17/07/2012
En el año de su setenta y cinco aniversario, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, al valorar su historia de lucha como parte de todas las luchas por la conquista de todos los derechos humanos para todos, propone y se compromete a luchar por los siguientes actos gubernamentales, legislativos o jurídicos, necesarios para derrotar plenamente la impunidad y avanzar hacia el pleno acceso de todos a todos los derechos humanos.
En el año de su setenta y cinco aniversario, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, al valorar su historia de lucha como parte de todas las luchas por la conquista de todos los derechos humanos para todos, propone y se compromete a luchar por los siguientes actos gubernamentales, legislativos o jurídicos, necesarios para derrotar plenamente la impunidad y avanzar hacia el pleno acceso de todos a todos los derechos humanos.
Desde el 20 de diciembre de 1937, los militantes de la Liga hemos aportado a la lucha por la libertad de todos los presos políticos, todos los torturados y perseguidos de todos los gobiernos. Hemos enfrentado absolutamente todas las dictaduras, la del 30, la del 43, la del 55, la del 62, la del 66 y por supuesto a la aupada en el poder el 24 de marzo de 1976; y no hemos dejado de luchar bajo los gobiernos electos bajo normas constitucionales. Fuimos los primeros, y no solo en la Argentina, en toda América; y por mucho tiempo fuimos una de las pocas organizaciones populares dedicada a la lucha por los derechos humanos, aunque nunca estuvimos solos. Heredamos las luchas del Socorro Rojo y los esfuerzos de los anarquistas, socialistas y comunistas para que el movimiento sindical de las primeras décadas del siglo pasado se hiciera cargo de esta causa. También la de los combatientes radicales que enfrentaron el primer golpe militar del Siglo XX tanto como la de la Resistencia Peronista al Golpe Gorila del 55. En los 60, convivimos con las comisiones de familiares y organizaciones de abogados que promovió la izquierda peronista, guevarista y de otras tradiciones como la Gremial de Abogados. Apoyamos y fuimos parte de las comisiones de derechos humanos de la C.G.T. de los Argentinos, la Federación Universitaria de la Argentina y otras instancias de coordinación como fue la primer Asamblea Permanente por los Derechos Humanos así como contribuimos decisivamente al fortalecimiento del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, la Comisión de Familiares de Presos Políticos y otras. Nunca nos sentimos solos y hoy nos alegra que el campo de los defensores de los derechos humanos se haya expandido del modo que lo ha hecho. Consideramos que el 75º aniversario de la Liga es mucho más que un cumpleaños, es un valor cultural del pueblo argentino que da cuenta del compromiso histórico de los trabajadores y los sectores populares con la lucha contra todas las impunidades; no es solo una de las razones de los nuevos tiempos que vivimos, también es una base sólida para seguir adelante. En este aniversario ni nos auto conformamos con nuestra historia de luchas ni tenemos una mirada conformista sobre lo logrado en la Argentina que no es poco siendo el tema de Juicio y Castigo a los Genocidas donde más se visualizan los avances, realmente históricos y de relevancia regional. Asumir lo logrado como el punto de llegada, como el súmmum de lo posible; no solo sería un error conceptual enorme, también sería una falta de compromiso con el mandato que nos viene del fondo de la historia, y sobre todo con todas y todos los que no vacilaron en seguir luchando no importa las consecuencias que el Poder les amenazaba y hoy son parte de ese acumulado histórico de luchadores al cual nos debemos. Permítannos, en esta ocasión, nombrar a nuestra Teresa Israel, a Baldomero Varela y Freddy Rojas que fueron parte de la gota de sangre que la Liga aportó al cauce común y plural de los que fueron asesinados y/o desaparecidos en ejercicio de la militancia por los derechos humanos. Es por ello, que en el año del setenta y cinco aniversario de la Liga, que cumpliremos el 20 de diciembre próximo, proponemos y nos comprometemos a unir nuestros esfuerzos a todos los que luchan por los siguientes puntos, entre tantos otros que el pueblo reclama.
