domingo, 4 de abril de 2010

Costuras sin cadenas

Pagina 12

La marca no-chains será lanzada el 4 de junio, en simultáneo, en Buenos Aires y Bangkok. Las prendas, producidas por las cooperativas La Alameda y Dignity Returns, se venderán en todo el mundo, para promover el trabajo en condiciones dignas.
Por Eduardo Videla

En Bangkok y en Buenos Aires transcurren dos historias paralelas. En la capital tailandesa, trabajadores de una empresa textil se organizaron para recuperar la empresa en la que trabajaban, tras su cierre, y constituyeron una cooperativa de costureros. Aquí, inmigrantes que eran explotados en talleres de costura clandestinos se asociaron y crearon su propios productos. Ambos emprendimientos –a diferencia de otras líneas que corren en igual sentido– se cruzaron para elaborar una propuesta común: la creación de una marca global de prendas de vestir que simbolice la lucha contra el trabajo esclavo, tanto en el sudeste asiático como en Sudamérica. La marca se llama no-chains –en inglés, sin cadenas– y será lanzada al mercado en forma simultánea el 4 de junio próximo. La primera producción será de remeras, estampadas con motivos que fueron el resultado de un concurso internacional de diseño organizado por el emprendimiento conjunto de ambas cooperativas.

Ver nota completa

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-143219-2010-04-04.html

sábado, 3 de abril de 2010

CUANDO LA INVESTIGADA ES LA JUSTICIA



ägina12 - 03/04/2010

Gustavo Mitchell, de la Cámara de Casación, firmó la entrega del menor a su apropiador en 1976. José Martínez Sobrino, ahora juez y en esa época secretario, también fue involucrado, pero él asegura que sólo fue testigo del hecho.


Por Irina Hauser

(En la foto Sara Méndez, uruguaya. Fue secuestrada y llevada a Automotores Orletti. Su hijo Simón fue apropiado).

Uno de los jueces de la Cámara de Casación que suspendió los estudios genéticos que podrían determinar si los hijos adoptivos de Ernestina de Noble son hijos de desaparecidos fue denunciado por su responsabilidad en la apropiación de un bebé cuando era titular de un Juzgado de Menores en la dictadura. Se trata de Gustavo Mitchell, quien firmó la entrega del chico, Simón Riquelo, al subcomisario Osvaldo Parodi, vinculado con el secuestro de su madre. La denuncia, presentada por un grupo de familiares de desaparecidos y por la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, también apunta a José Martínez Sobrino, que era secretario de Mitchell y ahora integra el Tribunal Oral Federal Nº 6 (TOF6), a cargo del juicio sobre el plan sistemático de apropiación de menores, que incluye el caso de Riquelo, que recuperó su identidad en 2002.

El 13 de julio de 1976, a la medianoche, Simón fue arrancado de los brazos de su mamá, la uruguaya Sara Méndez, cuando un grupo de quince personas –que dijeron pertenecer a los ejércitos argentino y al uruguayo– irrumpió en su casa. Ella fue torturada y llevada al centro clandestino de detención Automotores Orletti. Cerca de las cuatro de la mañana, la comisaría 33ª le notificó al juzgado de Mitchell la aparición de un bebé “abandonado” en la puerta del Sanatorio Norte. Sara no volvió a saber nada de su hijo hasta 2002, cuando la Justicia pudo terminar de reconstruir la historia. En el secuestro y el robo del chico participaron, según se estableció, el represor Eduardo Ruffo y el subcomisario Parodi, de la seccional 33ª. Parodi –que murió– pidió y consiguió, a través del juzgado de Mitchell, primero la tenencia del nene y luego su adopción definitiva.
La denuncia contra Mitchell y Martínez Sobrino fue presentada ante el Procurador General, Esteban Righi, y advierte que “la gravedad” del caso es que “juzgan su propia participación en el robo de niños”. Uno, como juez de tribunal oral, debe sustanciar el juicio por medio centenar de apropiaciones, incluida la de Riquelo. El otro, como camarista de Casación, ya entiende en expedientes sobre apropiaciones y podría tocarle resolver apelaciones sobre aquellas en las que intervino.

