viernes, 29 de abril de 2011

BAHIA BLANCA: Liberación de 36 represores

La Cámara Federal de Apelaciones de la ciudad de Bahía Blanca resolvió ayer excarcelar a un total de 36 represores, entre integrantes del Ejército Argentino y de la Armada, que están siendo investigados por la justicia sospechados de haber cometido delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar.

La medida fue rechazada por el fiscal de la Unidad de Derechos Humanos Abel Córdoba, quien anunció que recurrirá la medida ante la Cámara de Casación.

Entre los beneficiados se encuentran integrantes del Ejército que iban a ser juzgados en el marco de la causa por violaciones a los Derechos Humanos cometidos en el Comando V Cuerpo de Bahía Blanca. 

La Cámara, integrada por los jueces Augusto Fernández, Ángel Argañaraz y Ricardo Planes, decidió excarcelar a 20 integrantes de la Armada Argentina y otros 16 del Ejército Argentino.
La medida recayó en Guillermo Félix Botto, Tomás Carrizo, Oscar Castro, Enrique De León, Víctor Fogelman, Eduardo Fracassi, Hugo Mac Gaul, Leandro Maloberti, Ángel Martín, Francisco Martínez Loydi, Domingo Negrete, Guillermo Obiglio, Carlos Padula, Hernán Payba, Gerardo Pazos, Luis Alberto Pons, José Luis Ripa, Héctor Luis Selaya, Carlos Andrés Stricker, Carlos Cornelli y Edmundo Núñez, todos ellos investigados en el marco de la causa denominada Armada Argentina. 

En tanto que para la causa Ejército la medida recayó en Andrés Miraglia, Héctor Selaya, Ricardo Gandolfo, Jorge Mansueto Swendsen, Carlos Andrés Stricker, Felipe Ayala, Bernardo Cabezón, Andrés González; Arsenio Lavayén; Fernando Videla; Miguel Villegas, Juan Manuel Bayón, Osvaldo Bernardino Páez, Hugo Jorge Delmé, Osvaldo Laurella Crippa y Walter Bartolomé Tejada. 

En la polémica resolución se expresa que “se tuvo en cuenta de manera  exclusiva el criterio jurisprudencial adoptado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación a fines de noviembre de 2010 que derivó en la revocación de excarcelaciones concedidas en causas en las que se investiga la comisión de delitos de lesa humanidad”. 

Más adelante se sostuvo que “el artículo 333 del Código dispone que deberá revocarse la excarcelación del imputado que no cumpla las obligaciones impuestas o no comparezca al llamado del juez sin excusa o realice preparativos de fuga o cuando nuevas circunstancias exijan su detención”.

Tan pronto como se conoció la decisión, a la que calificó como “un retroceso enorme”, el fiscal Córdoba afirmó que recurrirá la medida ante la Cámara de Casación. “Es un hecho grave porque va en contra de los criterios de la Corte, que ha sacado no menos de diez fallos en sentido contrario”, señaló Córdoba.

El funcionario judicial expresó además que “esto, más la circunstancia actual en la que estamos cerca de un juicio oral y disponer de estas liberaciones masivas, afecta el entorno donde declaran los testigos”.  

“Esto es un retroceso enorme y en cierta forma deja al trámite procesal en una mera formalidad que no afecta imputados, donde hay 80 procesados sin ningún juicio oral, muy pocos encarcelados y con alguna medida que se esté tomando cuando la Corte misma está diciendo ‘extremen las medidas para que se hagan los juicios’”, puntualizó finalmente el fiscal Córdoba. 

En total ya han sido condenados 167 represores en la Argentina, la mayoría de ellos a cadena perpetua y enviados a cárceles comunes. Otros 435 están procesados con prisión preventiva, mientras que 329 esperan el resultado de las indagatorias en libertad y sobre 264 más pesan denuncias en su etapa inicial, 26 ya son indagados y 38 están prófugos. 

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Tiempo Argentino

MARTIN GRANOVSKY - Conveniencia mutua

Por Martín Granovsky
 
Los buscadores de consenso suelen tener un límite en la Confederación General del Trabajo. Habitualmente el límite aparece con nombre y apellido: “Hace falta una política de Estado, pero Hugo Moyano debe quedar afuera”. La lectura profunda de esa frase tiene un efecto absurdo. Se trataría de un acuerdo mayoritario contra la CGT, lo cual además de injusto es inconveniente. Injusto porque quedarían fuera de todo acuerdo los representantes de los trabajadores formales sindicalizados. Inconveniente, por el mismo motivo.

Esa idea estereotipada del consenso termina siendo excluyente. Y, al ser excluyente, no sólo es irreal. También se convierte en un contrasentido incluso para quienes cuestionen o la forma de representación o a una parte de los dirigentes. ¿Acaso piensan que la renovación sería mayor dejando fuera de juego, mágicamente, a la conducción actual de la CGT?

Desde el punto de vista del espacio oficialista, el cuadro es todavía más práctico. Al margen de los estilos personales, el núcleo del kirchnerismo necesita de la estructura de la CGT y viceversa. La CGT –tanto a nivel de sus bases sociales como a nivel de su dirigencia– es la principal estructura que la conducción oficialista ejercida por Cristina Fernández de Kirchner tiene a mano fuera de la estructura del propio Estado.

Es natural que de aquí a la formación de listas haya zonas de ripio. Sobre todo en las candidaturas legislativas es un arte difícil conformar al mismo tiempo a los dirigentes sindicales, a los movimientos sociales, a los intendentes del conurbano (que nadie seriamente debería considerar un bloque homogéneo), a los sectores juveniles de la nueva militancia, a los aliados de centroizquierda y a los cuadros veteranos.

También continuará el intercambio de mensajes entre el Gobierno y la CGT sobre el nivel de conflictividad social deseable y posible. Sin embargo, otra vez, suena irreal imaginar un escenario de confrontación que exceda el marco de una sociedad política. Los socios pueden discutir y tensar la cuerda, pero su lectura de la relación de fuerzas y del tablero electoral sirve de alerta para intuir cuándo esa cuerda puede romperse y evitarlo antes. Por eso, la Presidenta y Moyano acostumbran, en sus discursos, ser nítidos en sus coincidencias y más ambiguos en sus diferencias. Expresan sus acuerdos, como probablemente lo haga Moyano hoy mismo cuando aluda a la industrialización, el crecimiento y la distribución de la renta. Sugieren, sin decirlo con todas las letras, sus matices. Esa combinación de nitidez y ambigüedad es la forma de evitar peleas entre sectores que forman la alianza primaria del oficialismo.

La conveniencia mutua, en política, normalmente genera las alianzas más sólidas. Por eso, que hoy no llueva en la 9 de Julio y el acto sea masivo les conviene, a la vez, a Cristina y a Moyano.
martin.granovsky@gmail.com
 
Fuente: Pagina12

jueves, 28 de abril de 2011

NESTOR VIVE EN LA MILITANCIA DE LA JUVENTUD

A seis meses de la muerte del ex presidente Nestor Kirchner, las agrupaciones  juveniles kirchenristas formoseñas lo homenajearon, en la intersección de las avenidas Gutnysky y Pantaleon Gomez de Formosa. Se hicieron presentes La Corriente Nacional de la Militancia, con sus agrupaciones Peronismo 26 de Julio, el Frente Transversal, la JP Descamisados, Militancia Federal, la Juventud Campesina La Campora, la Agrupación Social Estudiantes de Clorinda (ASEC), el Movimiento Evita , el Partido Corriente para la Liberación Nacional que orienta la Ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner y la Juventud Peronista Nestor Kirchner, la  entre otros.

Especial significado tuvo para los jóvenes la jornada, dado el agradecimiento de los formoseños a Nestor por la firma del Acta de Reparación Histórica, que permitió la realización de innumerables obras de infraestructura.

