Así te recordaremos siempre, preso y abandonado. |
20/05/2013
Se murió el ladrón. No ese chico de piel oscura que los verdaderos ladrones hoy señalan como "el otro", el enemigo a combatir porque para algunos la pobreza es peligrosa, drogadicta y atea.
Se murió el ladrón. No ese chico de piel oscura que los verdaderos ladrones hoy señalan como "el otro", el enemigo a combatir porque para algunos la pobreza es peligrosa, drogadicta y atea.
Se murió el ladrón de las vidas y los sueños de una generación. El que en nuestros mejores años nos obligó a vivir escondidos, secuestrados, torturados. El, el máximo exponente de militares a los que el poder económico, político y eclesiástico les sacó el bozal. El ladrón que nos obligo en nuestra adolescencia a vivir con miedo y a ser testigos privilegiados un genocidio imposible de olvidar.
Se murió el ladrón de las convicciones religiosas de muchos cristianos de buena fe que no soportaban verlo comulgar sin mostrar el mas mínimo signo de arrepentimiento por las desapariciones, tormentos, violaciones y apropiaciones de hijos. El mismo perverso que permitió que sus subalternos torturaran bebes en el pecho de sus madres en centros clandestinos de detención.
Se murió el ladrón de nuestra esperanza de que la llegada de la democracia nos permitiera la memoria y la verdad.
Pero se murió sentado, solo en una celda, condenado finalmente por la justicia, la que el negó. Y desesperado por la cobardía de sus mandantes y la valentía de un hombre, Nestor Kirchner, de quien confesó fue lo peor que le pasó. No me alegra su muerte. Me alegra que este mi querido este un poquito, solo un poquito, mas limpio.
0 comentarios:
Publicar un comentario