El testimonio de Aníbal Gómez, soldado que cumplió funciones en el Regimiento de Monte 29, en el año 1976 complica la situación de los imputados Horacio Domato, Herminio Gómez, Agustín Echeverría y el ya condenado ex gobernador de facto Juan Carlos Colombo.
En el marco de la denominada Causa Fausto Carrillo Expte. N° 200/06, la cual reúne otras, surgidas de presentaciones a través de querellantes particulares, tales como: Pedro Velásquez Ibarra, Adriano Acosta, Roberto A. Gauna, Ismael Rojas, Humberto Palmetler, Fliares de Hilario Ayala y de Carlos Rolando Genes, la APDH y La Liga Argentina por los Derechos del Hombre, quienes apuestan activar la mega causa iniciada en 1984, que sigue dilatada y aún quedan 12 imputados por juzgar, es por ello que se pudo acceder al testigo Aníbal Gómez, que de forma voluntaria se presentó ante el juzgado enterado por Internet de la existencia del juicio a Colombo y comunicándose posteriormente con el abogado Velazquez Ibarra.
El ex soldado dio su testimonio suscitándose dos argumentos que refuerzan la querella, el primero implica a Agustín Echeverría quien negó estar en Formosa durante los años 76 y 77, sin amargo Gómez hecha por tierra esta coartada y la otra es que comenta la falsificación de la firma del soldado Genes, ex detenido y muerto en cautiverio por un supuesto suicidio.
El testigo afirmó que “mi función era la de furriel en la compañía comando, con mi compañero Ziesenis nos encargábamos de la vigilancia a los detenidos es ahí que tengo contacto con el abogado Velazquez Ibarra que era uno de esos detenidos, también Mirta Insfran a quien me tocó llevarle comida, pero la relación mas directa fue con el soldado Genes, que fue cuando se ahorcó, en ese momento me fueron a buscar de Villa Hermosa yo estaba en casa de mi tío y en la oficina de justicia estaban Echeberría y Steinberg, allí me indican que hacer, los pasos a seguir porque había que llevarlo a Corrientes, yo me preocupaba porque no habían registrado ni declarado nada, de ahí el oficial de policía me empezó a dictar todo lo que había hecho y dicho supuestamente Genes, como un informe, al terminar la supuesta declaración el oficial Echeverría la firma en nombre del conscripto como si nada”.
Continuó comentando “como los detenidos que estaban allí (haciendo referencia a la Escuelita, ubicada y señalada como uno de los centros clandestinos de detención) no sabía que el soldado se había suicidado, los paraban arriba de una silla les tapaban la boca les ponían la soga y les decían, si no cantas va a haber otro suicidio voluntario, pateaban la silla y los tenían así un rato y después lo soltaban”.
Con respecto a si el soldado en mención se quitó la vida dijo que ya lo había intentado una vez sin suerte, que estaba muy desmejorado e incluso escribió en su celda con jabón mojado la palabra “mamá”, esto hacía suponer que ya se estaba despidiendo, pero no dio certezas de si la muerte fue voluntaria o coaccionada.
Se refirió a que los militares afirmaban que los detenidos en el lugar estaban privados de su libertad por ser subversivos”, entonces dijo que en una ocasión el doctor Velazquez Ibarra le dio un nota para que le entregase a su madre, al llegar al hogar esta le dio comida para su hijo y le pidió que no regresase pues ese hecho podía ser mortal si se enteraban, en ese momento temió por su vida.
Otra circunstancia que confirma el plan sistemático de la estructura de las Fuerzas Armadas en cuanto al hostigamiento y persecución es cuando hace referencia a que “si sabía cuando estaba en la oficina de Justicia que venía el capellán del ejército que era el padre Lima y traía una nota en donde señalaba a quienes había que investigar, entonces el principal me daba la nota y yo la iba a entregar a emergencias, si eran tres aumentaba el racionamiento, eran tres más si eran cuatro, cuatro más”. Esto comprueba que las personas investigadas eran automáticamente detenidas.