Uno. La inmediata derogación de la llamada Ley Antiterrorista, la anulación de todos los acuerdos firmados con el Gobierno de los EE.UU. que permiten la injerencia de sus Fuerzas Armadas en la preparación y formación ideológica de cualquiera de las Fuerzas estatales de seguridad. Es inaceptable que se nos diga que los ejercicios “técnico militares” no son parte de la imposición de una cultura emanada de los EE.UU., inspirada en la guerra contra el terrorismo que se plasmó en el Acta Patriótica de 2001 y viene demoliendo toda la estructura jurídica internacional de protección a los derechos humanos. No cejaremos en la denuncia del carácter represivo de la Ley y de la función colonialista de la intromisión del Comando Sur en nuestro territorio, no importa la excusa que invente. Las Malvinas son argentinas tanto como el resto del territorio continental. Ni allá ni acá, tropas de la OTAN al servicio de la guerra contra el terrorismo. Defensa irrestricta del derecho a la autodeterminación de los pueblos, condena a los golpes de Estado perpetrados en Honduras y Paraguay e intentado en Venezuela, Bolivia y Ecuador por una alianza perversa entre las derechas originarias y el imperialismo norteamericano. La lucha contra todas las impunidades, la democratización de las democracias formateadas por el terrorismo de estado y el neoliberalismo por el camino del protagonismo popular creciente y la satisfacción de las demandas populares contra los grandes grupos económicos que procuran monopolizar nuestras riquezas naturales, sigue siendo el camino más eficaz para derrotar las derechas. Creemos que esa es la primera lección del “golpe constitucional” de Paraguay.
Dos. La completa depuración de todas las Fuerzas estatales de seguridad (no solo las Fuerzas Armadas, también Gendarmería, Prefectura, el Servicio Penitenciario y todas las Policías: la Federal, las provinciales y las nuevas como la Metropolitana o las comunales de la provincia de Buenos Aires) de todos los elementos que hayan servido en el periodo de despliegue del terrorismo de Estado, hayan estado comprometidos en hechos de represión a la protesta social, tráfico de drogas, trata de personas o de corrupción. Derogación del articulo de la Ley de Agencias privadas de Seguridad que obliga a la contratación de personal retirado de las Fuerzas de seguridad para su dirección. Directa responsabilidad administrativa, política y penal de los gobernantes nacionales y provinciales por los crímenes cometidos por las fuerzas bajo su mando. Nunca Más una sola desaparición forzada de personas como la de los compañeros Julio López o Luciano Arruga; Nunca Más una sola víctima del Gatillo Fácil, la tortura en sede policial o carcelaria o los apremios de todo tipo contra los jóvenes, las prostitutas, travestis o hermanos latinoamericanos residentes en el país. Basta de criminalizar y judicializar la protesta social. Donde hay una necesidad hay un derecho y la represión es la señal de la voluntad del Poder de no renunciar a los privilegios que agravian y despojan al pueblo de sus derechos. El Federalismo no puede servir de excusa para el consentimiento del gobierno nacional y el Parlamento sobre los crímenes de la Bonaerense, la Policía Santafecina, Jujeña o Formoseña, para nombrar a las más brutales y represoras de las policías provinciales. Es totalmente inaceptable que las seccionales de las policías y las cárceles sean escenarios cotidianos de torturas, vejámenes, violaciones sexuales, ataques a las personas en estado de prostitución y otros sectores de los más vulnerables de la sociedad y todo tipo de atropellos a la dignidad humana. Nada lo excusa. La Liga seguirá al lado de todos los que luchan por la vivienda digna, la educación pública y el trabajo de ocho horas en condiciones sanas y con una paga suficiente para vivir dignamente y seremos solidarios con todos los reprimidos por el estado cualquiera sea su identidad política y los modos de ejercer el sagrado derecho a luchar por los derechos humanos, primer derecho a defender, no importa quien lo agravie ni el modo en que se defienda
Tres. Elaboración de una política estatal unificada de avance en la lucha contra la impunidad de los perpetradores del genocidio enfrentando la estrategia de la impunidad biológica (“estirar” los procesos judiciales para que los represores mueran “acusados” pero sin condena, como Pinochet en Chile); la impunidad del Poder Económico (que pretende un genocidio sin sentido, sin beneficiarios, que niega aquello de Walsh en su Carta: “En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la planificada.”) y la estrategia de los condenados para sostener su impunidad exigiendo un trato preferencial para ellos: detenciones domiciliarias, eximición de juicios o cárcel por razones de salud y que ahora pretenden acceder al sistema universitario de educación. La Liga seguirá sosteniendo su rol querellante en más de cuarenta causas y nos comprometemos a concentrarnos en las causas contra el Poder Económico como la que sostenemos contra Alfredo Martínez de Hoz y el directorio de la empresa Acindar convencidos que estas causas son un aporte eficaz a la creación de condiciones para recuperar todo lo que la dictadura nos robó y el Poder Económico se apropió en tantos años de dominio ininterrumpido.