“Ambos magistrados participaron en el despojo de la identidad, de los criterios de asignación, del ocultamiento a sus verdaderas familias y de la confección de un expediente ideológicamente falso para realizar una adopción irregular”, advierte el texto, que firman varios querellantes del juicio a cargo del TOF6, representados por el abogado Alejo Ramos Padilla. No hay constancias, dicen, de que en el expediente que derivó en la adopción de Simón se haya intentado dar “con los padres o familiares del niño”, “no hubo verificación de hábeas corpus o de nacimientos”.
Según pudo saber Página/12, los fiscales Martín Niklison y Félix Crous, asignados al juicio oral –que podría empezar en el segundo semestre– recusarían esta semana a Martínez Sobrino. Alegarían su relación con el caso que debe juzgar y el hecho de que custodia las pruebas.
“No creo que me tenga que excusar porque fui funcionario en un sumario donde la policía manifestó que había aparecido un menor en las escalinatas de un sanatorio. No me siento contaminado por haber presenciado ese hecho, soy un testigo”, le dijo Martínez Sobrino a este diario. “Quien dispuso la entrega fue el juez, Mitchell, que me lo informó entonces. En muchos casos así, si nadie reclamaba al niño, y alguien con condiciones económicas, sociales y morales pedía la guarda, seguramente se le concedía para evitar mandarlo a un instituto de menores. La adopción se tramitó aparte, en el expediente tutelar”, puntualizó. “Con Parodi (el apropiador) no tuve trato. No tuve conocimiento de la apropiación ni intervine en una maniobra encubridora”, añadió. A los dos meses, contó, fue cesanteado por razones políticas y gremiales (era socio fundador de la Unión de Empleados de la Justicia) en la misma tanda que las juezas Carmen Argibay y Lucila Larrandart. En cambio, Mitchell fue ascendido a camarista en 1979. Lo reemplazó José Allevato, también denunciado, ya que antes era secretario tutelar. Hoy es abogado.
Una de las medidas que Ramos Padilla y los familiares pidieron a la Procuración es que impulse la intervención de los juzgados de menores para que se analicen todos los “expedientes penales y tutelares vinculados al hallazgo de niños entre 1976 y 1983” y las adopciones derivadas de ellos. “Allí podría haber muchas pistas para dar con tantos chicos que aún no recuperaron su identidad”, señaló el abogado a Página/12. La denuncia hace hincapié en el papel del Poder Judicial de la dictadura en “consolidar la apropiación de niños, mediante el robo de su historia, su origen e identidad y la entrega a los apropiadores a través de un marco de supuesta legalidad judicial”. Plantea, además, que los jueces sean investigados por el Consejo de la Magistratura.
También incluye un reclamo para que la Corte Suprema intervenga la vocalía de Mitchell y que establezca “si ha omitido excusarse en causas similares que lo involucran”; que “reasuma la superintendencia del TOF6” para “preservar la prueba” y con su intervención “garantice que no haya nuevas dilaciones” en el juicio donde estarán en el banquillo represores como Jorge Rafael Videla, Cristino Nicolaides y Reynaldo Bignone.

DE IZQUIERDAS Y DERECHAS

Pagina12 03/04/2010

Por Fernando Cibeira

Con mayor o menor propiedad, según el paladar de quien lo analice, el kirchnerismo vino a ocupar el lugar del centroizquierda en el escenario político. La cuestión es que por ese carril –un poquito más hacia aquí, un poco más allá– suele transitar la mayoría de los discursos de los candidatos en campaña, sea lo que fuera que luego piensen hacer una vez que lleguen al poder. Ante la disyuntiva, quienes aspiran a mostrarse como una alternativa anti K han elegido llevar lo suyo hacia los extremos, en algunos casos con serio riesgo de desbarrancarse.

