CUANDO
LOS CONQUISTADORES ESPAÑOLES SE ENCONTRABAN CON LOS "INDIOS", BAJABA
DEL BARCO EL ADELANTADO, CON ESCRIBANO Y TODO Y LES LEIAN EL
"REQUERIMIENTO" PARA QUE SE SOMETAN O LOS ASESINARIAN... ASI NACIÓ EL
NUEVO MUNDO. DESDE LA AMENAZA CONCRETADA:
TEXTO DE "EL REQUERIMIENTO"
La forma y orden que se ha de tener en el requerimiento que de parte de
su Majestad se ha de hacer a los Indios Caribes, alzados en la
provincia del Perú, es el siguiente:
De parte del Emperador y
Rey don Carlos, y doña Juana, su madre, Reyes de Castilla, de León, de
Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de
Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de
Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algecira,
de Gibraltar, de las islas de Canaria, de las Indias, islas y tierra
firme del mar Océano, Condes de Barcelona, Señores de Vizcaya y de
Molina, Duques de Atenas y Neopatria, Condes de Ruysellón y de Cerdeña,
Marqueses de Oristán y de Gociano, Archiduque de Austria, Duques de
Borgoña y de Bravante, Condes de Flandes y de Tirol, etc. Domadores de
gentes bárbaras.
Sus criados os notificamos y hacemos saber,
como mejor podemos, que Dios nuestro Señor, uno y eterno, creó el cielo y
la tierra, y un hombre y una mujer, de quien nos y vosotros y todos los
hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, y todos los
que después de nosotros vinieran. Mas por la muchedumbre de la
generación que de estos ha salido desde [hace] cinco mil y hasta más
años que el mundo fue creado, fue necesario que los unos hombres fuesen
por una parte y otros por otra, y se dividiesen por muchos Reinos y
provincias, que en una sola no se podían sostener y conservar.
De todas estas gentes Dios nuestro Señor dio cargo a uno, que fue
llamado S. Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor y
superior a quien todos obedeciesen, y fue cabeza de todo el linaje
humano, dondequiera que los hombres viniesen en cualquier ley, secta o
creencia; y dióle todo el mundo por su Reino y jurisdicción y como
quiera que él mandó poner su silla en Roma, como en lugar más aparejado
para regir el mundo, y juzgar y gobernar a todas las gentes, cristianos,
moros, judíos, gentiles o de cualquier otra secta o creencia que
fueren. A este llamaron Papa, porque quiere decir, admirable, padre
mayor y gobernador de todos los hombres.
A este San Pedro
obedecieron y tomaron por señor, Rey y superior del universo los que en
aquel tiempo vivían, y así mismo han tenido a todos los otros que
después de él fueron elegidos al pontificado, y así se ha continuado
hasta ahora, y continuará hasta que el mundo se acabe.
Uno de
los Pontífices pasados que en lugar de éste sucedió en aquella dignidad y
silla que he dicho, como señor del mundo hizo donación de estas islas y
tierra firme del mar Océano a los dichos Rey y Reina y sus sucesores en
estos Reinos, con todo lo que en ella hay, según se contiene en ciertas
escrituras que sobre ello pasaron, según se ha dicho, que podréis ver
si quisieseis. Así que sus Majestades son Reyes y señores de estas islas
y tierra firme por virtud de la dicha donación; y como a tales Reyes y
señores algunas islas más y casi todas a quien esto ha sido notificado,
han recibido a sus Majestades, y los han obedecido y servido y sirven
como súbditos lo deben hacer, y con buena voluntad y sin ninguna
resistencia y luego sin dilación, como fueron informados de los
susodichos, obedecieron y recibieron los varones religiosos que sus
Altezas les enviaban para que les predicasen y enseñasen nuestra Santa
Fe y todos ellos de su libre, agradable voluntad, sin premio ni
condición alguna, se tornaron cristianos y lo son, y sus Majestades los
recibieron alegre y benignamente, y así los mandaron tratar como a los
otros súbditos y vasallos; y vosotros sois tenidos y obligados a hacer
lo mismo.
Por ende, como mejor podemos, os rogamos y requerimos
que entendáis bien esto que os hemos dicho, y toméis para entenderlo y
deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo, y reconozcáis a la
Iglesia por señora y superiora del universo mundo, y al Sumo Pontífice,
llamado Papa, en su nombre, y al Emperador y Reina doña Juana, nuestros
señores, en su lugar, como a superiores y Reyes de esas islas y tierra
firme, por virtud de la dicha donación y consintáis y deis lugar que
estos padres religiosos os declaren y prediquen lo susodicho.
Si así lo hicieseis, haréis bien, y aquello que sois tenidos y
obligados, y sus Altezas y nos en su nombre, os recibiremos con todo
amor y caridad, y os dejaremos vuestras mujeres e hijos y haciendas
libres y sin servidumbre, para que de ellas y de vosotros hagáis
libremente lo que quisieseis y por bien tuvieseis, y no os compelerán a
que os tornéis cristianos, salvo si vosotros informados de la verdad os
quisieseis convertir a nuestra santa Fe Católica, como lo han hecho casi
todos los vecinos de las otras islas, y allende de esto sus Majestades
os concederán privilegios y exenciones, y os harán muchas mercedes.
Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación,
os certifico que con la ayuda de Dios, nosotros entraremos poderosamente
contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que
pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de
sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e
hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos
de ellos como sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros bienes, y
os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos que
no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y
protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea a
vuestra culpa y no de sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros
que con nosotros vienen; y de como lo decimos y requerimos pedimos al
presente escribano que nos lo dé por testimonio signado, y a los
presente rogamos que de ello sean testigos.
0 comentarios:
Publicar un comentario