lunes, 17 de septiembre de 2012

BINNER Y "LA GENTE"

BINNER: Hermes Binner aseguró que si el Gobierno “no atiende las demandas de la gente, las protestas van a volver con más fuerza que el jueves pasado”. ME TIENEN LAS BOLAS AL PLATO CON ESO DE "LA GENTE"... que gente??? 

Para este ex progresista, habría qe cambiar la letra del Himno Nacional... en lugar de "al gran pueblo argentino salud" habría que cantar "a la gente argentina salud. "GENTE" ES UN AMONTONAMIENTO DE INDIVIDUOS. "PUEBLO" ES CULTURA, HISTORIA, TERRITORIO, FUTURO.

"GENTE" ES TAN SOLO EL NOMBRE DE UNA FAMOSA REVISTA CÓMPLICE DE LA DICTADURA MILITAR.

QUE NO TE LA VENDAN CAMBIADA.

EDUARDO DE LA SERNA: Oxímoron

Por Eduardo de la Serna *

Los símbolos nazis junto con los que dicen que La Cámpora y otras agrupaciones juveniles son las Juventudes hitlerianas.

Los que reclamaron libertad junto con los que quieren a Videla, como Cecilia Pando.

Los grupos PRO-Vida (particularmente PRO) junto con los que con cantos y pancartas le deseaban la muerte a Cristina.

Los que quieren un dólar barato para poder viajar, cuando y como quiero, junto con los que quieren un dólar recontraalto para beneficiarse con sus exportaciones sojeras y otras. Y esto, junto con los que manifiestan libremente porque no hay libertad.

Los que van en autos importados a quejarse porque no puedo comprar lo que quiero.

Los que hacen piquetes (paquetes) junto con los que se quejan por los cortes (¡córtenla!).

Los que quieren vivir en barrios cerrados, para ser exclusivos, junto con los que se quejan de tener que vivir en barrios cerrados porque los delincuentes andan libres.

Los que repudian a los negros, como Moyano, junto con... Moyano.

Los que están en contra de la politización en las escuelas, junto con los que dicen que hay que enseñar la historia oficial, en las escuelas.

Los que dicen que el Gobierno persigue a la oposición, junto con los que aplauden que se expulse a maestros por burlarse de Macri y Bullrich.

Los que reclaman democracia más y mejor, junto con los que se burlan de los pañuelos blancos.

Los que reclaman y gritan por la libertad de prensa, junto con los que reclaman el cierre de 6, 7, 8, y contra Página, Tiempo y otros...

Los que fueron pacíficamente, junto con los que insultaban violentamente...

Y se podría seguir... interminablemente. Pero me queda una pregunta: ¿no era que Clarín era el más débil?

* Movimiento de Sacerdotes en Opción por los Pobres.

Fuente: Pagina12

domingo, 16 de septiembre de 2012

LAS CLASES MEDIAS

¿APOYOS POR "IZQUIERDA" A LOS CACEROLEROS?

Allí lo vimos a Gabriel Levinas y a Roberto Gargarella.

Decía Juan José Hernandez Arregui: "La clase media tiende a la formación de grupos intelectuales que fluctúan, por diversos motivos, entre las élites que miran hacia arriba y los ghettos espirituales que miran hacia abajo. Esto explica la abundancia de intelectuales de izquierda que se pasan a la derecha ideológica, al conservatismo social. En realidad, los intelectuales son los que sienten más vivamente esta situación incierta que ocupan en la sociedad. Mientras la perspectiva de descender les lleva a la comprensión de la lucha que libra la clase trabajadora por otra parte les estimula a no caer en ella".

La extinción del partido militar dejó a estos sectores sin válvula de escape ni representación política. Porque convengamos que nunca los partidos de derecha los representaron acabadamente, sino la conjunción de la formula partido militar - iglesia - poder económico - medios de comunicación. Ello ocurrió con Yrigoyen, con Perón, con la juventud maravillosa, con la dictadura del 76. El único peronismo que bancaron fue el peronismo rubio de Menem.

viernes, 14 de septiembre de 2012

CHACHO ALVAREZ: “Estoy convencido de que existieron sobornos”

Por Ailín Bullentini

El ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez confirmó ayer en la Justicia su convicción del pago de sobornos para la aprobación de la reforma laboral durante el gobierno de la Alianza. “Estoy convencido políticamente de que los sobornos existieron. Cuando aparece la confesión de Pontaquarto uno ve reafirmado lo que pensaba”, sostuvo Alvarez al declarar como testigo en el juicio que lleva adelante el Tribunal Federal Oral 3. A un metro de distancia lo observaba su ex compañero Fernando de la Rúa, quien decidió interrogarlo asumiendo –argumentó– su autodefensa y generando un inesperado careo.

Así, un día, doce años después, pasó:

–¿Consideró su renuncia como un acto de lealtad al gobierno?– le preguntó De la Rúa.

–El país no soportaba un vicepresidente que actuara de manera contraria al presidente –respondió Chacho Alvarez. La pregunta quebraba el protocolo de distancia propio de todo juicio y las cosas comenzaban a direccionarse hacia lo personal.

–Su renuncia fue lo que desató la confrontación, vicepresidente –continuó el radical, saliendo ya del rol de autodefensor.

–Mi renuncia lo liberaba a usted de la carga que un vicepresidente en desacuerdo representaba. Usted necesitaba que los sobornos desaparecieran de la opinión pública y yo tenía intereses diferentes –respondió el interrogado, con la vista ya de frente a su contrincante judicial.

Así comenzó el primer cruce que la ex fórmula presidencial de la Alianza protagoniza desde que Chacho se bajó del cargo, a menos de un año de ganar las elecciones. El público siguió con silencio de asombro el intercambio con algo de histórico. El Tribunal Oral dejó fluir el cruce casi sin intentar evitar el despiste de un autodefensor con investidura de ex presidente ansioso por sellar un conflicto personal.

El careo espontáneo interrumpió el interrogatorio monótono de más de tres horas al que respondía, serio y claro, Alvarez. El TOF que enjuicia a De la Rúa, al ex titular de la SIDE, Fernando De Santibañes, y al ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique, durante su gobierno, y a los ex senadores peronistas Augusto Alasino, Alberto Tell, Remo Costanzo y Ricardo Branda por coimas pagadas y cobradas en abril de 2000 permanecía en silencio, como lo hizo mientras el ex vicepresidente y actual secretario general de la Aladi resumió su versión de los hechos. Para entonces, Tell ya había abandonado la sala insultando por lo bajo y retado por el presidente del tribunal, Gerardo Larrambebere. Comenzó a refunfuñar cuando Alvarez, presidente del Senado para el momento de los hechos, describió a la Cámara alta como un lugar “muy degradado” al que “nadie osaba defenderlo contra denuncias o sospechas de corrupción”.