Right

Un caso paradigmático en estas últimas semanas ha sido el de Eduardo Duhalde, quien pasó de su habitual populismo-desarrollista de marca peronista a un conservadurismo de la más rancia escuela. Cuando miles de personas marchan para conmemorar un nuevo aniversario del golpe de Estado más sangriento, Duhalde sale hablando de cerrar los juicios, de convocar a un plebiscito, de dejar de humillar a las Fuerzas Armadas y ponerlas a hacer cosas útiles, por ejemplo, ocuparse de los jóvenes o hacerse cargo de la seguridad interior.
El recurso no es nuevo porque algo por el estilo hizo su amigo Carlos Ruckauf allá por 1999, cuando disputó la gobernación de la provincia de Buenos Aires a Graciela Fernández Meijide machacando sobre su supuesta condición de atea, marxista y proabortista mientras él prometía fusilar a los delincuentes y se fotografiaba rezándole a la Virgen. Pese a lo burdo, la maniobra dio resultado y Ruckauf consiguió la gobernación, lo que no evitó que dos años después huyera del cargo.
Duhalde se ubica en el grupo de dirigentes opositores –son varios y dicen que hay encuestas que los respaldan– que sostienen que la sociedad está hastiada de la política de derechos humanos que impulsa el Gobierno y que se ha ido derechizando en sus puntos de vista. Según ese criterio, las prioridades pasaron a ser la seguridad y el orden, así nada mejor que en ese contexto salir a defender a las Fuerzas Armadas sin que venga a cuento. Duhalde, quien tiene en su historial la represión que terminó con las vidas de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, suena como un vocero válido para la propuesta. Pero la prédica no parece haber prendido en la sociedad supuestamente derechizada, más bien lo contrario.
Lo mismo puede decirse de Mauricio Macri, necesitado de un salvavidas en una gestión que viene hundiéndose como el Titanic. En la misma semana que debió separar a otro jefe de la Metropolitana envuelto en un escándalo y la Justicia confirmó los procesamientos por asociación ilícita del Fino Palacios y el espía Ciro James, Macri buscó salir del aprieto con una ofensiva contra los “trapitos” que cuidan autos y los “encapuchados” que andan en las movilizaciones. El jefe de gobierno prometió ir hasta el hueso de las “mafias enquistadas en nuestra sociedad”, pero no se estaba refiriendo a los multimillonarios grupos económicos que se han enriquecido a costa de los sobreprecios de los contratos con el Estado –ni a sus herederos– sino contra estas patotas “trapiteras” que estarían asolando a los porteños motorizados, una persistente preocupación de los medios de la derecha.

En su entorno saltaban de alegría. Evaluaban que al otro día del anuncio por primera vez en mucho tiempo Macri estuvo en la tapa de todos los diarios y no por un problema en su gestión. Las encuestas de las páginas web de los diarios opositores hablaban de un piso de 90 por ciento de aprobación a la iniciativa, que vuelve a la carga sobre la idea de criminalizar la pobreza. Tampoco hay novedad aquí. La gestión macrista ya tiene en su haber a las patotas de la UCEP dedicadas a desalojar a las patadas plazas y edificios y las simpáticas picanitas Tauser con las que ansían electrocutar a malhechores o sospechosos de serlo. La diferencia era que antes, frente a las críticas Macri dudaba y en muchos casos se echó atrás. Sus amigos dicen que de eso ya no más.
Es que el jefe de Gobierno había prometido a sus acólitos que se venían los dos mejores años de gestión pero resultó que arrancaron muy parecidos a los dos años malos. Para peor, Francisco de Narváez ya transparentó sus intenciones de disputarle el cetro del Silvio Berlusconi criollo y en las fotos se lo ve cada vez más rubio y sonriente mientras que Macri aparece cada vez más serio y canoso. Así que en la Jefatura de Gobierno aseguran que esta semana Macri inició un camino sin vuelta atrás y que vendrán más iniciativas en la misma dirección. Cartoneros, sin techo, travestis y demás mafias por el estilo, a prepararse.
Left