Se proyectó el documental MAS VIVO QUE NUNCA, en un marco juvenil centrado en consignas de adhesión al ex presidente y de reivindicación de la militancia de la juventud basada en el compromiso, la memoria y la defensa irrestricta de los derechos humanos

Por Luis Bruschtein
 
En el homenaje que le hicieron los movimientos juveniles kirchneristas del peronismo, la izquierda y el centroizquierda a Néstor Kirchner a los seis meses de su muerte, no hubo grandes aparatos ni ómnibus fletados ni vino ni choripán. Tampoco hubo veteranos, salvo alguna patrulla perdida y dispersa de canosos setentistas que más que en actitud protagónica estaban en ademán de pasar la posta. Al revés que los ochentistas con sus temores y sus dos demonios, esta generación los respeta.

No fue un homenaje de grandes fastos, ni de aparatos, ni solemne, ni manijero, porque todas las agrupaciones se pusieron de acuerdo para que el acto fuera amplio. No hubo oradores políticos, solamente una mesa de colaboradores de Kirchner que contaron anécdotas y un documental con retazos de discursos y entrevistas del ex presidente.

Para los que participaron en el hemiciclo del Parque Lezama, que representan a gran parte de una generación que se incorporó con el kirchnerismo a la política, no importaba tanto lo que sucediera en el acto en sí, sino estar allí, como una especie de homenaje a quien les abriera las puertas de una militancia que muchos de ellos ni se hubieran imaginado.

Hubo una generación que se incorporó a la política en los ‘70, después otra que lo hizo con todas las expectativas del retorno a la democracia en el ‘83. Y ésta es la tercera generación que llega a la militancia. Durante todo el tiempo hubo jóvenes que se incorporaron a la política en forma individual, pero como generación, ésta es la tercera que lo hace desde los años ’70. Lo que les pasó a las dos anteriores está mostrado por la historia, y sus derivaciones plantean enfoques muy polémicos y complejos, pero en todo caso fueron la herramienta que utilizó la sociedad para destrabar y abrir caminos, rebeldes en un caso o superpragmáticos en el otro. Lo que pase con ésta está por verse, porque recién empieza, pero tiene ante sí una senda mucho más despejada que las dos anteriores.

El lugar estaba lleno, pero no fue una gran movilización de cientos de miles. Sin embargo, los colores, temperaturas y tonos reproducían muchos de los que se vieron en las exequias de Kirchner, dándole a aquel fenómeno novedoso un carácter de permanencia. Algo que llegó para quedarse como la marca política central de una nueva generación. Como pasa en las militancias juveniles, a los pibes les gusta identificarse y entonces esas marcas que los identifican son a su vez convocantes.

Es obvio que el ex presidente tuvo mucho que ver, no solamente con esa afluencia generacional, sino también con las características y sus contenidos. Por eso el homenaje real que pudo tener un político de raza, como Kirchner, estuvo en las tribunas y en esa nueva militancia.

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Pagina12

miércoles, 27 de abril de 2011

CIDH - COMUNIDAD LA PRIMAVERA:

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó al Estado argentino que adopte una medida cautelar en favor de la comunidad qom de La Primavera, de Formosa, para garantizar “la integridad física” de sus miembros, así como también el regreso de su cacique, Félix Díaz, a su hogar. La intervención del organismo internacional había sido requerida por la Defensoría General de la Nación y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), en diciembre pasado, tras la represión que sufrió el pueblo originario el 23 de noviembre de 2010. En ese episodio murieron el indígena Roberto López y el policía Heber Falcón. En este marco, el líder qom manifestó su “sorpresa” por esta resolución “tan favorable en tan corto tiempo”. No obstante, Díaz sostiene, en el acampe montado en Avenida de Mayo y 9 de Julio, la huelga de hambre que inició el lunes para exigir que el gobierno nacional dé respuestas a sus reclamos. En ese lugar, los aborígenes también mantienen un corte parcial de tránsito.

En el primer punto de la solicitud, fechada el 21 de abril y difundida ayer, la CIDH pidió al gobierno argentino que “adopte las medidas necesarias para garantizar la vida y la integridad física” de los qom “contra posibles amenazas, agresiones u hostigamientos por miembros de la policía, de la fuerza pública u otros agentes estatales”. En ese mismo sentido, apuntó que se deben proporcionar “las medidas necesarias para el retorno de Félix Díaz y su familia en condiciones de seguridad” a Formosa. Para avanzar con estos requerimientos, la Comisión instó al Ejecutivo a que “concierte las medidas a adoptarse con los beneficiarios y sus representantes”.

En diálogo con Página/12, Félix Díaz compartió su “sorpresa enorme”, ya que creía que “jamás podría salir algo favorable” ante sus reclamos “en tan corto tiempo”. De todas formas, el cacique fue cauto: “La verdad, no estamos seguros de lo que va a pasar. Por experiencia sabemos que a nivel nacional se puede intervenir y luego la provincia no responde”. Por ahora, Díaz mantendrá la huelga de hambre, que realiza junto a otras quince personas, y el corte del tránsito en Avenida de Mayo y 9 de Julio, donde acampan desde hace cinco meses. Asimismo anticipó que de garantizársele la seguridad podría viajar a Formosa, aunque no levantará el acampe en Buenos Aires “hasta que haya resolución del tema tierras y avances en la investigación de la muerte de Roberto López”.

El 1º de diciembre de 2010, la Defensoría General y el CELS habían enviado una carta a la CIDH en reclamo de la adopción de una medida cautelar, “que garantice la vida y la integridad física” de los qom de La Primavera. En el escrito se solicitó a la Comisión que “inste al Estado argentino a proteger a los indígenas y a sus dirigentes, suspender todo acto de desalojo y promover la investigación de los responsables de los ataques” ocurridos el 23 de noviembre, en los que murió López. En esa oportunidad, los originarios fueron desalojados y reprimidos, con incendio de viviendas de por medio, cuando se manifestaban en la ruta 86 por la recuperación de 1300 hectáreas que, aseguran, les pertenecen ancestralmente y que hoy dicen suyas el gobierno formoseño y la familia Celía.

La CIDH envió el 18 de febrero un pedido de informes al Estado argentino sobre las medidas que había tomado hasta ese entonces para proteger a los indígenas, en pos de definir si era necesaria o no la adopción de una medida cautelar. La respuesta del Gobierno tuvo como eje la exposición del acuerdo firmado el 30 de diciembre entre funcionarios nacionales y Félix Díaz, en torno de problemas de orden territorial, sanitario, documentario y de seguridad. De esa acta, la comunidad denuncia que “no se cumplió ningún punto”. Tras esa falta de avance en la resolución del conflicto, el organismo interamericano finalmente hizo lugar al pedido del CELS y la Defensoría General.

El director ejecutivo del CELS, Gastón Chillier, entendió que ahora “el Gobierno debería convocar a Díaz y a la comunidad a discutir de qué manera se implementa esta medida”. Lo que se debe alcanzar, explicó Chillier a Página/12, es un plan “con el que los qom estén de acuerdo y que al mismo tiempo sea efectivo”. Por ejemplo, sugirió el directivo, en un programa de seguridad para la comunidad “no deberían intervenir fuerzas provinciales”.
La Comisión también ordenó al Gobierno informar “sobre las acciones adoptadas a fin de investigar los hechos que dieron lugar a la adopción de medidas cautelares”. Además, el Ejecutivo deberá presentar información sobre el cumplimiento de las medidas, “dentro del plazo de 15 días, y actualizar dicha información en forma periódica”.

En este nuevo marco, desde la Defensoría General consideraron, a través de un comunicado, que “se abre una nueva instancia de diálogo entre los indígenas, el Estado federal y la provincia de Formosa”. En la misma línea, Chillier evaluó que “inexorablemente se va a destrabar la falta de diálogo” entre el Gobierno y los qom. “Esta medida es vinculante y el Estado la debe cumplir, es obligatoria”, concluyó.
Informe: Leonardo Rossi.

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JUEZ EUGENIO ZAFFARONI: “Hoy los golpes tienden a darlos las policías”

El juez de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Zaffaroni avaló la decisión gubernamental de “redefinir” las estructuras de las fuerzas de seguridad, a las que responsabilizó de dar “golpes de Estado” en el pasado reciente, aunque advirtió que “la policía es una institución absolutamente necesaria”. “Por fin en la Argentina estamos tratando de resolver una deuda pendiente desde la vuelta de la democracia, ya que no habíamos redefinido nuestro modelo de policía: tenemos que redefinir las estructuras policiales”, aseveró el magistrado.

