadillo de las “ramas gremiales del partido” y su espejo invertido o complementario en las “ramas políticas del gremialismo”. Aquellas famosas “seis-dos”, sigla cuya mera pronunciación imponía un secreto temblor.

Este doble sentido circular de la relación del partido con el sindicato pertenece cabalmente al peronismo, sentido que ahora se ha quebrado, sin que nunca haya sido un lecho de rosas. El Partido se definía como un mero “instrumento electoral”, mientras que las “62”, lejos de ser menoscabadas, eran admirativamente aludidas como la fuerza que “podía parar el país”. Cuestión muy diferente es la de los movimientos nacional-sindicalistas de la entreguerra europea. En muchos casos admitieron la forma integral del corporativismo, incluyendo en él toda la cadena productiva y reproductiva en tanto cuestión biopolítica –como no sin cierto abuso la llamaríamos hoy–. Empresarios, técnicos, obreros, el ámbito familiar de todos ellos, la vivienda, la salud, las simbologías genéricas de identificación, eran órdenes estamentales, discursos macizos, integralismos que segmentaban la acción social. Combinado todo esto con las demás congregaciones campesinas, universitarias, religiosas, militares, etc., se precisaba entonces la mirada inmanente del Jefe Integral para conjugar en idílica armonía estas columnas verticales en que se había diluido el ser social.

El fracaso sangriento de estas experiencias a mediados del Siglo XX europeo fue una lección para toda la humanidad. En nuestro ámbito aldeano, la noción de “comunidad organizada”, teñida de cierto organicismo y una utopía de cancelación final de la disputa entre poseedores y desposeídos, corrió la suerte paradójica que el peronismo supo imprimirles a casi todos sus conceptos fundamentales. Postuló una felicidad comunitaria que distaba mucho de la drástica idea jacobina de “felicidad pública”, pero inesperadamente tuvo que recoger la idea de resistencia, que venía de los maquis antifascistas. Esta crónica peronista no es ajena entonces a cierto jacobinismo que suele cantarse en los agregados de su himno fundante. Este himno admite el apogeo, la caída, la herencia y el “no nos han vencido”. De tal modo, la idea de comunidad, legado esencial del peronismo clásico, es también un elemento fuertemente paradójico.

Lo retrata bien el film de Jorge Cedrón con guión del propio Walsh, Operación Masacre: a uno de los trabajadores comprometidos con la resistencia, un jefe policial lo interroga sobre si era peronista. La respuesta es: “¿Cómo voy a ser peronista, si yo voy de casa al trabajo y del trabajo a casa?”. La frase era una autodenuncia, un chasco del metalenguaje. Quería ser una ingenua declaración de descompromiso, pero en su misma hechura ya estaba inscripto un destino. En el peronismo, la comunidad organizada recorrió el camino del obrero bucólico al resistente fusilado. No hay comunidad sin su reverso, la tragedia, la disparidad, el cisma. No hay democracia sin instituciones gremiales fuertes y representativas, en las que su propia democracia interna esté fundada en ciertas columnas organizativas, que sin ser corporaciones, puedan sostenerse en energías colectivas que restrinjan el universalismo abstracto con un gremialismo representativo y democrático, no frágil ante las patronales capitalistas o el Estado, pero con noción cierta de que son instituciones genéricas de la sociedad.

Quizás el acto realizado en Plaza de Mayo por Hugo Moyano –no debió llegarse a él, pero debe ser motivo de reflexión general por qué ese evento ha ocurrido– permita pensar muchas más cosas, al margen de la coyuntura y el exorciso. Una de ellas es la posibilidad de que el país se acerque a la antigua demanda de un sindicalismo con márgenes de pluralismo más amplios y a tratos electorales internos que disminuyan sus petrificaciones de larga duración. Por otra parte, también es oportuno el momento para pensar en una forma extensa de ciudadanía social. Muchos pasos se han dado ya en ese sentido, pero convertirla en concepto ayudaría a descorporativizar sindicatos, medios de comunicación, empresas, universidades, clubes de fútbol, etc., con reflejos incluso en las instituciones educativas religiosas, recreando una nueva subjetividad ciudadana con sus enlaces públicos y nuevas calidades institucionales. Sería necesaria ahora una actividad intelectual universal no alcanzada por prejuicios ni elitismos, sino considerada con el derecho general a crear símbolos de pertenencia, compromiso y litigio, junto a la necesaria autocontención de todo interés particularista: todo esto llevaría el nombre de una ciudadanía social.

* Sociólogo, director de la Biblioteca Nacional.

Fuente: Pagina12

lunes, 2 de julio de 2012

FORMOSA - REPRESOR A JUICIO ORAL - DELITOS DE LESA HUMANIDAD.

02/07/2012

Formosa (MDT). En el marco de la megacausa "Carrillo", fue clausurada la instrucción y elevado a juicio el represor Agustín Echeverría, ex subjefe de la Policía de la Provincia de Formosa, por su participación como coautor de los delitos de privación ilegítima de la libertad, en concurso real como autor mediato con el delito de desaparición forzada de personas, tormentos agravados y en concurso real con el delito de asociación ilícita.

Entre otros casos se lo responsabiliza por la detención, tormento y desaparición de Ramón Luciano Diaz, tio de Julio Andres Pereyra, quien fuera fusilado en la Masacre de Margarita Belén, y de la militante del PRT Mirta Insfran.

A pesar de esta elevación, el represor se encuentra en libertad, y es investigado por otros delitos, entre ellos los tormentos al ex soldado conscripto Carlos Rolando Genes en el Regimiento 29 de Insfantería de MOnte de Formosa.

Echeverría se desempeñaba como agente de inteligencia de la policía provincial en la Oficina de Registro y Enlace del Centro Clandestino de Detención RIM29 y es recordado por los familiares de detenidos y desaparecidos por su ferocidad y maltrato.

FALLECIO EL PASTOR JOSE MIGUEZ BONINO

Por Washington Uranga


José Miguez Bonino, pastor metodista, trabajador infatigable de la causa ecuménica, luchador por los derechos humanos y teólogo de la liberación de amplio reconocimiento en la Argentina y América latina, falleció el pasado sábado en la ciudad de Tandil (Buenos Aires), a la edad de 88 años. El religioso se destacó especialmente por su lucha contra la dictadura militar y la defensa de los derechos humanos, y tenía un amplio reconocimiento más allá de la comunidad metodista a la que pertenecía, porque sus actividades desbordaron ampliamente ese marco a través de una interlocución permanente con los actores protagónicos de la sociedad civil, en las causas por la justicia y en defensa de la vida.

El pastor Miguez Bonino nació el 5 de marzo de 1924 en la ciudad de Santa Fe, estuvo casado con Noemí Nieuwenhuize y tuvo tres hijos. Hizo estudios de teología y alcanzó el título de Doctor en Teología del Union Theological Seminary de Nueva York (1959). Fue profesor y luego director del Instituto Superior de Estudios Teológicos (Buenos Aires) y su producción teológica, reflejada en numerosos libros e incontables artículos y publicaciones, fue traducida a varios idiomas y sigue siendo parte de los textos obligatorios en seminarios y universidades, tanto protestantes como católicos. Fue invitado como observador evangélico al Concilio Vaticano II, donde tuvo encuentros personales con los papas Juan XXIII y Pablo VI. Allí forjó amistad con teólogos católicos latinoamericanos, con los que después compartiría líneas de trabajo y producciones, formando la Asociación de Teólogos del Tercer Mundo. Fue también observador invitado en la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Medellín 1969). Desarrolló una intensa actividad ecuménica que lo llevó a ser presidente del Consejo Mundial de Iglesias. (CMI).