El centroizquierda no kirchnerista resolvió de distintas formas su posicionamiento frente al Gobierno. Hay un sector que encabezan el diputado Martín Sabbatella y la línea de la CTA de Hugo Yasky que no tiene complejos en reconocer cuando está de acuerdo con una iniciativa oficial por más resistencias que genere. Sucedió con la Resolución 125 y se repite ahora, con la utilización de las reservas para pagar la deuda.
En cambio, el bloque de Pino Solanas y los alineados en la CTA con Víctor De Gennaro y Claudio Lozano consideran que nada que pueda venir de este Gobierno es bueno y desde allí basan su construcción política. Respecto del pago de la deuda, eligieron un desvío: sostienen que antes que pagar se debe investigar cuál parte de la deuda es legítima, un planteo que se había dado años atrás y la clase política había cerrado con los sucesivos canjes de bonos.

Esta semana este grupo organizó una movilización al Congreso a la que se sumaron desde el GEN de Margarita Stolbizer hasta varias agrupaciones de la izquierda más dura como el MST y la Corriente Clasista y Combativa. El Partido Obrero dijo que no porque le vetaron orador y consigna. Aunque pueda parecer un arco heterogéneo, estas agrupaciones ya coincidieron en el apoyo a las entidades ruralistas durante la discusión por la 125, lo que muestra los bandazos a los que los lleva a veces buscarle el punto al Gobierno.
Micrófono en mano, Solanas dijo que el pago de la deuda le daba “asco”. “No vamos a pagar nada”, había proclamado Vilma Ripoll. ¿Nace un frente “amplio”? El acercamiento no parece el más recomendable frente a la casquivana clase media porteña, donde Solanas mantiene buena imagen y se mantiene en un potencial aspirante a la jefatura de la ciudad. “Es que veníamos juntos de la audiencia pública que se hizo en el Congreso por este mismo tema”, explicaban cerca de Pino. “Es cierto que por ahí no fue lo más prudente mostrarnos en el mismo escenario y no lo digo únicamente por motivos de conveniencia, es que no pensamos lo mismo”, agregaba.

Closet
Frente a una oposición mayoritaria cada vez más derechizada, el oficialismo imagina avanzar en una agenda parlamentaria de corte progresista que le permita reencontrarse con aquellos sectores transversales que supieron en algún momento tenerle simpatía y que, imaginan, ahora se encuentran sin rumbo fijo. El matrimonio gay, autorización del aborto en casos de riesgo para la salud o violación y la reforma a la Ley de Entidades Financieras para darle una nueva dirección al crédito, están en carpeta.
La discusión, sin embargo, no será sencilla. En el kirchnerismo reconocen que no están todos de acuerdo con las iniciativas. Incluso, la Presidenta se manifestó públicamente contra el aborto. “Pero vamos a impulsarlas”, prometían en la jefatura de los bloques oficialistas.
Ante el embrollo en el que cayó el Congreso en las últimas semanas, a propósito de la utilización de las reservas y los sucesivos recursos judiciales –que promete continuar “recargado” a partir del lunes–, no estaría mal la apertura de un debate franco sobre temas que “la gente” pueda sentir más próximos a sus preocupaciones. Las discusiones seguramente dividirán internamente los bloques, transparentando las diferencias de criterios entre sus integrantes. Ante el hecho concreto, estar más a la derecha o más a la izquierda debería abandonar el terreno de la mera especulación de marketing electoral para dar paso a las convicciones.

viernes, 2 de abril de 2010

LOS PILAGÁ A LA UNIVERSIDAD


SOLIDARIDAD




El jueves 1º de abril viajan a Buenos Aires 7  jovenes estudiantes indígenas  pilagá (6 de Comunidad La Bomba - Las Lomitas- y uno de la Comunidad Qompi-Pozo del Tigre).

Han sido becados para estudiar en la Universidad de Morón, quien les proveerá de alojamiento y materiales de estudio.