Zaffaroni retomó un concepto que había esbozado en octubre, tras la sublevación policial en Ecuador contra el presidente Rafael Correa. “Esta tentativa de golpe de Estado refleja un problema general de América latina. No nos hemos ocupado de hacer un modelo policial democrático. Es el poder que da golpes en este momento. No son tradicionales, pero pueden desestabilizar”, advirtió. “Hoy los golpes tienden a darlos las policías”, insistió ayer. Citó tres ejemplos: “El último empujón a (Fernando) De la Rúa se lo dio la policía; el empujón a (Eduardo) Duhalde se lo dio la policía, y el caso de Ecuador fue más manifiesto”.

“La policía es una institución absolutamente necesaria”, destacó el juez de la Corte. “Hay que ver si queremos una Policía Federal que sea nuestro FBI, si queremos que intervenga en la investigación efectiva de todos los delitos federales o los delegue en las policías provinciales”, planteó. Modelos al margen, advirtió que “debemos mejorar las condiciones laborales de los policías, jerarquizarlos, mejorar el salario, su formación”. “Hay que marchar hacia modelos de policía con mayor inserción comunitaria”, reclamó.

Respecto de la corrupción policial, explicó que él la llama “ámbito de recaudación autónoma, que es lo que toleró la estructura política: cambio de recaudación autónoma por gobernabilidad”, explicó. “Con los gobiernos conservadores era la prostitución, el juego, etcétera. Hoy entraron todas las formas de criminalidad organizada y, como los ingresos se multiplican, esto desarticula la verticalidad de las fuerzas policiales, se descontrolan mandos medios e inferiores, y no se puede seguir con este procedimiento”, aseveró. “Ese ámbito de recaudación autónoma no financia la política para una elección nacional pero puede financiarla a nivel de caudillismo local, de caciquismo para una elección interna”, avisó.

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martes, 26 de abril de 2011

ROMERO VICTORICA: “El fiscal llamaba a casa y le daba información”

Por Alejandra Dandan
 
Juan Martin Romero Victorica
Entró en la sala de audiencias sin pañuelo, convencida de que no le iba a hacer falta. Su apropiador se lo había dicho muchas veces: que no llorara, que ésa era una forma de mostrarse débil ante el enemigo. Victoria Montenegro ayer lloró, lloró mucho, acompañada por buena parte de la sala. Contó escenas de sus años de hija de desaparecidos apropiada por un coronel de Inteligencia del Ejército. Por primera vez en su vida declaró contra él y, de alguna manera, a favor de la recuperación de la historia de sus padres biológicos. En medio de ese relato denunció al fiscal de Casación Juan Martín Romero Victorica porque, mientras la Justicia investigaba a su apropiador, el fiscal filtraba información hasta veinte días antes. Al terminar la audiencia, en la causa sobre el plan sistemático para apropiar hijos de desaparecidos, el fiscal Martín Niklison pidió al Tribunal Oral Federal 6 que impulse una denuncia penal a Romero Victorica y envíe los datos al procurador general.

Victoria Montenegro
“Yo de Romero Victorica nunca dije nada y, pese a que tuve charlas en Abuelas, siempre me contuve –dijo Victoria–. Nunca dije nada porque estaba convencida de que soy una persona sumamente leal y que yo le debía lealtad a él, porque había ayudado a mi papá. Cuando hace poco me llamaron para declarar en una causa, me di cuenta de que a este señor no le debo nada, que en realidad no ayudó nunca. Que mi papá está desaparecido. Y que él hizo todo lo contrario: ayudó a que yo apareciera más tarde, y ahora tengo a mis abuelos muertos, a mi tía también muerta... Recién entonces pude darme cuenta de quién es esta persona.”

Romero Victorica era amigo de Herman Tetzlaff, el apropiador de Victoria. Ella ubicó esa relación desde antes de 1992. En ese momento, la Justicia reabrió una causa contra Tetzlaff y ordenó detenerlo. Romero Victorica, que en la familia era mencionado con un apodo, le puso tres abogados y en tres meses lo sacaron de la cárcel. Victoria dijo que eran abogados que ellos no estaban en condiciones de pagar. Y que luego le adelantó a su apropiador todos los avances de la causa: “El llamaba a casa y le daba información”, explicó. En una ocasión, para el momento de la primera detención de su apropiador, fue Victoria la que le atendió el teléfono. Ella lloraba: “El me dice que me quede tranquila y me pega dos gritos: me dice que llorando no se soluciona nada, que mi padre estaba orgulloso de mí, que yo debía contenerlo, que iba a salir, que él iba a poner a unos amigos para que lo sacaran... Ahí me entero de quién era esta persona”.

La historia

Victoria nació el 31 de enero de 1976. Sus padres eran Hilda Ramona Torres y Roque Orlando Montenegro, dos militantes de la JP primero y luego del ERP, salteños, una familia que escapaba del Operativo Independencia. Trece días después del nacimiento, un grupo de tareas entró en la casa donde vivían, en Boulogne. Tetzlaff era el jefe del operativo, un hombre que había sido jefe de los grupos de tareas de El Vesubio, jefe de Inteligencia y en algún momento encargado del arma de Comunicaciones en Campo de Mayo. Se apropió de Victoria seis meses después del operativo en el que –como le confesó más adelante– él mismo asesinó a su padre. ¿Usted vivió con otra identidad durante muchos años? –preguntó Niklison al comenzar la audiencia.

“Me llamaron María Sol Tetzlaff Eduartes, nacida el 28 de mayo del ’76 en Boulogne, San Isidro, como hija del coronel Herman Antonio Tetzlaff y de su esposa, María del Carmen Eduartes. Yo nunca tuve dudas de que no era María Sol, me decían que era hija de ellos”, explicó. ¿Qué versión le dieron? “Yo siempre tuve dudas, pero sobre el horario en el que había nacido. Lo que le preguntaba a mi apropiadora era la hora: sabía que el 29 de mayo era el Día del Ejército. Me decían que el 28 Herman tuvo un desfile militar en San Isidro, ella se descompone y yo nací en la Clínica del Sol.” ¿Cuándo aparecieron las dudas de que no sería hija de ellos? “Cuando tenía nueve años, calculo, llaman a Herman a un juzgado de Morón. Un día yo lo acompaño. Entro con él al despacho del juez y el juez pregunta si no era mejor que yo esperara afuera. El dijo que no. El juez saca del cajón una causa y le dice que las ‘viejas’ ya estaban empezando a molestar. Que se quedara tranquilo, que el encargado de todo esto era otro colega, pero que tomara conocimiento de que estaba pasando esto.”

Eso sucedió alrededor de 1989. Victoria no se acuerda del nombre del juez, pero sabe que en ese momento empezó la causa a Tetzlaff. “Hasta entonces, yo lo que sabía era que en Argentina hubo una guerra, en ese momento yo consideraba a Herman como mi papá, para mí la subversión se estaba vengando de ellos que habían sido soldados; que los desaparecidos eran mentira. Pensaba que no eran personas físicas, sino un invento de las Abuelas.”

Cada vez que aparecía en TV algo que no cerraba con ese relato, Tetzlaff la sentaba a adoctrinarla. Le dijo que lo primero que hacía la subversión era dañar a la familia, núcleo vital de una sociedad sana. Que las Abuelas instaban las dudas para crear miedo. “Por eso para mí eran todas unas mentiras: yo era hija de él y estaba convencida de que todo era un invento.”
Tetzlaff era enorme: medía dos metros y pesaba 145 kilos. Era rubio como su mujer, descendientes de alemanes. Vivían rodeados de policías y de militares en los monoblocks de Villa Lugano, que recién se habían construido, dijo Victoria. El departamento solía estar lleno de banderas. Tetzlaff hablaba de la causa: “La causa no sé qué era exactamente, pero era una bandera celeste y blanca; ellos eran los buenos, había una causa nacional; era el olor a cuero, las botas, la familia cristiana, la misa, cenar afuera porque Mary no cocinaba, para mí ésa era la familia: los restaurantes llenos y Herman que terminaba las conversaciones con la 45 arriba de la mesa diciendo: ‘Yo siempre tengo razón, y más cuando no la tengo’”.