En una autobiografía escrita recientemente, el pastor Miguez Bonino afirmó que “la teología de la liberación fue la respuesta de una generación de jóvenes católicos y evangélicos al llamado del Espíritu Santo hacia un renovado compromiso espiritual, ético y social con los pobres, el llamado a una nueva e integral evangelización”.

Durante los años de la dictadura militar, Miguez Bonino contribuyó a fundar y fue parte del Consejo de Presidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, siendo repetidas veces orador principal en las manifestaciones organizadas por los movimientos de derechos humanos en el país. Fue electo convencional constituyente (1994), siendo, junto con el obispo católico Jaime De Nevares, los dos clérigos presentes en la Convención.

Respecto de la lucha por los derechos humanos, Miguez Bonino sostuvo que “en términos directos, la defensa de la vida humana fue vista por muchos cristianos como el inexcusable reclamo de amor”. Y él mismo fue consecuente con esta apreciación, dedicando gran parte de su vida, por una parte, a la tarea de defensa de los derechos humanos y, por otra, a la denuncia de “la opresión, la crítica de las ideologías dominantes que inspiran al nuevo imperio” y a la búsqueda de “nuevas alternativas de futuro” a través de la “lucha por la vida y la justicia” desde “nuestra fe y nuestro compromiso cristiano”.

Fuente: Pagina12

EDUARDO ALIVERTI: Mirar más lejos

Por Eduardo Aliverti

Tras Moyano en la Plaza, y luego de un paro que no se notó en absoluto, con excepción del reparto de diarios, cabe decir en primer término que sucedió lo que tenía suceder, que no hubo sorpresa alguna y que todo sigue exactamente como antes del miércoles pasado. Sin embargo, queda mucho lugar, no tanto en volumen como en calidad temática, para extender conceptos sobre la caracterización de esta etapa. Y sobre todo, de la que puede o debe venir.

Una mirada rápida y válida, pero corta, sugiere que el único logro del todavía jefe formal de la CGT fue la demostración de fuerza hacia la interna sindical. Su interna. Hay una relación inversamente proporcional entre eso y la trascendencia nula que tuvieron el paro y el acto, esto último por fuera de la adhesión de los camioneros y algunos agrupamientos de izquierda. Moyano no tiene potencia política más allá de su gremio. Pero a la vez es cierto que ninguno de sus adversarios cuenta con la capacidad de convocatoria mostrada por él. Si eso significa que logrará mantenerse al frente cegetista es una incógnita, porque esos porotos se contabilizan mediante roscas en las que no interviene, de manera excluyente, quién gana la calle con mejor o mayor barullo. Valgámonos de este dato para intentar una primera observación más profunda. ¿Cuál es la importancia de si Moyano conservará el mando burocrático de la central obrera? Si la respuesta es “mucha”, por carácter transitivo implica que lo es porque de lo contrario se partiría la CGT. Lo cual es un disparate, porque no sólo la CGT sino el conjunto de la dirigencia sindical están despedazados hace rato. Moyanistas, gordos, independientes; tránsfugas de todos los costados que se moyanizan o antimoyanizan según sean las urgencias que les convengan, invariablemente circunstanciales, al solo efecto del reparto de poder burocrático. También está partida la CTA aunque, por lo menos, su división responde a identificaciones políticas diferentes y no a la repartija de ganancias entre gremios que, antes que representantes, tienen propietarios. Además, hay experiencias de base como la de los metrodelegados y agrupaciones que ya meten baza entre los conductores de negocios (bancarios, alimenticias, ferroviarios). Son sectores con influencia sostenida que no responden ni a los unos ni a los otros. En consecuencia, no de qué sino de cuál probable segmentación hablan, quienes mentan al rompimiento de la CGT como hito que trazaría un antes y un después. ¿Dónde viven los que pronostican eso? Hasta ahí, lo que al firmante le parece la mirada corta. La larga, en esta sección, tendría tres aspectos esencialmente complementarios. Uno, a quién le conviene semejante fragmentación en la representatividad de los trabajadores. Dos, ¿el Gobierno apuesta a eso y se conforma con hacer pelota la torta de Moyano, más dejar que se disparen a los pies los amiguitos impresentables del camionero y más creer que ese espanto es decisivo para seguir construyendo relato? (No está dicho en sentido de denuesto: construir relato es clave para hacer política y es uno de los pilares que permitió la edificación del kirchnerismo; el interrogante apunta a si acaso no se descansa excesivamente en esa estratagema valiosa.) Tres, ¿destruir o diluir a Moyano debe conllevar el apoyo a personajes que emblematizan lo peor de lo peor de la corrupción sindical? ¿Hay que mirar con cariño a Barrionuevo y Cavalieri? Y en todo caso, ¿cuál sería la estrategia de esa táctica? Carlos Raimundi, diputado nacional por el Frente Nuevo Encuentro, decía hace poco que –sin perjuicio del valor de las consideraciones psicológicas o de enconos personales– se hace necesario revolver más hondo en cuanto al enfrentamiento del Gobierno con Moyano. Su hipótesis, bien atendible, es que si Cristina se acentúa hacia (digamos) izquierda, en términos de una construcción político-social capaz de prescindir de las estructuras tradicionales del peronismo, el choque con éstas es inevitable y dramático gracias a la afectación de prebendas que le son constitutivas. Nadie puede creer, ni con seriedad ni con largas líneas de fiebre, que el camionero lanzó su patriada porque le preocupa la escala del mínimo no imponible. Es decir: si la apuesta es a la conformación de base expresada en Vélez, no hay forma de evitar la colisión más temprano o más tarde. Y no ya con Moyano, sino con el grueso de los aparatos. Más luego, ¿es así o se va tanteando a medida que las coyunturas lo imponen?

Ya que se trata de intentar observaciones de largo alcance, vayan también estas líneas que Enrique Martínez, ex titular del INTI, hizo circular por la web en las últimas horas: “La combinación de (...) factores dibuja un escenario distante del óptimo, con productividad mediocre, salarios reales con techo y problemas de inversión y de balanza de pagos. El Gobierno ha buscado compensar a los periféricos o excluidos de este sistema. Lo hizo con medidas fuertes, como la Asignación Universal por Hijo; la recuperación de los fondos de las AFJP; la generalización de las jubilaciones y su movilidad por ley; la actualización del salario mínimo; la recuperación de las paritarias privadas (...); los subsidios al transporte y los servicios. Además de eso, se ha puesto al hombro la obligación de toda la inversión en infraestructura vial, de comunicaciones, de energía, educativa y de vivienda social. Todo en dimensiones y con alcances que ningún gobierno anterior ni se comprometió ni intentó. El punto es que, en tal esquema, los fondos públicos en algún momento pasan a no alcanzar. Porque su fuente son impuestos aplicados a una economía cuya capacidad de generación de riqueza se centra más y más en la utilización de sus recursos naturales, con límites evidentes, mientras aquello que la actividad humana le pone encima tiene un horizonte restringido (...) Este no es un problema argentino sino de todo el mundo periférico, donde las transnacionales hegemonizan el sistema productivo. El punto es que el Gobierno parece negar la existencia del conflicto, al menos con la importancia que aquí se ha señalado. Si no fuera así, hubiera instalado hace mucho tiempo la discusión sobre cómo se construyen actores nacionales, en sociedad con el Estado, con capacidad tecnológica de creciente autonomía, que bajen el nivel de dependencia de nuestro país”. Se puede coincidir o no con la opinión de Martínez, que en verdad es bastante más extensa que este extracto de su artículo. Pero está fuera de toda duda que su desafío analítico es de cuantía sólida. Aunque sea, para plantearse si hay quienes, en el oficialismo, piensan en cambios reales de matriz productiva.