Ellos son 1.- Glásido Inocencio - DNI 29.324.534 (Abogacía). La Bomba.
2.- Romero, Juan Mario- DNI 36.956.922 (Abogacía). La Bomba.
3.- Diaz, Justino - DNI 29.730.389 (Abogacía). La Bomba
4.- Arce Cecilia Raquel - DNI 38.575.461 (abogacía). La Bomba
5.- Córdoba Lucía - DNI 32.709.477 (Abogacía). La Bomba
6.- Roda Fabian - DNI 32.709.472 (Psicología). La Bomba
7.- Fernandez, Eliseo - DNI 32.709.425 (Psicología). Qompi.

Todo aquel que les quiera dar una mano, es bienvenido.
Les va a ser dificil estudiar porque hablan un castellano escaso y en especial por su situacion de pobreza y exclusión.

Es la primera vez en la historia que jóvenes pilagá acceden a estudios universitarios!!
Los que quieran ayudar pueden llamar a uno de ellos, Juan Luis Arce al celular 03717-15-583141.
Desde ya gracias.

lunes, 29 de marzo de 2010

6.7.8. CARLOS BARRAGAN - APERECI



Canción de Carlos Barragan sobre el 24 de Marzo, Día de la memoria, la verdad y la Justicia y la presencia en la Plaza de Mayo de los seguidores del Programa 6.7.8.

domingo, 21 de marzo de 2010

TERESA PARODI - AUN CAMINAN CONMIGO



Gracias queridos compañeros por esas luchas, por señalar el camino de la patria liberada. Ustedes están vivos porque viven en nosotros. Porque nunca aflojaron. Porque el odio a la larga jamás vence.

sábado, 20 de marzo de 2010

RALY BARRIONUEVO - SUS MISTERIOS



Imágenes de artesanas indígenas del Gran Chaco Argentino, wichí toba-qom y pilagá.

jueves, 4 de marzo de 2010

GORILISMO Y RACISMO

Por Enrique Lacolla

El actual momento político argentino se configura en torno de oposiciones que vienen de lo profundo de nuestra historia. Lo cual no es óbice para volver a un necesario debate sobre sus características esenciales.

La oposición al actual gobierno argentino es variopinta. E ininteligible si se presume la existencia de una razón ideológica para intentar comprender su actitud. Por cierto, existe un núcleo duro en ese conglomerado que posee un proyecto, el más siniestro que imaginarse pueda: un retorno al esquema económico del Consenso de Washington, una vuelta a los ’90. Sus personeros se identifican con lo peor que ha habido en la política argentina, y tienen, en muchísimos casos, nexos con la dictadura militar de 1976-1983. Otras agrupaciones, en cambio, se identifican con políticas económicas que se dicen de izquierda. Sin embargo, con su actitud derogatoria respecto del Ejecutivo, terminan prestando un apoyo incomprensible a los personajes expresivos de la derecha cruda y nuda, únicos fautores de poder sobre los que podría recaer el gobierno en el caso de que el Frente para la Victoria fuese desalojado del gobierno en las elecciones del año próximo. La recurrente concurrencia, en tiempos recientes, del máximo exponente del Proyecto Sur a entrevistas mediáticas piloteadas por personeros del sistema que devastó al país durante casi 30 años y su preocupación en atacar primordialmente a la actual administración, callando respecto de la nocividad de sus adversarios, es expresiva de esta paradoja.

Pero, más allá de esta singularidad política, el sustento de la opinión pública a los diversos sectores del frente opositor es considerable. Aunque varía o aparenta variar en sus motivos, el núcleo sustantivo de esa posición es una inequívoca animadversión hacia el Ejecutivo y hacia quienes lo integran. Esa inquina es comprensible en los grupos concentrados del poder financiero, personeros del modelo que sólo concibe al país como entidad dependiente. Estos grupos, que como sistema de intereses han comandado la mayor parte de la historia argentina, se encuentran estrechamente ligados al imperialismo, que otorga un rol subordinado a este país y al resto de los países iberoamericanos, con la excepción –relativa- de Brasil. En cambio, el por qué de ese rencor en vastos estratos de nuestra clase media no es fácil de comprender si nos atenemos a los datos objetivos.

