Salta (Agencia Paco Urondo, publicado en El Tribuno - Salta) Pablo Corro es un baquiano que fue contratado por activistas para capturar tigres en las yungas de Orán.Nunca pudieron capturar a uno con vida y la organización aun le debe ocho meses por ese trabajo.
El "tigrero" de Greenpeace Pablo Corro, en su rancho de San Andrés. Fotos: Néstor Troncoso
En la región de San Andrés, en el departamento de Orán, viven ejemplares de "panthera onca", nombre latino del felino al que los salteños conocen como "tigre", "overo" o como se lo denomina en la lengua guaraní: "yaguareté". En tamaño, sólo es superado por el león y el tigre asiático, aunque se parece mucho al leopardo. Los habitantes del Chaco saben muy bien que resulta difícil convivir con este animal, sobre todo si alguien se propone criar chivos o vacas.
Los perros de los montes suelen llevar las cicatrices que les dejaron chanchos o pumas, pero difícilmente sobrevivan a un "entrevero con el tigre". Nadie puede confundir un tigre con un ternero, pero un satélite que gira a 36 mil kilómetros de la Tierra, sólo percibe ondas emitidas por un collar sin saber qué animal lo transporta. Eso habrán pensado los activistas de la multinacional Greenpeace cuando se enteraron de la existencia de estos felinos en nuestra región, en el marco de una campaña contra la construcción del gasoducto Norandino -que favoreció a su competidor Atacama- y decidieron lanzar el "Proyecto Yaguareté", que tuvo un final escandaloso cuando El Tribuno publicó maniobras fraudulentas con la "investigación científica". Años después y tras una columna de opinión que recuerda aquel incidente, Greenpeace sigue sosteniendo el engaño, acusa a este medio de mentir a sus lectores y lo intima a retractarse. Este artículo desnuda la falta de seriedad del proyecto y confirma: Greenpeace mintió y sigue mintiendo.
Una comedia de enredos
Gracias a la colaboración de actores y cantantes populares, el "Proyecto Yaguareté" recaudó cien mil dólares para colocar cuatro collares de rastreo satelital a otros tantos tigres salteños. Según informaron dirigentes de la organización, Pan American Energy también hizo posteriormente un aporte generoso.
Greenpeace nunca pudo demostrar que hayan capturado ningún tigre, pero el engaño siguió y la organización insiste hasta hoy, con su mentira. Luego de un año y medio de una campaña que tenía como referente científico al biólogo Pablo Perovic y como baquiano al "tigrero" oranense Pablo Corro, el responsable regional de entonces, Emiliano Ezcurra, informaba que "hacia octubre de 2000 Greenpeace tuvo una intervención clave en el área cuando la empresa petrolera Pan American Energy solicitó autorización para realizar tareas de ‘prospección sísmica’ dentro de la Reserva Provincial de Flora y Fauna Acambuco, en las yungas del sector Tartagal. Meses más tarde, Greenpeace realizó un relevamiento in situ para, felizmente, comprobar que el daño ambiental fue despreciable" indicaba el tendencioso comunicado.
"De todos modos, seguimos de cerca las actividades en Acambuco y formamos parte del consejo asesor de proyectos de desarrollo sustentable para la zona", dijeron. En la misma página se agregaba "la noticia más esperada: luego de dos largos años de trabajo, en las vísperas de la Navidad, el biólogo Pablo Perovic junto al baquiano Pablo Corro logran colocar por primera vez un collar de seguimiento satelital a un yaguareté en las Yungas. De noche y con mucha lluvia, una hembra de más de 90 kilogramos, bautizada IXS, es adormecida durante 45 minutos con un dardo de Perovic. Al despertar, IXS comenzó a transitar la selva con un collar que llevará por un lapso de dos años y que nos permitirá monitorear sus desplazamientos y demostrar que el corredor debe ser declarado Reserva de Biosfera".
Los responsables de aquel proyecto festejaron el "éxito" de la tarea. Pero en medio hubo un percance. En 2004, Pablo Corro denunció que Perovic y Greenpeace lo habían engañado. El baquiano denunció ante la Justicia laboral que nunca le pagaron los servicios para los que había sido contratado y que el collar nunca fue colocado a ningún yaguareté. (Agencia Paco Urondo) .
Salta: La extraña denuncia a Greenpeace ante la Justicia laboral.
Salta (Agencia Paco Urondo, publicado en El Tribuno.com.ar) Pablo Corro sostiene que la multinacional Greenpeace le adeuda ocho meses de trabajos realizados en la selva.
Ante la Justicia, Pablo Corro explicó que, como no lograban capturar a ningún tigre, le pidieron que alquilaran un ternero al que le fue colocado el collar satelital. También le pidieron a Corro que sacara a pasear el collar en su caballo. Luego de más de un año de engañar a miles de socios, Greenpeace nunca le pagó por sus servicios. Ezcurra y el entonces jefe de campañas, Juan Carlos Villalonga, mantuvieron una entrevista de más de dos horas con periodistas de El Tribuno. "Todo se va a aclarar. Perovic y Corro son dos amigos", aseguraron ambos dirigentes. El problema era que Corro tenía en sus manos la prueba clave: el collar. "Es otro collar. Se lo dejamos por si cazaba otro yaguareté", explicaron.
