domingo, 22 de abril de 2012

HORACIO VERBITZKY: La confesión

22/04/2012


Por Horacio Verbitsky


Desde Padua

Las sucesivas declaraciones del ex dictador Jorge Videla a periodistas argentinos y extranjeros son una involuntaria apología al modelo argentino de transición a la democracia. Videla eligió interlocutores condescendientes que no le repreguntaron en forma detallada sobre sus revelaciones más escandalosas. Pero aún así su testimonio tiene un notable valor político, contradictorio con sus propósitos. Quienes prefieren el modelo sudafricano, en el que se planteó el canje de información por impunidad, sostienen que al abrirse la puerta de la persecución penal, se cierra la de la información sobre los crímenes cometidos. La locuacidad de Videla lo relativiza. No habló al comenzar el proceso, pero lo hizo al concluir, ya condenado a prisión perpetua. En un viaje a Sudáfrica donde me reuní con familiares de detenidos-desaparecidos y con organismos defensores de los derechos humanos, encontré una queja generalizada: es insoportable escuchar en los tribunales el relato minucioso de las torturas sufridas hasta morir por los seres más queridos y después ver cómo los criminales permanecen en libertad. La transición desde el régimen del apartheid a una democracia de un hombre un voto fue exitosa. Pero de poco le sirve a quien ha perdido un hijo, conocer qué dedo le cortaron primero si el que lo deshizo en pedazos termina el relato y se va impune a su casa. Además en Sudáfrica no se alteraron las bases económicas de la dominación y las mayorías no han visto reivindicados sus derechos económicosociales.
El modelo argentino

En la Argentina, en cambio, el proceso de justicia restauró la dignidad de las víctimas, cubrió de ignominia a sus perpetradores y hasta los aisló dentro de las instituciones a las que deshonraron al trocar el sable de San Martín por la picana de Videla. Al día de hoy se han pronunciado 253 condenas y 20 absoluciones (prueba, además, de que los juicios se realizan con respeto por los derechos y garantías de los acusados, cuya culpabilidad debe ser probada). Que al cabo de este largo recorrido, Videla se haya decidido a hablar muestra la superioridad del modelo argentino de transición a una democracia distinta, respetuosa de los derechos humanos y con un rol constitucional para las Fuerzas Armadas, donde además se están revirtiendo las consecuencias socioeconómicas de aquella dictadura. Videla dijo que el fracaso del ex senador Eduardo Duhalde y la reelección de CFK lo convencieron de que no podía seguir ilusionándose con un nuevo pacto de impunidad. Dijo que el gobierno justicialista de 1975 les había dado licencia para matar y que el partido radical apoyaba el golpe, y que la toma del poder no era necesaria para terminar con la guerrilla pero sí para reordenar la economía y disciplinar a la sociedad. Reconoció que el golpe había privado a la dictadura de legitimidad. Admitió que la desaparición de personas fue un eufemismo que se utilizó para enmascarar la eliminación clandestina de 7 u 8 mil personas, porque el mundo no hubiera tolerado su fusilamiento, como ocurrió con las tres últimas ejecuciones de Franco en España. Este es el mismo número de bajas y la misma comparación internacional que el ex general Ramón Díaz Bessone le comunicó a la periodista francesa Marie-Monique Robin, quien lo filmó sin que él lo supiera. Díaz Bessone fue más explícito que su camarada: la reacción que temían era la del Papa. Pero es obvio que Videla piensa en lo mismo, ya que de inmediato destaca la actitud favorable de la Iglesia Católica, su amistad personal con el presidente de su Episcopado de entonces y la importantísima colaboración de los capellanes castrenses, que estaban presentes en todas las unidades y guarniciones de las tres armas. Agregó que también los empresarios apoyaron la masacre y que algunos opinaban que los desaparecidos deberían haber sido diez mil más.
De Alfonsín a Menem

El proceso hasta llegar a la situación presente fue cualquier cosa menos lineal. El presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) creó una comisión investigadora sobre la desaparición de personas, la CONADEP, una comisión de la verdad que inspiró muchas otras en el mundo. Una vez que recibió sus conclusiones, promovió el enjuiciamiento de los integrantes de las tres primeras juntas militares, que terminó en diciembre de 1985 con la condena a prisión perpetua de Videla y del jefe de la Armada, Emilio Massera, entre otros. Pero luego de ese fallo y ante el temor de que la justicia continuara con oficiales de rangos inferiores, dictó la primera ley de impunidad, la de punto final, que fijó un exiguo y arbitrario plazo de prescripción de 60 días. Los jueces no aceptaron que se les endilgara la responsabilidad y dentro del plazo previsto procesaron a todos los militares contra los cuales hubiera algún indicio, por tenue que fuera. Cuatro centenares de oficiales fueron citados a indagatoria a partir de febrero de 1987, entre ellos muchos en actividad y con mando de unidades. Esto derivó en el alzamiento carapintada de la Semana Santa de 1987, luego del cual Alfonsín firmó la segunda ley de impunidad, la de obediencia debida, por la cual quedarían excluidos de responsabilidad los oficiales de rango inferior a general y sus equivalentes en las otras fuerzas. Pero esto no fue suficiente.

El presidente Carlos Menem (1989-1999) indultó a todos los condenados y procesados durante el gobierno anterior, incluso a aquellos que habían sido enjuiciados por la decisión política de recuperar las islas Malvinas y por la forma en que condujeron la guerra en la que Gran Bretaña volvió a ocuparlas. Pero tanto Alfonsín como Menem dejaron dos ventanas abiertas, que resultarían de enorme importancia más adelante: en ningún caso incluyeron entre los delitos a perdonar el robo de los hijos de las personas detenidas-desaparecidas ni el saqueo de sus bienes. Las leyes y decretos de impunidad nunca contaron con adhesión mayoritaria en la sociedad. Pero durante los primeros años de la década de 1990 la cuestión pareció olvidada, salvo por la tenaz resistencia de los organismos defensores de los derechos humanos. El tema volvió a la primera plana de los diarios en 1993, cuando Menem pidió al Senado el ascenso de dos oficiales que habían sido denunciados por su actuación en la ESMA, el mayor campo clandestino de concentración de la Marina. Cuando conté en esta columna que esos oficiales estaban acusados de haber participado en el asesinato de un grupo de sacerdotes en una iglesia de Buenos Aires y de la desaparición y asesinato de dos monjas francesas, comenzó un debate público que condujo al rechazo del ascenso por parte del Senado, en un trámite que tuvo amplia difusión pública. Al mes siguiente de la decisión senatorial un hombre se me aproximó en el subterráneo de Buenos Aires y me dijo que había estado en la ESMA. Durante tres meses mantuve una docena de entrevistas con ese hombre, el capitán de la Marina Adolfo Scilingo, en las cuales terminó por confesar que había asesinado con sus propias manos a treinta prisioneros, a quienes arrojó al mar desde aviones militares, luego de atontarlos con una droga. Nunca antes uno de los verdugos había reconocido sus acciones en forma tan explícita. Esto tuvo una enorme repercusión y el 24 de marzo de 1996, al cumplirse veinte años del golpe tuvo lugar una gigantesca movilización popular, que marcó el espectacular regreso de la cuestión reprimida al primer plano de la atención pública.
De la verdad a la justicia