Una cierta proporción de este conglomerado está representado por chacareros enriquecidos y por las personas vinculadas al sector en las ciudades del interior que viven del comercio de granos. Todos ellos abominan de cualquier regulación que trabe o pueda trabar su apetito de ganancia. Las motivaciones de este grupo, por mezquinas que sean, tienen, a pesar de todo, una explicación racional: cierta insolidaridad, que en buena medida deviene del egoísmo de raíz inmigrante, expresivo de un individualismo que antepone el propio interés a cualquier otra cosa. Pero, ¿qué decir de los numerosos integrantes de la clase media de las grandes urbes que no tienen un motivo concreto para fundar su antipatía hacia el gobierno?

Si atendemos a las declamaciones de una de las figuras más expectables de la oposición y que tiene un impacto relativamente grande en ese estamento, como Elisa Carrió, el motivo de esa inquina estaría determinado por el “autoritarismo” del Ejecutivo, por la “corrupción” que lo roería por todos los frentes y por sus pretensiones de eternizarse en el poder. En el fabuloso imaginario de la señora Carrió, estos datos se hermanan con comparaciones inesperadas y desprovistas de cualquier tipo de asidero, como su evaluación de Néstor Kirchner como un Hitler sin campos de concentración.

No es probable que este dislate de la líder de la Coalición Cívica sea creído por la opinión media que se opone al gobierno. El rencor de esta tiene orígenes más difusos. Y que por ser difusos (y confusos) moviliza a ese sector incluso contra sus propios intereses. No es la primera ocasión en que esto sucede: en 1955 el gorilismo de los estamentos medios contribuyó a derrocar un régimen transformador que, cualesquiera hayan sido sus defectos, gozaba de legitimidad democrática y representaba un proyecto coherente de potenciación industrial que arrastraba a los sectores populares, incluida la clase media, a una mejor distribución y disfrute de la riqueza.

Ahora, en otra escala, se produce algo parecido. ¿Por qué?

Tracemos un cuadro de lo acontecido desde 2003. Después de 25 años de devastación neoliberal, en 2003 se produce la reaparición del Estado para corregir las peores lacras de los desniveles sociales, renace el fomento del mercado interno como motor de la economía, se produce una industrialización apreciable y la política exterior abandona el alineamiento automático con Estados Unidos, dirigiendo sus esfuerzos al fortalecimiento de los lazos con América latina como expediente para lograr la integración del bloque regional que es necesario para enfrentar a la marea globalizadora de impronta neoliberal que se desploma sobre el mundo. Además, y pronunciando el énfasis intervencionista, el Estado se reapropia del sistema jubilatorio, renacionaliza algunas empresas arbitrariamente privatizadas en los ’90 e intenta imponer cierta racionalidad impositiva en la ganancia agraria. Y, finalmente, lanza la ley de medios audiovisuales, que trata de romper el monopolio de la prensa por algunas empresas encastilladas en unas posiciones de poder desde las cuales transmite los contenidos monotemáticos del neocapitalismo ligado a una transnacionalización que apunta a perpetuar el sometimiento al imperialismo.

La economía, pese a una inflación controlada y a una crisis mundial que trastorna a los mercados, se mantiene firme, y ninguno de los pronósticos apocalípticos emitidos por los gurús de turno, sean políticos o especialistas en cuestiones contables, se cumple. El gobierno, desde luego, comete un error de bulto al tergiversar las cifras del Indec; ese traspié es explotado por los monopolios de prensa y la oposición aprovecha la ocasión para sembrar aun más la duda en esos sectores medios que conforman su clientela. Pero los índices objetivos de la situación económica –empleo, exportaciones, balanza comercial y nivel de vida de los sectores medios- no son mayormente afectados. Señal de esto último es el pleno que en materia de disponibilidad habitacional se produce en la costa y en los principales centros turísticos de todo el país durante la presente temporada veraniega.