Victorica

Entre los amigos de Tetzlaff estaban Leopoldo Galtieri, Guillermo Suárez Mason y Omar Riveros. Con la democracia, a Tetzlaff lo ascendieron de teniente coronel a coronel, lo mandaron a Paraná como juez de instrucción militar para alejarlo por las causas que empezaban a ventilarse en Buenos Aires. Cuando Victoria cumplió 15 años, lo detuvieron por primera vez: entonces apareció Romero Victorica.

“Herman estaba muy nervioso. Un día me llama y me plantea que ya había una causa que había tomado (Roberto) Marquevich, que era un juez montonero, que estaban las Abuelas de por medio, que lo más probable era que me sacaran sangre para compararla con el Banco Genético que en realidad lo manejaban las Abuelas.” En ese momento, también le dijo que seguro iban a decirle que era “hija de la subversión, así es que seguramente después vengan y te saquen de casa. Yo decía mientras tanto que no: que diera lo que diera, me iba a quedar con él; él me lo agradeció y que me dijo que no esperaba otra cosa de mí”.

Para entonces, Tetzlaff tenía a su “amigo en Comodoro Py” que le pasaba todos los datos, dijo ella. Cuando Marquevich, que era juez de San Isidro, la llamó para sacarse sangre, Tetzlaff la acompañó al Banco Genético. Poco después, le anunciaron la primera parte de lo esperado: que no era hija de quienes hasta ese momento suponía sus padres. “Me dijeron que en un 99 por ciento yo no era hija de ellos, pero yo dije que me quedaba con ese uno por ciento, porque sí era hija de ellos. Les decía que eran todos unos subversivos, porque pensaba que era hija de ellos.”

En el camino, Tetzlaff quedó detenido. Romero Victorica puso a sus amigos abogados que, según el relato, le debían un favor. Uno de ellos era un sobrino suyo de apellido Romero Victorica y otro Martín Anzoátegui, juez federal durante la dictadura, que ordenó en 1981 allanamientos a los organismos de derechos humanos. “Lo sacaron a Herman a los tres meses de Caseros, entró en diciembre y salió en abril para la Pascua”, recordó ella.

Mientras tanto, Marquevich seguía buscando la identidad. Un día le pidió más sangre para compararla con otras muestras, pero ella se negó para frenar la causa. Un mes y medio después, su apropiador, que ya sabía lo que estaba pasando, le avisó que la iban a llamar de la Cámara de Casación de San Martín. Ella entró a entrevistarse con los jueces sabiendo que había tres, “uno subversivo y montonero y dos de los nuestros”, dijo. Después de entrevistarla, la Cámara sacó un fallo aceptando que no se sacara sangre, un fallo que nutrió más adelante la resolución de Evelyn Vásquez, que terminó confirmada por la Corte Suprema de Nación.

Victoria le avisó Tetzlaff: “Me acuerdo que Herman me esperaba en una parrilla cerca –dijo–, y yo fui y le llevé el fallo. Me felicitó: ‘Muy bien, m’hija’, me dijo. Se lo di y me acuerdo que cuando me senté creo que fue el comienzo del momento de empezar a hacerme cargo de la otra historia. Pensé: ahora soné si alguna vez quiero saber algo”.

Finalmente, no hizo falta una nueva muestra. Con los nuevos métodos, el juzgado hizo el cruce. Marquevich la llamó un día para decirle cuál era su familia: “Me agarró terror –dijo ella–, porque era hija de la subversión, ése fue el primer miedo”. Cuando su apropiador estaba enfermo o ya había fallecido, ella entró al despacho de Romero Victorica en Comodoro Py. Iba a preguntarle cómo hacer con su nuevo documento porque no lo quería. “¡Si lo habré tenido al gordo acá sentado horas!”, contó que le dijo el fiscal.


El complot contra el juez

Un día, Martín Anzoátegui y otro de los abogados que le había asignado Juan Martín Romero Victorica llamaron a Victoria para proponerle un complot contra el juez Roberto Marquevich. “Para destruir al joven Marquevich”, le dijeron, según contó ella. “Creo que fue cuando el juez ordenó la detención de la señora (Ernestina Herrera) de Noble –dijo Victoria–: decían que había pasado todos los límites.” La propuesta consistía en denunciar al magistrado. Tiempo antes, Marquevich se había enojado con ella porque se negaba a leer el expediente con la historia de sus padres. Le preguntó si sabía leer y le gritó que leyera. Victoria salió del despacho diciendo le habían gritado. Y los abogados ahora pretendían montarse a esa situación: “Querían que yo saliera a los medios a decir que había sido víctima de malos tratos de parte del juez y ellos me iban a ayudar para agrandar esa situación”, dijo. “El tema era que si corríamos a Marquevich de la causa se paraba el expediente y papá además zafaba de ir preso.” En ese contexto, Victoria agregó un detalle: ella aceptó hacer la denuncia para la que los abogados aseguraban contar con todos los medios, pero finalmente no avanzaron porque, al parecer, la vieron muy temerosa. Marquevich fue destituido, pero Victoria recordó que entre las causales de la destitución se mencionaba a su apropiadora: al juez lo acusaron de darle a ella prisión domiciliaria y a la dueña de Clarín, no.

Golpes, gritos y amenazas

Después de nacer, Victoria estuvo de enero a mayo del ’76 en la comisaría de San Martín, al cuidado de unas monjas. Con ella había otros seis bebés, supo por su apropiador. Las monjas los tenían al parecer durante un plazo perentorio: si no los entregaban en los primeros meses, eran enviados a Casa Cuna. Tetzlaff convenció a su mujer de recoger a la niña cuando se acercaba ese límite. Se llevó otro bebé para Lina, su empleada doméstica. Y él mismo decía que los otros se los llevaron hombres de Lugano. Cuando tenía unos cinco o seis años, ella rompió una taza de porcelana de la apropiadora: “Mary me empieza a pegar, y me dice que me devolvía a las monjas. Cuando llega Herman, él le dijo que ya no podían hacerlo, así que después yo le pido perdón, ella me perdona y me dice que por esta vez me quedo en casa”. Cuando creció, no podía escuchar música porque era subversiva. Su hermana más grande –hija biológica del matrimonio– solía hacerlo pero sin que supiera el padre. “Una vez puso la ‘Marcha de la Bronca’, la apagó y cuando salimos todos en el auto yo me pongo a cantar, porque era pegadiza... No llegué a decir uno, dos y me comí un cachetazo de Herman, que me cimbró la nuca”, contó. “Mary puso música en la radio, Luis Miguel o algo así y me dijo: ‘Vos tenés que escuchar esta música y no música subversiva’.” Otra vez, cuando la película La historia oficial ganó el Oscar, su apropiadora sacó la bandera por la ventana para festejar. ¡Vamos Argentina!, decía. “Cuando llegó Herman –dijo Victoria– va al dormitorio y le dice: ¿qué hacés? Ella le responde que habíamos ganado el Oscar y él le dice: ¿pero no entendés nada?”

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Pagina12

lunes, 25 de abril de 2011

RECOMPENSA POR REPRESOR PROFUGO EN CAUSA CARRILLO (FORMOSA)

El Ministerio de Justicia de la Nación, a través de la Secretaría de Derechos Humanos, conducida por Eduardo Luis Duhalde, es parte querellante en más de 70 causas por delitos de lesa humanidad, para ejercer un papel activo de colaboración con la Justicia para el avance de las investigaciones sobre la represión ilegal. En este marco, todavía quedan 21 prófugos acusados de delitos de lesa humanidad, por los que el Estado ofrece una recompensa global superior a los dos millones de pesos.

Precisamente, uno de los prófugos, es el comandante de Gendarmería Horacio Rafael Domato, por la desaparición forzada de Fausto Carrillo en Formosa, prófugo por quien la justicia ofrece una recompensa de 100 mil pesos.

Unidad especial

La “Unidad Especial para la búsqueda de personas ordenada por la Justicia” se creó en mayo de 2008 a partir de la promulgación de la Ley 26.375 por parte de la presidenta, Cristina Fernández.