Una de sus consecuencias fue que los hijos de detenidos-desaparecidos se reunieran en una nueva organización, la primera formada por descendientes y no ascendientes de la generación diezmada, ya sin temores ni vergüenza. Otra, que el padre de la detenida-desaparecida Mónica Candelaria Mignone pidiera a la justicia que averiguara qué habían hecho con ella luego de secuestrarla de la casa familiar. Así se llegó a un fallo trascendente de la Cámara Federal de la Capital, que reconoció el derecho de Emilio Mignone a la verdad, al duelo y a la disposición del cuerpo de su hija, y depositó en la justicia el cumplimiento de esa obligación, por más que las leyes de impunidad impidieran castigar a los autores del crimen. Con esa decisión comenzaron los juicios por la verdad, que en poco tiempo se extendieron a todo el país. En octubre de 1998 el juez español Baltasar Garzón ordenó el arresto en Londres del ex dictador chileno Augusto Pinochet y su extradición a Madrid para juzgarlo por crímenes cometidos en Chile contra ciudadanos chilenos. Nacía la doctrina de la jurisdicción universal: en caso de delitos que afectan a toda la humanidad, cualquier país tiene el derecho y el deber de juzgar a los responsables, si su propio país no lo hace. Este aggiornamento de una antiquísima escuela jurídica produjo todo tipo de efectos legales y políticos. En la Argentina el Congreso derogó las leyes de punto final y de obediencia debida, aunque no le alcanzaron los votos para declararlas nulas, con lo cual conservaron efecto ultraactivo. Pero también se reactivaron los juicios por el robo de bebés y fueron detenidos Videla y Massera por ese delito que las leyes de impunidad habían exceptuado de su efecto. Al mismo tiempo avanzaban en distintos puntos del mundo las causas contra militares argentinos por crímenes contra ciudadanos de esas nacionalidades. Scilingo fue condenado en España a prisión perpetua, el mismo castigo que la justicia italiana impuso en diciembre de 2000 a los generales argentinos Carlos Suárez Mason y Santiago Omar Riveros por secuestros y asesinatos cometidos contra ciudadanos italianos residentes en la Argentina. Causas similares avanzaron en la justicia de Francia, Alemania y Estados Unidos.
La nulidad

La suma de estos hechos hizo concebible la anulación de las leyes de impunidad, cosa que el CELS pidió a la justicia cuando se aproximaba el aniversario 25 del golpe de 1976. Tres semanas antes de esa fecha, las leyes de punto final y obediencia debida fueron declaradas inconstitucionales y nulas y se pudieron reabrir los procesos cerrados en 1987. Esas decisiones fueron ratificadas por decenas de jueces y de cámaras de apelaciones en todo el país. Hasta los militares acusados sintieron alivio: preferían un juicio en el país, cerca de sus familiares y de la red de complicidades que los rodeaban antes que un encuentro con jueces y cárceles de España. En los casi cinco años transcurridos desde los arrestos de Videla y Massera hasta las elecciones presidenciales de 2003, por lo menos 115 represores fueron imputados ante la justicia, 19 fueron procesados por distintos tribunales y ocho condenados en primera instancia. Este avance logrado por los organismos defensores de los derechos humanos inquietó a sectores políticos y sociales. El senador Eduardo Duhalde, quien durante esos meses ocupó en forma interina el Poder Ejecutivo, indultó al coronel Mohamed Seineldín y al guerrillero Enrique Gorriarán Merlo, ambos condenados a prisión perpetua, uno por el último alzamiento en el que murieron varios militares, y el otro por el ataque al cuartel militar de La Tablada, donde además de militares y civiles muertos hubo una vez más detenidos-desaparecidos. Estos indultos debían preceder a un fallo de la Corte Suprema, revocando aquellos de primera instancia y de cámara que habían permitido la reapertura de los juicios. El obispo castrense en persona visitó a los jueces de la Corte Suprema para urgirles esa decisión. La denuncia pública de los organismos defensores de los derechos humanos consiguió demorar una vez más su firma. Ante la insistencia de Duhalde con el proyecto de olvido, el presidente electo Néstor Kirchner le pidió que le dejara manejar a él la cuestión. Pero en cuanto asumió tomó como propias las tres banderas de Memoria, Verdad y Justicia sostenidas por los organismos defensores de los derechos humanos. En pocos días demostró que hablaba en serio. Pasó a retiro a la cúpula militar, que intentaba volver a condicionar al sistema político, instó el juicio político a la mayoría automática de la Corte Suprema y, más adelante, desconoció al obispo castrense que justificaba la represión. También promovió la nulidad legislativa de las leyes de punto final y obediencia debida y pidió al Congreso la ratificación del tratado internacional que declara imprescriptibles los crímenes contra la humanidad. En marzo de 2004 ordenó descolgar los retratos de los ex dictadores Videla y Benito Bignone de la galería del Colegio Militar donde se homenajea a sus ex directores. También propició el establecimiento en la ESMA del Museo de la Memoria que reclamaban los organismos. Esta voluntad política expresada de modo tan contundente permitió que en 2005 la Corte Suprema, integrada ya por personas honorables y capaces, ratificara la inaplicabilidad de las leyes de perdón, olvido y silencio, lo cual permitió la reapertura de las causas cerradas en 1987 y el inicio de otras. Según las estadísticas que lleva el CELS, al promediar abril de 2012 se habían pronunciado 253 condenas y veinte absoluciones. Estos porcentajes avalan la seriedad de estos juicios, en los que se respetan el debido proceso y todas las garantías para los acusados, de modo que nadie es condenado sin pruebas contundentes sobre su participación en los crímenes investigados. Por supuesto que para los familiares de las víctimas esto es frustrante y desconsolador, pero este resultado también explicita la diferencia entre estos procesos realizados en democracia y los simulacros de juicio que según Videla se realizaban entre sus subordinados para decidir, sin defensa ni pruebas, quién debía morir. Sólo el 46% de los condenados recibió penas de prisión perpetua; el 32% deberá cumplir entre 16 y 25 años de cárcel; el 21% entre 4 y 15 años y el 1% hasta tres años. Esta dispersión del castigo es una prueba adicional del respeto que se observa por los derechos de los imputados.
Lo que falta