A pesar de esto una ancha franja de la clase media incuba un rencor incurable contra el Ejecutivo y, sobre todo, contra la persona que lo encarna en primer término. “Yegua” es la más suave de las descalificaciones con que obsequia a Cristina Fernández de Kirchner. La burla, la irritación, el desdén que provoca la Presidenta en la clase media no tienen razón de ser y no pueden ser computados como parte de una reacción racional. Más bien comparten el mismo rencor que eclosionó en 1955, que hizo que ese sector social aplaudiera el bombardeo del 16 de Junio –el mayor atentado terrorista que sufrió el país- y que sustentara las políticas discriminatorias para con la mayoría del pueblo durante los 18 años de proscripción del peronismo, con las catastróficas consecuencias que sabemos.

Esta antipatía visceral contra la Presidenta no se puede sostener con argumentos lógicos; sólo el placer de la invectiva ciega es capaz de explicarla. Ahora bien, ¿qué se le puede reprochar a Cristina Fernández a nivel personal? Es un cuadro político muy preparado, conoce de economía y es una excelente expositora. En más de un sentido nos parece superior a su marido el ex presidente, quien, con demasiada frecuencia, aparece sujeto a arrebatos de oportunismo que rozan la arbitrariedad.

Sus cualidades no salvan a Cristina Fernández, pues quienes están decididos a odiar por odiar nunca quedarán satisfechos por las virtudes del objeto de su repulsa. En esta animadversión late, indiscutiblemente, esa sensibilidad gorila a la que hacíamos alusión y que deviene de la cortedad de miras y sobre todo de una antipatía incurable hacia todo lo que, de lejos o de cerca, huela a real representatividad popular o a proposiciones transformadoras de la sociedad que alteren el estado de cosas. Si nuestra presidenta fuera Hillary Clinton, por ejemplo, a nadie le preocuparía que escuchase el consejo político de su marido el ex presidente Bill Clinton, ni que usase carteras Vuitton o cosas por el estilo. Pero en el caso de la actual Presidente entra a tallar un factor que poco tiene que ver con cuestiones ideológicas y que más bien se vincula al odio que concita cualquier figura que se insinúe como mediadora entre el Estado y la muchedumbre de los no privilegiados.

Un racismo no muy encubierto

Hay una cosa oscura pero esencial para comprender el fenómeno que intentamos describir: el racismo. El racismo que trabaja a buena parte de los grupos que nutren esa animosidad. Pues, aunque la Argentina se haya glorificado a sí misma como ejemplo del “crisol de razas” esta cualidad es relativa. No puede negarse que aquí se han fusionado sin problemas los inmigrantes de origen europeo, pero los connacionales de proveniencia provinciana y de tez no tan blanca, en especial si pertenecen a los estratos bajos, no han terminado de ser aceptados como iguales por la gente “bien”. Los epítetos como “grasas”, “negros de m…” son o han sido parte del vocabulario común. El fenómeno se hizo perceptible con mucha fuerza a partir de la irrupción de las masas en la política, hecho que se cumplió con el primer peronismo, cuando el nuevo proletariado se hizo presente en el escenario; pero proviene de mucho más atrás: deriva de los tiempos incluso anteriores a la organización nacional. A mediados del siglo diecinueve, sin embargo, encontró su formulación teórica y práctica más acabada. Era la época en que Sarmiento –eximio exponente de la clase ilustrada de su época- solicitaba que “no se ahorrase sangre de gauchos” y cuando Mitre confiaba al ejército de línea la misión de acabar con las resistencias que en el interior se oponían a la concepción del país factoría, desprendido de Latinoamérica y mirando hacia Europa. Proceso que se cerró con la sangría del gauchaje, juzgado como imposible de reducir a la civilización, y con el confinamiento de la vida de la población criolla a niveles de mera subsistencia.

