Pagina12
“El compromiso y el trabajo incesante de las Abuelas de Plaza de Mayo durante todos estos años han sido fundamentales para localizar y restituir a sus legítimas familias a los niños secuestrados y desaparecidos por la represión política”, asegura la senadora chilena Isabel Allende, hija de Salvador, el presidente destituido por el golpe de Augusto Pinochet. La legisladora socialista destaca la lucha de Abuelas, quienes nunca dejaron de exigir “castigo a los responsables de privar a sus nietos de vivir con su legítima familia, así como de sus derechos y libertades”.
–Cuando las Abuelas comenzaron a trabajar en su incansable lucha, nos fuimos encontrando en distintos foros internacionales. Yo vivía en México y junto a Tencha, mi madre, fuimos coincidiendo con las Abuelas en la búsqueda de la verdad y la justicia, y por tanto, conozco su trabajo desde un comienzo y desde esos años he valorado ampliamente las tareas que han realizado en pos de encontrar a sus nietos. A Estela de Carlotto la recuerdo con gran cariño: ella es una mujer que simboliza el amor, la dignidad y la voluntad porque, a pesar de todo, mantiene su energía y alegría de vivir. Todas las Abuelas son mujeres espléndidas y es un orgullo para mí haber sido invitada a participar en este comité internacional pro Premio Nobel de la Paz para las Abuelas.
–¿Qué aspecto es el que más rescata de la lucha de Abuelas?
–Las Abuelas han logrado localizar y restituir la identidad de 102 personas secuestradas y entregadas a represores y sus cómplices. Quiero aprovechar esta ocasión para felicitarlas, porque sé que ahora, al comienza de la primavera, este septiembre de 2010, han recuperado la identidad del nieto 102, hijo de Graciela Tauro y Jorge Daniel Rochistein. Además, como parte de su causa han conseguido establecer el Banco Nacional de Datos Genéticos, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad y han colaborado activamente en la recuperación de centros de detención clandestinos para convertirlos en espacios de la memoria. Una de las cuestiones más relevantes es cuando en 1997 las Abuelas de Plaza de Mayo propusieron incorporar a la Convención sobre los Derechos del Niño el derecho a la identidad, que fue incluido en los artículos 7 y 8, conocidos por eso como los artículos argentinos. Esta contribución plasmó la labor de las Abuelas, pero también permitió establecer universalmente el derecho a un nombre, a conocer a los padres, comprometiendo a los Estados participantes a garantizar estos derechos y a restablecer la identidad que le ha sido privada al niño o a la niña. En la búsqueda permanente e incansable de sus nietos han creado en la sociedad argentina y en el mundo una verdadera conciencia sobre la necesidad de que estos cruentos hechos no vuelvan a repetirse, de conocerse la verdad, enjuiciar a los culpables y buscar y encontrar a los niños desaparecidos.
–¿Cree que instituciones como Abuelas hicieron la diferencia para que en la Argentina se juzgaran los crímenes y se encontrara a los desaparecidos, mientras que en otros países esto no fue así?
–Estoy segura de ello. Las Abuelas se han constituido en un referente moral, pero también en ejemplo e inspiración de acción política y social en la lucha por los derechos humanos. No puedo sino señalar que su causa, sus reivindicaciones y su apego a la verdad y la justicia se nos hicieron presentes en el reciente debate que tuvimos en Chile acerca del indulto a los violadores de derechos humanos, impulsado por algunas iglesias y, sobre todo, por sectores afines a la dictadura que vieron en el Bicentenario y en la clemencia una razón para respaldar una medida que significaba un retroceso en el compromiso que como sociedad hemos sellado en materia de derechos humanos. En el año de nuestros bicentenarios, las Abuelas nos entregan un potente testimonio sobre conquistas de justicia, respeto y compromiso con la democracia y los derechos humanos a través de la lucha social. Estos valores son las bases del reencuentro y la convivencia social que queremos legar a las futuras generaciones de nuestro continente americano.
–¿Cree que la organización tiene buenas chances de obtener el galardón?
–Puede que no sea este año en el que podamos lograr este premio para las Abuelas de Plaza de Mayo, ya que este tipo de gestiones requieren de un largo proceso, y especialmente de difundir y posicionar el trabajo que ellas han venido desarrollando. Creo que sí estamos en el camino correcto, porque lo más importante es el reconocimiento que alcance internacionalmente su causa y los avances logrados. Y, especialmente, que se sepa que ellas han sentado un precedente en el derecho internacional, al consagrar el derecho a la identidad como un derecho inalienable para toda niña o niño, para cualquier nieta o nieto.
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