Colocar un collar de rastreo supone inmovilizar al animal con un sedante; una vez dormido, se le extrae sangre, se toman muestras del pelo, se inspecciona el estado de salud, se realiza una prolija datación, se fotografía y se filma, para documentar el caso, y se lo deja en libertad para conocer sus desplazamientos. Cuando el collar indica que el animal dejó de moverse, se supone que murió o que lo perdió, y allí se dirigen los investigadores, para completar el seguimiento. Nada de esto ocurrió.
El Tribuno se comunicó de inmediato con Perovic. "Mañana voy a dar una conferencia de prensa, porque no estoy familiarizado con estas cuestiones judiciales", respondió en esos días. También visitó a Corro, quien mostró el collar de marras. La conferencia tuvo lugar en el Museo de Ciencias Naturales de Salta. No hubo fotos, ni datación científica, ni muestras de pelo, ni sangre, ni informes sobre el seguimiento. Sólo había un biólogo asustado frente a quince periodistas y unos cincuenta simpatizantes de Greenpeace.
Allí estaban Ezcurra y Villalonga, que se enfurecieron cuando El Tribuno preguntó si existía algún vínculo entre el informe favorable a Pan American Energy que constaba en la página de la multinacional ambiental, y el aporte económico de esa petrolera para el "Proyecto Yaguareté". El escándalo obligó a la UNSa a tomar distancia de Perovic. La defensa de la entidad estuvo a cargo de Gustavo Cordera, líder de la Bersuit, aunque su opinión difícilmente haya sido tomada en cuenta por los organismos científicos. Greenpeace prefirió olvidar el asunto, tanto que nunca más supo nada de IXS, aunque el collar en cuestión sigue en manos de Pablo Corro. (Agencia Paco Urondo)
Greenpeace denunciada por fraude en Salta
Capital Federal (Agencia Paco Urondo, publicado en Region.com.ar, fuente: Diario El Tribuno) Un baqueano aseguró que se inventó la caza de un felino para engañar al control satelital. Socios de Greenpeace aportaron cien mil dólares al programa, que luego fue subsidiado por Pan American Energy. El Proyecto Yaguareté, patrocinado y financiado por la Fundación Greenpeace dentro de una campaña en defensa de la selva de montaña, quedó envuelto en una inesperada controversia tras una denuncia de origen laboral realizada por un baqueano oranense, pero que podría derivar en la detección de un fraude y el engaño a 720 personas que aportaron dinero para la defensa del yaguareté.
El proyecto
En el año 2000 Greenpeace reunió cien mil dólares aportados por sus contribuyentes a través de tarjetas de crédito, donaciones telefónicas o de otro tipo. Con ese dinero adquirieron una camioneta, un teléfono satelital, cuatro jaulas-trampa y cuatro collares con sistema de detección satelital para colocarlos a otros tantos felinos, tarea que quedó a cargo del biólogo Pablo Perovic. Se contrató además a la empresa francesa Argos para que hiciera el seguimiento satelital de los collares que se colocarían en los felinos. El 8 de diciembre de 2001, Greenpeace anunció que, luego de casi dos años de fracasos, Perovic había atrapado a una hembra de yaguareté de 90 kilos en las cercanías de Orán.
El escándalo
Pero hace un mes, el baquiano Pablo Corro denunció que Perovic y el representante de Greenpeace, Emiliano Ezcurra, le habían ofrecido pagarle mil pesos mensuales para que paseara el collar satelital a caballo, ya que nunca habían podido capturar a un tigre. Corro, en realidad, según dice, hace la denuncia porque nunca le pagaron los ocho mil pesos acumulados en esas cabalgatas.
Corro quedó incorporado al proyecto que manejaba un presupuesto de cien mil dólares, más el aporte de la empresa Pan American Energy. Al fracasar la captura, el collar satelital habría sido colocado a un ternero y luego «paseado» a caballo. El dueño del ternero, el vecino Germán Arias, ratificó ante escribano en Orán el relato de Corro. Dijo que durante siete meses el animalito estuvo con el collar, paseando por los cerros, y que se lo quitaron porque había crecido y se estaba estrangulando.
Los lugareños sostienen que Greenpeace nunca pagó los mil pesos prometidos a Corro por pasear a caballo el collar una vez que se lo quitaron al ternero. También se manifiestan decepcionados porque a los vecinos cuyo ganado fue muerto por yaguaretés nunca se los indemnizó, tal como prometió Greenpeace para evitar que los lugareños eliminen a la fiera.
Entre las repercusiones, la Facultad de Ciencias Naturales dio a conocer la «absoluta desvinculación» del biólogo Pablo Perovic de la actividad académica de la Universidad Nacional de Salta, deslindando de ese modo cualquier responsabilidad en el Proyecto Yaguareté; en el departamento San Martín se da por seguro que Pan American Energy suspendió su apoyo financiero a esa investigación. (Agencia Paco Urondo)
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