Con esto se impulsó un Fondo de Recompensas destinado a abonar una compensación dineraria a las personas que brinden información determinante para la detención de personas buscadas por la justicia que registren orden judicial de captura o búsqueda de paradero por haber sido autores, coautores, encubridores y partícipes necesarios, en causas penales en las que se investiguen delitos de lesa humanidad.

Desde el Ministerio de Justicia se aclaró que la identidad de la persona que suministre la información ante la Unidad Especial es mantenida en secreto, aún para los agentes que intervengan en la ejecución de la captura, bajo apercibimiento de iniciar las actuaciones administrativas sumariales correspondientes. Tanto los miembros de las Fuerzas de Seguridad como de las Fuerzas Armadas pueden ser denunciantes.

Prófugos

Actualmente, entre las personas buscadas se encuentra Eduardo Salvador Ullua, imputado por la justicia federal de Mar del Plata por el delito de homicidio calificado.

Ullua, por quien se ofrece una recompensa de 200 mil pesos, está sindicado como ex integrante de la Concentración Nacional Universitaria.

También son buscados por la Justicia Miguel Angel Amigo, Ricardo Luis Von Kyaw, Teodoro Aníbal Gauto por su presunta participación en la causa “Arias Duval, Alejandro; Di Pasquale, Jorge; Romero Pavón, Carlos y otros, sobre homicidio, privación ilegal de la libertad, tormentos y sustracción de menores”.

Otros prófugos son la civil Ana María Grimaldos por la presunta supresión de estado civil, sustracción de menores de 10 años y otros delitos en la causa I Cuerpo del Ejército. El ex miembro del Servicio Penitenciario Bonaerense Faustino Sergio Escande Lobos, acusado por sustracción de menores; y Ricardo Molina, señalado en la causa por el V Cuerpo del Ejército.

En las causas por los delitos cometidos en la ex ESMA (entre ellos la desaparición del periodista Rodolfo Walsh) aún permanecen prófugos y son buscados por la unidad especial del Ministerio, los ex integrantes de la Armada, Francisco Armando Di Paola y Jorge Raúl Vildoza; los ex policías Roberto Oscar González, Juan Carlos Linares y Pedro Osvaldo, y el ex prefecto Gonzalo Sánchez.

Quienes puedan aportar información útil para dar con el paradero de los prófugos, pueden hacerlo llamando al (011) 5300-4020, escribiendo a la casilla de correo electrónico unidadespecial@jus.gov.ar Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla o ingresando a la página web www.jus.gov.ar.

La identidad de la persona que suministre datos será mantenida en secreto.

Fuente: Diario El Comercial

domingo, 24 de abril de 2011

El genocidio armenio y los argentinos

Por Pedro Mouratian*

Ante un nuevo aniversario del genocidio armenio, surgen cuestiones que merecen por lo menos pensarse desde el prisma de una realidad argentina que en los últimos años nos mostró que aún lo que se presupone imposible resulta factible. La derogación de leyes de impunidad, el avance de los juicios por la verdad y una enérgica política de derechos humanos dieron el marco propicio para que la comunidad armenia en nuestro país pudiese imaginar que sus viejos anhelos políticos de reconocimiento del genocidio del que fuera víctima podían encontrar las respuestas favorables que pondrían un manto de justicia ante tantos años de impunidad. La construcción de la memoria colectiva tras la última dictadura militar en la Argentina, basada en la búsqueda incesante de verdad y justicia, fueron el apoyo imprescindible para los logros obtenidos. Ese pasado del pueblo armenio y este presente argentino se entremezclan con un componente que emerge por encima de todo: la lucha por la dignidad y la justicia.

El pueblo argentino, de compromiso sostenido y contundente, recibió a los armenios como exiliados y refugiados que llegaron tras sufrir el genocidio. Es el mismo compromiso que amplios sectores de la dirigencia política supieron manifestar en importantes declaraciones y resoluciones en el Parlamento nacional, acompañando los reclamos de una comunidad que se integraba y forjaba su identidad como parte de un mosaico cultural de un país enriquecido por su diversidad.

En ese camino, y alentados por el respaldo unánime de ambas cámaras del Congreso Nacional, se sancionó la ley 24.559 que reconocía la existencia del genocidio armenio. Sin embargo, permeable a las presiones políticas y priorizando intereses ajenos a la defensa de los derechos humanos, el entonces presidente Carlos Menem vetó la ley. Diferente había sido la posición del ex presidente Raúl Alfonsín, quien desoyó recomendaciones diplomáticas y reconoció, en un acto en 1987 y ante la comunidad armenia, la existencia del genocidio.

El devenir de un país que a partir de 2003 cambiaría su escala de valores y su proyecto de construcción social le daría una dimensión universal a la lucha por la verdad y la justicia. La condena de cualquier genocidio y el respeto por los derechos humanos impulsó al Consejo Nacional Armenio a promover el viejo anhelo de la sanción de la ley, que tomó cuerpo a partir de una realidad que se construía bajo la convicción de realizar políticamente todo lo necesario cuando de violación de los derechos humanos se trataba. Ese modelo de país que lideraba el presidente Néstor Kirchner era la garantía de los logros que vendrían. Su fortaleza y coherencia residía en sostener que una nación no puede crecer y consolidarse sobre los cimientos de la negación, el olvido y la impunidad. Así, en enero de 2007, luego de ser aprobada por las cámaras de Diputados y Senadores de la Nación, el presidente Kirchner, con profunda generosidad política, promulgó la ley 26.199 que declara el “24 de Abril, Día de Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos” en homenaje a las víctimas del genocidio armenio.

En este contexto es que resultó posible que la Justicia argentina, a través del juez federal Norberto Oyarbide, emitiese hace pocos días un fallo histórico ante la demanda iniciada por el escribano Gregorio Hairabedian y copatrocinado por las instituciones de la comunidad armenia, donde declara con entidad de sentencia definitiva que “el Estado Turco ha cometido delito de Genocidio en perjuicio del pueblo armenio en el período comprendido entre los años 1915-1923”. Oyarbide, en los fundamentos de la sentencia, trae a colación las expresas mandas emergentes de la ley 26.199.

Se avecinan nuevos desafíos para los argentinos, tanto para aquellos que pertenecemos a la comunidad armenia en el país como para toda la sociedad, que es el reto de continuar promoviendo siempre la defensa irrestricta de los derechos humanos, la construcción de una sociedad inclusiva que valoriza la diversidad y lucha contra cualquier forma de discriminación. Rescatar la memoria y exigir justicia debe ser la forma de evocar el genocidio armenio que trasciende a su propio colectivo, y resulta ser una estampa dolorosa para cualquier sociedad que jamás debería repetirse. La ley 26.199 y el reciente fallo de la Justicia argentina dan testimonio de ello.

* Coordinador de Políticas contra la Discriminación del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

Fuente: Pagina12




sábado, 23 de abril de 2011

GLADYS LUCIA GOMEZ – CALLES DE BARRO

Pirané es un pequeño  pueblo ubicado a  cien kilómetros de Formosa. Desconocido en el mapa que miran los argentinos que no son formoseños. El nombre del pueblo tiene un  sonido conocido, ya que fue inmortalizado en esa formidable canción de Ariel Ramírez y Felix Luna “Indio Toba”. Es que en esa geografía de esteros y lagunas señoreaban los qom hasta que en 1910 comenzaron a asentarse en el lugar los blancos, consecuencia de la conquista del Chaco llevada a cabo por Victorica y la llegada del ferrocarril. Solo quedan unas pocas familias toba y pilagá hoy en el pueblo. Las voces quedan en nombres como el arroyo Magaick (Negro en lengua qom).

En ese pueblo, de siestas sagradas ante el calor formoseño, de calles de tierra y mucho mate y tereré con el vecino,  nació la Lucy.

Cuentan que Lucy era muy tierna y buena hija. Recorría las calles de Pirané siempre poniendo su presencia al servicio de los mas humildes. En los 70, aquellos años en que para hacer la revolución solo había que dar un paso,  se fue a estudiar a Resistencia. Como casi toda esa generación llegó a la política para cambiarlo todo.  Militó juntó a la Juventud Peronista, la gloriosa, en comedores y barrios, activando para el retorno de Perón en 1972. Desde la Universidad, integró las filas de la Juventud Universitaria Peronista de la que llegó a ser su principal responsable.