En ligera síntesis: si es por la herramienta política que se necesita para continuar avanzando en la reparación de las mayorías, está claro que es el kirchnerismo el que mejor la encarna. Hay una experiencia de casi diez años que lo avala. No solamente es así por la positiva. En lo que no, es aun más límpido que los adversarios del Gobierno son, por un lado, el adefesio de siempre. Y por otra parte –no deja de ser la misma– enuncia a lo más horrible de una derecha que ni siquiera se traza la perspectiva de ser una burguesía lúcida. Todos sus miembros (patronales agropecuarias, medios de comunicación, sectores financieros, dirigencia partidaria atomizada y sin referentes) son apenas una expresión tribal de rapiña. Se “suman” a ellos unos grupejos autoproclamados de izquierda desde una subjetividad que, objetivamente, en acuerdo con costumbres históricas e histéricas, no hacen más que poner su vocación cariocinética al servicio de los intereses reaccionarios. Podría decirse que ni siquiera tienen la perspicacia de advertir que aportan números de alboroto a los burócratas sindicales que denunciaron toda la vida, pero sería cínico. Parece increíble estar leyendo que Moyano se codeó sin roces con la izquierda. ¿La izquierda de qué? Pues de la derecha a cuyos objetivos sirve. De lo contrario, los periodistas del establishment no hablarían como si nada de la armonía “natural” entre banderas rojas y la quintaesencia de aquello a lo que esos estandartes se opusieron desde que el mundo es mundo.

En lo que sí, resta continuar braceando por la profundización de los cambios. Y uno de los riesgos es interpretar que eso consiste, únicamente, en acabar con Moyano o cascotearle el rancho a Scioli.

Fuente: Pagina12

domingo, 1 de julio de 2012

HECTOR OESTERHELD: Un héroe Colectivo

Entrevista a Elsa Sanchez de Oesterheld

Por Eduardo Anguita
eanguita@miradasalsur.com

“En nuestra familia avanzamos llevando toda la historia encima” . La esposa y el nieto del creador de El Eternauta, en una charla imperdible para comprender todo el dolor por el que pasaron con los secuestros y desapariciones durante la dictadura, y la renovada fuerza de seguir peleando.

Meternos en la historia del siglo XX de la Argentina es entrar también en la historia de la historieta. Y quizás, en la vida de un protagonista principal, Héctor Germán Oesterheld. Y darnos el gusto de tener a Elsa Sánchez, su esposa, y a Fernando Araldi Oesterheld, su nieto, para que nos cuenten la historia del autor de El Eternauta. Un tipo que es un orgullo con una historia que nos duele.

Elsa Sánchez de Oesterheld: –Creo que sí. Para mí iba a ser un escritor con toda la garra del historiador. Un historiador con una conciencia interna fenomenal. Pero bueno, no pudo ser.
–En realidad, dejó una obra vasta y extraordinaria. Hay algo que siempre me llamó la atención, y es su inicio como geólogo.

E.S.O.: –Ah, sí. Es que era un personaje muy extraño. Muy particular. Lo apasionaba la ciencia en general. Entonces empezó como geólogo, hizo no sé cuántas carreras. Para colmo leía una barbaridad. Tenía cuatro idiomas que los dominaba perfectamente. Leía, hablaba y escribía en varios idiomas. Era de una familia de clase alta: su abuelo alemán tenía locura por el campo y el papá de mi marido, no pudo disfrutarlo mucho porque tuvo muchas hermanas mujeres. Y el papá, que era alemán, le había pedido que se ocupara del campo porque no había varones en la familia.

–¿Y usted?

E.S.O.: –No tengo problema para los idiomas. Cuando estudié francés, la profesora me preguntaba si no tenía familiares franceses. Y no, siempre fui de raza española toda mi familia. En cambio, Héctor tenía el abuelo alemán y el papá argentino, una mezcla. Le tocó una época fea porque era la época de Hitler y todo eso marcaba muchas cosas. Empezaba a ser todo muy duro. Pero él, que ya se hacía hombre, se dio cuenta de lo que estaba sucediendo para el mundo entero. Creo que él sufrió bastante, en cambio yo no: en ese sentido tuve mi colegio normal de toda la vida. Papá era español, nacido en España…

–¡Sánchez!

E.S.O.: –Sánchez. Mamá era Weiss. Que según parece, le explicaron que eran gallegos y el gallego tiene mucho de celta. Como era Weiss en inglés, ellos lo pronunciaban como Beis, entonces lo escribieron siempre con W. Entonces alguien, en algún año, que no se sabe cuál, le puso directamente Beis, con b larga y se acabó. Es el único Beis que tiene ascendencia y no tiene W. Esas correcciones que se hacían en esos tiempos para que sea fácil, porque si no era complicado con la W.

–Siempre es un gusto hablar con usted porque es una buena conversadora, una persona siempre alegre. Sin embargo, es inevitable hablar sobre lo que pasó con su familia…

E.S.O.: –Hay que hablar de eso, también. No para multiplicar los hechos aberrantes, porque ya no hace falta, se saben. Pero sí para que se sepa que la Argentina tuvo un momento en la historia que fue una vergüenza, y eso no se tiene que olvidar. No para mantener un odio, sino porque esas cosas viene bien mencionarlas históricamente. No como venganza o dolor. Fue un crimen total, pero salimos adelante. Tenemos una juventud ahora que es maravillosa.

–Vamos a sumarlo a Fernando. Vos sos de 1975, un año durísimo. No tenés a tus dos padres, no tenés a tus tíos, no tenés a tu abuelo, buscás un hermano. Y, sin embargo, te veo como la veo a Elsa, con enormes ganas de vivir…

E.S.O.: –Fantástico. Es fantástico.

Fernando Araldi Oesterheld: –Bueno, qué va a decir, es mi abuela. Yo nací en el ’75. A mi vieja, a Diana, la secuestran en el ’76 y a mi papá en el ’77, con un año de diferencia casi exacto. Busco un hermano, y en la familia buscamos un hermano y un primo, que sería el hijo de mi tía Marina, la más chica de las hermanas Oesterheld. Con mi abuela tenemos esa cosa de tener la historia encima, pero en mi caso la vivo de una forma bastante particular. Siempre asimilándola, sabiendo que uno tiene esa historia encima desde hace mucho, pero siempre de la mejor manera posible para que no se creen trabas que impidan avanzar.

–Vos luchaste por recuperar la casa de tus padres, donde Albornoz, un jefe de policía de Tucumán, criminal sanguinario, secuestró a tu madre, y que después fue el responsable de su traslado a Campo de Mayo.