Esa característica del Senado fue, en la versión de los hechos de Chacho, uno de los indicios sobre los que él basó su “certeza política” de que los sobornos existieron. Una reunión “muy determinante” en la que el entonces senador Antonio Cafiero le aseguró que la ley “se había pagado” fue otro elemento, al igual que el hecho de que “por primera vez Cafiero denunciaba políticamente a sus pares: nunca había denunciado por corrupción a quienes llamaba ‘compañero’”. Además, recordó el editorial del periodista Joaquín Morales Solá, “un analista político con prestigio que consulta con varias fuentes”, en el que deslizaba “los favores” que había habido en la Cámara alta para la aprobación de la ley.

Sin fechas exactas, en su relato ante el TOF, Alvarez también explicó que “esos elementos” lo llevaron como presidente del Senado a presentarse ante la Justicia: “No había forma de que esos indicios se convirtieran en pruebas relevantes sin que actuara la Justicia”, definió y continuó con la catarata de hechos que se amontonaron después: el anónimo que superó las paredes del Congreso luego de la reunión de Labor Parlamentaria en la que él lo leyó en voz alta, el cambio en los jefes de bloques, la presión de los senadores que “instalaron la versión de una conspiración del vicepresidente a De la Rúa” y la “ratificación de Flamarique y De Santibañes en el gobierno”. Ellos, recordó, eran los dos funcionarios “vinculados con el caso”: el primero por “único negociador de la ley”, el segundo por “titular de la SIDE, de donde se decía que había salido el dinero”.

Todo eso ya estaba dicho, hasta que tomó el micrófono De la Rúa para “ejercer su derecho a autodefensa”, como él mismo explicó ante la mirada sorprendida del recinto. El ex presidente pidió que el secretario del TOF leyera la renuncia de Chacho a la vicepresidencia y, a partir de allí, lo consultó:

–Usted dice que tenía intereses diferentes con el presidente. ¿Cuáles eran esas diferencias?

–La ratificación de De Santibañes en su cargo y la promoción de Flamarique. Eso fue un golpe de autoridad contra mi persona –evaluó Alvarez.

–Era una disputa de poder, entonces. Se trató de eso...

–Mire, presidente. Si se hubiera tratado de eso, debería haberme pasado a la oposición. Pero no. Me fui dejando a mi fuerza naufragar en su gobierno, que fue un fracaso. Usted creyó que yo conspiraba. Lo mío era coherencia. Yo luchaba para sanear al Senado y necesitaba un gesto similar en el gobierno. Usted sostuvo a los funcionarios sospechados en sus funciones.

–¿Cuál era el problema?

–La percepción pública de su decisión. Lea los diarios, por favor. Usted había internalizado la versión de los senadores. No me dejará mentir, presidente, desde la campaña se decía de usted que era un hombre sin personalidad. Ratificó a los funcionarios para dar un golpe de autoridad, mi renuncia fue de carácter político. Como el gobierno no podía promover una denuncia que lo involucrara, necesitaba que el hecho en cuestión desaparezca. Pero yo no podía tener esa actitud, era el presidente del Senado. Era más pacífico que yo renunciara.

De la Rúa intentó insistir en los motivos de la renuncia de quien fue su vicepresidente y fue entonces cuando el TOF dio por finalizado el diálogo postergado durante doce años. “Presidente, creo que quedó claro”, espetó Larrambebere y ordenó un cuarto intermedio. El hall de la sala de audiencias era, en el descanso, un hervidero. El ex presidente se escabulló entre grupos de abogados, acusados, familiares y periodistas y se acercó a tres ex integrantes frepasistas de la Alianza que habían ido a presenciar la audiencia en apoyo a Alvarez. “Por suerte nos sacamos las ganas de hablar, miren en dónde terminamos por no hacerlo”, rompió el hielo sonriente, como satisfecho. “No fue por eso que terminamos como terminamos, presidente”, le contestaron, gélidos.

Fuente: Pagina12

jueves, 13 de septiembre de 2012

ASIGNACION UNIVERSAL POR HIJO: Aumentos y mayor cobertura

La suba de la Asignación Universal por Hijo de 25,9 por ciento es la más alta desde la creación del beneficio. Los aumentos rigen desde este mes. La elevación del tope salarial para cobrar las asignaciones familiares permite una inclusión total por distintas vías.

Por David Cufré

“Todos los argentinos van a tener una tasa de transferencia a su favor de parte del Estado”, anunció ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los trabajadores cobrarán asignaciones familiares hasta un nuevo techo salarial de 7000 pesos por persona o 14.000 pesos por matrimonio, o bien aplicarán deducciones por hijo del Impuesto a las Ganancias. Fue una de las principales novedades de la cadena nacional, que la jefa de Estado utilizó del mismo modo que lo había hecho en septiembre de 2010 y 2011 cuando dio a conocer las subas de las asignaciones. La otra gran novedad fue el incremento de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que pasará de 270 pesos a 340, un alza del 25,9 por ciento. Anteanoche se resolvió en la quinta de Olivos llevar el aumento hasta ese nivel, en función de las mejoras que viene mostrando la recaudación de impuestos. Todas las subas rigen desde este mes, y aquellos que ya cobraron recibirán la diferencia. Los aumentos significarán un aporte estatal de 5200 millones de pesos al año –en total son 29.360 millones–, que ayudarán a sostener el consumo.

La AUH arrancó en noviembre de 2009 con 180 pesos por hijo. En octubre de 2010 pasó a 220 pesos (22,2 por ciento de suba) y desde octubre del año pasado se ubicó en 270 (22,7). La tercera actualización es la más alta, con 25,9 por ciento. En todos los casos, los incrementos estuvieron en línea o por arriba de las mediciones de inflación de siete provincias y de consultoras privadas. Estas últimas indicaron anteayer, en lo que se conoce como “IPC oposición”, que los precios al consumidor de los últimos doce meses crecieron 24,23 por ciento.

La Presidenta exhortó a las cadenas de comercialización, desde los hipermercados hasta los almacenes de barrio, a que mantengan los precios en los niveles actuales. Es decir, que no especulen con que un amplio sector de sus clientes tendrá mayores recursos para remarcar y hacerse de una diferencia. “Hemos visto en años anteriores que frente al aumento de las asignaciones familiares comenzó un movimiento con los precios de los alimentos, las bebidas, la ropa y el calzado, que es lo que más consumen” los sectores alcanzados por la medida. CFK destacó que, dado que todos los convenios laborales vinculados con el comercio han sido cerrados y que el Estado mantiene estables las tarifas de los servicios públicos, no deben existir abusos.

“El Estado está garantizando el consumo. Los empresarios nos tienen que garantizar inversión, calidad y precio”, insistió, y les pidió que no atenten contra la recuperación económica con maniobras especulativas. La creación de la AUH tuvo un alto impacto en términos materiales para el decil más pobre de la población. La cobran los hijos de trabajadores informales, desocupados, empleadas domésticas y monotributistas sociales. Son 3,5 millones de chicos y adolescentes hasta 18 años, que integran más de 1,9 millón de familias.