Más allá de la satisfacción legítima por estos avances, queda mucho por hacer y los estudios del CELS señalan dónde están los problemas. Un significativo 58 por ciento de las causas abiertas está en trámite de instrucción; el 21 por ciento ha concluido esa etapa pero esperan ser elevadas a juicio; el 4 por ciento están en juicio en este momento y apenas el 17 por ciento han llegado a sentencia. Pero de este lote de causas con sentencia, el abrumador 73 por ciento no han pasado de la primera instancia; el 16 por ciento han sido confirmadas por la Cámara de Casación y apenas el 11 por ciento por la Corte Suprema. En su excelente discurso de inauguración del año judicial el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, dijo que estos juicios formaban parte del contrato social de los argentinos. Esta apreciable definición hace aún más urgente un cambio de ritmo en las instancias superiores, para que no sigan muriendo testigos e imputados sin que se haya llegado a una sentencia firme.

Fuente: Pagina12

sábado, 21 de abril de 2012

JUAN EDUARDO LENSCAK: Recuperación

Por Juan Eduardo Lenscak 

“Todo está guardado en la memoria”, desde la masacre de Mojón de Fierro hasta la nacionalización del petróleo propiciada por Yrigoyen y el general Mosconi. 

Quisieron reprimir los recuerdos, hicieron callar a los memoriosos y alentaron los aplausos para los desmemoriados… Pretendieron reformatear el país; limpiar de archivos “indeseables” su memoria; hacer desaparecer los “ virus subversivos” … Para cargarlo de entretenimientos pasatistas; jueguitos y videos que acapararan la atención de las mayorías –sobre todo de la juventud- para no dejarla pensar con libertad y sentido crítico. 

Crearon legiones de analfabetos políticos, de esos que Bertolt Brecht les reprochara su complicidad con el status quo, precisamente por desentenderse de la política. Promulgaron leyes del olvido y la impunidad; impulsaron amnistías de la mano de determinados obispos; catapultaron candidatos pro amnésicos a los que no les hacía asco ni si quiera Videla; sostuvieron en democracia funcionarios “gerentes”, reciclados de la dictadura; mantuvieron normativas de la inquisición militar… etc., etc., etc. 

Pero la memoria pudo más. 

Cuando el ex conscripto Jorge Juan Carlos Ayala declaró cómo fue la masacre de Mojón de Fierro, esas fuerzas de la amnesia y la represión, volvieron a mostrar su verdadero rostro criminal. Ayala contó cómo asesinaron, a las 10 de la mañana, en la entrada de una estancia de la familia Anchorena, en cercanías de un destacamento policial, demolido después en democracia, a una docena de militantes populares entre los cuales reconoció a “Pancho” Bogarín y a Cantalicio Mazacotte, copueblanos de Clorinda, cuyos familiares, después de 36 años aún buscan datos sobre su paradero. Así como mostraron su criminalidad en un asesinato masivos a dirigentes populares , no solo absolutamente inocentes, sino carentes de toda posibilidad de defensa, desde el poder absoluto que les otorgaba el dominio de los tres poderes del estado y la garantía de contar con zonas liberadas por la conducción centralizada de las fuerzas armadas y de seguridad; con la misma actitud, miserable y cobarde por donde se la mire, apuntaron no al conscripto Ayala, sino a sus hijos. Y lo que es peor, volvieron a reproducir un mecanismo perverso inyectado por dosis para adultos –como decía Jauretche- de acusar a quien dice la verdad por las consecuencias negativas que van a sufrir quienes van a padecer las represalias. 

“Se ve que no querés a tus hijos “, constituye la más fiel reproducción de las acusaciones que en su tiempo se esgrimía contra la dirigencia política juvenil demandante de mayor justicia social. Eso querían decir cuando a esos jóvenes se los denominaba “apátridas” y “subversivos”, señalando que aquellos militantes que hoy no están (como Pancho Bogarín y Cantalicio Mazacotte) no querían a su patria ni defendían los intereses de la comunidad, cuando precisamente militaban por su sentido de pertenencia a su pueblo; y se movilizaban contra el privilegio, la inequidad y la extranjerización de los recursos económicos. 

Afortunadamente, la memoria y la valentía pudo más, y la verdad sigue emergiendo del olvido y la represión. 

Paralelamente a este proceso de recuperación de la memoria, que permite a los ex conscriptos juntar el coraje necesario para descargar el entripado reprimido durante décadas, como el caso de Anibal Gomez, y ahora el de Ayala, se conoció también la decisión de nacionalizar YPF, de recuperar los derechos soberanos sobre nuestros recursos hidrocarburíferos. 

Y frente a la decisión gubernamental de defender la soberanía nacional, de implementar estrategias marcadas por la constitución, de hacer lo que hacen la mayoría de los países del mundo, y lo que proponìa el propio Rajoy para España en el 2008, y de concretar la sentida aspiración del conjunto de nuestra población de ejercer la soberanía sobre los recursos energèticos tanto tiempo postergada, tenemos a las autoridades españolas, pero principalmente a sus aliados locales, que como lo hicieron con Ayala, envían misivas intimidatorias, tratando de ocultar el origen político, dirigidas especialmente a los sectores más vulnerables. 

¿Cuál es la diferencia entre la notita recibida por debajo de la puerta en el domicilio de Ayala con aquellos diarios cuyas tapas centraron sus titulares en las posibles sanciones económicas internacionales a toda nuestra economía y a las gravísimas acusaciones a nuestro gobierno por la medida adoptada, secundarizando nada más y nada menos que el propio anuncio oficial y las inmediatas y masivas muestras de júbilo por parte de las organizaciones populares, en especial de la CGT? 

La voracidad de los intereses económicos que hicieron su festín durante la dictadura y el neoliberalismo posterior, esa misma que Videla reconoce que le pidieron diez mil desaparecidos más, hoy a través de los medios de prensa arrebatados en una mesa de tortura se dirigen a nuestros gobernantes, y repiten la misma actitud, como lo hicieron con el conscripto Ayala, de anunciar represalias. Que lo haga la monarquía española, es comprensible; tiene su lógica, como la tuvo en 1810. Pero que en nuestra propia casa recibamos el mismo mensaje mafioso que recibieran ya dos hijos del conscripto Ayala; ésta vez en cada pantalla, en las radios, en los diarios, en los medios hegemónicos que supuestamente traen información “objetiva” e “independiente” , es preocupante, y mucho porque intenta generar inseguridad para todos. 