La historia de estos jóvenes, de todos nosotros, está escrita con la misma tinta. Un 1º de mayo de 1974 nos retiramos de la Plaza de Mayo ante los agravios de nuestro General, que había sido rodeado por seres que concebían la política en clave de exterminio. Desde ese momento Lucy buscó caminos, empecinada en la construcción de un peronismo transformador y revolucionario. En 1975, ya incorporada a Montoneros, huye de Corrientes y Resistencia ante la cacería desatada en el NEA y se instala en Santa Fe, donde desaparece en el Camino de las Moras el 22 de febrero de 1976, un mes antes del inicio formal de la dictadura. Lucy fue una detenida desaparecida en democracia, una democracia extraviada por los desvaríos del Brujo e Isabel  y  las contradicciones del Peronismo, ejecutada por sus asesinos con las manos atadas en su espalda para evitar que les muestre la V de venceremos. Ejecutada con la pasividad cómplice de la iglesia católica que promueve una religión a sus poderosos, pero no supo  o no quiso defender la vida ante los ángeles de la muerte que asesinaban en su nombre.

La vida de Lucy está signada por las calles de tierra, las de su Pirané natal, las de los barrios humildes que recorrió para acompañar a los pueblos con su sonrisa y compromiso, y la del Camino de las Moras en el que fue cobardemente ejecutada junto a tres compañeras.

Pasaron 35 años en los cuales murió su padre, esperanzado hasta el último momento en verla entrar  por la puerta. O su mamá Sara que nunca se resignó a su ausencia.

Hasta que la paciente labor del Equipo Argentino de Antropología Forense la identificó. Un 21 de abril de 2011, Lucy volvió a las calles de tierra de Pirané. Había llovido y la inmensa caravana de autos tuvo que sortear el barro para llegar hasta el cementerio, ese barro que Lucy tanto conocía. En su despedida, rostros curtidos de veteranos militantes, sus compañeros, le dijeron su hasta siempre. Y voces juveniles estallaron en voces contenidas “ a pesar de las bombas y los fusilamientos, a pesar de los muertos, los desaparecidos, no nos han vencido”.

Dicen que los pueblos siempre están, los pueblos siempre vuelven. Y acá estamos, obstinados, tercos en luchar contra el olvido, en rescatar la memoria. Porque la memoria, el futuro, el compromiso, la formación, son las claves de la victoria final que jamás podrán arrebatarnos los impulsores de la amnesia, por mas prensa que tengan.

Bienvenida Lucy. Seguiremos reclamando justicia por nuestros compañeros. Por tu amigo Julio Andres Bocha Pereyra, fusilado en Margarita Belen y aún desaparecido, por Fabian Oviedo, el que andaba en bicicleta por la calles de Formosa y no saludaba a nadie para no comprometerlos,  por Pancho Bogarin, por Carrillo, Mirta Insfran, Ricardo Borgne, Pedro Morel, Sara Fulvia Ayala, Luciano Díaz y tantos otros…

QUE QUISIERON UN CAMINO NUEVO PA` SU PAGO PERO NO NECESITAN UN CAMINO NUEVO PARA LLEGAR A NUESTRA MEMORIA.
Hasta la Victoria Siempre Lucy.


LUIS BRUCHSTEIN: Vargas a la carga

Por Luis Bruschtein
 
Antes de los ‘80 se decía que los liberales en política eran intervencionistas en economía. Y al revés. Los liberales en economía eran autoritarios en política. Autoritarios quiere decir que en realidad fragoteaban todo el tiempo para dar golpes militares. Viene a cuento porque el discurso liberal épico del escritor Vargas Llosa pareciera desconocerlo. Los liberales argentinos fueron golpistas desde el ’30 en adelante. Se dieron casos ridículos porque un buen militar tiene que ser nacionalista. Pero cada vez que un militar “nacionalista” dio un golpe, puso a un ministro de Economía liberal. Los golpes militares tuvieron siempre un discurso anticorrupción y supuestamente nacionalista con fragor de botas y banderas, pero fueron liberales en economía.

Se decía que un liberal en economía tenía que ser irremediablemente autoritario en política porque las medidas económicas de libre mercado son esencialmente antipopulares, y se pensaba que solamente podían ser aplicables con represión y mano dura. Eso no estaba en discusión y así sucedía.

Por el contrario, se decía que un liberal en política era intervencionista en la economía –o sea, lo contrario al libre mercado– porque las fuerzas del mercado no son democráticas, ya que siguen otras reglas, como la ley del más fuerte –el que más tiene, más gana y tiene más capacidad para sobrevivir y eliminar al más débil– que es lo opuesto a la democracia, donde todos los votos tienen el mismo valor. El libre mercado no es democrático porque favorece al más fuerte. Entonces, para ser democrático en economía, había que intervenir a través del Estado para equilibrar fuerzas y derechos.

El liberalismo original, el de los textos clásicos que plantearon igualdad ante la ley y de oportunidades, surgió en oposición a las monarquías y de allí se construyó el costado épico de su discurso. Pero, ya en el siglo XX, la herramienta política del liberalismo económico no fueron los votos sino los golpes militares. El liberalismo que llega a la modernidad no es el de los carbonarios sino el de los países centrales y el de los grandes capitales, o sea el discurso de los poderosos, que en nuestros países se verificó en invasiones y dictaduras. Ningún golpe de Estado se hizo en nombre de las dictaduras. Por el contrario, se hicieron “para defender la libertad y la democracia”. Los dictadores se presentaban siempre como demócratas. Además no es casual que los que defienden a los militares de la dictadura en la Argentina sean, sobre todo, los sectores liberales. Cuanto más liberales en el discurso, más los defienden y muchos de ellos son amigos y tienen relaciones personales con los viejos represores. José Alfredo Martínez de Hoz no era populista. Por el contrario, era muy representativo del capital concentrado que se expresaba en términos de “defensa de la democracia”, e ideológicamente se definía como un gran liberal.

Queda demostrado que, por lo menos en la Argentina moderna, ese liberalismo no fue democrático. En todo caso fueron más democráticos los acusados de populistas, como Yrigoyen y Perón, porque ampliaron derechos ciudadanos, aunque para ello debieron afectar intereses económicos.

En la excelente entrevista que le hicieron Martín Granovsky y Silvina Friera, publicada ayer por Página/12, el escritor peruano se ataja y afirma que los que apoyaron dictaduras no son verdaderamente liberales, y que no tiene por qué hacerse cargo de lo que hicieron otras personas que se dicen liberales, aun cuando hayan sido referentes ideológicos suyos, como Milton Friedman o Friedrik von Hayek, que respaldaron calurosamente a la dictadura de Augusto Pinochet en Chile y formaron parte de la Sociedad Mont Pelerin que trajo a Vargas Llosa a la Argentina.

La pasión y energía que invirtió –según relata en esa entrevista– en desentrañar las contradicciones del discurso revolucionario que lo había seducido en los ’60, contrasta con el desinterés y hasta la pereza intelectual que muestra el escritor frente a esas contradicciones del discurso liberal en los países de América latina.

Desinterés y pereza, más que ceguera o ingenuidad, porque en cada reunión a la que asiste en la región está acompañado por dirigentes y personajes que son empresarios o asesores de grandes empresas devenidos en políticos, más que políticos con trayectorias que sobresalgan por sus desempeños democráticos y pensamientos profundos. Aquí en la Argentina, su principal anfitrión fue Mauricio Macri, un hombre que repite que prefiere la mano dura antes que la negociación o que estigmatiza los inmigrantes de los países vecinos.

Vargas Llosa afirmó que el populismo y la izquierda ganaron una batalla al conseguir que el término “liberal” sea tomado como una mala palabra. En realidad, la izquierda y el supuesto populismo no estaban para dar ninguna batalla en los años ’90. Fueron los mismos liberales los que lograron ese desmérito.