Cristina Fernández explicó ayer que estudios económicos del Gobierno permitieron determinar los efectos de las asignaciones estatales: cada peso que se entrega al decil más pobre multiplica por 3,68, mientras que cada peso que va al decil más acomodado multiplica por 2,38. Esto es porque los sectores más humildes tienden a consumir la totalidad del dinero recibido, mientras que la punta de la pirámide presenta una fuerte capacidad de ahorro y para viajar al exterior. “Hay que poner plata abajo”, dicen en el Gobierno, primero por una cuestión de equidad, pero también por su repercusión sobre la demanda agregada.

Entre los cambios más notorios que produjo la creación de la AUH figuran el aumento del consumo de alimentos, la posibilidad de acceder a una comida extra como la cena, la compra de artículos de limpieza e higiene personal como el dentífrico y la adquisición de útiles escolares y remedios. Pero también generó efectos sociales e individuales más duraderos: la idea de la “gratificación”, a través de la compra de postres lácteos y gaseosas, las salidas familiares y los paseos, y el concepto de la “planificación”, lo que implica concebir una idea de futuro. Así surge de estudios cualitativos realizados entre los beneficiarios de la asignación.

Los requisitos para percibir la AUH son que los chicos vayan al colegio y cumplan con los planes de vacunación. La Anses retiene todos los meses el 20 por ciento del beneficio, ahora son 68 pesos, y los entrega una vez al año cuando los padres certifican con su libreta haber acatado esas exigencias. En los últimos años la Anses dio de baja a cerca de cien mil beneficiarios que no habían respetado la consigna.
Otros aumentos

La Presidenta anunció también un alza de la asignación por hijo con discapacidad de 1080 a 1200 pesos, un 11,1 por ciento. El otro gran capítulo estuvo relacionado con las asignaciones familiares que cobran los trabajadores en relación de dependencia. El director de la Anses, Diego Bossio, dará hoy las precisiones de cuánto suben. Página/12 pudo saber que los incrementos en las distintas escalas serán diferenciados, no uniformes como ocurrió los últimos dos años. El rango más bajo estaría en línea con el 25,9 por ciento de la AUH.

La razón de ese esquema diferenciado es que el Gobierno hizo un esfuerzo presupuestario para extender la cobertura a la totalidad de los hijos de los trabajadores. Hasta ahora había una franja que no cobraba asignación familiar, porque sus ingresos superaban el tope de 5200 pesos fijado para percibirlas, pero tampoco podía aplicar las deducciones por hijo del Impuesto a las Ganancias, porque su salario no llegaba a los 7000 pesos establecido como mínimo no imponible. Para remediarlo, el Gobierno eleva el techo para cobrar la asignación a 7000 pesos por mes.

Pero el anuncio oficial no terminó ahí. La Anses también estableció que se tendrá en cuenta un segundo parámetro para determinar quién puede cobrar la asignación familiar: es un techo familiar de 14.000 pesos, sumando los ingresos de los dos integrantes de la pareja. Si se supera ese límite, uno de los integrantes no accederá a la tasa estatal. La Anses especificará hoy cómo será el esquema: si uno de los cónyuges no podrá deducir Ganancias o si el otro no cobrará la asignación.

Esto se hizo porque el organismo de la seguridad social detectó que había 63.331 familias que tenían doble beneficio porque uno de los cónyuges deducía Ganancias, en función de su nivel salarial, y el otro cobraba la asignación, porque estaba debajo del tope. El caso paradigmático que mencionó la Presidenta es el de un ejecutivo de una empresa automotriz con ingresos por 500 mil pesos y su esposa, que ganaba 4500. El Estado destinaba a esa familia acomodada un dinero que claramente no necesitaba. CFK aclaró que no hacían nada ilegal y que no era su culpa, pero que por una cuestión de equidad es necesario corregir esa falencia.

Pagina12

lunes, 10 de septiembre de 2012

EDUARDO ALIVERTI: Rápidos y furiosos

Por Eduardo Aliverti

Debería haber un reconocimiento recíproco, al menos sobre cierta evaluación informativa puntual, entre quienes abrevan en la defensa de este gobierno y aquellos que se le oponen.

Si el top ten noticioso pasa porque Macri quiere a Buenos Aires como la capital mundial del amor, de la mano de Ravi Chantar; por el uso de la cadena nacional en el día más deprimente de la semana y en el horario en que “la gente” quiere o sólo querría despejarse con novelas, culos, tetas y peleas guionadas, por lo que la propia oposición mediática definió como “sainete de pago chico”, a propósito del enfrentamiento entre Casa Rosada y la gobernación de Santa Cruz, o por las dificultades cambiario-impositivas de viajeros al exterior, significa francamente que en política no pasa nada de nada. O que lo que pasa es nada más que una suma de chicanas entre los unos y los otros.

La propuesta de esta columna, tomados esos hechos específicos, es que ni tanto ni tan poco; aunque el cierre vaya a ser que, antes que poco, más bien es tanto. En orden aleatorio, si toda la Capital está empapelada con afiches de gurúes de la respiración, inteligentes emocionales y otros militantes del espíritu bien pagado, todo bajo el auspicio del Gobierno de la Ciudad y con títulos de portada en los medios que protegen al macrismo a como sea, nadie seriamente puede creer que detrás de eso –o de casi cualquier cosa, ya que estamos– no hay una intencionalidad política. Espíritu relajado contra confrontación permanente hasta el punto de que Macri, que no puede coordinar dos oraciones seguidas, se le anima a una disertación sobre el amor ecuménico. Hay gente que compra esa tontería con una ingenuidad asustante. Oscar Graizer, docente e investigador en Sociología de la Educación, lo plasmó en una nota periodística con sencillez indesmentible (en Página/12, el lunes pasado): “La censura de material sobre el Bicentenario producido por especialistas del propio Ministerio de Educación de la Ciudad, por ser gramscianos (léase zurdos) y por no tomar como válida la tradición liberal de la historia, no es política. La aparición de un funcionario de la Ciudad en un spot publicitario, que se puede ver en la red de subterráneos, promocionando la entrega de netbooks a estudiantes de nivel primario con niños felices con sus netbooks y con un sonriente funcionario, eso es publicidad de actos de gestión. No es política. La realización de cursos para los docentes de la Ciudad sobre “relajación y meditación”, llevadas a cabo en acuerdo con representantes locales de un líder espiritual indio, no es política. Estar en contra de esto sería estar a favor, al menos, de los nervios y de exabruptos de furia. Sólo por dar una muestra extraporteña, que en escuelas públicas de una provincia se rece (según el credo católico apostólico romano) cada día, antes del comienzo de clases, y una virgen presida las aulas, no es política”. O sea, no jodamos. Ni con eso ni con creerse que ese cinismo macrista tiene su anverso en la pretensión presidencial de usar “inocentemente” el sistema obligatorio de difusión. Esperar a que termine el fútbol y largar cadena nacional a las diez y media de la noche, sin ningún anuncio de trascendencia institucional, un lunes, parece pautado por el enemigo para que al otro día tengan de qué agarrarse los amplificadores del desánimo que el oficialismo denuncia. Si no es así, daría para pensar que, en realidad, Cristina lo hace a propósito para divertirse con la neurastenia de sus contreras. Como era obvio, ese lunes salió a cacerolear el conchetaje de Belgrano y Barrio Norte en defensa de su derecho de ver a Tinelli o Graduados. Y la frase de que sólo debe temerse a Dios y a ella un poquito fue la comidilla mediática de los días siguientes. Listo, con eso se arman tapas, programas periodísticos y colifas de portales y redes sociales apuntando a que estamos al borde de ser Venezuela, Irán o Corea del Norte (Venezuela es lo más ridículo de ese grotesco porque, ¿hay caudillo más democrático que Chávez, capaz de haberse sometido a un veintena de elecciones, plebiscitos y referéndum cuya limpieza no fue objetada ni desde dentro ni por organismos internacionales?). Esta columna ya comentó que el deporte de los últimos tiempos es valerse de oraciones presidenciales para trazar, desde ahí, el centro del universo. ¿Alguien podría decir, con recato intelectual, que esa superficialidad periodística no habla del raquitismo mediáticoopositor?