F.A.O.: –Sí, en el año 2005 inicié una causa penal porque me enteré que en la casa de Tucumán, donde nosotros vivíamos, había quedado viviendo en el año ’76, una chica de unos 20 ó 21 años que pertenecía a la Policía, María Elena Guerra, que era como una amante del TuertoAlbornoz. Él le dejó la casa, y durante mucho tiempo ella la reclamaba porque decía que había pagado los impuestos. Finalmente, en 2008 o 2009, la recuperamos y desalojamos a esa mujer. Todavía no se abrió un juicio contra ella en particular por ese delito. Sí fue enjuiciado Albornoz, en la causa general, con Buzzi, Menéndez, Zimerman y tantos otros. La casa quedó para el tipo que había nacido ahí, el hijo del señor que se la había vendido a mi papá. Una familia con muchos problemas económicos. Para mí, lo que más valor tenía era recuperar la casa para ver si saltaba algún dato de qué había pasado con mi mamá y, sobre todo, con el bebé, cosa que nunca sucedió. Como ocurre en general: son enjuiciados los responsables, pero nunca dicen dónde están los cuerpos, ni los chicos que se robaron. Los sentimientos son encontrados. Están perfectos los juicios, pero falta eso. Y lo de Campo de Mayo no sé si es tan claro con lo de mi mamá. Tengo información de que a ella la matan directamente en la Jefatura de Policía de Tucumán, así que no sé lo del posible traslado a Buenos Aires.

–Y a tú papá lo matan en la frontera de Catamarca con Tucumán.

F.A.O.: –Sí, no lo secuestran. Directamente, en un enfrentamiento lo matan.

–Elsa, Martín es el otro nieto...

E.S.O.: –Fue muy difícil. Pero yo sabía que iban a salir adelante, independientemente de mí. Vivieron los cambios que fueron terribles. El comienzo fue vivir sin su mamá, no conocerla. Eso es tremendo, porque no hay explicación para una cosa semejante. Fueron las cuatro chicas, dos que tuvieron hijos, y les tocó a ellos crecer con lo que tuvieron que crecer y vieron cosas que ningún otro chico vio. La matanza de la juventud, mayoritaria en ese momento, fue atroz. Los chicos que hemos recuperado se criaron con gente extraña y hoy están con su nombre y su historia legítimamente descubierta. Son increíblemente maravillosos, yo no puedo creerlo, cuanto más los veo no lo puedo creer. Son chicos que han comprendido y construyen su historia.

–Como usted se ha podido apropiar de este tejido, como todas las Abuelas que han hecho una causa común y han podido compartir esto que para muchos es casi inexplicable.

E.S.O.: –Era difícil aceptarlo. Yo misma, también, tenía miedo de que no fuera lo que se creía con el chico que es de uno y quizá no lo es. Había mucha desconfianza hasta que se avanzó con el ADN. Ahora está cada vez más perfeccionado. Y los nietos son admirables, yo los amo.

–Fernando, de la fotografía pasaste al estampado de remeras. ¿Cómo estás con la imagen? Tu abuelo era el tipo que imaginaba cosas que después se tenían que dibujar, más allá del texto. Vos te volcaste por la imagen. Me gustaría una explicación de si vos creés que tiene algo que ver con la historia de tu abuelo o si creés que surgió porque sí.

F.A.O.: –Empecé hace bastante. A los veintipico arranqué con fotografía, pero hoy me interesa más que nada la escritura. Supongo que viene por el lado de la familia. Obviamente, mi abuelo, mi mamá escribía, mis tías también, y es algo que tengo bastante arraigado.

–Y vas por la poesía.

F.A.O.: –Sí, bueno, por ahora me interesa esa veta de la escritura. No tanto la narrativa, tal vez más adelante, no sé. Con la imagen empecé pasados los 20: me interesaba la fotografía. Después fue decantando en la escritura con la idea de comenzar algo más sólido. Con lo del estampado de remeras, sé que tengo el derecho de reproducir la imagen de El Eternauta en cualquier formato. Pero es algo tan universal que se me va de las manos. Quizá pueda estampar cosas de mi abuelo, pero era un proyecto que tenía que ver más con la fotografía.

–No está lejos el día en que la abuela vea al nieto queriendo estampar a Bull Rocket en una remera...

E.S.O.: –La vida es permanentemente cambio. Tengo una vida muy difícil de vivir por el hecho que ya conocemos todos. Eso no se puede superar, pero sí decidí hacerlo en algún momento dado, y eso se lo tengo que agradecer a Cristina, porque me sacudió. Yo era una persona muerta en vida, los chicos ya tenían su vida hecha. Y tuve la responsabilidad de cuidar a mis nietos. Tuve, aunque perdí la fe y no soy demasiado creyente, algo en qué creer. Aferrarse a ser una buena persona, no equivocarse, y eso fue lo que yo hice. Sin vanidad de ninguna especie. No puedo decir que pasé una buena vida, fue a prueba de todo. Hoy me siento en paz, no he hecho daño a nadie. Ese nunca más es la señal de que estoy viva. Si yo cometo un error me duele, me hace un daño terrible aunque sea una pavada. Tenemos que estar contentos de la vida. La vida es como es y hay que aceptarla y venerar tenerla, porque te da la oportunidad de ser mejor todos los días, si se quiere. Y hace a los que están alrededor de uno mejores. En este momento tengo mi último bisnieto.

–¿Hijo de Martín?

F.A.O.: –Claro, Martín tiene tres.

E.S.O.: –No tiene un año todavía. Ahora cuando lo veo y me mira se ríe. El otro día se enojaba porque lo tenían en brazos y yo pensé que quería darse vuelta para venir conmigo. Lo que él quería era acariciarme con sus manitos, pero no estar en brazos. La conciencia de ese nene, que quería demostrarme esa ternura que yo le doy a mi manera, él me la demostró de otra manera. Es muy lindo eso y me pongo contenta cuando me pasan esas cosas.

Oesterheld, un dolor indescriptible, un compromiso total

Héctor Germán Oesterheld fue secuestrado, a los 58 años, el 27 de abril de 1977. Su vida, la del máximo creador de personajes y relatos para las historietas argentinas, terminaba poco tiempo después en un campo de concentración o en el mar. No se sabe. Su calvario estuvo precedido por el secuestro de las cuatro hijas que había tenido con su esposa, Elsa Sánchez. Podría decirse que Elsa tuvo las hijas mientras Héctor soñaba y paría los personajes que entretuvieron e hicieron pensar a millones de argentinos. Todo sucedió en la década del cincuenta. El Sargento Kirk nació al papel de diario en 1952 y El Eternauta, en 1958. En ese lapso nacían Estela, Diana, Beatriz y Marina, las cuatro bastante seguiditas. Se las puede ver, en la foto de familia, junto a sus padres. Todas sonrientes, todas con sus muñecas. Elsa sólo pudo recuperar el cuerpo de la primera secuestrada, Beatriz, que tenía 19 años y fue chupada en mayo del ’76. Después secuestraron a Diana, de 23 años, en agosto del ’76. Diana estaba en pareja con Raúl Araldi. Habían tenido un hijito, Fernando, y Diana estaba esperando al segundo o a la segunda, con un embarazo de siete meses. Un año después, Raúl era detenido y fusilado. A fines del ’76 secuestraron a Marina, de 20 años, que estaba embarazada. Sobrevivía Estela, la mayor, que vivía con Raúl Mórtola y tenían un hijito. Los mataron en el ’77, el mismo año en que secuestraron a Héctor.