En los años ’80, con el comienzo de la globalización, los gobiernos militares ya no ofrecían seguridad jurídica para la desbordante liquidez mundial. A partir de allí, no hubo más golpes. Cuando estos supuestos liberales dejaron de buscarlos o apoyarlos, se acabaron los golpes en América latina. O si los hubo, fracasaron. Las nuevas herramientas para llevar adelante esas políticas económicas fueron la presión mediática, los golpes de mercado y, por supuesto, las poderosas consecuencias de un nuevo ordenamiento mundial con hegemonía unilateral norteamericana. En el caso de la Argentina, esas presiones doblegaron a los partidos tradicionales desde la segunda mitad del gobierno de Alfonsín, más los dos gobiernos de Carlos Menem y el gobierno de la Alianza. Fueron más de 15 años de neoliberalismo que culminaron con la mitad de la población por debajo de la línea de pobreza.

Pero la ola fue tan fuerte que, de la misma manera que en los años ’70 se habían reproducido como una plaga las dictaduras en la región, entre los ’80 y los ’90 se extendieron las experiencias neoliberales y en todos los países con los mismos resultados desastrosos. Pensadores populares que habían participado en el desarrollo de la Teoría de la Dependencia como el brasileño Fernando Henrique Cardoso se convirtieron al neoliberalismo y, en su caso, fue el presidente que aplicó esas teorías en Brasil. El peronismo en la Argentina, que había sido el gran muro de contención contra esas medidas, se dio vuelta con el menemismo y se convirtió en su herramienta política. Algunos gobiernos se cuidaron un poco más, Brasil no privatizó su petrolera estatal y en Chile tampoco lo hicieron con la empresa del cobre. En la Argentina, el menemismo vendió hasta la vajilla de la abuelita. En todos hubo una reacción en contra. En la Argentina, donde esas políticas habían sido salvajes, la crisis fue más profunda y la reacción popular, más violenta. Se equivoca Vargas Llosa: la izquierda o el supuesto populismo no tuvieron ningún mérito en la campaña por convertir al liberalismo en mala palabra. Fue todo obra de los mismos liberales, algunos de los cuales lo acompañan ahora cuando viene a darles charlas magistrales.

No existe liberal de izquierda, ni liberal progresista, y cuando hablan equívocamente de progreso o de cambio, siempre son cambios regresivos que favorecen al más fuerte. Cualquier desviación del libre mercado es considerada “colectivista”. Ni hablar de la distribución de la riqueza. En suma: para ser liberal hay que ser rico o, por lo menos, no hay que ser pobre. Esta expresión de un liberalismo donde prima lo que ellos llaman libertades económicas sobre los factores sociales, y donde el valor supremo es el de la propiedad, es más bien el neoliberalismo, una versión parcial y más cruda de los viejos ideales de los revolucionarios antimonárquicos que en su idealismo ponían por delante la igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades. Esta segunda parte del discurso de los viejos liberales no está muy considerada por quienes en la actualidad se asumen como sus discípulos, porque la única forma de que haya igualdad de oportunidades es a través de un Estado que regule los procesos económicos preservando una dinámica democrática.

Resulta simpático advertir que antes a los marxistas se les decía “materialistas” porque afirmaban que lo económico determinaba por sí sólo lo social y cultural. A los viejos liberales se les llamaba “idealistas” porque decían que las ideas determinaban todo lo demás. Pero estos nuevos liberales ya no son idealistas sino marxistas al revés: lo que prima es la economía, pero a favor de los poderosos.

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Pagina12

JUAN EDUARDO LENSCAK: Resurrección

Por Juan eduardo Lenscak

Aconteció lo que parecía imposible. Vio la luz lo que permanecía oculto.  No solo cobraron  identidad  los restos de Gladys Lucía Gomez, sino también revivió aquel original sentimiento tan profundo que vertebra posturas diferentes en la vida política provincial, especialmente dentro del peronismo.¿A quién se le hubiera ocurrido que los formoseños pudiéramos comenzar a recuperar a nuestros desaparecidos y hacerlo de manera armoniosa? Y aún más, ¿quién se hubiera imaginado que los funcionarios peronistas de la actual gestión provincial pudieran destacar con el mayor de los entusiasmos,  el compromiso y el proyecto político de una militante de alto rango en la JP de las regionales? Y no solo eso, tampoco ha sido muy habitual que los militantes de organismos de derechos humanos asistan a actos convocados por un oficialismo provincial signado por su reivindicación del operativo independencia, las distinciones a Bettolli y responsable de varios hechos de represión violenta. 

Pero sucedió.

FAMILIARIDAD 

La coyuntura política y la iniciativa oficial de la convocatoria posibilitaron que los astros se pusieran en fila,  se unieran los elementos dispersos y  se unificara espontáneamente un discurso auténticamente militante. Hasta la actitud de los parientes directos fue sorprendente, porque liberó lo más íntimo del reconocimiento familiar, sobreponiéndose a tantos años de discriminación y silencio. Las palabras pausadas y densas de su tío cuando comparaba el martirio de su sobrina con el de Cristo, fueron estremecedoras, en especial cuando hizo el gesto de las manos atadas en la espalda para que sus asesinos no permitieran que muriera haciendo la V.  O la señora,  que  de manera espontànea, en el cementerio comenzó a entonar, para alegría y entusiasmo de los presentes, la marcha peronista. Que fue seguida por estribillos juveniles cargados de energía.

COMPLEMENTARIEDAD

Fue evidente que si no hubiera una decisión gubernamental, tanto provincial como municipal, de hacerse cargo del recibimiento, de la atención a los familiares, de preparación de la bóveda, de los detalles organizativos del acto, esta celebración no hubiera tenido el brillo que finalmente tuvo. Dicha responsabilidad volcada en las espaldas de los organismos de derechos humanos, como tradicionalmente sucedìa en nuestra provincia, posiblemente no hubiera tenido los recursos necesarios para solventarla, y en especial hubiera mantenido la sensación de estar situada en un marco de contradicciones y enfrentamientos dentro mismo de la militancia del campo nacional y popular.De la misma manera, podemos decir que si los militantes de HIJOS, de la Comisión Pte por la Verdad, la Memoria y la Justicia, de la Cátedra Abierta de Derechos Humanos, de la APDH, y de las distintas agrupaciones políticas que siguen militando en la intemperie  cuestionando políticas provinciales, le hubieran dado la espalda a esta convocatoria, la misma hubiera perdido el fervor que encendió tantas y tan profundas emociones.

CICATRIZANDO HERIDAS

Para quienes no conocen detalles del contexto histórico político de la desaparición de Lucy, quizás les cueste entender un poco más la importancia de lo sucedido. Quien lo señaló sintéticamente fue la representante del municipio de Pirané Antonia Palacios cuando,  afirmó que “la profundización de las contradicciones en el propio interior del proyecto popular de liberación, llevó a debilitarlo frente a la criminalidad de un neoliberalismo que no dudó en planificar un genocidio y la amnesia colectiva para mantener sus privilegios. Fue en Pirané mismo que por única vez en la historia se usaron gases lacrimógenos para dispersar una movilización en un acto conmemorativo para honrar la memoria de la compañera Evita. Los manifestantes eran peronistas y la orden de represión fue dada por la dirigencia peronista. Fue en los años en que Lucy estudiaba en Resistencia y militaba en la JUP”. Este marco de enfrentamientos pasados locales, explica también el nivel de violencia en el país que posibilitó el asesinato y la desaparición de Lucy, mientras gobernaba la viuda de Perón.


DISCURSO OFICIAL


En este sentido es importante analizar con detenimiento los términos del discurso pronunciado por el referente más transparente de la ideología del oficialismo provincial, el diputado Agustín Samaniego, quien se presentara como dirigente de la JP. En su alocución dijo que “estamos ante el retorno de nuestra heroína, nuestra mártir formoseña, a su Pirané natal, a su querida Formosa”. Sabía muy bien que hablaba de una militante que propiciaba el socialismo nacional, y que fuera asesinada durante un gobierno justicialista. Dijo además que “esto no es fruto de la casualidad, sino por el fuerte e inquebrantable compromiso que tiene con la memoria, verdad y justicia, un gobierno nacional valiente que ha sido acompañado por los gobiernos provinciales como el de Formosa”. Y es justo reconocer que los hechos señalados como acompañamiento al gobierno nacional por parte de la gestión provincial –sobre en todo las leyes antiimpunidad en el Congreso- han sido acertados y sopesados en su justa medida, evitando sobreactuar sobre el tema, y exaltar personalismos y proyectos centrados en fechas electoralistas, que hubieran desdibujado el sentido y el nivel de la militancia nacional, regional y local que acompañaba este trascendente hecho.