Las mujeres y su cautiverio
En medio de su declaración, Gómez hace alusión a lo que llama anécdota, y tiene como protagonista a una mujer que estaba sola en una habitación que poseía como único mueble una cama, el asegura haberla visto entrar vestida con una minifalda y que la belleza de la dama era llamativa, pero cuando la vuelve a ver en el cuarto su apariencia física era de un cambio rotundo por el maltrato, tanto que su figura era esquelética, solicitando que la deje escapar o la mate, y se decía que esta mujer era la preferida de el Mayor Rearte, quien la sometía constantemente.
Gómez siguió relatando las experiencias con los detenidos, con relación a Mirta Insfran expuso que “me dijeron que tenía que darle la comida a un detenido y lo que me sorprendió fue que me dijeron el nombre, Mirta Insfran, ya que eso no debe ocurrir, entonces supuse que me estaban vigilando pues ella fue mi compañera del secundario, entonces solo cumplí con las reglas, entre ella estaba sentada en el piso, atada y vendada, no la desaté y le di la comida, me lo agradeció y fue la ultima vez que la vi, traté de cumplir con los pasos porque sentí que me vigilaban a mi”. También aseveró que sólo la reconoció porque le dijeron el nombre ya que estaba totalmente desmejorada.
Al culminar su declaración Aníbal Gómez alude a un informe real y no oficial del 5 de octubre de 1975, en donde afirma que son muchas las diferencias con la versión que se da a conocer, comenzando por el hecho del lugar de ingreso de la organización Montoneros. En torno a su participación fue contundente “un soldado no piensa, no razona solo obedece”. Palabras que transmiten la ideología del mutismo y el silencio de la dictadura militar.
Velazquez Ibarra, el querellante
El abogado Pedro Velazquez Ibarra quien fue víctima del terrorismo de estado y es uno de los querellantes en la causa dialogó con nuestro medio y expresó “es muy importante lo que ocurre pues es la primera vez que un soldado da un testimonio tan categórico, tan clave para entender lo que fue la represión y lo que fueron los hechos investigados en la causa Carrillo que es la causa principal y de la cual se derivan todas las otras, nunca pudimos lograr hacer compadecer a soldados que por lo general no mienten, es mas si se ve las nóminas los soldados fueron destruidos sistemáticamente, este caso es un soldado que vive actualmente en Buenos Aires y que casualmente vio por Internet el juicio al general Colombo y se enteró de que yo estaba vivo que no había muerto en la represión entonces se comunicó conmigo como me conocía y se ofreció a dar su testimonio que es valioso e impactante, así de a poco vamos avanzando, sobre todo para que quede constancia para la historia.”.
Por lo tanto aseguró es primordial esto ya que están muy trabadas las acciones para realizar un nuevo juicio por las discrepancias que existen con la fiscalía, tanto los querellantes como los defensores de los imputados, ya que el fiscal Luis Benítez da sobrados motivos para cuestionarlo en su actuación en todo sentido eso hace que todo se demore, y afirmó “ ha favoreciendo a la impunidad hasta hoy día no se ha logrado una sola causa a las decenas y decenas de víctimas que dejó el terrorismo de estado en la zona del Pilcomayo en particular, donde estuvo el mayor Rearte a cargo de la represión, con gendarmería, prefectura, policía provincial, no logramos que cierre una sola causa y por el contrario están impulsando una segunda causa al general Colombo que ya no tiene razón de ser, ni en lo histórico ni biológico pues a una persona de 85 años que se le de una nueva condena no tiene ningún sentido”.
Por último agregó “somos solo un grupo de personas que hemos dado una muestra de cómo se defiende la vida, la libertad, en Formosa, convivimos con los represores esto no se da en otras provincias, hay que ser poste para la democracia porque no puede ser una democracia plena mientras continúe tanta gente desaparecida, echando un manto de olvido y aceptando que en Formosa están libres absolutamente todos los represores. Pero seguiremos dejando testimonio con los valores que sostenemos, la defensa de la vida, la libertad y la democracia para que se consolide”.
Fuente: H.I.J.O.S. Formosa
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