Cristina y Macri –si por un segundo se da por aceptado que pueden compararse una líder nacional con iniciativa política constante y un nene de papá que no trabajó en toda su vida y cuya máxima realización como intendente consiste en haber trazado bicisendas más pintar Buenos Aires de amarillo– trabajan el efectismo de la política como todos; cada uno a su manera, más allá de las diferencias abismales de capacidad retórica y experiencia de gestión. Cristina usa la cadena nacional a piacere; Macri vende que el amor espiritual es trascendente en la ciudad de la furia; Clarín promociona en título de portada que Chantar respira bárbaro y La Nación, siempre la vaca sagrada de una oligarquía venida a menos porque ya no cuenta con partido militar que le satisfaga sus intereses, divaga sobre cuestiones constitucionalistas por vía de, es cierto, (mucho) mejores plumas que la tropa de Magnetto. Todos, oficialismo y oposición, juegan al debate o señalamiento de quiénes son más “republicanos”. Mentira. Esto es una batalla política entre quienes defienden unos intereses y quienes defienden otros, con la salvedad de que si esa antinomia –natural y saludable– queda atravesada por prejuicios gorilas o arrebatos de soberbia populista todo se empioja. Basta de jugar a ese republicanismo vacuo. El Gobierno puede tener lo suyo en materia de actitudes autoritarias, cómo no. Pero que vengan a correrlo con eso los emblemas de la derecha es patéticamente gracioso, y que lo haga Macri es directamente inverosímil. Este jueguito de hacer “como que” ya no resiste, o no debería. Es todo un dato, al respecto, que una discusión entre panelistas de 6, 7, 8 fuera subida a la marquesina de los portales de la oposición. ¿No era que es 67rocho, que no lo ve nadie, que es un programa sin polémica posible? Parece una nimiedad, pero expresa cómo se intenta ocultar, o minimizar, que a partir del kirchnerismo hay un revulsivo que pone en cuestionamiento el histórico discurso único de los medios hegemónicos. Hay una derecha muy nerviosa; en todo caso, del mismo modo en que el elenco gobernante no debe dormirse en esos laureles que parecía improbable conquistar. Hay el dicho adjudicado a Napoleón que en estos días fue refrescado por un colega de la “corpo”, algo escondido entre la parva de páginas publicitarias en el país del todo se pudre: “Si ves a tu enemigo cometiendo un error, no lo distraigas”. El colega, sabiamente, se lo enrostró a la propia oposición, debido a lo que sería la táctica cristinista de dejarlos hacer sus papelones o su inmovilismo. Pero bien vale para adjudicárselo igualmente al Gobierno. Es decir: ojo con suponer que alcanza con reposar en que la oposición no existe.

Los gurúes de Macri, el uso abusivo de la cadena nacional, la transformación en tragedia colectiva de los problemas para conseguir dólares si se viaja al exterior, las tapas dedicadas a la comedia dramática de Santa Cruz y hasta el 0800 facho o las actividades de La Cámpora en las escuelas no dan, ni por asomo, la altura para ser considerados batallas profundas. Lo profundo es lo que representan, no lo que son por sí mismas. No vale tomarse de esos episodios aisladamente. Eso es trampa. Lo que vale es el fondo, vaya obviedad. Ni que Cristina abuse de la cadena nacional a cada rato encarna que es una déspota, ni que Macri se valga de hábiles fumados del Himalaya personifica que es simplemente un tarado. Y si hay inconvenientes para viajar no implica que no se puede salir del país, ni convertir a quienes lo hacen en rehenes de la AFIP. Sobre esto último hay que ser particularmente más serios, porque los números no dejan mentir y los publicó la oposición: en julio de este año la cifra de argentinos que viajó al exterior creció más de un 20 por ciento, y se patinaron una millonada de dólares que supera en casi un 26 por ciento lo gastado en 2011.

Decíamos, entonces, que basta de engancharse con provocaciones frívolas. Hay un modelo y hay otro, y chau. Uno se para de este lado o de aquél, pero no hagamos trampa dándoles valor a pelotudeces.

Fuente: Pagina12

lunes, 3 de septiembre de 2012

LA PLACA QUE DISGUSTÓ AL BRIGADIER

En el Centro Educativo de las Fuerzas Armadas fue tapada una placa que recordaba que militares franceses instruyeron a oficiales argentinos en el uso de torturas y secuestros. Puricelli le envió a Chevalier un informe de Derechos Humanos sobre la Escuela Francesa.

Por Diego Martínez


El brigadier general Jorge Alberto Chevalier profundiza en estos días sus conocimientos acerca del rol de los instructores franceses en la formación recibida por militares argentinos sobre la tortura como método para arrancar información o los asesinatos clandestinos para borrar huellas. A más de medio siglo de las primeras conferencias sobre la doctrina de la guerra contrarrevolucionaria en la Escuela Superior de Guerra, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas objetó el contenido de una placa instalada en el hall de entrada del flamante Centro Educativo de las Fuerzas Armadas (CEFA) para recordar que cientos de oficiales argentinos se formaron en esas aulas en las “prácticas genocidas” que aplicaron durante la última dictadura. El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, le dejó pasar a su subordinado que cubriera la placa con un paño negro y después con un bronce, pero encomendó a la Dirección Nacional de Derechos Humanos y Derecho Humanitario un informe sobre la “Escuela Francesa” y luego se lo entregó a Chevalier, quien ahora debe decidir entre fundamentar su objeción por escrito o limitarse a descubrir la placa en silencio.