LA ÑAÑO

También corresponde poner bajo la lupa la adhesión de la Corriente Nacional de la Militancia “Ñaño Gauna”, que buscó no enfrentar a la gestión provincial que aùn no responde a las  reivindicaciones militantes, tales como bajar el cuadro del genocida Colombo en la galería de gobernadores; como constituirse el estado en querellante de las causas por delitos de lesa humanidad; como  el de crear un espacio para la memoria o el de acceder al pedido de la comunidad educativa de la escuela 91  de llamarse  “Memoria, Verdad y Justicia”;  o como el requerimiento para que los ex funcionarios de la dictadura no sean màs paradigmas de militancia ni garantía jurídica en la convivencia democrática. En dicha adhesión se plantearon estas reivindicaciones sin necesidad de presentarlas como puntos de desencuentro, sino más bien como nuevas y promisorias posibilidades de futuros encuentros. 

SENTIDO PASCUAL
 
Hay quienes, acostumbrados a ver el vaso medio vacío y no medio lleno,  cuestionaron la selectividad de la convocatoria y la falta de masividad en la movilización oficial que hubiera servido para profundizar aún más la concientización política de la juventud. Señalan errores organizativos como el no darle la palabra al representante del Registro Único por la Verdad,  del Chaco, quien tuvo que hacerlo fuera de programa, por propia iniciativa, en el cementerio. Quienes así lo consideran vuelven a secundarizar el avance significativo logrado en esta oportunidad en Formosa en favor de un proceso de acercamiento de posiciones dentro de la construcción del proyecto nacional. Precisamente en momentos en que se está por definir en las urnas, la continuidad y profundización del mismo, o su derrota electoral.

Desde esta perspectiva, desde la dolorosa profundidad de los procesos históricos,  cobran mayor significado las palabras escritas por Roberto Antenor “Ñaño” Gauna un 24 de marzo al referirse a las “señas y contraseñas” de la historia, cuando señalara que “por eso, su pretendida navidad fue nuestra pascua. Y nuestra conmemoración actual tiene el verdadero sentido de resurrección”.

Fuente: Agencia Padre Santiago Renevot

viernes, 22 de abril de 2011

VICTOR MARTINEZ: “Me empujaron y metieron en una combi”

Por Adrián Pérez
 
“Me empujaron y me metieron en una combi. Había dos tipos adelante y uno atrás, que fue el que me empujó y me tiró adentro”, relata Víctor Oscar Martínez. El sur asiático recorre la casa en el dulzón del incienso encendido, un cuadro de Shirdi Sai –gurú elevado al pedestal de santo en la India– y Los místicos de Occidente, de Elémire Zolla, en una de las dos bibliotecas del living. Tal vez por haber dormido poco, la voz de Martínez brota con cierta cadencia. A pocas horas de ser liberado en la madrugada de ayer en el barrio de Liniers, el testigo del asesinato del obispo Carlos Ponce de León durante la dictadura denuncia que el lunes pasado fue secuestrado cerca de su casa y que aunque las versiones que dan vueltas “son muchas”, la realidad “es una sola”.

“Rebelde y antidogmático por naturaleza”, se considera Martínez, de 52 años, quien se presenta como un estudioso de las religiones comparadas; traductor de sánscrito, pali y defensor de los monjes budistas perseguidos en China y Bangladesh. Martínez tenía planeado pasar el lunes al mediodía por una escribanía del centro para retirar unos libros. Caminaba por Pringles rumbo a Corrientes cuando tres hombres lo interceptaron.

El testigo mueve la mano, dando a entender que el vehículo adonde lo metieron tenía una puerta corrediza. Le pusieron un cuello de lana sobre los ojos. “Me hicieron masticar grandes cantidades de medicina, el médico me dijo que se trataba de Alplax y Valium”, afirma. El viaje fue en completo silencio. Si bien no pudo calcular cuánto demoró, le pareció “muy largo” y que, en un momento, el coche ingresó a un camino de tierra. “Me deben haber llevado a una casa de campo”, arriesga. Al llegar lo encerraron en una habitación donde había un colchón y una frazada. En la casa había pocos muebles.

Aunque no puede describirlos físicamente, dice que los hombres eran mayores, como de 50 años, con “un lenguaje elaborado”, tranquilos, respetuosos. “Me trataban de usted.” En su cautiverio habló con una sola persona que le advirtió: “Le voy a dar seis consejos en tres días, después de esto usted se muere”. El primero fue que no podía ir contra el juez Carlos Villafuerte Ruzo, que se encargarían de “pasar a vía muerta” su querella por persecución religiosa.

Martínez mantiene un enfrentamiento con el juez en la causa por el asesinato del obispo Ponce de León, ocurrido en 1977, en un accidente simulado. Villafuerte Ruzo lo acusó de falso testimonio y Martínez le inició una querella.

Los captores, sigue Martínez, le dijeron que su abogada era “una estúpida” a la que “iban a llevar a la quiebra vía multas”. Volvieron a suministrarle pastillas, no le dieron de comer y le dejaron una gaseosa. El hombre que le hablaba le pidió la billetera. “Vio la foto de mi hijo y me dice: ‘¡Qué pena! Por estar en contra de un juez y traicionar a la Iglesia le puede costar la vida a su familia’”. Y le sugirió que hiciera “algo inteligente” y que “se fuera del país”.

Más tarde escuchó que uno de sus captores le decía a otro: “El país ya está enterado, lo están buscando por todos lados. Es fácil chuparlo, pero cuando te cierran el círculo es muy difícil desprenderte, larguémoslo ahora”, fue la conversación. Entonces le hicieron tomar un montón de pastillas y lo dejaron cerca de la General Paz. Martínez no puede precisar a qué hora lo dejaron en Liniers, donde encontró a un hombre “muy amable”, al que le contó que había sido secuestrado. Esa persona le ofreció el teléfono celular para avisar a su familia.

Al dejarlo en Liniers, los captores le advirtieron que si no quería perjudicar a su familia se tomara un taxi hasta Acoyte y Rivadavia. “Ahí sí buscá a la policía y hacé lo que se te cante”, fue el mensaje. En Caballito, Martínez recordó que había una comisaría sobre Díaz Vélez. Hizo la denuncia en la comisaría 11ª, declaró hasta las 5 de la mañana. “Por lo que sé todo el Gobierno actuó rápidamente”, asegura. El testigo de la causa Ponce de León señala al juez Villafuerte Ruzo como el responsable de su secuestro, que “tiene un grupo de tareas” y es parte de “un conflicto mayor que debe resolver a futuro. Estoy seguro de que él puede dar información sobre las imprecisiones en mi relato, como la localización y los horarios” del secuestro, concluye.

Si bien la investigación se encuentra en una etapa inicial y todavía es prematuro anticipar un análisis, allegados a la causa dijeron que “el tema es sensible”. En diálogo con Página/12 , aseguraron que “es necesario ser cuidadosos” porque debido al estado en el que se encontraba Martínez al momento de la liberación, la información que aportó al expediente fue poco precisa. “Su relato no aporta demasiados datos para avanzar en la investigación”, señalaron los investigadores. Esto complica el desarrollo en la pesquisa iniciada a partir de la denuncia realizada esta semana por los familiares de Martínez.

Por su parte, Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, se refirió a la desaparición de Martínez y pidió hacerles llegar sus palabras de aliento a todas las personas que están dando su testimonio en los crímenes de lesa humanidad que se llevan adelante en todo el país. “Quiero decirles a todo ellos que el Estado tiene forma de protegerlos, que estamos en un momento de la historia de nuestro país donde quieren imponernos el miedo y desestabilizar a la democracia.” Por último, recordó el atentado que sufrió ella, en 2002, y el intento de secuestro a Sonia Torres, abuela de la filial Córdoba, a quien le gatillaron en la cabeza. “Se trata de las mafias mercenarias”, advirtió.

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