Haití conmemora este jueves el segundo aniversario del devastador terremoto que causó la muerte de cerca de 300.000 personas y dejó a un millón y medio sin hogar en el país más pobre de América.
La conmemoración se llevará a cabo en medio de medidas de recogimiento dispuestas por el gobierno de Michel Martelly y expresiones de apoyo de organismos y personalidades extranjeras.
"Si usted pudiera ver nuestras calles, notaría que aún están llenas de basura y escombros. Eso es un símbolo, así está todo el país", afirma Jacques Lemmony, de 30 años, un hijo de 7, sobrevivientes ambos de aquel fatídico 12 de enero.
Más de 80.000 edificios colapsaron con el temblor de 7 grados en la escala Richter que arrasó la infraestructura. De acuerdo con datos oficiales, aún quedan por remover más de cinco millones de metros cúbicos de desechos, una cantidad similar a 2.000 piletas olímpicas.
"Lo otro son los refugiados, la gente que perdió su casas, y todavía vive en carpas, en condiciones infrahumanas", reconoce Lemmony, hoy militante en la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), entrevistado por la agencia cubana Prensa Latina.
Más de medio millón de personas viven en las carpas. Solo 48 por ciento de ellos accede al agua potable, según la RNDDH.
Cada letrina debe ser compartida por más de cien personas. Sólo 18 por ciento de los centros de refugio cuentan con lavabos para manos, hay una ducha por cada 185 personas y no existe ningún dispensario ni centro de salud.
Según la revista independiente Dissident Voices, Estados Unidos asignó 379 millones en ayuda inicial al país caribeño, pero se demostró que 33 % de esa suma regresó al país norteño porque fue para reembolsar el gasto de las tropas enviadas a Haití.
Dissident Voices, a partir de datos oficiales del enviado de la ONU a Haití, afirmó que la ayuda internacional, canalizada a través de organizaciones no gubernamentales (ONG) y empresas privadas, siguió el mismo patrón.
De los más de 2.000 millones de dólares entregados por otros países para la financiación humanitaria, 34 por ciento pasó a manos de donantes y militares y otro 28 por ciento fue a las agencias de Naciones Unidas y a ONG. Sólo uno centavo por cada dólar llegó al gobierno de Haití.
Lemmony trabaja actualmente en una campaña de la RHDH contra la epidemia del cólera, otra secuela del terremoto que en 2010 mató a más de 7 mil personas e infectó a medio millón de personas, el 5 % de la población total.
Clinton y el primer ministro haitiano, Garry Conille, visitarán una fábrica en el norte del país en un intento de "reafirmar la importancia de la inversión extranjera y la creación de empleo”.
La Misión de Estabilización de Haití de Naciones Unidas (Minustha) dijo en un informe que el país registra "señales de progreso y resultados positivos".
Según el informe, entre julio de 2010 y noviembre de 2011, el número de personas desplazadas viviendo en campamentos de refugiados se redujo un 65 por ciento, hasta las 520.000 personas.
Además, actualmente hay más niños escolarizados en primaria que antes del sismo y también han aumentado significativamente las tasas de inmunización de menores.
"Aunque reconocemos la realidad de los avances, no deberíamos distraernos de las enormes tareas que afronta Haití", subrayó Fisher.
Fuente: Infonews.
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