La periodista Marie-Monique Robin, autora del libro y del documental Escuadrones de la Muerte. La Escuela Francesa, publicó que ya en 1957 los coroneles Patrice de Naurois y Pierre Badie fueron reclutados por el Estado Mayor para difundir la doctrina de la guerra contrarrevolucionaria. Dos años después, el general Robert Bentresque se instaló en Buenos Aires para trabajar como docente en la ESG de avenida Luis María Campos. “Traté de explicarles esta guerra subversiva, esta guerra desde abajo, diciéndoles que el enemigo a veces puede ser ese muchacho con el que tomamos whisky”, recordó ante Robin. El libro incluye fotos de militares franceses con el dictador Pedro Eugenio Aramburu en Casa Rosada en tiempos de la batalla de Argel, que durante años se presentó como modelo a imitar en la “lucha antisubversiva”, o del cardenal Antonio Caggiano inaugurando junto al presidente Arturo Frondizi un curso interamericano de guerra contrarrevolucionaria. La influencia de la Escuela Francesa sobre los militares argentinos consta en publicaciones oficiales, fue mencionada por periodistas y académicos, y admitida en entrevistas filmadas con Robin por iconos del terrorismo estatal del Cono Sur, como los generales Ramón Díaz Bessone y Albano Harguindeguy, o el ex jefe de la DINA chilena Manuel Contreras.

La idea de recordar el rol de los militares franceses sobre sus pares argentinos, a quienes enseñaron la división del territorio en zonas y áreas o la reeducación de prisioneros para usarlos como agentes propios, surgió de funcionarios de Defensa durante una recorrida por la ESG, donde se imponen las placas de los Familiares y Amigos de Muertos por la Subversión (Famus). “En la parte antigua del edificio hay placas de distintas etapas de la historia. En el marco de la política del gobierno sobre la memoria, de no sacar cosas de las paredes salvo que sean delictivas, de no borrar la historia sino contarla toda, surgió la idea de mencionar a la Escuela Francesa”, explicó a Página/12 el profesor Carlos Pérez Razzetti, subsecretario de Formación del Ministerio de Defensa. La tarea fue encargada a la Dirección de Derechos Humanos, a cargo de Stella Segado.

“En este lugar funcionó la Escuela Superior de Guerra del Ejército Argentino”, recuerda la placa, que se instaló en silencio a principios de junio. “Las aulas de este edificio fueron testigos de la formación impartida a los oficiales jefe y oficiales superiores del Ejército en las técnicas de la denominada ‘Escuela Francesa’, en las que el secuestro, la tortura y la desaparición conformaron la columna vertebral de las prácticas genocidas amparadas en la doctrina de la ‘Seguridad Nacional’ impuesta por el terrorismo de Estado que sufrió la Argentina durante la última dictadura cívico-militar, entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983”, explica.

El CEFA, para el que el Estado construyó un nuevo edificio detrás de la ESG, se inauguró el 6 de junio. “Tiene como origen el aprendizaje obtenido en la Guerra de Malvinas y quiere simbolizar una nueva operativa de las fuerzas”, explicó la presidenta Cristina Fernández, que encabezó ese día el acto de ascenso post mortem del teniente de fragata Jorge Alberto Devoto, desaparecido del edificio Libertad en 1977, cuando fue a averiguar el paradero de su suegro. Después del acto, Puricelli se trasladó a Luis María Campos 480 y recorrió los edificios del CEFA, que depende del Estado Mayor Conjunto, a cargo de Chevalier. El contenido de la placa, que ya estaba instalada, no se difundió oficialmente.

“Injuriosa e insultante placa”, renegó días después la revista Tiempo Militar. Sus seguidores cuestionaron la hombría de Chevalier y uno propuso “romper la placa a mazazos”. El coronel retirado Jorge Augusto Cardoso, que en 1976 fue comisionado al Tercer Cuerpo de Ejército, más precisamente a la policía de Córdoba, la consideró “un infame e injustificado agravio” y reclamó desde una carta de lectores que se fundamente su contenido o se exija un desagravio a sus autores. Cardoso informa en su blog que se dedica “a la cátedra universitaria, la capacitación docente y empresarial”, admite que es “sustantivamente un soldado” y nada dice sobre su actuación durante la dictadura.

En ese contexto, con Puricelli de viaje por China, fue que alguien cubrió con un paño negro la placa en el CEFA. En la práctica nadie se hizo cargo de la decisión. “La orden de descubrir la placa y la orden de taparla se dieron desde Defensa. Fue una orden verbal que recibió el director del CEFA, contraalmirante (José María) Martín, y el motivo habría que preguntárselo a Defensa, no hay documentación respaldatoria”, dijo un vocero del EMGC ante la consulta de Página/12.

Desde Defensa aseguran que nadie ordenó taparla. “El Estado Mayor Conjunto le planteó al ministro dudas sobre los hechos históricos que se mencionaban”, explica Pérez Razzetti. “‘Hay gente que dice que no fue así, que esos instructores no estuvieron en la ESG’, le dijeron. El ministro pudo haber dicho ‘es una orden y basta’, pero en lugar de imponer su autoridad prefirió que se imponga la autoridad de la historia, pidió que se haga una investigación y que se le envíe a Chevalier. Me parece una manera respetuosa de trabajar en conjunto”, destacó el subsecretario de Formación. El informe lo armó la Dirección de Derechos Humanos e incluye programas de estudio y bibliografía sobre la doctrina que los franceses aplicaron en Indochina y Argel y los argentinos en su territorio. El próximo paso corresponde al brigadier Chevalier.

Fuente: Pagina12

domingo, 2 de septiembre de 2012

Fernando Abal Medina, las huellas de una pasión

Por Ignacio Vélez Carreras
contacto@miradasalsur.co

Muy delgado, cara de niño, de mirada penetrante y una inocultable ternura inocente, la imagen, el recuerdo de Fernando Abal Medina es imborrable.

Sin duda fue un líder nato. Se ubicaba en las situaciones o escenarios más complejos con increíble rapidez y con la misma velocidad tomaba decisiones. Decidido, apasionado, con claridad social y política de dónde estaban las víctimas y dónde los victimarios. Siempre en claro de qué lado debíamos estar nosotros.

Su audacia ejercida con una sonrisa irónica y gran desparpajo, no tenía límites. Cuando aparecieron en la calle los afiches de “buscado” con su foto, ante el terror de sus compañeros, se acercaba para cerciorarse si la imagen se le parecía. Sin embargo y pese a la dureza que aquellos años nos habían obligado a representar, por momentos alcanzaba grados de ternura y compañerismo donde florecía el pibe porteño lleno de sueños e inquietudes. Pibe que no olvidaba la plaza del barrio, su plaza, la de los juegos infantiles, ubicada en el centro del poder, la Plaza de Mayo. Y de allí provenían sus recuerdos de los cambios de guardia, con que nos deslumbraba a los provincianos, y lo que pasó cuando su pelota se entreveró entre las botas de los granaderos.

Fernando venía de una familia católica practicante, como la mayoría de los que conformamos los grupos iniciales de Montoneros. Su formación católica fue ensanchándose con el tiempo hacia una mirada cristiana que comenzó a expresarse en el nacionalismo popular y el cristianismo revolucionario que, como alternativa política excluyente, se expresaba en el movimiento popular, el peronismo brutalmente reprimido, proscripto y con su líder en el exilio.