Los titulares de estos medios hegemónicos no hacen más que repetir el mismo mensaje del texto dirigido al ex conscripto. Allí se puede leer, oír y ver, multiplicado por millones, de distintas maneras y formatos, el mismo contenido del mensaje ahora dirigido a los responsables de la recuperación de la soberanía: “se ve que no querés a tus hijos”. 

En ambos casos, por el contrario, y por esas mismas demostraciones de terrorismo mediático, se demuestra que el camino iniciado es el correcto. 

Pero también, que debe ser profundizado. 

No solo en la nación, sino también en la provincia. Si antes el Estado no se constituía como querellante en magacausas como la de Carrillo, si todavía por un caso se siguen subdiviendo las causas para que el juicio se demore, si aùn queda legislación del terrorismo de estado como la de quemar archivos oficiales con más de 10 años, si todos los imputados como ejecutores de aquellas torturas y masacres siguen en libertad, es precisamente ahora cuando desde el Estado se deberían adoptar iniciativas claras para dejar sentado para todos, especialmente a los “indecisos” que no hay dudas sobre cuál es la política de estado en materia de derechos humanos. 

Por otra parte, si todavía quedan empresas estratégicas privatizadas que priorizan el lucro sobre la utilidad pública, como pudimos comprobar al cobrar salarios en semana santa, en el que fuera el banco de fomento de nuestra provincia, habría que pensar en mecanismos donde el sentido del servicio público supere la ineficiencia e irrespetuosidad de sus dueños para con sus clientes cautivos. Habría que continuar y profundizar la línea iniciada con Refsa.  

De esa manera en Formosa se podrá hablar de sintonía fina con la Nación, y podremos decir que la memoria colectiva y las empresas privatizadas, están en plena etapa de recuperación.

La participación civil en la dictadura

Por Pacho O’Donnell *


Llamar “dictadura militar” al ominoso Proceso de Reconstrucción Nacional es indultar sin razón al componente civil de aquellos años oscurísimos y sangrantes en que el terrorismo de Estado campeó en nuestra Patria.

Los civiles fueron parte indispensable de la dictadura cívico-militar y en gran medida pueden ser considerados los autores intelectuales de la misma. Tanto es así que, a mediados de julio de 1975, el presidente del Consejo Empresario Argentino, José Alfredo Martínez de Hoz, se apersonó ante el comandante en Jefe del Ejército, general Jorge Rafael Videla, para ofrecerle apoyo empresarial en caso de una intervención militar que pusiera fin al clima de anarquía violenta e hiperinflación desatada que reinaba entonces en el país. Vectores sin duda provocados y exacerbados para crear en la sociedad las condiciones necesarias para impedir la reacción ante el golpe de Estado.

Las reuniones entre empresarios y militares se hicieron frecuentes y eficaces, habitualmente en las oficinas del director de Citroën, Jaime Perriaux, y en ellas fueron delineándose, también con la participación del comandante en Jefe de la Armada, almirante Eduardo Massera, la composición y los propósitos del futuro gobierno, entre ellos la represión de una supuesta infiltración marxista en los sindicatos de sus fábricas y empresas, objetivo que a la postre fue más extendido que la aniquilación de la guerrilla.

Como lo denunciara Emilio Mignone en su libro Iglesia y dictadura, en octubre de 1975 la jerarquía de la Iglesia Católica se sumó a las sesiones conspirativas, mientras que Miguel Bonasso, en un artículo periodístico, reveló que Ricardo Balbín y Francisco Manrique, líderes de partidos tradicionalmente democráticos como la Unión Cívica Radical y el Partido Federal, se negaron a participar activamente, pero en cambio se comprometieron a no oponerse.

Después del 24 de marzo de 1976, las organizaciones empresariales comprometidas con el golpe tuvieron su premio, como no podía ser de otra manera, sobre todo en el área económica, la cabeza del nuevo gobierno cívico-militar. El Consejo Empresario Argentino, en la persona de su presidente, Martínez de Hoz, recibió el Ministerio de Economía. La Secretaría de Ganadería le correspondió a la Sociedad Rural Argentina, representada por Jorge Zorreguieta. El Banco Central le fue entregado a la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (Adeba), representado por Adolfo Diz, en un mensaje también dirigido a los organismo internacionales pues había sido director ejecutivo del FMI. Como secretario de Programación y Coordinación Económica fue nombrado Guillermo Walter Klein, de la Cámara Argentina de Comercio.

Luego de Martínez de Hoz fueron ministros de Economía Lorenzo Sigaut, José Dagnino Pastore (quien nombró a Domingo Cavallo al frente del Banco Central) y Jorge Wehbe.

Los civiles también recibieron otras carteras, como el Ministerio de Educación, ejercido sucesivamente por Ricardo Bruera, Juan José Catalán y Juan Rafael Llerena Amadeo, durante cuyas gestiones intelectuales y educadores fueron secuestrados y desaparecidos, muchos obligados al exilio y separados de sus cátedras. Se quemaron y prohibieron libros y se clausuraron editoriales. En Buenos Aires, Ricardo Freixá fue secretario de Cultura y Kive Staiff director del Teatro San Martín.

Durante el gobierno del general Viola, sucesor de Videla, el Ministerio de Justicia estuvo a cargo de Amadeo Frúgoli y luego de Lucas Jaime Lennon. En cuanto al Ministerio de Relaciones Exteriores, también fue entregado a civiles: Oscar Camilión, Nicanor Costa Méndez y Juan Ramón Aguirre Lanari. Fueron embajadores políticos Héctor Hidalgo Solá, Rubén Blanco, Tomás de Anchorena, Rafael Martínez Raymonda, Oscar Camilión, Francisco Moyano, Américo Ghioldi y otros.

Los políticos civiles también colaboraron haciéndose cargo de 794 intendencias a lo largo y a lo ancho del país: Unión Cívica Radical: 310, Partido Justicialista: 169, Partido Demócrata Progresista: 109, Movimiento de Integración y Desarrollo: 94, Fuerza Federalista Popular: 78, otros partidos: 44.

Debemos contabilizar asimismo a muchos periodistas que fueron funcionales a la dictadura, también intelectuales, educadores, empresarios,etc.

La sociedad argentina, por magnanimidad o porque mayoritariamente no se sintió exenta de culpa, permitió que la mayoría de los civiles cómplices o colaboracionistas se reciclaran en la democracia, sin exigirles la rendición de cuentas que, con justicia aunque con demoras e indultos, exigió y exige a los miembros de las Fuerzas Armadas. En cuanto a la justicia, es necesario encontrar las vías legales para evitar la prescripción de tanta complicidad. Y en cuanto a nosotros, siempre llamemos dictadura cívico-militar al Proceso de Reorganización Nacional.

