30/10/2012
(MDT) El juez federal subrogante de
Formosa, Pablo Nuñez Pividori, procesó con prisión preventiva al tenebroso
represor Horacio Rafael Domato, quien actuara en la dictadura como responsable
del Centro Clandestino de Detención Regimiento 29 de Infantería de Monte 29 de
Formosa. Tambien actuó en el Centro Clandestino de Detención "La Escuelita de San Antonio" de la Policía de la Provincia de Formosa.
Domato estuvo prófugo de la
justicia durante seis años. En diciembre del año 2011, la Liga Argentina por
los Derechos del Hombre, Filial Formosa, denunció judicialmente que el represor
continuaba cobrando sus haberes como gendarme retirado en la ciudad de Córdoba,
donde se presentaba a la Policía para que le extiendan certificados de
supervivencia. Ello posibilitó su detención en Mayo de 2012.
Cuando la comisión policial enviada
especialmente por el Ministerio de Seguridad de la Nación se presentó al
domicilio de su hija en la Provincia de Córdoba, el represor se presentó como
un amigo de la familia. El engaño estaba por funcionar hasta la llegada de su
nieta de la escuela quien, delante de los policías lo abrazó diciéndole ¡abuelo!.
Hasta entonces, Domato realizaba
actividades comerciales en la venta de cueros en Asunción del Paraguay y comia
asados en Formosa asiduamente con personajes de la vida política y social.
Trasladado a Formosa, resultó
imposible obtener una fotografía actual de el dada la protección que le brinda
el Servicio Penitenciario Federal en ese sentido.
En este mes de octubre Domato
fue procesado por asociación ilícita en concurso real con el delito de
privación ilegítima de la libertad (32 hechos) y por tormentos agravados en 27
hechos. También por la desaparición
forzada de los militantes del PRT Fausto Augusto Carrillo, Mirta Insfran y
Ricardo Borgner, y el policía Luciano Ramón Díaz. Por cierto no fueron los
únicos delitos cometidos por el torturador ya que por los Centros Clandestinos
de Detención formoseños pasaron centenares de detenidos, muchos de los cuales continúan
hoy desaparecidos.
Entre los delitos cometidos se
destacan las horribles torturas cometidas contra el soldado conscripto Carlos
Rolando Genes, acusado de “bailar con una subversiva en una fiesta”, quien
apareció suicidado en su celda del Regimiento que debía cuidarlo por estar bajo
bandera. El homicidio de Genes quedó en el tintero del auto de procesamiento,
independientemente de si se trató de un homicidio o un suicidio. Genes era
hermano de un Ramón Gumersindo Acosta, un gendarme que cayó combatiendo en
Malvinas durante la dictadura.
El mantenimiento de su prisión
preventiva se fundó en el carácter de delitos de lesa humanidad que se le
endilgan.
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