Cuatro. Respeto irrestricto a los derechos de los pueblos originarios y de la tierra a no ser avasallados por un modelo extractivista que no vacila en demoler montañas, envenenar el aire, la tierra y el agua de todos nosotros. La megaminería y la producción de soja transgénica son el nuevo nombre de la colonización que sufrimos. No faltan voces, cada vez más crecientes que denuncian que el capitalismo, como civilización mundial dominante, lleva a la humanidad a la catástrofe económica, financiera y ambiental. No se trata de pensar “ampliaciones democráticas” de un sistema que condena a la humanidad a la muerte, sino de buscar su superación en base al protagonismo popular y la construcción de un poder popular que abra debates y amplíe las fronteras de lo posible. Cambiar la lógica capitalista que lleva al desastre, exige romper la matriz neoliberal que todavía condiciona la distribución de las riquezas, la obtención de la energía, el transporte y las comunicaciones que sigue en manos de los privatizadores, herederos de la obra de Martínez de Hoz y Cavallo; de Videla y Menem. Terminar con la herencia de la dictadura exige empezar por recuperar el trabajo estable y formal para todas y todos con un salario digno que permita vivir con ocho horas de trabajo, no alargadas por un sistema anárquico y asesino de transporte. Como aporte a la recuperación de la memoria del genocidio cometido contra los pueblos originarios la Liga impulsará la querella en la causa abierta en Formosa por la masacre de Rincón Bomba de 1947 y apoyamos todas las acciones en defensa de los comuneros de Susques que llevan adelante las organizaciones hermanas de Jujuy.
Cinco. Hay que democratizar la democracia argentina. Dejar atrás un modelo de democracia liberal que solo concibe “que el pueblo delibera y gobierna solo a través de sus representantes”. Hace falta una Nueva Constitución, no para satisfacer los apetitos de poder de nadie, sino para ponernos a tono con los nuevos tiempos que recorre América Latina. Parece interesante tener en consideración los nuevos modelos constitucionales que emergen en Nuestra América rompiendo los límites del constitucionalismo liberal: la nueva Constitución Boliviana que reconoce el carácter multi cultural y multi nacional de la nación andina y establece mecanismos de elección popular para casi todos los cargos; la Constitución Venezolana que fija que todos los recursos naturales son del pueblo o la Constitución Ecuatoriana que establece todo tipo de mecanismos de consulta y protagonismo popular para que la democracia deje de ser un rito periódico que se agota en la urna. En ese camino, hace falta avanzar en la prometida reforma del Código Penal que tiene en su origen influencia de la Italia fascista de Mussolini y que en los últimos años se ha caotizado con las reformas de “mano dura” que impulsaron Blumberg y la derecha de todo rango, y que el “progresismo” no resistió. Consideramos una base apta para el debate de la Reforma al Código Penal el llamado Informe de la Comisión Baigún que trabajó años atrás sobre este tópico.
Seis. La lucha por la Segunda y Definitiva Independencia es una causa común de todos los pueblos y por eso somos solidarios con todas las luchas de todos los pueblos. La verdadera integración debe comenzar por la integración de las luchas para lo cual hace falta superar el chantaje de los que ven en cada reclamo popular una conspiración o peor aún, una excusa para reprimir e intervenir con fuerzas extranjeras. Acaso en primer lugar, hay que imponer una salida negociada y política al conflicto colombiano, y para ello hace falta que la Unasur exija firmemente un proceso de negociación en donde el movimiento popular sea tan protagonista como el gobierno y las fuerzas insurgentes. El estado y el ejercito colombiano extienden su nefasta influencia por toda América con sus convenios de colaboración con las fuerzas policiales (tal como ocurrió en Paraguay); las fuerzas policiales, hoy con alto poder de fuego y capacidades de combate, se han transformado en el vector de dominación por excelencia y la sombra de la Cuarta Flota y el Comando Sur del Ejercito de los EE.UU. asoma por aquí y por allá.. El gobierno argentino debe reconocer la misión diplomática de la República Saharaui Democrática, sumándose al grupo de países latinoamericanos que ya lo han hecho, superando las presiones sionistas y de la monarquía marroquí. También debe exigir en los escenarios internacionales la inmediata libertad de los cinco patriotas cubanos presos por luchar contra el terrorismo del imperio contra el pueblo cubano. Con todos ellos, con los saharauis y los palestinos, con la lucha del pueblo colombiano contra el genocidio y por la solución política, pacífica y negociada del conflicto, con la libertad de los Cinco Cubanos y de los Seis campesinos paraguayos, con todas y todos los que luchan en toda nuestra América, la Liga seguirá comprometida, porque para eso hemos nacido.
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