* Titular del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego.

Fuente: Pagina12

DESAPARECIDOS DEL VIEYTES: Una forma de recordarlos a todos

Una placa al pie del mástil de la bandera recuerda desde ayer a los veinte ex alumnos desaparecidos del Vieytes.

Pasaron más de tres décadas desde que los sueños que transitaban a pasos agigantados veinte estudiantes de la escuela Hipólito Vieytes les fueron arrebatados. Ayer se hicieron presentes otra vez en el mismo colegio, en la memoria de sus compañeros de curso, amigos y familiares, quienes decidieron recordarlos, en un acto de reparación histórica, con la colocación de una placa de homenaje. Son los ex alumnos de esa escuela que fueron desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado en diferentes épocas del país.

Por iniciativa de la promoción 1971 del Vieytes, el patio del lugar se convirtió en el sector de los recuerdos de la escuela, donde una placa añadida sobre la base del mástil que iza la bandera es la huella imborrable de 20 chicos que no pudieron forjar el camino que añoraban, “en una de las épocas más oscuras de la historia política argentina”, tal como expresó en el inicio del acto, Hugo Soriani, ex alumno de la escuela e impulsor de esta iniciativa.

“Este encuentro es muy importante porque contribuye a la memoria”, dijo a Página/12 Taty Almeida, referente de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

“No hay que olvidar a estos 20 chicos y a los 30 mil desaparecidos que nos llevó la dictadura. Cuando algunos dicen ‘por algo será’, nosotras decimos con mucho orgullo: los 30 mil que están detenidos-desaparecidos no lo están por perejiles, ellos asumieron un compromiso social y así los vamos a recordar”, consideró.

Luego fue el turno de Buscarita Roa, de Abuelas de Plaza de Mayo, quien señaló: “Es un orgullo poder estar acá recordando a los desaparecidos de este colegio. Es el puntapié inicial para recordar a otros jóvenes que también pasaron por la misma y horrorosa situación”.

Del acto también participó el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, que muy conmovido subió al improvisado escenario desplegado a un costado de la placa descubierta y afirmó que “este tipo de actos recordatorios son encuentros por la justicia, por el recuerdo a queridos compañeros que fueron arrebatados por la dictadura”. “No puede crecer una institución con amnesia del pasado. Es un trabajo que no tiene pausa ni tiene fin y toda la sociedad debe trabajar por la memoria”, señaló luego Sileoni a este diario. “Estamos festejando la democracia y asombra que algunos se desvelen en medio de la noche en esta democracia, cuando todos estábamos desvelados en aquel horror cuando arriaban a nuestros compañeros para la muerte”, sintetizó el responsable de la cartera educativa.

Luego se leyó la nómina de los 20 nombres de los estudiantes desaparecidos del Vieytes, y todos los concurrentes respondieron a la lectura de cada uno de ellos gritando “presente”.

Entre los nombres que forman parte de la placa se encuentra Felipe Vallese, delegado metalúrgico y militante de la Junta Peronista, quien fue el primer secuestrado en mayo de 1962, durante el gobierno de facto de José María Guido, y luego desaparecido. Su hijo Felipe lo evocó: “El dolor de no contar con un ser querido lo vamos a llevar hasta el último día de nuestras vidas. Cuando mi viejo desapareció yo tenía tres años, no tuve la posibilidad de crecer a su lado y destruyeron mi vida y la de toda mi familia”, indicó.

En tanto, la directora de la escuela Hipólito Vieytes, Olga Bernio, felicitó a la comisión de ex alumnos por ser los promotores de esta iniciativa, y afirmó que “hay momentos en los que como sociedad hay que detenerse a pensar, a observar lo que fue, lo que es, para proyectarse en lo que será”.

Del acto de homenaje a los estudiantes desaparecidos en la escuela Vieytes también participaron Horacio Pietragalla, diputado nacional y nieto recuperado; Juan Cabandié, legislador porteño y también nieto recuperado; Marta Vásquez, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; y representantes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires. Además, se hicieron presentes los cursos superiores de la escuela, así como docentes, ex alumnos, familiares de los desaparecidos y vecinos de la institución.

El arte también formó parte de este homenaje. Por impulso del artista plástico Jorge González Perrini, la imagen de un rostro femenino sin nombre se encontraba en un bastidor, al lado de la placa recordatoria, con la idea de que los presentes hicieran su propia inscripción simbólica durante este mismo acto. Con una simple palabra, mensaje o deseo alusivo a la temática sobre un papel autoadhesivo y luego pegándola sobre la imagen desconocida, podían completar la obra.

El encuentro fue cerrado por el músico Raúl Porchetto, quien interpretó canciones de su autoría –“Reina Madre” y “Algo de paz”.. y el clásico de Norberto “Pappo” Napolitano, “Juntos a la par”.

Informe: Sabrina Améndola.

Fuente: Pagina12

viernes, 20 de abril de 2012

FORMOSA: AMENZAN A LA HIJA DE TESTIGO EN JUICIOS POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD

Testigo Ayala
Foto memorias de la Tierra TV
La hija del testigo Jorge Juan Carlos Ayala, ex conscripto del Regimiento 29 de Infantería de Monte quien es testigo en los juicios por delitos de lesa humanidad en Formosa, fue amenazada. Ayala presenció en mayo de 1977 el fusilamiento de un numeroso grupo de detenidos en las cercanias de la localidad de Mojón de Fierro, Formosa, por parte de personal del ejército, acompañados por el Padre Lima, capellan del RIM 29. Los detenidos se encontraban atados y vendados y unidos entre si por una soga. Entre los fusilados se encontraban los detenidos desaparecidos Francisco "Pancho" Bogarin y Cantalicio Mazacote.

Ayala teme por la seguridad de su familia. Relató que su hija al levantarse junto a su marido se disponían a tomar mate y en el portón alcanzaron a ver un sobre, pensando que era una boleta de servicio la fueron a buscar y al abrirla se encontraron con la amenaza de muerte, “ESTA ES LA SEGUNDA, LA TERCERA NO LA CONTÁS”  esto decía la nota hecha con recortes de diario que le dejaron dentro de un sobre en el portón de la casa.

La noche anterior, su hija vio a un automóvil estacionado en inmediaciones a su domicilio en una zona sin iluminación. El sobre lo encontraron en la mañana del miércoles, y agregó que esta preocupado por su familia, no por él. Denunció el hecho en el Escuadrón 16 Clorinda de Gendarmería.

El ex conscripto declaró que “ya no me voy a echar para atrás, es mas estoy arrepentido de no haber contado antes y a lo mejor hubiese sido importante mi aporte para esclarecer otros hechos mas”.