El racismo implícito en nuestra historia tiende sus tentáculos hasta el presente: los inmigrantes de los países limítrofes, en especial los paraguayos y los bolivianos, son víctimas de este sordo rechazo proveniente de los sectores medios.

Este factor, el racismo, sumado a la aspiración a diferenciarse socialmente de las clases más bajas, han hecho de nuestra pequeña-burguesía una clase notoriamente permeable al discurso de la clase dominante. Carente de asidero sólido en el plano económico, se deja seducir por el relumbrón del “éxito” ajeno, teme quedar confundida con los sectores derrotados de nuestro pasado y cree que el fracaso de estos deriva de la holgazanería y de factores genéticos, sin tomar en cuenta el background histórico que explica esa frustración. A su modo, el conglomerado medio de la opinión argentina ha elaborado una teoría implícita que se asimila a la del “winner and loser”, del ganador y el perdedor, de tan fuerte arraigo en la cultura estadounidense y que expresa la competividad de esa sociedad. Aquí, sin embargo, esa feroz puja que caracteriza al universo norteamericano no se advierte –afortunadamente- por ningún lado y la infatuación clasista se limita a la exhibición de algunos signos emblemáticos: el auto, el colegio privado, el color de la piel –“Yo soy rubia incluso por dentro”, dice Mirtha Legrand- y la voluntaria reclusión en barrios cerrados.

La conciencia política, para “la gente como uno”, tiene entonces que adolecer de una superficialidad lamentable. Y esa superficialidad se refleja en el ámbito legislativo, donde la consigna opositora parece ser hacerle cuantas zancadillas pueda al gobierno, ocupándose de derruir cualquier posibilidad de debate serio en torno de las cuestiones que efectivamente cuentan. A saber: la necesidad de profundizar las medidas dirigidas a aumentar el empleo, la indispensable reforma del mercado laboral para eliminar algunas de las lacras del más viejo capitalismo redivivo, como es el trabajo en negro que en algunos casos roza el trabajo esclavo; la importancia de debatir una reforma de la ley de entidades financieras, la renacionalización de YPF y de la riqueza minera, y la política de Estado a fijar respecto del avasallamiento de los derechos soberanos de nuestro país en Malvinas, en estos días vulnerada por enésima vez por el comienzo de la prospección y explotación, por parte de Gran Bretaña, de la cuenca petrolera submarina que se extiende cerca de las islas.

De este último tema se ha ocupado, afortunadamente, la reciente reunión en México de la Cumbre del Grupo de Río y la Cumbre de América latina y el Caribe, donde además se ha parido a una nueva organización de integración latinoamericana y caribeña que no incluye ni a Estados Unidos ni Canadá, y que debería dejar a la Organización de Estados Americanos (OEA) relegada al desván de los recuerdos. Al menos en lo que hace a cualquier fin práctico. Pero este asunto, el de la reunión en Cancún y sus resultados, merece un examen más circunstanciado, que quedará para otra ocasión.

Aquí, sin embargo, los temas fundamentales se diluyen en el juego de masacre que se practica en las Cámaras. Es difícil encontrar un momento de nuestra historia democrática en el cual el nivel del debate haya caído tan bajo. El país está pagando todavía la devastación –física e intelectual- que produjo el período negro que enganchó a la dictadura con su sucesión legalmente constituida, pero sometida al espejismo de la libertad de mercado y del desguace del Estado.
Volver a construir una conciencia realista en torno de estas cosas llevará tiempo y esfuerzo. Sin embargo, a pesar de los errores cometidos a lo largo del período que arranca con la náusea popular que desbancó al neoliberalismo en Diciembre del 2001, se ha recorrido un trecho en este camino. Es importante que la vía continúe expedita.

www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=166

lunes, 1 de marzo de 2010

CRISTINA KIRCHNER - DERECHOS HUMANOS



Discurso en el incicio de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional (01/03/2010). Cristina Kirchner, las queridas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y los juicios a los genocidas

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails