La política de derechos humanos, que incluye la anulación de las leyes de impunidad y la reanudación de los juicios contra los represores de la última dictadura, la renovación de la Corte Suprema de Justicia, la reducción del índice de desocupación a un dígito, la renegociación de la deuda y el fin de la relación dependiente con el Fondo Monetario Internacional fueron los grandes hitos del paso de Néstor Kirchner por la presidencia, que ayer fueron evocados por dirigentes y ciudadanos de distintas extracciones.
En 2004, Kirchner le ordenó al jefe del Ejército Roberto Bendini que descolgara los cuadros de los genocidas Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone que se encontraban en el Colegio Militar. El gesto plantó de una vez por todas su decisión de encarar una política de derechos humanos que ya había iniciado apenas asumió su cargo. Ese mismo día dio un discurso en el ex centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA y por primera vez un presidente pidió perdón en nombre del Estado por los crímenes cometidos durante la dictadura. Antes, había logrado que el Congreso anulara las leyes de Obediencia Debida y Punto Final para que los genocidas que aún no habían sido sometidos a proceso pudieran ser juzgados.
La renovación de la Corte Suprema de Justicia también fue una de las primeras decisiones que llevó adelante con éxito y fueron acompañadas por la sociedad, dando por tierra con la Corte adicta del menemismo y proponiendo un sistema de selección de los magistrados más democrático e independiente.
En 2005 renegoció la deuda externa, iniciando el proceso de canje. La reestructuración de 62 mil millones de dólares involucró a más del 70 por ciento de los acreedores y el resto se terminó de renegociar este año. En 2005 también se deshizo del Fondo Monetario Internacional al saldar la deuda que se mantenía con el organismo y patentó la frase: “Le dijimos chau al Fondo”. La reorientación de la investigación en la causa por la voladura de la AMIA también fue uno de sus logros políticos.
La Presidencia fue el punto culminante de carrera política, que comenzó como militante de la Juventud Universitaria Peronista, en los años ’70, mientras cursaba la carrera de Derecho en la Universidad de La Plata. En 1987 accedió a la intendencia de Río Gallegos y en 1991 llegó a la gobernación de Santa Cruz, donde fue reelecto dos veces, en 1995 y 1999.
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