La semana pasada Ayala fue amenazado mediante una carta manuscrita en la que se lo amenzaba a el y a su hijo. Fue incorporado al Programa Nacional de Protección a testigos.

Las amenzazas a testigos se dan en el marco de las dilaciones en la fijación de fecha de juicio oral para olos integrantes de la patota represora y, en particular la libertad de la totalidad de los represores con procesamiento firme en las causas "Carrillo" y "Steimbach".

La Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Filial Formosa, repudió estas amenazas y exigió la inmediata detención de todos los procesados.

LA LIGA HOMENAJEA A ABOGADOS Y MILITANTES


Foto: iris Avellaneda recibe su credencial.
Los abogados Alberto Pedroncini, Eduardo Barcesat y Carlos Zamorano, junto con los dirigentes sociales Alberto Piccinini y Carlos “Perro” Santillán, entre otros, fueron homenajeados por la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), primer organismo de derechos humanos de la Argentina, próximo a cumplir 75 años. 

Durante el acto se entregaron las primeras cien credenciales de la Liga a militantes históricos y actuales del organismo junto a otras personalidades vinculadas con la defensa de los derechos humanos. La Liga fue fundada el 20 de diciembre de 1937 en el salón de actos del diario Crítica para luchar contra la represión derivada del golpe de 1930 y la Década Infame, y su primer presidente fue Lisandro de la Torre. Albergó a diversos movimientos de víctimas de la dictadura y en la actualidad es querellante en varios juicios por crímenes de lesa humanidad por medio de dos abogados de su cuerpo jurídico, Liliana Mazea y Pedro Dinani, que también fueron homenajeados.

REY DE ESPAÑA: Crónica de tiros, estafas y elefantes

Transformado en héroe de la democracia, el rey trató de hacer olvidar a sus ciudadanos su oscuro pasado y se dedicó a hacer lobby por las incipientes multinacionales que se gestaban al calor de la política neoliberal.


Por Oscar Guisoni

La monarquía española está en problemas. Y serios. La virulencia de la crisis económica junto a los errores gruesos cometidos por un monarca que parece no haberse dado cuenta de que afuera arrecia la tormenta han puesto a la casa real en un apuro del que cada vez le resulta más difícil salir. La crisis de legitimidad, una marca en el orillo de los Borbones desde el comienzo mismo del reinado de Juan Carlos I, amenaza con llevarse puesto al heredero de la corona y puede arrastrar a España a una crisis política de envergadura, ya que la mera discusión en torno de la posibilidad de dotarse de una república ha sido, y sigue siendo, un tema tabú.

A lo largo de su historia España sólo contó con un régimen republicano en dos oportunidades. La Primera República se proclamó el 11 de febrero de 1873 y duró menos que un suspiro. Un golpe de Estado enterró el experimento al año siguiente, el 29 de diciembre de 1874, dando comienzo a la llamada “restauración borbónica”. Durante esos escasos meses se sucedieron cuatro presidentes y hubo tres guerras civiles. La Segunda República tuvo un poco más de fortuna: se proclamó el 14 de abril de 1931 y sobrevivió hasta el 1º de abril de 1939, cuando luego de una cruenta guerra civil que costó más de un millón de muertos, el general Francisco Franco derrotó al bando republicano dando comienzo a una sanguinaria dictadura que habría de durar hasta su muerte, en 1975.

Pero Franco no quería nadie que le hiciera sombra y se llevaba muy mal con la antigua familia real, por lo que hizo lo posible por impedir la restauración borbónica que reclamaba desde el exilio don Juan, el padre del actual soberano. El generalísimo sabía que sólo los Borbones podían disputarle el poder, ya que el surgimiento de una Tercera República era más que improbable. Y don Juan de Borbón jugó todas las cartas para lograrlo: desde coquetear con Hitler y Mussolini hasta ponerse a los pies de Inglaterra luego de que los aliados vencieran en la Segunda Guerra Mundial. Finalmente el dictador y el pretendiente al trono pactaron: Franco se llevaría a Juan Carlos –Juanito como le decía– a educar a España y se atribuiría a sí mismo el poder de designar heredero al trono, con la condición de que el futuro rey asumiría su cargo sólo después de la muerte del tirano. El rey asumiría entonces el rol de gobernante absolutista.

Pero Juan Carlos I entendió rápidamente que su posición era insostenible. Presionado por Estados Unidos y por la propia sociedad española harta de 36 años de dictadura, mantuvo el trono formal y se transformó en una especie de padre y tutor de la transición democrática que terminaría por plasmar la Constitución de 1977, que establece la monarquía parlamentaria como sistema de gobierno. El intento de golpe de Estado del teniente coronel Antonio Tejero en febrero de 1981 le dio la oportunidad que esperaba para dotarse de una legitimidad que hasta el momento era más que dudosa. Luego de dudar durante horas, Juan Carlos finalmente llamó a detener el golpe por televisión.

Transformado en héroe de la democracia, el rey trató de hacer olvidar a sus ciudadanos su oscuro pasado y se dedicó a hacer lobby por las incipientes multinacionales que se gestaban al calor de la política neoliberal del socialista Felipe González, primer ministro desde 1982 hasta 1996. Y mientras la economía funcionó, la realeza no se encontró con grandes piedras en su zapato. El soberano como jefe del Estado cumplía también con labores diplomáticas y la familia real se permitía coquetear con la modernidad, otorgando entrevistas a periodistas, enviando a sus hijas a estudiar a la universidad pública o permitiendo a Felipe, el heredero, casarse con una reconocida periodista de TV, aunque no tuviera sangre azul en las venas.

Todo parecía ir viento en popa hasta que en 2008 llegó la crisis económica y los lujos reales comenzaron a ser vistos como excesos por el ejército de desocupados que crecía en las calles. Y aunque ya algunas voces se habían alzado para advertir que el monarca se estaba acercando a la vejez sin que el príncipe heredero gozara de la misma legitimidad que su padre, hubo que esperar a que llegaran los escándalos para que la cuestión tomara forma de conflicto de Estado.

Primero fue su yerno, Iñaki Urdangarín, el que apareció vinculado en una sonora estafa con conexiones políticas. La familia real decidió quitarlo de la foto, pero no fue suficiente. Y mientras la investigación judicial amenazaba con tocar al mismísimo rey, cosa que finalmente se confirmó esta semana, su nieto se disparó un tiro en el pie, accidente que fue comunicado a la opinión pública sin explicar qué hacía un niño de 13 años manipulando armas. Por si fuera poco, el incidente hizo recordar aquel extraño tiro por error con el que el propio rey mató a su hermano Alfonso en 1956 y que lo colocó inmediatamente como heredero al trono.

Su accidente la pasada semana mientras cazaba elefantes en Botsuana fue la gota que colmó el vaso. No sólo por lo caro del capricho, sino por lo inmoral de matar una especie en peligro de extinción. A partir de ahí los acontecimiento se aceleraron. Mientras la clase política hacía la vista gorda mirando para otro lado, los cuestionamientos a la corona prendían en una sociedad cada vez más agobiada por el ajuste permanente. Y aunque ningún medio de comunicación se anima a hacer una encuesta al respecto, muchos temen que la popularidad de la corona haya quedado dañada seriamente. Y todos saben cómo acaba la tormenta cuando comienzan a soplar vientos republicanos.

Fuente: Pagina12

domingo, 15 de abril de 2012

FORMOSA: Centro clandestino de detención de Mojón de Fierro

Querellantes, abogados y militantes de organismos de DDHH ya conocían el lugar. Durante el juicio oral al ya condenado  Juan Carlos Colombo, a instancias del Dr Pedro Velázquez Ibarra se había realizado una inspección ocular del lugar,  que señalara como centro clandestino de detención, torturas y muerte el ex detenido OsirisAyala, ante sede judicial y públicamente en el diario El Comercial del día siete de mayo de 1995 en un artìculo titulado “Desaparecidos formoseños durante el proceso militar; entre el silencio o el olvido irresponsable”. En la oportunidad afirmaba que “fue allí donde el 13 de septiembre de 1976, mientras lo trasladaban en camioneta hasta un lugar al que ubicó como situado en el paraje Monteagudo, pudo notar la presencia de (Fabiàn) Oviedo, (Ramón Luciano) Díaz, (Mirta) Insfrán,  (Ricardo) Borgne y otros … Éramos unos 19 en total, todos desnudos y vendados, y uno de nosotros pidió que nos diéramos los nombres porque estábamos seguros que íbamos hacia la muerte, relató y añadió, que así fue para alguno de ellos que no regresaron de ese viaje…”

En la oportunidad se pudo comprobar que el edificio del destacamento policial había sido demolido hasta sus cimientos. Que la escuela  ubicada en la cercanías también había sido destruida, y solo quedaban algunas paredes, que el cementerio, cubierto por el monte, tenía varias tumbas recientemente vaciadas.

Como datos sugestivos, señalan los querellantes, primero la fecha grabada en el cemento ( 7 de octubre de 1976) del viejo aljibe donde se denunció que se practicaban torturas tipo “submarino”, y existen versiones sobre la posibilidad que sea la tumba de los desaparecidos que se buscan. Y segundo, la fecha de la demolición tanto del destacamento policial y de la escuelita donde presumiblemente funcionara este centro clandestino de detención. Fue inmediatamente después de las declaraciones públicas de Osiris Ayala. 

La estancia Monteagudo se encuentra a orillas del río Paraguay. En abril de 1973, el establecimiento fue escriturado a nombre de la familia Anchorena. En 1980, el establecimiento fue adquirido por la firma Goldman & Compañía SRL, con sede en Buenos Aires y cuya principal actividad es la ganadería, contando además con arroceras en distintos puntos del país. Según relataron los querellantes, estuvo de mayordomo o encargado un comandante de gendarmería que habría participado hace unos años atrás en un atentado que tomó estado público, a un empleado de la empresa Oca., y del cual se habrían recepcionado denuncias por intimidaciones, violencias y malos tratos a los vecinos, en la subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia.

Agencia PSR.

HORACIO VERBITSKY: ESTEBAN RIGHI: El Reposo del guerrero

15/04/2010

Por Horacio Verbitsky


El alejamiento del ex Procurador General Esteban Righi es una pérdida para el gobierno nacional y para los sectores de la política que valoran su desempeño en el regreso de Perón a la Argentina en 1972, como ministro del Interior de Héctor Cámpora en 1973 y en el exilio mexicano luego de 1976. Carezco de objetividad para opinar sobre las posiciones encontradas entre Righi y el vicepresidente Amado Boudou. Fui el redactor del discurso que Righi pronunció ante la plana mayor policial en junio de 1973, en el que adelantó los postulados que treinta años después aplicaría Néstor Kirchner: no reprimir los reclamos populares ni ser guardianes de un orden social injusto. Guardo por él un afecto y un respeto que ninguna diferencia posterior pudo mellar. Pero su alejamiento no debería confundirse con la designación de Daniel Reposo como sucesor. El ex vicepresidente Julio Cobos y el presidente del bloque de diputados de la UCR, Ricardo Gil Lavedra, se pronunciaron en contra. Cobos argumentó la cercanía del candidato con el gobierno y Gil Lavedra que “es un militante K” por lo cual su designación sería “un atropello institucional”. La historia de la UCR no es tan aséptica:

- José Nicolás Matienzo fue el principal asesor jurídico de los alzados en la revolución de 1890, encabezada por Leandro Alem y origen de la UCR. Hipólito Irigoyen lo nombró Procurador General y Marcelo Alvear ministro del Interior.

- Ramón Lascano fue convencional constituyente radical en 1949 y 1957. Su correligionario Arturo Frondizi lo designó Procurador General en 1958 y los sucesivos presidentes radicales José Guido y Arturo Illia lo confirmaron.

- Juan Octavio Gauna, designado Procurador general por Raúl Alfonsín. Hijo y nieto de dirigentes radicales, fue reorganizador de la Juventud Radical en 1957, secretario del Ministerio del Interior con Illia y miembro de la Convención de la Capital en 1972.