Elsa se quedó con demasiadas pérdidas y con dos nietos. El otro día vinieron Elsa y su nieto Fernando a La historia en debate. Mi agradecimiento, mi emoción, mi dolor, mi incomprensión, mi desborde, mi cariño y mis lágrimas están en un revoltijo. Todo junto. No tengo mucho para escribir. Hay sentimientos que no se pueden configurar en palabras. Lo único que puedo expresar es que quiero ser cada día mejor persona, que quiero cada día vivir del recuerdo y del ejemplo de quienes tuvieron la valentía de enfrentar la injusticia y de pelear por una sociedad más justa. Puedo decir, con orgullo, con humildad y con compromiso que formé parte de esa generación de Beatriz, de Diana, de Marina y de Estela. Que al gran Héctor Oesterheld lo leía en la cárcel de La Plata en las historietas que nos traían la madre de Alberto Elizalde, la de José Brontes y la mía, entre otras madres. Leíamos las historietas en el momento mismo en que a Héctor lo tenían en un campo de concentración y quizá no podía ni leer sus propias historietas. El domingo pasado, día del padre, fui con mi mujer y mi hija a poner una plantita en una plazoleta que lleva el nombre de mi madre, en la calle Cochabamba. Ese 17 de junio era su cumpleaños y un rato antes había recibido un correo de Taty Almeida, porque un 17 de junio secuestraron a Alejandro, su hijo mayor, y solemos mandarnos un abrazo en esa fecha. De la mano de mi mujer y mi hija caminé unos metros. Fuimos a ver las placitas hechas en homenaje a las madres de Alberto y de José. No es justo dejar de llorar a las víctimas. Pero es injusto no pelear día a día por un mundo mejor. Mi sentido homenaje a Héctor, a Beatriz, a Diana, a Marina, a Estela, a los dos Raúles, a Matilde, a Delia, a Ramona y en ellos a los 30 mil.

Fuente: Miradas al Sur

MENORES: NO MAS COMISARIAS

Las comisarías no albergarán más a menores, irán a centros de derivación

La ministra de Seguridad, Nilda Garré, resolvió que los menores de edad privados de su libertad por haber cometido un delito dejarán de ser alojados en comisarías y serán derivados directamente al nuevo edificio del Centro de Admisión y Derivación (CAD), de la Ciudad de Buenos Aires.

La medida que resuelve que los menosres que cometen delitos no sean alojados en comisarías, fue adoptada tras un convenio rubricado entre la ex secretaría de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad del Ministerio de Seguridad y la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social.

La medida apunta a "alcanzar los más altos niveles de protección de derechos de adolescentes en conflicto con la ley penal".

De esta manera, los niños y adolescentes que son detenidos por las fuerzas federales, dentro del área metropolitana, o cumpliendo órdenes de magistrados competentes, serán trasladados directamente al nuevo alojamiento que estará a cargo de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social".

El edificio, ubicado en Perón 2048, cuenta con una dependencia de la Policía Federal que realiza el fichaje, la averiguación de antecedentes y el control médico de los menores que ingresan, informó el Ministerio en un comunicado.

Esa dependencia también brinda apoyo externo a los representantes de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, que están a cargo de los menores.

“En una primera instancia realizamos en conjunto con la Defensoría General una fiscalización de las comisarías porteñas para elegir las más adecuadas para alojar a los menores, pero con la refacción del ex Centro Inchausti dimos un paso enorme para brindar condiciones dignas de alojamiento para los que sean detenidos”, señaló Garré.

En agosto de 2011, mientras el edificio estaba en refacción, la ministra Garré había dispuesto que los menores fueran alojados sólo en las comisarías seleccionadas por un equipo específico del Ministerio.

La nueva dependencia del CAD se encuentra en la ex sede del Centro de Régimen Cerrado para Adolescentes Mujeres "Úrsula de Inchausti", que fue refaccionada y reacondicionada para poder alojar transitoriamente, en un lapso no mayor a 12 horas, a niños, niñas y adolescentes, precisa el comunicado.

Fuente: Infonews

BALTAZAR GARZON: GOLPE EN PARAGUAY “Fue un esperpento”

Por Alejandra Dandan

Desde San Miguel de Tucumán

Baltasar Garzón considera el reciente golpe en Paraguay como “un esperpento que cuestiona la solidez democrática” de la región. “El hecho de que un mecanismo esté previsto en la Constitución no quiere decir que su uso sea adecuado o jurídicamente correcto o incluso que no pueda llegar a ser un fraude”, señala el ex magistrado español que acaba de ser nombrado como asesor de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación. En diálogo con Página/12 desde la provincia de Tucumán, donde llegó para reunirse con los organismos de derechos humanos del noroeste argentino, Garzón habla de la estabilidad democrática, que volvió a ser cuestionada a partir del golpe paraguayo, pero también repasa las fortalezas políticas que los gobiernos locales vienen construyendo en contraposición al Viejo Continente, que no quiere abrir “espacios o fisuras” porque considera “un peligro las formas de democracia más directa, porque son procesos que no pueden controlar”. El primer encuentro con Néstor Kirchner, su decisión de impulsar los procesos de lesa humanidad “sin atender las consecuencias que pudieran tener” y su primera visita a la ESMA fueron otros de los ejes de la entrevista. “La gran enseñanza es que cuando hay gentes que están en contra de este tipo de procesos, ya sea por interés propio o corporativo, no dimensionan lo que significa para el futuro de una sociedad en el sentido de que se fortalece: ése es el caso de Argentina.”

–¿Cómo es venir a Tucumán por primera vez luego de haber condenado a la distancia a Antonio Bussi?

–Siempre hay una primera vez, pero éste es uno de esos lugares a los que llegas por primera vez y parece que regresas. Cuando te has aproximado a un lugar por el estudio de los documentos, por los testimonios de las personas que sufrieron la represión en esta parte del país de la mano de muchos, pero principalmente al mando de quien tenía el poder, en ese momento te da la sensación de “déjà-vu”, de que ya estuve aquí antes. Es lo inverso a lo que sucede cuando haces una investigación: ocurre el hecho, vas a un lugar a ver lo que sucede y a partir de allí actuás. Aquí el proceso es inverso, por eso esa sensación de haber estado antes. Y en cuanto a la gente, hay diversas vibraciones. Ayer paseé en la calle porque quería andar entre la gente. Cuando pasé por el edificio de la Facultad de Derecho, un señor se me paró y me dijo: “Yo lo conozco, señor juez, para que vea, lo vi por televisión”.

–Estuvo el viernes con los organismos de derechos humanos del NOA. ¿Qué impresión le dio?

–Reencontrarme con personas, víctimas que habían concurrido en 2005 fue muy intenso porque oyéndolas comprobás que tienen similares problemas en la Justicia en cualquier parte del mundo. La dilación de los procedimientos, las dificultades y la tramitación, la falta de medios, eventualmente la falta de compromiso de quienes asumen esa obligación, el deseo de las víctimas de que se haga justicia, y todo eso es vuelto a revivir.

–¿La sensación es que no se avanzó lo suficiente?

–Todo lo contrario. Lo maravilloso es que estamos hablando de justicia en vida, no estamos hablando de un deseo frustrado como ocurrió desde el año ’96 en adelante en España. Iban a reclamar justicia, pero lejos de su país y porque aquí no se los tenía en cuenta. Una de las víctimas me dijo una vez: “Venimos a España no porque aquí se va a resolver mejor el asunto, sino porque no tenemos posibilidades de que se investigue en nuestro país”. Por tanto, la sensación del viernes era muy diferente de la que he experimentado en otros viajes previos a 2005. Me he encontrado con el presidente del Tribunal del caso ESMA en el hotel. Me contó que preparan para agosto y septiembre la segunda gran causa y me dio una sensación agradabilísima porque cuando nos encontrábamos en España con argentinos la sensación era de frustración. Y eso es un hecho muy potente.

–En estos días dijo que Argentina es el país más avanzado en el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad. Y subrayó el rol de Néstor Kirchner.

–No pertenezco a ningún partido político, pero cada uno tiene sus afectos. Y es reconocer a quien lo merece, aquello que ha hecho en un momento determinado de su vida, en ese caso Néstor Kirchner, por su país. Me pueden decir que era su obligación, yo diría que también era obligación de los gobernantes anteriores y no hicieron nada. Por tanto, es algo más que la obligación. Cuando conocí a Cristina Fernández de Kirchner era senadora. No era todavía Presidenta y, sin embargo, el compromiso existía. Cuando hay autenticidad en las personas, lo sabes. Y cuando no la hay y ves que es una pose, también lo sabes. Kirchner es una persona que vio que no podía permanecer esa impunidad. En ese momento estaba comenzando el juicio de (el ex marino Adolfo) Scilingo (en España) y tomó una decisión importante, fundamental y trascendental para la historia de Argentina. Creo que conforme transcurra el tiempo, se acrecentará esa figura porque determinó con esa decisión anteponer los valores al interés político.
El esperpento

–¿Se puede pensar que la Justicia cambia los procesos políticos?

–La Justicia, sin ningún lugar a dudas, tiene una trascendencia e importancia política muy clara. Lo importante o determinante es que los jueces no corramos el riesgo de querer incidir en el curso político de un país con las decisiones. Es muy diferente eso a que una decisión judicial pueda tener consecuencias políticas. Un enjuiciamiento a un líder, a un presidente o a cualquier responsable puede determinar su eliminación política, pero otra cosa es que se busque esa influencia desde lo jurídico. Esto ultimo es la politización de la Justicia, que es nefasta, y lo otro es la dimensión correcta que tiene que enfrentar algún hecho, porque todos son iguales ante la ley. Sin lugar a dudas todos los casos de la represión argentina necesariamente tienen una incidencia en la política. ¡Cómo no la van a tener! La tuvieron los crímenes contra la humanidad que se cometieron contra los ciudadanos. Necesariamente la valoración jurídica tiene una trascendencia política y es bueno porque esa dimensión es social y la sociedad debe advertir que nunca más se puede admitir una vía distinta a los estrictos términos democráticos. La gran enseñanza es que cuando hay gentes que están en contra de este tipo de procesos, sea por interés propio o corporativo, no dimensionan lo que significa para el futuro de una sociedad, en el sentido de que se fortalece. En el caso de Argentina, mucho más.

–¿Se puede pensar desde ahí el caso de Paraguay? ¿Un juicio pensado como herramienta política?

–He dicho en estos días que me preocupa profundamente Paraguay. El hecho de que un mecanismo esté previsto en la Constitución no quiere decir que su uso sea adecuado o jurídicamente correcto. O incluso que no pueda llegar a ser un fraude. Si ha sido un fraude también se debería responder políticamente y judicialmente por parte de quienes se han aprovechado de ese mecanismo para acabar con el mandato de alguien que legítimamente lo estaba desempeñando por elección popular. Lo que tendrían que haber hecho está lejos de aquello que se hizo de forma sorpresiva, con nocturnidad y alevosía, y podría haber esperado a que los ciudadanos emitan su opinión. No es bueno para el fortalecimiento democrático en la región. Ya después de la malísima experiencia de Honduras y las consecuencias que trajo el golpe de Estado de 2008 nos parecía que ya tenéis estabilizada la región y que los mayores incidentes políticos se estaban resolviendo por las vías democráticas y con participación ciudadana, y aparece este esperpento que cuestiona la solidez democrática.

–Latinoamérica está más o menos convulsionada. Chile con los estudiantes y con la universidad pública. México, Colombia. ¿Cómo lo ve?

–Lo que Latinoamérica le está demostrando al mundo es que no se estaban haciendo tan mal las cosas cuando ahora comienzan a ser foco de atención mundial. Las grandes democracias, las viejas democracias, están sufriendo las consecuencias de ser malas gestiones. Los ciudadanos empiezan a pasar facturas porque quieren comprender qué está sucediendo. Es esa dualidad de política y ciudadanía, que en un país como Argentina algunos pueden cuestionar por alguna cosa, pero no porque no haya un dinamismo político: una proximidad entre el ejercicio de la política y la ciudadanía. Hay una interacción permanente y eso es diferente. En España se está viviendo un proceso que las estructuras políticas tradicionales se niegan a aceptar, a abrir una fisura, y de momento comienzan a decir: “Es un peligro para la democracia lo que está pasando”. En realidad no es un peligro para nada. Es un peligro para ellos, que no quieren que se participe; para ellos sí es un peligro, porque las formas de democracia más directa no se controlan, porque el político fundamentalmente quiere tener tranquilidad, un espacio controlado para desarrollar reformas importantes, pero para que no lo puedan cuestionar. Y en países como Chile no es casualidad que el presidente Sebastián Piñera tenga un índice de popularidad bajo cero como consecuencia en gran medida de su política respecto de, entre otras, la educación. Hay que cambiar las mentes y las formas de hacer política y eso es una enseñanza que estamos recibiendo de países como Argentina, México, España ahora con los movimientos de los indignados. Es algo novedoso que cuesta entender, pero es necesario que se mantenga, no como dicen algunos que hay que institucionalizarlo, por qué: es la sociedad que está en efervescencia. Suficiente movimiento político es la sociedad en sí misma.

Fuente: Pagina12

HORACIO VERBITSKI: La mía, la tuya, la nuestra

Más allá de anécdotas, la confrontación gira sobre el rol del Estado en la economía, las razones del crecimiento y la distribución de sus beneficios, como quedó claro en los discursos de Cristina y Moyano. Ese es el abismo que intentan sortear Recalde, Plaini, Schmid y Facundo. Según el boletín del Consejo de las Américas, el problema no es el golpe en Paraguay, sino la erosión de la democracia en la Argentina. Maquinaria agrícola en el pozo petrolero mientras la SI se entretiene con la DEA.

Por Horacio Verbitsky

Para comenzar por los apasionantes detalles secundarios: mientras el gobierno nacional y los principales medios estimaron la concurrencia entre 25 y 50 mil personas, los organizadores no bajaron de 100 mil. Hugo Moyano aduce que si la jornada fue normal en casi todos los lugares de trabajo es porque sólo se trató de un paro de Camioneros. Desde el gobierno se señala que tanto el cartel que ostentaba el palco al comenzar la concentración como los textos leídos por el locutor identificaban como organizadora a la Confederación General de Trabajo. En estos términos estrechos, lo más significativo es que con el máximo empeño, en el momento de mayor tensión con el gobierno y en vísperas del Congreso Confederal que decidirá su destino, Moyano pudo garantizar un paro de Camioneros, llenar media plaza histórica y derramar manifestantes por las diagonales y la Avenida de Mayo en aval de consignas contra el gobierno más popular en seis décadas. Ni más, ni menos.

Río revuelto

Si sólo su gremio paró es porque Moyano no pudo atraer a nadie más a esa confrontación con la presidente cuyo segundo mandato fue plebiscitado con el 55,4 por ciento de los votos (no el 54 por ciento como en forma unánime recorta la prensa de oposición). La asistencia fue entre cinco y veinte veces menor que la que el propio Moyano atrajo hace quince meses para reclamar la reelección de Cristina. A medida que fue acelerando el curso de colisión, se fueron bajando del camión quienes no compartían el propósito de estrellarlo contra las rejas de la Casa de Gobierno, incluyendo a sus compañeros en el ex MTA, a los de la Federación del Transporte e incluso a varios de sus íntimos de entonces y de ahora, hasta llegar a disidencias con algunos hombres que forman parte de la propia identidad de Moyano, como su abogado laboralista Héctor Recalde y sus asociados en la CGT, Juan Carlos Schmid y Omar Plaini, quienes sin abdicar de los reclamos sindicales han mantenido contacto fluido y permanente con distintos sectores del gobierno en busca de un avenimiento. Hace diez días Schmid escribió: “Cristina Kirchner y Hugo Moyano son dos líderes fuertes. Juntos suman; divididos, no se sabe. Una fractura entre el gobierno y los trabajadores es un contrasentido”. El y Plaini inspiraron el comunicado previo al paro, en el que la CGT analizó la posibilidad de levantarlo (¿cómo podría haberlo hecho si la medida hubiera sido sólo de Camioneros?) y se declaró parte del proyecto nacional que conduce Cristina, una ratificación incompatible con la insultante logorrea televisiva de Moyano y su primogénito Pablo. Otro hijo del camionero, el diputado del Frente para la Victoria Facundo Moyano, solicitó que se retirara de la plaza un grupo de caceroleros de pro, el sector de la sociedad al que su padre viene cortejando en el circuito de conferencias de las universidades privadas más prósperas. Otra contradicción irresuelta impidió que participaran junto a Moyano la fracción de la CTA que inspira el diputado del FAP Víctor De Gennaro y el sector de la Federación Agraria que responde a su directivo Eduardo Buzzi. Moyano admitió en el discurso que las perspectivas para su reelección son parvas. Lo dijo con una frase (“preferimos perder con dignidad que ganar con vergüenza”) reminiscente de la que un antecesor en su cargo, Raimundo Ongaro, pronunció en 1968, cuando la dictadura del general Juan Onganía desconoció a la conducción elegida por la central obrera: “Más vale honra sin sindicatos que sindicatos sin honra”. Basta recordar que la otra consigna de esa CGT de los Argentinos fue “Unirse desde abajo, organizarse combatiendo”, para advertir el laberinto en que se atascó Moyano. Tal vez no termine de darse cuenta; al fin y al cabo uno de sus conceptos más reiterados es que el Poder Ejecutivo se comporta como una dictadura. A modo de síntesis: en términos cuantitativos Moyano no es menos que colectivos tan diversos como la paleoizquierda, la Mesa de Enlace de las Cámaras Patronales Agropecuarias o el movimiento en defensa de los derechos humanos, que en distintos momentos también han colmado esa u otras plazas. Además, es tan nítido el carácter obrero de sus seguidores incondicionales como el objetivo de Moyano de incidir en el Congreso de la CGT que sesionará en once días más.

El nudo conceptual

Pero todo lo anterior es una mera aproximación. El martes, Cristina explicó el rol que cumple el Estado en la regulación de la economía y la distribución del ingreso y la necesidad de financiarlo con la recaudación. También suministró datos precisos de la AFIP acerca del porcentaje de los trabajadores que son alcanzados por el objetado impuesto a las ganancias: 19 por ciento de los que tienen empleo formal (o el 11,5 por ciento de todos los trabajadores). Dicho de un modo más directo, sólo pagan ese impuesto uno de cada diez trabajadores. Al día siguiente, este razonado argumento obtuvo una respuesta impresionista de Moyano. Se refirió al camionero Humberto Aníbal Chazarreta, quien en camino a la concentración le había mostrado su recibo de sueldo a Pablo Moyano. Entrevistado por Clarín, Chazarreta explicó que era una persona normal a la que le descontaban fortunas. “La AFIP me come el ojo. Yo no tengo nada que ver con Moyano, ni con el Gobierno, ni con nada. Yo quiero la que es mía. La que trabajé. Eso quiero.” Ese es también el razonamiento implícito en las posiciones de Moyano, quien dijo en la plaza que el crecimiento económico de los últimos años se debió a “la tendencia favorable que tuvimos en la economía global”. Esta afirmación, vecina a las de la Sociedad Rural durante otra sublevación anti-fiscal en 2008, que atribuía toda mejora a la producción agrícola, no se sostiene en los datos reales y desconoce las decisiones de política económica que hicieron del consumo interno y de la inversión pública los motores del crecimiento, con los subsidios que recordó la presidente el martes (al transporte, la luz, el gas, el agua, el combustible); con el incremento bianual de las jubilaciones y pensiones y la duplicación del número de personas que las perciben; con los salarios que, según el informe del departamento de estadísticas laborales de Estados Unidos de diciembre pasado, fueron en la Argentina los que más aumentaron en el mundo en el bienio 2009-2010, lo cual quiere decir que le ganaron a la inflación; con los créditos a tasa negativa para jubilados que CFK anunció ese mismo día; con la ayuda de la Nación a provincias que no administran bien sus propios recursos, como Buenos Aires bajo el gobierno de Daniel Scioli. Antes de encargarle al ministro de Economía Hernán Lorenzino que auditara las cuentas bonaerenses, Cristina le había indicado al gobernador que debía procurarse los fondos necesarios allí donde están. Ese fue el debate de mayo, cuando Scioli se resistió todo lo que pudo a mejorar el aporte del impuesto inmobiliario rural a los ingresos provinciales, que no pasaba del 2 por ciento del total. Es mucho más fácil pedir auxilio a la Nación, un juego que esta semana se clausuró sin apelación, aunque será sustituido por un subproducto: echarle la culpa al gobierno nacional por las falencias propias, en forma más sutil que antes porque no habrá tanto presupuesto para pagar operaciones. Entre una dictadura afortunada y un gobierno democrático que ha gestionado a favor de los trabajadores, con políticas activas a contramano de las que rigen en la mayor parte del mundo, media un abismo conceptual. No hay forma de que Moyano y Cristina se entiendan y eso no depende de sus respectivas personalidades. Recalde, Plaini y Facundo Moyano creen que pese a sus errores el camionero es el sindicalista que mejor defiende los intereses de los trabajadores pero que, al mismo tiempo, no hay opción más conveniente y viable que este gobierno. En un intento de conciliación, estos tres diputados sindicales del Frente para la Victoria presentaron el jueves dos proyectos de ley: uno modifica la ley del impuesto a las ganancias, que pasaría a llamarse a los ingresos personales; el otro crea un Fondo Empresario Solidario para ayudar a los trabajadores de micro, pequeñas y medianas empresas (PyMES), que padezcan suspensiones o reducciones de jornada. El primer proyecto eleva el mínimo no imponible de la cuarta categoría, es decir los trabajadores asalariados, compensa la recaudación que se perdería con una escala más progresiva (menor presión para los ingresos medios y mayor para los altos), y crea nuevos gravámenes a los dividendos distribuidos por las empresas (lo cual debería fomentar su reinversión), a la remisión de utilidades al exterior y a los activos financieros y aumenta las alícuotas a la minería y a los juegos de azar. Ningún funcionario público quedaría exento, dice el proyecto, que de este modo extiende la imposición a los jueces. El Fondo Empresario Solidario, financiado con un impuesto a las Ganancias de todas las empresas que superen el 12 por ciento de sus ingresos, sería administrado por una comisión tripartita, estatal, empresarial y sindical.