Sus pasos, nuestros pasos, seguidos por decenas de miles de militantes, descubrieron pronto que ese nacionalismo popular tenía límites precisos. Que para enfrentar los intereses imperiales no se podía contar con una alianza estratégica con la burguesía local. Que sólo los trabajadores y el pueblo expresados a través del peronismo revolucionario eran los “portadores” de los cambios profundos que conducirían a la patria justa, libre y soberana.

Su bautismo de lucha gremial y política lo tuvo junto a sus compañeros, entre los que se destacaban Norma Arrostito, su pareja, y la negra Amanda Peralta, participando activamente en la huelga portuaria liderada por Eustaquio Tolosa. Luego vino la militancia intensa en el Cristianismo y el Peronismo Revolucionario con el gordo Cooke y el Pelado Juan García Elorrio. Las diferencias con García Elorrio y la experiencia cubana lo convencen junto a Emilio Maza de que deben superar el espontaneísmo de la heroica resistencia peronista y, clausurados todos los caminos democráticos, asumir la obligación del enfrentamiento armado contra la dictadura militar. La decisión fue muy dolorosa. Fernando, como todos, había sido formado en el respeto absoluto a la vida, desarrollando una sensibilidad social comprometida y protectora especialmente de los sectores populares.

Pero el ir descubriendo la historia de la violencia brutal con que los sectores del poder en Argentina habían tratado de resolver las contradicciones políticas y sociales, se consolidó la urgencia de la transformación revolucionaria. Con el ejemplo de Camilo Torres, el cura revolucionario colombiano, que decía “no sabemos si Dios es mortal pero lo que si sabemos es que el hambre es mortal”, Fernando sintió la necesidad de emprender sin más demoras el difícil camino de intentar impulsar el proceso de liberación. Más aún en 1966, cuando Onganía amenazaba perpetuarse más de 20 años en el poder.

Hubo sin duda hechos que se destacaron, marcas en la vida de nuestro pueblo, que nos formaron e impactaron profundamente. La violencia brutal de los bombardeos a Plaza de Mayo con sus consecuencias en muertes de cientos de vidas inocentes. Los crímenes del 9 de junio del ’56 cuando, para aterrorizar y escarmentar a nuestro pueblo, en forma cruel, ilegítima e ilegal, el dictador Aramburu mandó a asesinar a los oficiales patriotas y a los civiles peronistas, que con el general Valle a la cabeza buscaban el retorno al país del orden democrático. La aplicación durante el gobierno de Frondizi por imposición militar del Plan Conintes, cuya represión absolutamente ilegal es uno de los antecedentes del terrorismo de Estado posterior a 1976.

¿Qué podía esperar Fernando? ¿Qué podíamos esperar los jóvenes ansiosos por participar en la vida de nuestro pueblo, de esa historia de los últimos años que culminaba con el golpe de Onganía en 1966? Una sociedad que a Fernando y a miles de nosotros nos formó con el catecismo en la mano, en el amor al prójimo, en el compromiso con los humildes, y en los principios de la democracia cuya dirigencia convalidaba a través de la asociación perversa de milicos, curas, políticos, jueces y burócratas sindicales la dictadura de Onganía y la transnacionalización de la economía de Krieger Vasena en beneficios del poder económico local asociado a los intereses imperiales.

Esa miseria ética y política de nuestra dirigencia, esa violencia criminal del poder dominante ejercida a través de las Fuerzas Armadas, impactó en forma definitiva en nuestra generación. Y por lo tanto, caló profundamente en la sensibilidad rebelde de ese Fernando apasionado y vital que no soportaba ver cómo se pretendía arrodillar a nuestro pueblo arrebatándole la justicia y la dignidad, tratando de no dejar en nuestra patria ni un solo ladrillo que fuera peronista.

Estaba claro que el poder económico, la dictadura, habían instalado la represión y la muerte en la historia, en la vida de nuestro pueblo. Les habían puesto un techo de sangre y terror a nuestros sueños transformadores. Fernando lo vivió como algo insoportable que lo llevó a asumir, como dice la Constitución Nacional, que “todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa de la patria y de esta Constitución”.

Lo demás es conocido. Williams Morris, La Rueda, se integraron como muchas otras palabras simbólicas al imaginario de la militancia como parte de una historia propia constitutiva de un futuro hoy presente, ganado con la lucha. La Comisaría de Frías, Felipe Vallese, Taco Ralo, Envar El Kadri, Amanda Peralta, Carlitos Caride, el Aramburazo, Emilio Maza, Gustavo Ramus, el negro Sabino, Graciela Doldán, La Calera, el combate de Ferreira, Carlos y Miguelito Olmedo, el viejo Logiurato, el Tata de Gral. Rodríguez, Trelew y otros muchos son nombres, lugares, palabras hoy convertidos en leyendas para la militancia. Hitos que nuestro pueblo reconoce, sabe, siente, que alcanzaron su síntesis en Evita y el Che y que fueron piezas esenciales entre muchas para la construcción de este presente maravilloso y esperanzador que vive nuestra Patria.

Fernando, Emilio, los que ya no están pero siguen en nosotros, aportaron a este Eternauta héroe colectivo que es nuestro pueblo, la capacidad de que hoy, con el ejemplo de Néstor y conducidos por Cristina, siga peleando con Memoria, Verdad y Justicia por la igualdad, la dignidad y la libertad. Lo que Fernando y el movimiento popular sintetizaban en la “felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación”.

Fuente: Miradas al Sur.

EX JUEZ JORGE QUIROGA: Un cuadro que divide togas

Por Irina Hauser

La Corte Suprema tendrá que definir qué se debe hacer con los símbolos dictatoriales que todavía pueblan los edificios del Poder Judicial y evaluar si cabe reemplazarlos por homenajes a funcionarios de la Justicia víctimas del terrorismo de Estado. Se lo pedirá la Cámara del Crimen cuyos integrantes, pese a una larga deliberación, no lograron consensuar una postura sobre dos reclamos puntuales de la Unión de Empleados de la Justicia (UEJN): uno, que se remueva el cuadro que decora el Juzgado de Instrucción N0 20 con la cara del juez Jorge Quiroga, miembro del “Camarón” (o Cámara Federal “antisubversiva”), quien interrogó a los presos políticos antes de su fusilamiento en la Masacre de Trelew; el otro, que en el lugar donde antes había una placa en honor a Quiroga en el edificio de la Cámara se coloque otra para recordar a Guillermo Díaz Lestrem, defensor oficial secuestrado y asesinado durante la última dictadura. El alto tribunal debería ofrecer un criterio institucional.