- Andrés D’Alessio sucedió a Gauna y renunció poco después de terminar la presidencia de Alfonsín, por cuya candidatura presidencial había militado desde el comité radical de Charcas y Pueyrredón. Luego fue elegido decano de la Facultad de Derecho de Buenos Aires, a propuesta de la agrupación radical Franja Morada, en la que durante sus años de estudiante militó Daniel Reposo. El presidente radical que se privó del atropello institucional que denuncia Gil Lavedra fue Fernando de la Rúa, a quien no le alcanzó el tiempo para reemplazar al Procurador menemista Nicolás Becerra. La amnesia de Cobos alcanza a su propia gestión como gobernador de Mendoza. En 2004, propuso como ministro de la Suprema Corte al afiliado radical Alejandro Pérez Hualde, asesor de sus compañeros en el gabinete provincial, los sucesivos ministros de Hacienda Aldo Ostropolsky y Enrique Vaquié. Esa designación provocó la ruptura de Cobos con su antecesor, Roberto Iglesias, quien postulaba para la Corte a su ex ministro Leopoldo Orquín. Más allá de esta hipocresía, el procedimiento transparente de designación, propuesto por un conjunto de organizaciones no gubernamentales (CELS, INECIP, ADC, FARN, Poder Ciudadano y Unión de Usuarios y Consumidores) en el documento “Una Corte para la Democracia”, que el ex presidente Néstor Kirchner adoptó en los decretos 222 y 588 de 2003, permitirá que el bloque radical formule en el recinto las observaciones que le ha hecho a Reposo en los medios, como el retiro de los dictámenes de la SIGEN de su página web, la negativa de responder a requerimientos de información de la Auditoría General, su actuación en el caso Papel Prensa y una sospechosa denuncia que formuló en su contra un empleado de esa empresa propiedad del Grupo Clarín y La Nación. Esto ocurrirá en una audiencia pública, luego de quince días para que el ministerio de Justicia reciba apoyos e impugnaciones. Entretanto, quedará a cargo de la Procuración una de las joyas remanentes del menemismo judicial, Santiago González Warcalde, yerno y esposo de las ex diputadas cordobesas Leonor y Marta Alarcia. En 1993 tuvo que investigar amenazas a periodistas y sólo esclareció el caso de un lunático experto en comunicaciones, porque también había interferido las del avión de Menem. En 2004, dictaminó a favor de la libertad del ex militar Jorge Varando, autor de los disparos desde el banco HSBC que el 20 de diciembre de 2001 causaron la muerte del joven manifestante Gustavo Ariel Benedetto, de 23 años. Según González Warcalde, no es posible sostener que Benedetto fuera un manifestante sin evaluar “la legitimidad de su accionar, teniendo en cuenta el decreto 1678/2001” por el que De la Rúa declaró el Estado de sitio. Es decir que bien muerto estuvo. Además habilitó su despacho un sábado para disolver la Fiscalía Antisecuestros, cuando investigaba a policías federales por el secuestro del hijo del ex ingeniero Blumberg. La asamblea de fiscales repudió la decisión, adoptada “en un día inhábil, sin premura ni necesidad”, según ellos para frenar una investigación que podía llegar hasta el ministro de Justicia de entonces, Gustavo Beliz. González Warcalde también apoyó el recurso extraordinario del ex dictador Jorge Videla, quien consideraba prescriptos los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Plan Cóndor y dictaminó a favor de la liberación de Menem en el juicio por la venta clandestina de armas a Ecuador y Croacia. Reposo podría constituirse en el primer Procurador judío y especializado en temas del constitucionalismo social. El gobierno confía en que al día de hoy sólo le faltaría para su confirmación sumar dos votos positivos o que hubiera tres ausentes en el recinto.

Fuente: Pagina12

ATILIO BORON: España, ¿cuál España?

15/04/2012


Por Atilio A. Boron


El entredicho entre el gobierno argentino y la empresa Repsol YPF ha desencadenado una virulenta reacción de funcionarios del gobierno ultraconservador español. Las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, de la vicepresidenta del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, y del secretario de Estado de España para la Unión Europea, Iñigo Méndez de Vigo, revelan que a pesar del largo tiempo transcurrido estos funcionarios de la corona todavía no se percataron del resultado de la batalla de Ayacucho, que en 1824 terminó de demoler los restos del imperio español en esta parte del mundo. Tanto su “puesta en escena” –rostros endurecidos de furia, frases altisonantes, dedo índice en ristre de García-Margallo– como el contenido amenazante de sus declaraciones, especialmente la del tal Méndez de Vigo diciendo que la Argentina se convertiría en un “apestado internacional” y sufriría “consecuencias malísimas” en caso de que se afectaran los intereses de Repsol YPF son un oportuno recordatorio de que, lamentablemente, las peores tradiciones del colonialismo español siguen vivas y regurgitan cada vez que sienten que alguna de sus antiguas colonias se aparta del curso de acción fijado por la antigua metrópolis.

La violencia simbólica desatada en estos días se inscribe en el sórdido panorama que presenta la España actual, atribulada por una profunda crisis económica y por el fenomenal retroceso experimentado en materia de derechos ciudadanos y libertades públicas. Hace apenas un par de días que el presidente del gobierno Mariano Rajoy hizo pública su intención de vigilar y maniatar las redes sociales, por lo que toda convocatoria a protestas o manifestaciones políticas de cualquier tipo hecha a través de las mismas será tipificada nada menos que como un delito penal. Todo esto con el afán de impedir que las víctimas del brutal ajuste neoliberal puedan luchar contra la injusticia de un proyecto al que sola y exclusivamente le preocupa salvaguardar los intereses del capital, no el bienestar del pueblo.

El argumento más socorrido por estos enardecidos funcionarios de la corona es que cualquier agresión a Repsol YPF sería un ataque a España y, por ende, a los españoles. No hay que caer en esa trampa. El pleito no es con España o los españoles sino con su burguesía, que explota y desangra a los pueblos tanto fuera como dentro de España, cosa que hoy es evidente hasta para un ciego. Porque España no es esa pandilla de saqueadores profesionales, dignos descendientes de quienes cometieron en nuestras tierras el mayor genocidio de la historia, amparados por la maléfica alianza entre la cruz y la espada. España no son esos especialistas en vaciar empresas y en arrancar pingües ganancias como lo han hecho por toda Latinoamérica y el Caribe bajo la protección de sus padrinos políticos, sean estos Felipe González, José María Aznar o Mariano Rajoy. España no es esa corona nauseabunda y parasitaria, hundida en una ciénaga de escándalos que “la prensa seria” de la península se encarga de disimular. Para nosotros España es la poesía de Miguel Hernández, Rafael Alberti y Federico García Lorca; las pinturas de Pablo Picasso; la música de Manuel de Falla y Pablo Casals; la filosofía de Manuel Sacristán Luzón y de mi inolvidable maestro Adolfo Sánchez Vázquez. España es la extraordinaria labor de los republicanos exiliados en México: Wenceslao Roces, José Gaos y Eugenio Imaz, entre otros, eximios traductores al castellano de El Capital y otros textos de Karl Marx, así como de muchos otros autores del pensamiento clásico. España, por último, es el indoblegable heroísmo de la Pasionaria y los anarquistas y comunistas que lucharon contra la barbarie franquista, de la cual Rajoy, Aznar y el Partido Popular son sus indiscutibles herederos. Estos energúmenos, tardíos sobrevivientes de un conjuro medieval, representan con sus exabruptos de hoy lo peor de España. Son los perros guardianes de los filibusteros de traje y corbata que siembran miseria dentro y fuera de España. La lucha es contra esa España, no contra los españoles ni mucho menos contra la otra España, con la cual nos sentimos hermanados.

Fuente: Pagina12

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