Intereses extrasindicales

La idea de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo sólo es aplicable en los dilemas de vida o muerte. Y por más cultores conscientes o no que tenga la teología política de Carl Schmitt, su validez en la Argentina de hoy no pasa de una expresión de deseos de algunos. Por ejemplo, pese a los coqueteos de la UCR con Moyano, nadie ha hecho más por desnudar sus intereses extrasindicales que el presidente radical de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy. La calidad y orientación de su trabajo en la AGN no han oscilado según los vaivenes de la relación entre el kirchnerismo y el Secretario General de la CGT. Por lo menos desde 2006 ha producido informes críticos para el líder de los choferes pesados. Por ejemplo:

- El subsidio al gasoil. La Resolución 82, de 2006, cuestionó la falta de controles en el otorgamiento de subsidios por 1600 millones de pesos a empresas y sindicatos de transportes en el período 2002/2004, que la Secretaría de Transporte otorgó con recursos del fondo fiduciario del gasoil. Según la Auditoría, la obra social de Camioneros recibió un anticipo de 17 millones de pesos para realizar exámenes psicofísicos a los conductores, pero rindió cuentas por la mitad.

- La Administración de Programas Especiales. La Resolución 30 aprobada por la AGN en marzo de este año señala graves debilidades, desvíos, deficiencias, incumplimientos e irregularidades en el otorgamiento de subsidios a las obras sociales sindicales durante la gestión de dos funcionarios designados por indicación de Moyano en la Administración de Programas Especiales: el yerno de su esposa, Cristian Asorey, quien era coordinador del sistema informático, y su ex asesor legal Daniel Colombo Russell, quien fue la máxima autoridad de la APE hasta abril del año pasado. Durante la sesión de la Auditoría en la que se aprobó el informe, Despouy dijo que fue necesaria la intervención de la Justicia para que pudieran acceder a la documentación requerida a la APE y denunció penalmente al yerno Asorey porque “exhibió ostentosamente material confidencial de la Auditoría no tramitado oficialmente”. El auditado había conseguido infiltrar al auditor y se jactaba de ello. Según el informe de la AGN, está pendiente de rendición o recupero el 57 por ciento de los subsidios otorgados entre 1999 y 2010, por un importe de 690 millones de pesos. El 65 por ciento de estos fondos sin respaldo se concentra entre diez obras sociales. Las principales son las de Gastronómicos, Camioneros, Comercio, Personal Civil de la Nación y Bancarios, es decir todas las líneas internas sindicales. Como hay más de 25.000 expedientes atrasados resulta imposible detectar extravíos. En el 73 por ciento de los que analizó la Auditoría, la APE aconsejó aprobar la rendición de cuentas aunque faltaba la documentación que mostrara cómo se usaron los fondos. Los laboratorios no certificaron la legitimidad de una cuarta parte de los troqueles auditados, y en un 4 por ciento tampoco eran auténticas las facturas que acompañaban los troqueles. También se verificaron más de un centenar de beneficiarios que cobraron aunque habían fallecido antes de presentar la solicitud. En 2009 la APE ordenó pagar más de 10.000 expedientes en trámite cuando faltaban instancias de análisis para determinar sumas ciertas o “peor aún, que finalmente no se les reconoció monto alguno y se archivaron”. Estas irregularidades no sólo afectan la transparencia y eficiencia de la gestión, lo cual compromete el manejo de fondos públicos, sino también “el derecho a la salud de los beneficiarios de las obras sociales”, lo cual es mucho más grave. Despouy informó al cuerpo de auditores de pagos realizados a prestadores no inscriptos o con habilitación vencida, lo cual pone en duda “la autenticidad de los medicamentos entregados”. Agregó que se hallaron certificados médicos emitidos por “presuntos profesionales a los que no se pudo verificar la matrícula y firma”. En el caso de Camioneros, la Fundación de Hemofilia certificó que se usaron 71 envases de un medicamento, pero fueron pagados 86 troqueles. La proveedora de los medicamentos, Droguería Urbana, “no está inscripta en el Registro Nacional de Prestadores a cargo de la Superintendencia ni en el registro a cargo de la ANMAT”. Sus directivos fueron detenidos por la Justicia.

- A buen puerto vas por agua. La Resolución 45, de abril de este año, cuestiona el uso que se da a 15 hectáreas entregadas a la Federación de Camioneros y las empresas BACTSA y TRP en terrenos fiscales del puerto. El permiso de uso por diez años se otorgó para la construcción de un Centro de Transporte Multimodal sobre un área de relleno a ganar al río, operación que Camioneros comisionó al denominado Instituto Verificador de Transporte (IVETRA), con la misión de manejar la logística del predio, recibir los camiones, incorporarlos a una base de datos, controlar la calidad del transporte y ordenar el tránsito para que sea fluido, sin colas ni demoras. La AGN destaca que “la Federación de Camioneros comienza a pagar el canon a la Administración General de Puertos una vez finalizadas las inversiones en obras o a los tres años de iniciado el contrato; no obstante, el cobro del Certificado (17 dólares por camión) se efectiviza desde el inicio del contrato”. En la creación de IVETRA, en 2007, participó el ingeniero Oscar Vecslir, quien luego fue designado al frente de la Administración General de Puertos que debe controlarla. En IVETRA cuyos ingresos llegan a unos 12 millones de dólares al año, aparecen dos hombres de extrema confianza de Moyano: su abogado penalista, el ex juez Daniel Llermanos y el director suplente por Camioneros en el ferrocarril Belgrano Cargas, Gustavo “El Turco” Elías. La Auditoría afirma que (al margen del gran negocio que constituye) el proyecto contradice los lineamientos del Plan Maestro del Puerto: lejos de disminuir la congestión de tránsito, la incrementaría, porque su ubicación en el Relleno Norte genera viajes adicionales de camiones, alarga sus recorridos y mezcla diversos usos del suelo. Además, un tercio de la superficie concedida no se destina a las actividades específicas del puerto. Despouy dijo al presentar este informe que esperaba que la Justicia investigara, el Congreso (del que depende la AGN) discutiera el tema y el Poder Ejecutivo adoptara medidas. Por lo pronto, esta última rama del poder está escarbando en las cuentas bancarias de la familia Moyano y de empresas vinculadas.

Fuente: Pagina12

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