El Camarón, también conocido como la “cámara del terror”, fue creado en 1971 durante la dictadura de Agustín Lanusse para juzgar especialmente las actividades consideradas subversivas de militantes políticos, sindicales, estudiantiles y organizaciones guerrilleras. Aunque funcionaba en Capital Federal, donde ahora está la Cámara del Crimen, tenía competencia territorial en todo el país. Hacía juicios orales y sus decisiones no se podían apelar. Durante sus investigaciones hubo numerosas denuncias de torturas. Quiroga fue el juez asignado para intervenir a raíz de la fuga de 19 presos políticos del penal de Rawson en 1972, luego trasladados a la base naval Almirante Zar. El los interrogó, mientras rechazaba los hábeas corpus presentados por sus abogados. El 22 de agosto de ese año fueron fusilados. Quiroga fue asesinado por dos jóvenes que le dispararon desde una moto el 28 de abril de 1974. El atentado fue reivindicado por el ERP-22 de Agosto.

La discusión por la presencia de su nombre rodeado de honores en tribunales empezó en mayo, cuando la UEJN, junto con familiares de las víctimas de Trelew, le pidieron a la Cámara del Crimen que retirara la placa de bronce en su homenaje, que estaba instalada en la puerta de la sede del tribunal, en Viamonte 1147. La había puesto en 1979 el dictador Jorge Rafael Videla cuando en el edificio funcionaba la Unidad 22 del Servicio Penitenciario Federal. En democracia hubo intentos fallidos por quitarla. Quien finalmente dio el paso fue el actual presidente del tribunal, Gustavo Bruzzone, el 8 de mayo último. La placa fue restituida al SPF, que la envió al Archivo Nacional de la Memoria.

La UEJN pidió que en el lugar que quedaba vacío se pusiera otra placa en memoria de Díaz Lestrem, quien fue uno de los primeros detenidos del Poder Judicial el mismo día del golpe de 1976. Había sido, además, uno de los funcionarios judiciales a quienes se asignó la tarea de desmontar y sumariar al Camarón, disuelto durante el gobierno de Héctor Cámpora. Díaz Lestrem era conocido por su irreverencia, por la defensa de derechos sociales y políticos y su afinidad con quienes ya antes de 1976 conformaban el gremio judicial. Estuvo detenido dos veces, la segunda secuestrado en la ESMA y su cadáver apareció en noviembre de 1978 en Palermo.

La idea de homenajearlo en el mismo lugar donde se había honrado a Quiroga escandalizó a algunos de los jueces más conservadores de la Cámara. Julio Lucini y Alberto Seijas le escribieron a Bruzzone: “En este lugar cumplió sus últimas tareas el Dr. Quiroga, tras haberse desempeñado en el ámbito del Poder Judicial como empleado, funcionario y finalmente magistrado. Precisamente por esta última función fue asesinado en plena vigencia de un gobierno constitucional en el año 1974 (...) Tales circunstancias por sí, a nuestro juicio son dignas de recordar (...) En función de ello, y en pos de no mantener vivos enfrentamientos propios de una etapa de nuestra historia reciente” es que aceptan devolver la placa de Quiroga al Servicio Penitenciario pero “desechan las solicitudes de sustitución”.

Mientras puertas adentro del tribunal crecía la polémica, un delegado gremial que trabaja en el Juzgado de Instrucción N0 20 descubrió que en el despacho de la jueza subrogante Elizabeth Paisan hay otro homenaje a Quiroga: una foto enmarcada como cuadro. Y hay una resolución de la Cámara del 13 de abril de 1978 que refleja la decisión premeditada de ponerlo allí, donde Quiroga trabajó. El documento, de una carilla, habla de los “merecidos ascensos” del camarista fallecido, “su acendrado sentido del deber, rectitud de conducta, consagración al cumplimiento de sus funciones” y destaca su “trato cordial y austero”. Facundo Miño, el delegado que informó sobre el cuadrito a la UEJN, fue sumariado por asistir como público el día que empezó el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra (6 de agosto último), a pesar de que había acordado que se tomaría el día. En el gremio denuncian que mientras nombraron a otros judiciales en vacantes interinas en los últimos días, a él lo efectivizaron pero lo mandaron a la oficina de fotocopias. Por eso anuncian la intención de presentar un amparo.

En la misma línea de Lucini y Seijas esgrimieron argumentos los camaristas Juan Cicciaro y Mauro Divito. El tenor de la polémica deja a la vista que aún existe resistencia a borrar las huellas de los regímenes dictatoriales en la Justicia.

La Cámara no logró acordar una postura mayoritaria sobre qué hacer con esos iconos que remiten a las persecuciones ideológicas implementadas desde el Poder Judicial ni su reemplazo por una figura emblemática de las ideas democráticas, como la de Díaz Lestrem. Habrá una acordada firmada en los próximos días, donde sólo algunos de los camaristas dejarán reflejada su postura. Pero le pedirán a la Corte Suprema que sea ella la que zanje la cuestión y la que establezca un parámetro institucional.

Fuente: Pagina12

sábado, 1 de septiembre de 2012

CURAS PEDOFILOS: “Sólo las víctimas pueden correr el velo”

