14/04/2012
Frente a la soledad de los familiares de la victimas del terrorismo de estado en Formosa, a veces el pasado dice presente, con desgarradores testimonios. Así ocurrió en la localidad formoseña de Clorinda. El 13 de abril de 2012, el ex conscripto Jorge Juan Carlos Ayala, quien realizará su servicio militar obligatorio en el año 1976, se presentó ante el Escuadrón 16 de Gendarmería Nacional de esa ciudad, para radicar denuncia por los horrorosos hechos que le tocó vivir en el año 1976. Lo hizo acompañado de los familiares de los detenidos desaparecidos Francisco “Pancho” Bogarin y Cantalicio Mazacote y el abogado querellante en la megacausa Carrillo, Pedro Atilio Velázquez Ibarra.
Frente a la soledad de los familiares de la victimas del terrorismo de estado en Formosa, a veces el pasado dice presente, con desgarradores testimonios. Así ocurrió en la localidad formoseña de Clorinda. El 13 de abril de 2012, el ex conscripto Jorge Juan Carlos Ayala, quien realizará su servicio militar obligatorio en el año 1976, se presentó ante el Escuadrón 16 de Gendarmería Nacional de esa ciudad, para radicar denuncia por los horrorosos hechos que le tocó vivir en el año 1976. Lo hizo acompañado de los familiares de los detenidos desaparecidos Francisco “Pancho” Bogarin y Cantalicio Mazacote y el abogado querellante en la megacausa Carrillo, Pedro Atilio Velázquez Ibarra.
Relató Ayala que en el mes de mayo de 1977, mientras cumplía
con el servicio militar en el Regimiento 29 de Infantería de Monte de la ciudad
de Formosa, lugar donde funcionaron tres centros clandestinos de detención, se
lo designó chofer de un colectivo, identificado como Interno 16.694 al que
subieron doce militares que aparentemente provenían de otras unidades. El micro
se dirigió hacia Clorinda, deteniéndose en el acceso a la Estancia Monteagudo,
cercana a la localidad de Mojón de Fierro. Luego de 20 minutos llega al lugar
un Unimog, destinado al servicio de ambulancia, con la cruz roja en sus
costados. De ese vehículo hacen descender a 10 o 12 personas, vestidos de civil
y con los ojos vendados y unidos todos por una soga, quienes son internados al
monte ingresando al predio rural de la denominada Estancia San Miguel. El ex
conscripto pudo reconocer a dos de los “trasladados”: al dirigente peronista
Francisco “Pancho” Bogarin y al dirigente campesino Cantalicio Mazacote,
quienes permanecen en calidad de desaparecidos en la actualidad. Al internarse
en la espesura, el declarante manifiesta que escuchó varios disparos de armas
de fuego.
Posteriormente, el grupo militar vuelve al vehículo sin las personas
detenidas y encapuchadas. Allí, el grupo militar distribuye un sandwich de
milanesa, dos bananas y una naranja. Relató que ante esto comenzó a llorar,
debido a que conocía a las victimas del terrorismo de estado Mazacote y Bogarin,
tratando de calmarlo un subteniente quien le manifestó que los fusilados eran "subversivos". Acompañó al grupo en la masacre, el Capellan del Ejercito, que en
ese momento era el “Padre Lima”, de negra fama por entregar listas de personas a
la patota represora que luego eran secustradas y torturadas.
El denunciante Ayala, quien hasta estos días lleva con
angustia los momentos vividos, fue amenazado en el ciudad de Clorinda, luego de
relatar a medios radiales y televisivos sus experiencia. Le dejaron una nota
por debajo de la puerta que dide: “CEVE QUE VOS NO QUERES A TUS HIJOS AYALA
ENTREGASTE LA CABESA DE TU HIJO CUIDATE. DEJA DE HABLAR ASECINO”, agregando la
amenaza a su denuncia.
Frente a la valentía de este ex conscripto, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre
Filial Formosa, en su carácter de querellante
en la megacausa Carrillo, manifestó su solidaridad al igual que a los
familiares de las víctimas y al Dr. Pedro Atilio Velázquez Ibarra. Las amenazas
recibidas, demuestran una vez mas que la libertad de la que gozan la totalidad
de los represores formoseños resulta un peligro para la integridad física de
testigos y querellantes en los juicios por delitos de lesa humanidad y conspira
contra el avance de los procesos, resultando vergonzoso que asesinos,
torturadores y violadores seriales continúen en libertad a pesar de contar con
procesamiento firme por gravísimos delitos. También resaltó la LADH la falta de
investigación en la justicia federal y en el Ministerio Público de los delitos
de lesa humanidad cometidos en el Departamento Pilcomayo de la Provincia de
Formosa, crímenes todos impunes.
Liga Argentina por los Derechos del Hombre. Filial Formosa.
Liga Argentina por los Derechos del Hombre. Filial Formosa.
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