Adrian Vitali.
Por Mariana Carbajal
“En Argentina debe haber más casos de abuso sexual infantil por parte de curas católicos que en Estados Unidos, Irlanda, Holanda, España, Chile. Pero la mayoría de las víctimas seguramente fueron niños pobres y huérfanos que estaban institucionalizados en establecimientos eclesiásticos y no tenían manera de defenderse frente al poder absoluto de los representantes de Dios”. Lo afirma el ex cura Adrián Vitali, una voz disidente dentro de la Iglesia Católica. Vitali fue cura en Córdoba. Dejó los hábitos luego de que la mujer con la que había iniciado una relación amorosa quedó embarazada. Pero antes, la jerarquía católica le ofreció mandarlo a otro destino y que la Iglesia se hiciera cargo de la manutención de la criatura si renunciaba a su paternidad. Desde hace varios años investiga los casos de abuso sexual infantil en instituciones religiosas, con vistas a plasmar sus apuntes en un libro. Movilizado por el juicio contra un ex religioso y docente del Colegio Marianista, del barrio porteño de Caballito, Vitali se refirió al tema en una entrevista de Página/12, donde habló de las prácticas de ocultamiento de los casos de abuso sexual por parte de la jerarquía católica. “Creo que es el primer caso en Argentina donde la víctima después de tantos años puede denunciar a su abusador. Este juicio va a ser una bisagra para los que aún permanecen en un profundo silencio anónimo”, evaluó.
El año pasado, Vitali pidió la autorización de la Santa Sede para casarse con aquella mujer que lo empujó afuera del sacerdocio. Con ella tiene dos hijos y vive en Río Tercero. En 2011, publicó el libro Cinco Curas. Confesiones silenciadas, junto con otros ex sacerdotes, entre ellos Nicolás Alessio (53), también de Córdoba, que fue sometido a juicio canónico por apoyar el matrimonio igualitario y como sanción se le impide dar misa.
–¿Por qué cree que hay más casos de abuso sexual en instituciones religiosas que ocurrieron en la Argentina y que todavía están silenciados?
–Cuando algunas víctimas pudieron contarlos fueron castigados por mentirosos y por poner en duda la santidad de los religiosos. Además, hoy esos niños y niñas abusados son adultos y cuando ven que el cura Julio César Grassi o monseñor Edgardo Storni –ya fallecido– son condenados por pederastas y se los deja en libertad, deben volver a sentir el mismo desamparo que sintieron cuando ellos mismos fueron víctimas. Como sociedad, a estas víctimas no les dimos ninguna posibilidad de justicia porque las instituciones prefirieron salvar su imagen.
–¿En qué se basa para afirmarlo?
–La matriz eclesiástica es la misma en todo el mundo. Si en los países desarrollados sucedieron estas cosas que recién salieron a la luz hace diez años por la independencia de las instituciones judiciales y políticas, imaginemos lo que debe haber sido en los países del tercer mundo, donde la Iglesia tenía miles de establecimientos de internado de niños y más poder que las instituciones del Estado. Con la impunidad que se debe haber manejado. Pero la impunidad no sólo se consigue y se mantiene por las relaciones que se puedan tejer dentro de la misma institución eclesial. La impunidad siempre está vinculada al poder político de turno. Que es el que garantiza el silencio cómplice a cambio de vacíos rituales sociales que simulan bendecir lo que seguramente Dios detesta.
–¿Por qué la Iglesia Católica ha encubierto estos casos de una u otra forma?
–Porque, para la Iglesia, la pederastia no es un delito sino un pecado. Y el pecado cuando se confiesa se perdona y todo vuelve a comenzar de nuevo. La que tiene el poder de perdonar es la Iglesia. Lo confesado queda bajo el secreto de confesión y el victimario inmediatamente comienza a gozar de una pseudo impunidad de conciencia. La costumbre de encubrimiento y disimulo de la pedofilia en la Iglesia no es un fenómeno contemporáneo y no es nuevo para el Vaticano, aunque hoy sea algo público. Viene de hace tiempo en la Iglesia. No surgieron en los últimos siete años después de la muerte del beato Juan Pablo II. Los hechos denunciados son de los últimos cincuenta años, más de la mitad del pontificado de Juan Pablo II, que estuvo acompañado por el actual papa Benedicto XVI, que a su vez hoy intenta separarse de esa posición de silencio que la Iglesia mantuvo durante tantos años frente a las evidencias de las denuncias. El Vaticano intentó por todos los medios mantener en secreto los abusos que sacerdotes y obispos cometían con niños, sin importarle el perjuicio de la Iglesia. Ellos conocían muy bien el problema de la pederastia dentro de la institución eclesiástica y el desorden que tenían y tienen con la sexualidad sus sacerdotes y obispos. Pero la política vaticana siempre fue mantener estos delitos en secreto.
–¿Qué pasó puntualmente con la jerarquía católica en Argentina?
–Su posición frente a los abusos no es diferente de la de las iglesias del resto del mundo. La Iglesia en Argentina siguió las mismas normativas vaticanas que todo el mundo. Cuando hay un sacerdote condenado, justifica su silencio diciendo que no suele emitir juicio ni comentario alguno sobre la actuación de la Justicia civil en casos en los que están involucrados miembros del clero. Pero el silencio siempre es una forma de lenguaje, es una forma de decisión y de posición personal o de gobierno. El silencio nunca es neutro, siempre nos posiciona al norte o al sur, al este o al oeste. ¿Por qué el silencio piadoso e imprudente de la jerarquía ante casos tan evidente? ¿Qué saben los sacerdotes pedófilos de los obispos de la conferencia episcopal, que la institución corporativamente prefiere con su silencio quedar como cómplice? ¿Qué hay en el subsuelo de este silencio? ¿Será un silencio consensuado? ¿Será un silencio negociado? ¿Qué precio tiene este silencio? ¿Será por temor a que iluminen los agujeros negros de la Iglesia? Siempre la institución con los recursos de los fieles termina pagando estudios jurídicos caros para defender a curas que han abusado de menores.
–¿A qué cree que responde el abuso sexual por parte de religiosos especialmente a varones a su cuidado?
–Creo que el celibato no es el problema, el problema es la institución monárquica y patriarcal que minimiza los casos de pederastia en sus templos y los encubre. La pederastia es una enfermedad, no una crisis espiritual como supone la Iglesia. Es una patología que está presente en todos los ámbitos y no tiene todavía un tratamiento definido. La mayoría de los pederastas son heterosexuales, no homosexuales. Hay gente común que es célibe y no es religiosa y no anda abusando de niños. Hay estadísticas en países serios que dicen que el 90 por ciento de los clérigos son activos sexualmente y esto la Iglesia lo sabe. Un 65 por ciento son heterosexuales, un 15 por ciento homosexuales y un 10 por ciento pederastas. Si uno traslada estos índices a la sociedad descubrirá que son los mismos que los de la Iglesia. Con la diferencia de que la sociedad los sanciona y la Iglesia los silencia. Decía un ex monje benedictino que en el seminario nos inculcan la renuncia a la mujer para poder ser sacerdotes, pero nada nos dicen de los varones. Por eso inconscientemente estar con un varón sea adulto o niño no estaría en el registro de prohibiciones, ni atentaría con la carrera eclesiástica del religioso, porque el varón no puede quedar embarazado.
–¿Los casos de abuso por parte de los clérigos tienen algún patrón?
–El patrón común frente a las denuncia de pederastia por parte del clero en Argentina, Brasil, México, Estados Unidos y Europa son cinco puntos: primero, se busca desacreditar a la víctima, tratándola de mentirosa y de calumniadora como lo hizo el cura Grassi. Segundo, se intenta responsabilizar a la víctima como que fue ella la que provocó, como sostiene el obispo de Tenerife, cuando dice que hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, incluso, si te descuidás, te provocan. Tercero, si el caso es evidente, siempre se trata de una conspiración política que busca perjudicar la obra de la Iglesia. Cuarto, se pretende comprar el silencio de la víctima para salvar la imagen de la Iglesia con una tentadora indemnización. Quinto, se traslada al cura de parroquia y todo vuelve a empezar de nuevo.
–¿Qué condiciones piensa que favorecerían para que salieran a la luz otros casos que podrían estar silenciados?
–Lo que ayudaría a que estos casos salgan a la luz es el testimonio de las víctimas y que la Justicia dé respuestas razonables. Porque las causas donde hay curas involucrados para que lleguen a juicio demoran muchos años y eso desalienta a cualquier víctima. Sólo ellas pueden correr el velo de tanta impunidad realizada en nombre de Dios. Sólo ellas tienen la autoridad moral de señalar a sus abusadores para que la sociedad los identifique y los juzgue a ellos y a la institución eclesial por su complicidad. Como lo hizo Sebastián Cuattromo (que denunció al ex docente y religioso del Colegio Marianista). Creo que es el primer caso en Argentina donde la víctima después de tantos años puede denunciar a su abusador. Tengo la impresión de que este juicio va a ser una bisagra para los que aún permanecen en un profundo silencio anónimo.
Fuente: Pagina12

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